Esta historia es un pedido de un amigo muy especial,bueno como ponen en la novelas idea original de LeoGarcia931

Su vida era maravillosa, tenía todo lo que siempre soño y posiblemente mucho más, pero todo eso cambio aquella mañana cuando decidió acudir a los hermanos silenciosos por un malestar que llevaba días sin dejarlo hacer sus labores cotidianas, se sentía agotado, con mucho sueño y sin energías para levantar un solo papel, quizo acudir a Magnus como primera opción pero su amado brujo estaba enfermo, ni siquiera Catarina sabía cual era su padecimiento asi que decidió callar, no quería que Magnus usara su magia en el cuando estaba tan cansado.

Todo fue normal en la revisión hasta que uno de los hermanos salto en su sitió, cosa rara pues ellos no se sorprendían con nada, de inmediato otros dos hermanos acudieron y empezaron a revisarlo y luego se retirarón dejándolo desconcertado y terriblemente asustado, estaba pensando en todas las cosas malas que podría tener, cosas que podrían afectar aún más la salud de su novio. Estaba sumido en sus pensamientos cuando una voz retumbó entre las frias y oscuras paredes de la ciudad silenciosa.

- Bendecido eres Alexander Lightwood, el angel Raziel te a elegido como uno de sus hijos más amados

- No entiendo

- Dame tu mano joven nefilim y sientelo tú mismo hace un par de siglos que nuestra comunidad no era más afortunada - el hermano Johel tomo su mano y le permitió sentir aquello que se gestaba en su interior, no lo podía creer a su mente vinieron lejanos recuerdos.

La felicidad que experimentaba era de otro mundo, jamás imaginó ser merecedor de una bendición como aquella, lo había leído hace ya mucho tiempo cuando apenas tenía 14 años y estaba buscando un libro sobre criaturas mitológicas en la biblioteca de Alacante, escondido entre los libros que ya se volvían polvo por los siglos transcurridos había un mural con una leyenda escrita en un idioma olvidado, un idioma que gracias a sus estudios en lenguas antiguas podía leer, solo sonrió ante lo que leyó y corrió de regreso a casa antes de que sus padres lo castigaran por llegar tarde, meses despues también lo escuchó de los ancianos cuando contaban historias de su pueblo después de un arduo entrenamiento y como siempre Jace hizo bromas al respecto.

- Solo son leyendas, cuentos fantasiosos para entretener a los niños

- No te burles de ello Jace, son leyendas de nuestro pueblo

- Si llega a suceder te juro que me vestire de pato y no solo eso, me comere uno

Sin duda se lo recordaría a Jace ya que por su culpa aquella vez los castigarón, pero ahora estaba sucediendo y el afortunado era él, lo había pensado, no lo iba a negar, lo había hablado con Magnus, habían hablado sobre la posibilidad de adoptar y ambos estaban de acuerdo pero unos años más adelante, Magnus le dijo que aún era muy joven y quería que disfrutara de su juventud.

¿Cómo le diría?, esperaba que no se enojara con él, no estaba en sus planes pero... mejor no pensar en ello, ahora estaba feliz y mientras rozaba con la yema de sus dedos su aún plano vientre una sonrisa digna de retratarse y conservarse en los más prestigiosos museos era mostrada.