Epílogo
Sintió unos suaves y finos labios posarse en su mejilla con delicadeza, se removió un poco sin abrir los ojos, con una pequeña sonrisa abriéndose paso en su rostro. Se acurrucó contra el cuerpo grande y cálido de su alfa, restregando su mejilla contra su pecho en un acto mimoso que solo enterneció a su pareja.
—Despierta cariño, hoy es el cumpleaños de HyeJin —musitó con voz grave debido a que también acababa de despertar.
—¡Cierto! —se sentó de golpe en la cama, siendo apresado poco después por su alfa, quien se dedicó a dejar un reguero de besos por todo su rostro, haciendo que riera por las cosquillas que le causaba—. Debemos preparar todo.
—HyeJin solo me pidió pasar el día juntos. No quiere fiesta, tampoco invitó a ningún amigo. Quiere pasar su día especial con solo con nosotros.
Ese día la pequeña, ya no tan pequeña, HyeJin, cumplía 11 años, y lo que más le aterraba a Jungkook y Jimin era que la terrible etapa de la adolescencia ya estaba llegando.
Los intereses de la niña habían comenzado a cambiar desde hace un tiempo. Ya no juega con muñecas ni peluches, incluso le prohibió a sus progenitores arroparla en las noches porque, según ella, ya era lo suficientemente grande para hacerlo por si misma. También hubo una reciente guerra con su papá, porque al igual que sus amigas ella deseaba tener un teléfono para usar las redes sociales, cosa que este le negó las primeras tres veces que lo pidió.
Después de varios días molesta, y con ayuda de los pucheritos de su mamá Minnie, lograron convencerlo de comprarle uno, pues así también tendrían como localizarla en caso de que algo sucediera.
—Pero hay que preparar el pastel —profirió poniéndose de pie, dejando ver ese pijama de seda rosa que contrastaba a la perfección con su piel de porcelana, y que además dejaba muy poco a la imaginación.
—Jin y su alfa traerán el pastel más tarde, me dijo que él lo haría.
—Pero... —refunfuñó cruzándose de brazos.
—Mmm, ese pijama te queda espléndido, cariño —se acercó, abrazándolo por la espalda y metiendo sus manos por debajo de la blusa, acariciando la estrecha cintura con la yema de los dedos, escuchando al rubio suspirar.
Jimin se relajó al instante, dejando caer su cabeza en el hombro de su alfa, sintiendo pequeños besitos en su cuello que terminaron erizando su piel.
—Si no tuviéramos que preparar el desayuno, te juro que te comería completo en este instante —murmuró gravemente en su oído, provocando un jadeo corto de su parte.
Se alejó, porque sabía que si continuaban terminarían haciendo el amor otra vez. La noche anterior ya lo habían hecho tres veces, y el dolor en su trasero y caderas era testigo de ello.
—Podemos hacer cupcakes de chocolate y una malteda de fresa —opinó poniéndose una bata a juego con el pijama encima, terminando por hacer un lazo con las cintas en uno de sus laterales; todo bajo la mirada hambrienta de Jungkook, que solo bufó molesto cuando ya no hubo nada que observar—. También tostadas con mermelada y unos huevos con tocino ¿qué dices?
—Yo solo quiero comer una cosa ahora —pasó su lengua por su labio inferior sin dejar de mirarlo.
—Ya deja de insinuarte y vete a dar una ducha fría, ni creas que no sentí tu erección contra mi trasero, pervertido —regañó, viendo al menor soltar una risita.
—Como tu digas cariño, tú te lo pierdes.
Le dio una nalgada antes de entrar al baño, dejando a un molesto Jimin soltando maldiciones por el ardor en su trasero.
Segundos después, e ignorando las ganas que tenía de irrumpir en el baño, y tal vez, tener una larga ducha con su alfa; terminó bajando las escaleras en dirección a la cocina, comenzando a sacar del frigorífico todos los ingredientes que necesitarían para realizar el desayuno especial de su hija.
Ese día HyeJin no iría a clases, por lo que lo más probable es que la niña despertara cerca del mediodía. Era lo normal cuando no debía ir a clases ni tenía alguna otra tarea que hacer.
Alrededor de 15 minutos después Jungkook apareció con el cabello húmedo y solo unos pantalones de chándal grisáceos, dejando ver su marcado abdomen. Suspiró, negando levemente con la cabeza...¿cómo se supone qué va a concentrarse en el desayuno si lo tiene a él paseándose en esas fachas por todo el lugar?
—¿Por qué tengo el placer de ver a mi alfa merodeando semidesnudo? ¿Acaso no hay suficientes camisetas en su armario?
—Mmm...no, alguien con aroma a lavanda y jazmín se dedica a robármelas para armar su nido —alzó las cejas con un sonrisa burlesca estirando sus comisuras—, al que por cierto, no me deja entrar.
—Es mío, hum —espetó alzando la barbilla y dándole la espalda, recibiendo una risita por parte del castaño—. Venga, ayúdame con esto.
Comenzaron a preparar todo, ocasionando un pequeño desastre pues de un momento a otro comenzaron a arrojarse harina. Toda su ropa, e incluso el cabello, se llenó del polvo blanco, pero ambos al final sólo se echaron a reír, compartiendo un beso corto y apasionado.
La convivencia en ese par de años no pudo haber sido mejor. De vez en cuando tenían sus discusiones, como toda pareja, pero al final siempre terminaban resolviéndolo con unos cuantos mimos y abrazos. HyeJin siempre sonreía al ver a sus padres super acaramelados, ya sea viendo películas o cocinando juntos.
—Buenos días —una adormilada castañita se apareció en la cocina, restregándose los ojos mientras soltaba un gran bostezo. Jimin y Jungkook se miraron cómplices, para después tomar el harina que había restado, tirándosela encima mientras gritaban un gran "Feliz cumpleaños".
HyeJin soltó un grito asustada, mirando después su pijama y cabello llenos de harina. Miró a sus padres con con las mejillas infladas por el enojo, pero eso no duró mucho cuando se vio siendo aplastada por la anatomía de ambos, que comenzaron a dejar un montón de besos por su rostro.
—Mi pequeña se está convirtiendo en toda una mujer —lloriqueó Jungkook dramáticamente.
—Solo tengo once, papá —rió, acostumbrada ya a las actuaciones de su padre.
—Pronto llegará a casa diciendo que tiene novio, y cuando caigamos en cuenta, ya querrá abandonar el nido —secundó Jimin, copiando la actitud de su pareja.
—Iugh no, que asco.
—Espero que sigas pensando así dentro de cinco años —profirió el castaño dejando un último beso en su sien, y separándose finalmente, agarrando a su omega por la cintura.
—No me iré de aquí nunca —aseguró sonriendo.
—Nosotros no te dejaremos ir nunca, cariño —dijo Jimin de igual forma.
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—¡Feliz cumpleaños, mi pequeña traviesa! —el grito de Seokjin hizo eco por toda la casa. HyeJin enseguida dejó lo que estaba haciendo y corrió a abrazar al omega con fuerza.
—¡Papi Jinnie! —exclamó contenta, asegurándose de olfatear las feromomas del omega.
—¡Aquí tienes tu regalo —le mostró una caja de tamaño mediano, cuidadosamente envuelta en papel de regalo.
—Feliz cumpleaños, HyeJin —el alfa de Jin, un hombre alto y de cabello rubio llamado Yeonjun, apareció también con un pastel en sus manos, y un pequeño cachorro de tres años aferrado a su cuello.
—Gracias, tío Junnie.
—Hola hyung —Jungkook apareció ya vestido decentemente, siendo seguido por su omega, que se aferraba a su brazo mirando con los ojos entrecerrados a los recién llegados, más que todo a su compañero de casta—, Yeonjun. Pónganse cómodos, Yoongi y Taehyung deben estar al llegar.
Y como si los hubieran invocado, la pareja apareció segundos después, Taehyung teniendo a sus dos hijas en brazos, mientras Yoongi cargaba dos grandes bolsos de color rosa, en los cuales el omega solía llevar las cosas de sus hijas como sus biberones, juguetes o cambios de ropa.
Su hija mayor, Sunmi, tenía ya cuatro años, mientras que su bebé, Haneul, tenía apenas unos ocho meses.
—¡Oh, pero qué cosita tan preciosa! —exclamó Park, llendo hacia Taehyung y arrebatándole de sus brazos a la pequeña Haneul, que al verse siendo alejada de su padre comenzó a llorar.
—Ya deja de atosigar a mi hija —se quejó Yoongi, siendo ignorado por el rubio, que se dedicó a hacerle muecas y arrumacos a la niña para que dejara de llorar.
—Soy su tío, tengo derecho —le sacó la lengua, dando por finalizada la pequeña discusión cuando la cachorra comenzó a reír mientras le halaba el cabello.
Jungkoon suspiró estando un poco apartado, viendo a su omega sonreír en grande mientras jugaba con la cachorrita. Cada vez que Jimin veía un bebé sus ojitos brillaban intensamente, y se sentía culpable, pues él no podía darle uno propio. No desde que decidió dormir a su lobo, y si bien este en ocasiones abandonaba su sueño, solo era por pequeños momentos en los que sentía inquieto a su pareja.
—Deja de martirizarte, ya sé lo que estás pensando —su hermano se paró a su lado, dando un par de palmadas en su espalda.
—Es que...¿de qué me sirve ser un alfa si no puedo darle un cachorro a mi omega?
—Fue una desición que tomaste por tu bien, pero principalmente, por el bien de ellos —señaló a su hija y al rubio.
—Ya lo sé, pero aún así...
—Hay otros métodos ¿sabes? —Seokjin, que había estado observando a los hermanos, se acercó mostrándole un folleto—. Sé lo que has estado pensando, así que léelo.
Era un folleto de un orfanato bastante antiguo, donde acogían a un montón de cachorros que habían sido abandonados a su suerte, o que quedaron huérfanos por causa de algún accidente y no tenían algún otro pariente que los acogiera.
—Es hora de cantarle felicidades a HyeJin y picar el pastel —avisó Jimin, pasando frente a ellos en dirección a la cocina, no sin antes dejar un casto beso en los labios de su alfa.
El resto de la tarde y la noche transcurrió tranquila, entre risas, juegos y conversaciones. Cuando llegó la hora de dormir ambos cayeron exhaustos en la cama, el castañito quedándose pensativo por varios minutos, haciendo que el contrario notara su estado.
—¿Qué sucede, Kookie? —llamó la atención del menor, que suspiró audiblemente, sentándose en la cama y estirándose para tomar unos papeles de la mesita de noche—. ¿Qué es eso?
Se lo entregó, viéndolo alzar las cejas al ver de que se trataba. Jimin lo miró enseguida, preguntándole con la mirada de que se trataba todo eso.
—¿Por qué tienes esto?
—¿No te gustaría qué tuviéramos a alguien más correteando por casa? —preguntó con una pequeña sonrisa—. No me digas que no, deberías ver tus ojos cada vez que cargas a Haneul.
—¿Tú...en verdad quieres hacerlo? Es un gran paso, Jungkook.
—Y yo estaré encantado de darlo contigo.
Asintió enérgicamente, abrazándolo y dándole un montón de besos cortos en los labios.
—Te amo, te amo, te amo. Gracias por esto, Kookie.
—Yo también te amo, cariño. ¿Mañana podemos pasar por allí y preguntar cómo será el proceso?
—¡Sí, sí! Y de paso podemos ver a los niños —contestó dando saltitos, sintiendo a su omega mover la cola contento en su interior.
—Bien. Ahora a dormir, cachorro emocionado —besó por última vez los labios del mayor, atrayéndolo a su pecho para dormir abrazados.
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—¿Están seguros de qué desean ver a los niños desde ahora? Ni siquiera han iniciado el proceso formalmente —preguntó la directora del centro, guiándolos hacia el patio de juegos del enorme lugar.
El rubio sostenía la mano de su alfa con nerviosismo, su lobo estando ansioso por conocer al pequeño o pequeña que formaría parte de su familia en un futuro.
—Si fuera por nosotros lo adoptabamos ahora mismo —bromeó el menor apretando su mano, sintiendo los nervios de su parte.
—Una vez su solicitud de adopción es procesada, un personal especializado se encargará de evaluar si son aptos o no para adoptar, y si cumplen todas las reglas, es que pueden conocer a los niños. Les permitiré verlos porque el señor Park ha sido bastante generoso con nosotros, ha donado juguetes y dinero en varias ocasiones.
—Bueno...de algo me sirvió ser hijo del gran Señor Park —mumuró Jimin en su oído sacándole una risita.
Si bien el omega y su padre habían resuelto sus diferencias, su relación estaba un poco tensa. Aún así Jimin ahora trabajaba junto a su padre en la empresa, desempéñandose como gerente de marca, donde había recibido un montón de cumplidos por sus innovadoras ideas.
—No emitan feromonas y tengan cuidado al acercarse —advirtió la mujer, dejándoles pasar al patio de juegos y tener contacto con los pequeños.
Habían un montón de niños, jugando tanto solos como en grupo, unos a las muñecas; otros más grandes jugaban fútbol, pateando el balón de un lado a otro entre carcajadas. Se quedaron varios minutos, observando a los cachorros desarrollarse naturalmente.
—¿Por qué no juega? —la pregunta de Jungkook lo hizo observar en la misma dirección en la que él lo hacía, viendo a una pequeña de cabello negro y ojos azules sentada en el pasto tranquilamente.
—Vamos a acercarnos —caminó, agachándose frente a la niña, que los observó con sus ojitos bien abiertos y los labios fruncidos—. Hola pequeña ¿Cómo te llamas?
La niña no respondió, dándoles la espalda e ignorando su presencia allí. Se alejaron aún sorprendidos, decidiendo no molestarla más. La directora de acercó a ellos, observando a la niña con lástima.
—Muchos han estado interesados en ella, pero por su actitud terminan escogiendo a alguien más —comentó llevando ambas manos a su espalda—. Minji tiene 3 años, su madre era una prostituta que apenas y se hacía cargo de ella; no hay señales de su padre, y ella murió de una sobredosis. Encontraron a la niña junto a su cuerpo, bastante desnutrida y con varias señales de abuso físico, al parecer la golpeaba cuando estaba dopada.
El rubio sintió dos grandes lágrimas correr por sus mejillas, apegándose a su alfa en busca de consuelo. ¿Así mismo se había visto él cuándo se negó a amamantar a su hija y la dejó sola? Jungkook lo abrazó, susurrándole palabras bonitas en su oído, pidiéndole que se calmara.
—Ella es retraída y no suele jugar con los otros niños, de hecho, no suele jugar mucho. Tampoco habla, o al menos, delante de nosotros no lo ha hecho.
—Queremos adoptar a Minji —soltó Jimin secándose las lágrimas. Jungkook asintió al ver la mirada incrédula de la mujer, confirmando lo que había dicho su omega.
—Me alegra que alguien por fin quiera ayudarla, me encargaré de agilizar el proceso de adopción. Minji necesita de una familia que le brinde todo el amor que se merece.
—Nosotros seremos esa familia, se lo aseguro —afirmó Jimin mirando con los ojos brillosos a su alfa.
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Finalmente pude terminar el cap, y así está finalizando esta historia que tanto me ha costado escribir. Gracias a todos los que se tomaron el tiempo de leer esta cosa, gracias por los votos y comentarios, pero sobretodo, gracias por darle una oportunidad a mi historia.
(^3^)/~♡
Me gustaría realizar un extra, pero ya será más adelante. También les informo a los que no me siguen, que hace poco me hice un canal de WhatsApp donde pongo adelantos y hablo sobre las nuevas ideas que vienen a mi cabeza, también comparto edits que hago con la IA, así que si desean seguirme pueden pedirme el link sin problemas.
Eso es todo, Kookminlov_01 fuera ^^
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