Capítulo 5
Aclaración: No sé absolutamente nada de leyes así que todo lo que leerán aquí es inventado por mí. Sin más que decir pueden comenzar a leer.
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—Es la hora de la verdad, Jungkook —el guardia se acercó a él, retirando las esposas y llevándolo hacia el lugar donde se haría el juicio—. Todo saldrá bien, no te preocupes.
El mencionado asintió suspirando nerviosamente. Las últimas 72 horas se las había pasado encerrado en aquella celda, y lo único que podía hacer era pensar una y otra vez en aquel momento que lo llevó a estar ahí ahora.
Caminó hasta sentarse al lado de su abogado, observando a su madre unos metros atrás mirarlo con tristeza. Su abogado, un alfa cuarentón de traje negro, palmeó su hombro dándole una pequeña sonrisa. Alzó la mirada viendo a Jimin observarle con odio y un poco de miedo refulgiendo en sus orbes. La culpabilidad volvió a él al ver la marca en el cuello del omega.
El juicio dio inicio, el fiscal comenzó a hablar pero él apenas y prestaba atención a lo que sucedía; se sentía tan miserable, y para esos momentos, odiaba a su lobo más que a nada en el mundo. Cuando su madre fue al estrado bajo la mirada inquisitiva del juez, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. Ella era una omega al igual que el pelirrosa, solo de pensar que algo como lo que él hizo pudiera pasarle a ella lo volvía loco. Ese pensamiento lo hizo despreciarse más de lo que ya lo hacía.
—Mi hijo es culpable —sentenció allí bajo la mirada sorprendida de los pocos presentes en la sala, pues al ser Jimin de una familia tan reconocida, todo se hizo en secreto y rápido para evitar a la prensa—. Él forzó a ese chico que está allá.
Señaló a Jimin con su dedo índice y el abogado del alfa para ese momento estaba a punto de halarse los pelos.
—Pero estoy consciente de que no fue de manera intencional —murmuró de forma audible, viendo a su cachorro –sí, porque él siempre iba a ser su cachorro–, sollozar mientras mordía su labio inferior con fuerza—. Mi Jungkookie es la persona más amable y buena de este mundo.
Jungkook negó, pensando para sí mismo que dejó de serlo en el momento en que tocó a aquel omega sin su consentimiento, era una basura de persona, e ir a la cárcel era lo menos que merecía.
—No tiene culpa de que su lobo sea tan salvaje e impulsivo —aseguró, sabiendo como se sentía su hijo en esos momentos, y es que su corazón se apretaba de solo verle llorar—. Sé de primera mano que su alfa toma por completo el control durante su celo, su juicio se nubla y se convierte en un ser que solo sigue sus instintos, créanme, lo he criado por diecinueve, casi veinte años.
Después de sus últimas palabras volvió a su asiento, dándole apoyo a su pequeño silenciosamente. Cuando su abogado tomó la palabra todo se descontroló. El señor mostró el vídeo de las cámaras de seguridad donde claramente se veía como Jeon se alejaba a paso rápido para evitar hacerle daño a alguien, y Jimin lo seguía poco después. El padre de Park se alteró mucho y comenzó a despotricar allí, por lo que tuvieron que sacarlo a la fuerza.
—Si bien no justifico sus acciones, porque es injustificable lo que hizo, se nota claramente como mi cliente se aleja para no hacerle daño a nadie. No era su intención forzar al señorito Park, solo fue un desafortunado incidente, eso es todo por mi parte, su Señoría.
Mientras esperaban a que el jurado tomara la desición que influiría, –sí o sí–, en el futuro del castaño, este nuevamente se acercó a Jimin para disculparse, arrodillándose frente a él una vez más pidiendo perdón por lo que le había hecho.
Jeon Jungkook fue hallado culpable de violación ese día, pero contrario a lo que todos pensaban, la sentencia del juez no fueron unos cuantos años en prisión.
—He visto a este chico llorar desde que su madre se sentó en ese lugar —señaló con su mano—. Me consta que sus lágrimas son verdaderas, y creo que ya tiene suficiente con su conciencia y la culpabilidad que siente.
El veredicto fue realizar servicio social por dos años, y pagar una elevada multa a los Park por los daños psicológicos causados al omega, todo ello continuando su carrera en la universidad de manera normal.
Más de un mes pasó luego de aquel juicio, donde su vida continuó normal, dentro de lo que cabe, obviamente. Cada día veía a Jimin en la universidad, pero este no se acercaba a él y tampoco lo molestaba como antes, a pesar de que sus amigos lo seguían haciendo. Lo veía llegar cada día con abrigos de cuello alto para tapar la marca. Su lobo sufría por no estar junto su omega, pero él creía fielmente que se merecía todo ese sufrimiento por lo que había hecho.
Ese día era uno común y corriente, como cualquier otro, pero varios gritos en los baños de la segunda planta lo hicieron detenerse y observar secretamente.
—¡Déjame ver qué es lo qué escondes debajo de ese abrigo! —exigía un molesto Namjoon a un aterrado Jimin—. ¿Qué es lo que no quieres que vea?
—Deja de imaginar cosas Kim, no hay nada que ver —aseguró con la voz firme.
—No mientas, Park —se acercó al omega, tomándolo del brazo con fuerza—. Desde hace semanas no me dejas besarte, y apenas y puedo tocarte.
Sí, la extraña relación que tenían antes de lo sucedido hace más de un mes, se había ido al carajo, pues el omega de Jimin no soportaba que otro que no fuera su alfa enlazado lo tocara; pues si bien el humano se había negado a tener relaciones con Jungkook, su lobo adoraba el olorcito a licor y café del castaño de ojos grisáceos.
—¡Suéltame! —exclamó, forcejeando cuando el contrario hizo el ademán de revisar su cuello, pero ello no evitó que Namjoon viera la marca violácea que se encontraba allí.
—¿Esto era lo que escondías? Te dejaste marcar —musitó entre confundido y enojado —. ¡¿De quién es esa maldita marca?!
Una bofetada llegó a su rostro, pero al instante Namjoon fue separado violentamente de él y tirado al piso de un fuerte empujón. La espalda de Jeon tapó su vista, mientras este gruñía molesto al otro alfa.
—¡No toques a mi omega!
Luego de eso tomó la mano de Jimin y lo sacó de allí, dejando a Kim un poco aturdido y demasiado confundido.
—Así que te dejaste marcar por el alfita Jeon —murmuró minutos después con una sonrisa burlona en sus labios, esa era una información muy valiosa.
Jugkook soltó la mano de Jimin al sentir, por el casi invisible lazo que los unía, que este estaba asustado. Se detuvo soltando la pequeña mano del omega y alejándose un par de pasos, mirando como la marca roja de la mano de aquel estúpido alfa se marcaba en la blanca piel del rostro del bonito omega. Frunció los labios viéndolo sollozar, pasando su mano por la mejilla afectada.
—¿Estás bien? —cuestionó con cautela, no queriendo molestar al pelirrosa.
—¡Todo esto es tu culpa! —exclamó Park mirándolo con odio— ¡Si no me hubieras marcado nada de esto estaría sucediendo! Ahora Namjoon va a decirle a todos en la universidad.
Volvió a sollozar bajo la mirada abatida del castaño, que comenzó a liberar feromonas para calmar al omega.
—¡Deja de hacer eso! Me tienes harto.
Sus gritos se vieron interrumpidos por unas inmensas ganas de vomitar, por lo que salió corriendo hacia los baños, teniendo a Jeon tras él preguntándole que le sucedía. Se arrodilló frente al excusado, soltando de golpe todo el contenido de su estómago, sintiendo su garganta arder con cada arcada. Unas caricias en su espalda lo hicieron calmarse un poco mientras secaba las lágrimas que habían escapado de sus ojos.
—Ya pasó —murmuró el menor, continuando con las caricias—. ¿Estás enfermo?
—No lo sé —respondió quedamente sin tener idea de lo que le sucedía.
Pero días después descubriría la etiología de esas náuseas y vómitos que lo atacaban en cualquier horario... y no sería una noticia muy bonita para él.
Ya tenía el cap listo y no me aguanté hasta mañana, así que aquí tienen el capítulo que correspondía al domingo. Espero que hayan disfrutado la lectura.
Gracias por leer. Cuídense mucho ❤️
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