Capítulo 28
Observó el rostro pacífico del alfa y suspiró, quitando un par de mechones de su frente para poder observar bien su facie en la penumbra, siendo solo levemente iluminado por la luz de la luna llena que se colaba por las cortinas. Jungkook se veía tan tranquilo, parecía como si simplemente estuviera durmiendo. Tomó su mano, entrelazando sus dedos y rogando internamente para que despertara, a pesar del tiempo que había transcurrido él aún guardaba esperanzas.
—Abre tus ojos, por favor Kook.
Sin esperarlo, un ligero apretón lo hizo abrir sus orbes de par en par. Creía estar soñando, pero un ligero gruñido que soltó el alfa le hizo saber que no era así. Jungkook finalmente estaba despertando.
Se puso de pie, observando fijamente como este intentaba abrir sus ojos. Cuando finalmente lo hizo, dos orbes rojos brillaron intensamente en la oscuridad, y dos grandes colmillos comenzabas a sobrepasar su labio inferior.
Jadeó dando un par de pasos hacia atrás bajo la mirada atenta del alfa, que lo observaba como un depredador a su presa. Con cautela el castaño se puso de pie, soltando gruñidos como un animal y olfateando el lugar. Su espalda estaba ligeramente encorvada y juraba incluso que algo de pelo había crecido en sus brazos y rostro.
Negó levemente soltando un par de sollozos, observando a ese alfa amable que amaba transformado en un completo animal. Al parecer Jungkook había perdido la pelea y su lobo había tomado el control de su mente.
—Ju-Jungkook por favor —rogó, asustándose al ver al mencionado dar unos cuantos pasos en su dirección—. Por favor Jungkook, piensa en nuestra hija, eres más fuerte que tú lobo, puedes vencerle.
Sus palabras fueron ignoradas, recibiendo un fuerte gruñido como única respuesta. El aroma a alfa enojado inundó la habitación y pudo sentir a su omega chillar aterrado en su interior.
El alfa lo tomó de la mandíbula, apretándola y rasguñando su rostro con sus largas garras oscuras. Lágrimas corrían por sus mejillas sin reparo pero eso no le importaba a su agresor, este solo acercó su rostro al cuello del mayor, olfateando y abriendo su boca segundos después para enterrar sus colmillos allí de forma brusca, desgarrando un poco de piel y causándole un chillido de dolor al omega.
—¡No, suéltame! ¡Aléjate!
Gritó removiéndose alterado, intentando escapar del fuerte agarre del contrario y aguantando un grito de dolor en lo más profundo de su garganta.
—¡Detente!
[...]
Despertó de pronto, con sus ojos llenos de lágrimas y sus manos temblorosas. No había sido más que una pesadilla, una bastante horrenda que solo le trajo malos recuerdos del pasado.
Suspiró, apretando la mano del alfa, que continuaba inerte sobre aquella camilla. En los últimos días había logrado mover algunos dedos, pero el médico había dicho que solo eran movimientos involuntarios y que eso no aseguraba que despertara pronto.
Se puso de pie y caminó hasta el baño que había en la propia habitación, echando un poco de agua en su rostro y observándose en el espejo. Estaba pálido y con enormes ojeras, todo producto de su mala alimentación los últimos días y las constantes pesadillas que comenzaban a atacarlo por las noches.
Le aterraba la posibilidad de que Jungkook despertara actuando como un lobo, incapaz de reconocer a nadie, solo guiándose por sus instintos animales. La pobre HyeJin sufriría mucho si eso ocurría.
Sacudió la cabeza negándose a internarse en pensamientos negativos, debía pensar positivamente. Jungkook despertaría pronto y podrían arreglar su relación.
Cuando salió del baño observó a Yoongi en la habitación, revisando los signos vitales de su hermano como hacía cada mañana. Debía reconocer que el pelirrojo se había comportado como el mejor de los hermanos, siempre preocupado por el menor y aferrado a la idea de que se recuperaría pronto.
—Buenos días —saludó, siendo ignorado por él alfa. Este apenas y le hablaba cuando se encontraban allí, algo que sucedía mucho pues se pasaba la mayor parte del día junto a Jungkook e incluso se quedaba a dormir en ocasiones. No es como si lo odiara, simplemente se encontraba resentido por todo el daño que le causó a su donseng.
—No creo que los sepas...porque no estarías tan tranquilo de saberlo —habló el pelirrojo observando al omega fruncir el ceño con confusión—. En las afueras del hospital hay un montón de periodistas, todos saben de tu situación con Jungkook y HyeJin.
—¡¿Qué?! —se acercó a él sintiendo los nervios apoderarse de su ser.
—Que abandonaste a Hye cuando era una bebé, la condición de Jungkook ahora...lo saben todo. Las redes están colapsando con la noticia y las personas no están comentando cosas bonitas —avisó, deteniéndose frente a la puerta—. Te sugiero que vayas pensando en la excusa que darás.
—No puede ser —murmuró con los ojos cristalizados, tomando asiento junto a la camilla—. ¡¿Cómo se enteraron?!
Si era cierto lo que decía Yoongi, eso solo significaba que todos sus fanáticos estarían tan decepcionados de él, y gran parte de la población coreana estaría críticándole como si la mayoría fueran moralmente aptos para hacerlo.
—Supongo que aquí es donde entro yo —una voz imponente llegó a sus oídos, bastante conocida para él.
—¿Papá?
—Yo envié la información de manera anónima a una revista de chismes. Eres mi hijo Jimin, te amo y siempre voy a apoyarte...pero es hora de que comiences a pagar por tus errores —el señor Park se adentró en la habitación, con sus manos en la espalda y el cuerpo recto.
—¿Tú? ¿Te das cuenta qué acabas de arruinar mi carrera? ¡No tenías derecho a ventilar algo así! —se encontraba incrédulo aún, no podía creer que su padre lo haya traicionado de tal manera. Ya era consciente de los errores que había cometido, permanece junto al menor y su hija lo había hecho darse cuenta. No necesitaba que él hiciera eso, ahora solo caería en boca de la gente e inclusive se pondrían a inventar más cosas de la cuenta.
—Tómalo como el karma por haber abandonado a tu hija —profirió, observando a Jeon después—, mira como terminó este chico a causa de tus mentiras.
—¡Solo estás haciendo esto porque no permití qué utilizaras a HyeJin! ¡Te estás vengando! —exclamó con enojo, liberando feromomas por todo el lugar, emociones como molestia, dolor, y tristeza siendo casi palpables.
Un pequeño gruñido los hizo callar de pronto, todos centrándose en el chico acostado en la camilla que comenzaba a abrir sus ojos.
—¡Está despertando! —profirió Yoongi emocionado acercándose rápidamente.
Jungkook se veía algo descolocado, movía sus extremidades con lentitud mientras sus ojos vagaban por la habitación hasta dar con el único omega presente. Jimin dio un par de pasos hacia atrás cuando sus miradas coincidieron y pudo observar con claridad las motas rojizas que manchaban los orbes grisáceos del castaño.
—N-no puede ser —negó entre tartamudeos, tragando saliva en un intento de deshacer el nudo que comenzaba a formarse en su garganta.
—¿Jungkook? —Yoongi intentó tocarle pero un fuerte gruñido por parte de su hermano lo hizo retractarse.
Jimin negó, no dispuesto a aceptar que el castaño se convirtiera en un animal. Caminó hacia él con cautela, viendo como lo observaba sin despegar la mirada de su cuerpo mientras la distancia se reducía.
—Alfa —habló dejando que sus orbes se iluminaran en un azul eléctrico, siendo la presencia de su omega bastante notable.
Tomó el rostro del menor entre sus manos, apartando varios mechones de cabello de su frente y dejando un casto beso allí. Este se mantuvo inmóvil, dejándose acariciar y mimar por el rubio, que se mantuvo muy cerca liberando feromomas dulzonas.
—Jimin —la voz de Jungkook salió gruesa y algo ronca, pero completamente entendible.
—Sí, soy yo Kook —sonrió grande soltando un par de lágrimas debido a la emoción que le causaba verlo en sus cabales—. Estoy aquí contigo.
—¿Acaso su reacción fue por las feromonas de tristeza y enojo de Jimin? —se preguntó Yoongi en voz baja, observando la interacción de alfa y omega, que seguían en su burbuja—. Su lobo reaccionó al estado de Jimin, solo quería protegerlo...
Después de seguir todo el protocolo y examinar a Jungkook minuciosamente, llegaron a la conclusión de que si bien su lobo seguía dormido, en ocasiones como la —anterior emergería para asegurarse del que, el que consideraba su omega, estuviera a salvo y feliz. Simple instinto, no había explicación para ello.
—Iré a traer a HyeJin, la pobre ha estado tan triste últimamente —le comunicó Yoongi, recibiendo un simple asentimiento por parte de su hermano. El castaño seguía algo ido, pero no era nada que en cuestión de unos días se arreglara.
Finalmente el rubio y él se quedaron a solas, el mayor permanecía sentado a su lado con sus manos entrelazadas. No quería hacerlo, desde que despertó había dejado de lado el tema, pero era hora de que hablaran sobre ello.
—¿Qué harás ahora? —le preguntó sin mirarlo, soltándose de su agarre y posando su mando sobre su regazo, lejos de la del mayor.
—¿A qué te refieres? —cuestionó, asustado por la manera en la que el contrario hablaba y por como había alejado sus manos, sus ojos comenzando a cristalizarse porque sabía lo que venía a continuación.
—Ya obtuviste lo que querías ¿no? HyeJin te adora —murmuró de igual manera que antes—. Tu padre anunció que será la heredera de su puesto en la empresa y obtendrás tu herencia...por eso pregunto ¿qué harás ahora?
Park bajó la mirada sintiéndose culpable, no tenía cara para decirle al menor que quería quedarse junto a él, que no importaba si su carrera se iba a la basura, mientras estuvieran juntos nada de eso le importaría...pero no podía, porque Yoongi tenía razón, él era dañino para Jungkook.
—Te amo Jimin, y...estaría dispuesto a olvidar todo pero...
—Te juro que los amo a ambos, son lo más importante en mi vida —aseguró tomando su mano de nuevo, inclinando un poco su cuerpo hacia el del contrario.
—¿Cómo puedo creerte? Has mentido tanto que no sé si puedo confiar en ti —musitó, mirándolo directo a los ojos, mostrando sus orbes grises cubiertos por una capa de agua—. Y quiero hacerlo, quiero confiar porque te adoro tanto...¿Prometes qué no te irás otra vez? ¿Permanecerás con nosotros?
—¡Sí, sí, sí! Mil veces sí, te lo prometo, no me iré, porque los amo y quiero permanecer a su lado —se tiró encima del castaño, dejando un reguero de besos por todo su rostro, incluyendo sus labios.
—Necesito mi espacio, por favor —lo alejó, viendo la mirada triste del otro—. No puedo olvidarlo así tan fácil, pero lo intentaré... mientras, no nos veamos, por favor. Necesito unos días para pensar bien en nosotros y nuestra relación.
Quiso negarse, decirle que no se iría, que permanecería junto a él para cuidarlo hasta que se recuperara completamente. Pero por un lado quería respetar su desición y hacerse a un lado por unos días, tal vez sería lo mejor para ambos.
—Bien, pero no lo olvides Kook, te amo mucho.
Acercó su rostro, rozando ambas narices y sintiendo el aliento caliente del alfa chocar contra el suyo. No avanzó más, esperando a que fuera el alfa quien diera el paso, y no tardó demasiado cuando sus labios ya se estaban moviendo con cuidado y cariño, de la manera más afable posible y encajando a la perfección uno con el otro. Se estaban dando un beso desbordado de amor, como una promesa de que volverían a estar juntos. Tal vez no ahora, pero esperaría pacientemente a que el castaño pudiera sanar esas heridas y llenar esos huecos de desconfianza que sentía.
—Llamáme cuando estés listo, te prometo que voy a amarte de la mejor manera posible —sonrió levemente despejando la frente del alfa y dejando un casto besito en el lugar—. Hasta pronto, Kook.
Espero que les haya gustado el cap, y perdón por no haber actualizado desde hace un tiempo, pero no tenía mucha inspiración para esta historia. Ya nos acercamos al final ya.
Decidí que Jungkook perdonara a Jimin porque ya ambos habían sufrido lo suficiente, y él demostró que de verdad desea estar junto a Jungkook y su hija. Así que no más drama por ahora.
Voten y comenten :
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