Capítulo 27
El omega acarició su vientre hinchado con cariño, dibujando una enorme sonrisa en su rostro. El médico le había dicho que todo iba a la perfección con su cachorro y eso lo tenía feliz. Observó a Yoongi agradeciendo por la consulta y despidiéndose amigablemente, pues al trabajar en el mismo hospital se habían hablado un par de veces con su obstetra.
—Todo va perfecto con nuestro Frijolito —la mano del alfa se posó sobre la suya con cuidado.
—Debo irme, le prometí a mis padres que iría a darles noticias apenas terminara la consulta —avisó quitándole su bolso al pelirrojo y colgándolo en su hombro—. Nos vemos más tarde.
Al omega solo le faltaban un par de días para cumplir cuatro meses de embarazo. Ambos, Yoongi y él, estaban más que emocionados por esa nueva vida formándose en su vientre. Llevaban su relación con calma, y si bien lo suyo no comenzó de la mejor manera, con paciencia iban formando una bonita pareja.
—No, yo te llevo —entrelazó sus manos, dejando un beso en la sien del omega con cariño.
Estaban dispuestos a salir del lugar cuando un alboroto se formó en la entrada del hospital. Al parecer había ocurrido algún accidente o algo así.
—¡Abran paso! —exclamó alguien y pronto en su campo de visión entraron varios médicos empujando una camilla.
Pasaron por su lado a gran velocidad, pero no la suficiente como para que Yoongi no notara quien iba en ella. Abrió los ojos y la preocupación comenzó a carcomer su interior.
—¿Ese era Jungkook? —preguntó mirando a Taehyung pero este solo se encogió de hombros pues no pudo ver nada.
—Señor por favor, tiene que calmarse —una enfermera llamó su atención, y un par de metros delante pudieron ver a Jimin muy pálido, sudado y con las manos temblorosas.
—¡Déjeme ir con él, necesito estar a su lado!
—¿Jimin que fue lo que sucedió? —cuestionó corriendo hacia él.
—Todo esto es mi culpa —sollozó llevando sus manos a su rostro—. Te j-juro que HyeJin y él son lo más im-importante en mi vida.
Yoongi cruzó un brazo por sus hombros dando un par de palmadas en su espalda a modo de consuelo. No entendía que sucedía ni porqué Jimin estaba así, tampoco sabía que había sucedido con su hermano, pero interrogar a Jimin en su condición actual iba a ser imposible.
—Jiminie todo saldrá bien —Taehyung lo abrazó acariciando sus hebras rubias, sintiendo las lágrimas abundantes de su mejor amigo mojar su camiseta.
Pasó alrededor de una hora cuando obtuvieron noticias de Jungkook. La doctora a cargo salió, y al ver a Yoongi se acercó enseguida a ellos. No había persona en ese hospital que no conociera a los hermanos de ojos grisáceos.
—Yoongi-ssi, lamento decirte que no tengo muy buenas noticias —su rostro estaba neutro, pero sus ojos decían claramente que lo que diría a continuación no iba a ser bueno—. Tengo entendido que Jungkook-ssi durmió a su lobo —comenzó, recibiendo un asentimiento por parte de él—. Según el señor Park dijo cuando venían en camino, Jungkook fue capaz de utilizar su voz de mando.
—No puede ser —profirió incrédulo y asombrado a partes iguales.
—Al parecer Jungkook-ssi estuvo involucrado en algo lo suficientemente intenso como para que su lobo saliera en su defensa —Jimin bajó la mirada sintiendo sus ojos acuosos nuevamente—. Su lobo intentó despertar al mismo tiempo en que él trataba de suprimirlo, la colisión de esas energías opuestas causó el sangrado repentino y dañó sus cuerdas vocales.
—¿Qué fue lo qué sucedió Jimin? ¿Por qué Jungkook se puso así? —cuestionó con voz dura observando la culpabilidad brillar en los orbes verdes del omega.
—Yoon no es momento para eso, escuchemos a la doctora —pidió Tae acariciando el dorso de su mano.
—En estos momentos se encuentra inconsciente, no sabemos cuando despertará, tampoco sabemos como lo hará.
—¿A qué se refiere? —preguntó mordiendo su labio inferior con frustración.
—No sabemos si el que despertará será Jungkook o solo su lobo.
—¡Joder!
Exclamó el pelirrojo de golpe sentándose en uno de los tantos asientos en esa sala de espera, y llevó sus manos a su rostro frotándolo con fuerza mientras intentaba retener las lágrimas que se agalopaban en sus ojos.
—¿Qué significa eso Yoongi? —la voz de Jimin salió entrecortada y casi como un murmuro.
—¡Qué mi hermano puede volverse un maldito salvaje! ¡Qué si su lobo se adueña de su mente será un jodido animal guiándose solo por su instinto!
Jimin sintió sus piernas perder fuerzas, y si no hubiera sido porque se recostó de la pared a tiempo, hubiera terminado tirado en el suelo. Sus ojos no se despegaban de sus pies y la culpabilidad comenzó a adueñarse de su mente.
Jungkook estaba así de mal por su culpa.
¿Con qué cara lo miraría si llegaba a despertar bien? ¿Cómo podría volver a ver a su cachorra a los ojos después de semejantes sucesos? No podía creer como todo su esfuerzo por cambiar y ser alguien merecedor del amor de ese dulce alfa y la bonita niña se habían ido a la basura por su falta de honestidad.
Si, era cierto que en un primer lugar los buscó por la herencia que su padre le negaría de no hacerlo, pero desde el segundo en que la vio su corazón latió fuerte y su omega enloqueció al sentir el aroma a cachorro de su pequeña.
Con Jungkook fue más menos igual. Desde la universidad el alfa le causaba una especie de atracción extraña que por más que quiso negarla fue imposible, con sus ojos brillantes y cabello tintado le fue inevitable no interesarse en él; aún si la única forma que encontró de llamar su atención fue el constante bullying que le hacían el y sus supuestos amigos, no podía negar que Jeon le gustaba desde esa época.
—Debe haber algo que podamos hacer —escuchó la voz de Yoongi, pero parecía estar muy lejana. Ahora lo único que podía escuchar eran los aullidos tristes de su omega.
—Jimin —Tae le llamó—. ¿Dónde está HyeJin?
—La dejé con mi padre —sorbió la nariz y se enderezó, acercándose a Yoongi y la doctora, que se mantenían hablando entre ellos.
—Quiero verlo —pidió en voz baja pero lo bastante audible para ser escuchados.
Estaba evitando hablar con Yoongi porque sabía que le preguntaría la razón por la que su hermano se puso así y él tendría que decirle la verdad. El alfa se pondría a gritar y no lo dejaría permanecer a su lado, y a pesar de todo el quería estar allí, cuidar del menor hasta que se recuperara completamente y pudiera rogar su perdón.
—No, tú y yo hablaremos ahora.
Lo tomó del brazo y lo arrastró hasta su oficina, cerrando la puerta al estar ambos adentro. Se mantuvo mirándolo, esperando que el rubio comenzara a hablar, pues era obvio que quería saber lo que pasó.
—Habla de una vez —exigió perdiendo la paciencia.
—Fue mi culpa —se sinceró, jugueteando de manera nerviosa con sus manos—. Escuchó una conversación que tuve con mi padre...y por eso...
—¿Qué conversación?
—Escuchó a mi padre decir que solo los había buscado para recibir la herencia que me estaba negando —musitó, avergonzádose en el proceso pues decirlo en voz alta lo hacía sentir más traicionero y mentiroso.
Contrario a lo que imaginó, Yoongi no le gritó ni se enfureció. Asintió un par de veces con una mueca reflexiva y lo encaró.
—De una u otra forma sabía que esa relación de ustedes no iba a acabar bien...solo no pensé que terminarías dañando tanto a Jungkook al punto de hacerlo colapsar —se notaba la tristeza en su voz, y sus ojos incluso se cristalizaron—. Aunque quedaba una pequeña esperanza de que finalmente él y HyeJin pudieran formar una familia y ser felices.
—Yo los adoro, te juro que son lo más importante en mi vida. Amo a HyeJin desde que la vi, y también amo mucho a Jungkook. Hablo en serio, se que me equivoqué, pero cree en mí —tomó su mano, rogando con sus ojos que confiara en su palabra.
—Por alguna razón siento que de verdad te importan, pero no pienso anteponer tus sentimientos a los de mi sobrina y mi hermano —se separó dándole la espalda—. Seokjin cuidará a Hye mientras Jungkook siga dormido. Si en verdad te importan... aléjate de ellos, déjalos ser felices, tu presencia aquí solo les ha traído dolor.
Jimin sintió su corazón comprimirse en su pecho ante las palabras del mayor, pero negó con la cabeza, no dispuesto a ceder a la petición del alfa. No quería dejar a Jungkook y a su hija, no iba a cometer ese error otra vez. Le prometió al castaño que no volvería a marcharse y pensaba cumplir con ello. Solo cedería si el mismo Jeon se lo pedía una vez despertara.
—No pienso hacer eso. Me parece bien que Seokjin cuide de Hye ya que ella se sentirá bien con él, pero eso no me impedirá verla. Y en cuanto a Jungkook...voy a venir a diario —profirió observando el rostro calmado pero serio de Yoongi.
—Haz lo que quieras, el mismo Jungkook te mandará a la mierda en cuanto despierte —fue lo último que dijo antes de salir a paso apresurado de la oficina.
Park suspiró pasando una mano por su cabello. Ahora solo debía importarle la opinión de su familia, de esa niña castaña y ese alfa ojigris que tanto quería. Si ellos decidían alejarse el les concedería su deseo, pero mientras tanto seguiría allí a su lado.
Miró la hora en su teléfono y salió apresurado, saliendo del hospital y tomando un taxi para volver a su casa. Debía buscar a HyeJin, la pobre se había quedado llorando cuando vio a su papá colapsar de esa forma, y por más que su padre adorara a la niña esta no se calmaría con él pues apenas lo conocía.
Al llegar lo primero que observó fue a su padre con el cabello alborotado y el traje arrugado. HyeJin permanecía sentada en uno de los grandes y lujosos muebles de la sala de estar, abrazando sus piernas y escondiendo su rostro entre ella, totalmente callada.
—Es tan terca como tú —profirió su padre arreglándose la corbata.
—Pequeña —la llamó, ignorando lo dicho por el mayor. La castañita levantó la cabeza y al verlo enseguida sus ojos se llenaron de lágrimas y se puso de pie, corriendo hacia él y abrazándolo con fuerza.
—¡No te vayas otra vez! ¡Mami por favor, no nos dejes de nuevo!
El llanto de la niña solo lo hizo quebrarse, cayendo arrodillado y apretando su pequeño cuerpecito firmemente entre sus brazos mientras el también rompía en lágrimas.
—No lo haré mi amor, no voy a dejarte —consoló en un suave arrullo, soltando feromomas para que se calmara y dejara de llorar.
—¿Papi está bien? —preguntó segundos después, limpiando sus lágrimas y mirándolo directo a los ojos.
Sinceramente, pensó en mentirle y decir que pronto lo vería sano, pero no quiso hacerlo, no podía darle falsas esperanzas a la pequeña cuando ni los propios doctores sabían lo que sucedería con Jeon.
—Ahora está profundamente dormido, pequeña, está teniendo sueños muy lindos y por eso no quiere despertar —intentó ser sutil, tampoco podía decir que su papá estaba en una especie de coma y que podría despertar siendo un salvaje—, pero estoy seguro de que pronto se pondrá bien.
La envolvió entre sus brazos, y no pasó mucho para que la niña terminara dormida encantada con sus feromomas dulces. La llevó a la que era su antigua habitación y la depositó suavemente sobre la enorme cama, sentándose a su lado y dejando pequeñas caricias en su cabello.
Miró su celular atentamente y finalmente se decidió a hacer algo que a pesar de ser más que necesario, debía hacer para poder estar ahí para Jungkook, algo que rompería su orgullo como omgea y padre de HyeJin.
Tenía que llamar a Seokjin.
Me dolió un montón escribir este cap (╥﹏╥)
Pido perdón por haber desaparecido, la universidad me tiene bastante ocupada estos días, casi ni tengo tiempo para escribir, pero hice un esfuerzo para traerles este cap.
Espero que les haya gustado y no se olviden de votar y comentar. Bye bye✨
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