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Capítulo 24

Inspiró profundamente sin dejar de observar el rostro pacífico del castaño, con su respirar calmado y lento. Mordió levemente su labio inferior, apartando unos mechones de cabellos que alcanzaban a tapar sus ojos, sintiendo la culpabilidad arrasar en su pecho.

Jungkook no había despertado desde que se sometió al proceso para dormir a su lobo. Habían pasado un par de cosas desde eso...
Yoongi le avisó a su madre, la cual se apareció al día siguiente muy temprano en la mañana, preocupada y ansiosa por ver a su hijo menor. La señora Jeon se mantenía bastante bien, apenas y había cambiado desde la última vez que la vio en aquella sala de juicios hace varios años; un par de arrugas y una que otra cana, pero igual de hermosa y comprensiva que esa vez. Tuvieron una profunda charla y se sintió aliviado de que al menos, una persona, no lo haya cuestionado y haya creído en sus palabras desde que volvió.

A HyeJin le ocultaron la situación, Jimin lo decidió a pesar de los reclamos de Yoongi, pues quería que su hija disfrutara de sus vacaciones sin preocupaciones de ningún tipo, luego de eso tendría tiempo de prepararla mentalmente para afrontar la nueva situación que atravesaría la familia.
La señora Jeon terminó llevándosela a su casa, pasaría sus vacaciones allá, junto con su abuelo que llegaría en pocos días del extranjero.

—Lo siento tanto, Kook —musitó entrecortadamente sujetando la mano del menor con fuerza—. Es mi culpa que estés así ahora.

El pensamiento no lo había dejado dormir bien, seguía preocupado a pesar de que Yoongi le dijo que pronto iba a despertar, que era normal después del proceso que habían llevado a cabo en él, pero eso no lograba quitarle de la cabeza la culpa que sentía.

—No...es t-tú culpa —el murmullo apenas audible lo hizo sobresaltar, abriendo los ojos de par en par al ver a Jungkook despierto.

—¡Jungkook! ¡Oh por la Diosa, despertaste! —lo abrazó con fuerza, dejando un montón de besos en todo su rostro, incluyendo sus labios—. ¡Perdóname, fue una estupidez pedirle a Taehyung esas pastillas! ¡No debí dejarte hacer esto! ! Te juro qué no quería...!

Comenzó a balbucear de manera rápida pero el alfa lo cortó enseguida.

—Calma, calla un segundo —sujetó sus mejillas para que lo mirara directo a los ojos—. ¿De qué estás hablando?

—Las pastillas que tomaste, eran inductores de celo —explicó desviando la mirada—, debí decírtelo antes, aún tendrías a tu lobo y...

Jeon negó con la cabeza, con una pequeña sonrisa dibujándose en su rostro.

—No estoy molesto contigo, no sé porqué tenías inductores de celo y los hiciste pasar por pastillas para el dolor de cabeza, pero...lo de mi lobo no fue tu culpa, ya era algo que tenía decidido.

—Pero...

—Mi lobo está defectuoso, es agresivo e impredecible, no podía permanecer así el resto de mi vida, no cuándo puedo hacerle daño a las personas que más quiero.

Al instante llegó a su mente el rostro asustado y sangrante de Seokjin. Se intentó poner de pie, pero la debilidad y el dolor que sentía por todo su cuerpo se lo impidieron.

—Él está aquí, se incorporó a trabajar en la mañana —dijo sabiendo hacia donde se estaban desviando los pensamientos de Jeon.

—¿Puedes llevarme a su oficina? —pidió con evidente nerviosismo. Jimin lo dudó un segundo, pero terminó asintiendo, sabiendo que si él no lo llevaba Jungkook terminaría yendo por su propia cuenta.

Y así lo hizo, buscó una silla de ruedas, pues el menor en las condiciones que se encontraba dudaba que pudiera dar más de diez pasos, además, Yoongi le dijo que debía hacer completo reposo y mantenerse en cama.

Kim Seokjin era una persona que el castaño apreciaba y con la cual estaba agradecido por todo lo que hizo por su hija y por él, le guardaba un gran cariño y aprecio, por esa razón se sentía ansioso, si el omega pelizaul decidía que no quería volver a verlo sería doloroso, tanto para él como para su hija; pero aún así lo entendería, entendería perfectamente que Kim le guardara rencor e incluso que sintiera miedo de él.

Simplemente lo dejaría escoger si quería seguir formando parte de su vida o no.

—¡Ya despertaste! —la exclamación y el apretado abrazo lo hicieron sobresaltarse—. Me alegro tanto de verte bien

—Seokjin hyung tú...¿no estás molesto conmigo?

—¿Cómo podría estarlo? Sé que no querías hacerlo, además, no es tan malo como pareció en ese momento, solo quedará un pequeña cicatriz.

—Lo siento mucho —bajó la cabeza avergonzado, apretando las manos del mayor entre las suyas.

—Deja de disculparte —acarició el cabello castaño con una pequeña sonrisa, dejando un casto beso en su frente.

Un carraspeó por parte de Jimin lo hizo alzar la cabeza, este los miraba con los brazos cruzados y una ceja alzada, visiblemente celoso. Jin rió, queriendo provocarlo aún más, pero deteniéndose al ver la pequeña sonrisita embobada con la que Jungkook miraba al rubio, se notaba a kilómetros que estaba perdido por ese omega.

Se alejó un poco del alfa, dándose cuenta de que este nunca aceptaría ni correspondería a sus sentimientos, pues nunca dejó de sentir amor por Park. Así que solo se haría a un lado antes de que su corazón terminara peor, ocuparía cómo era debido su papel como mejor amigo del alfa, como debió haber sido desde un comienzo.

—Gracias por venir a verme, pero deberías regresar o Yoongi va a estrangularte. Ha estado muy estresado desde que se hizo el proceso.

—Espera...¿cuánto tiempo pasó desde eso?

—Dos días —respondió Jimin—, estuviste dormido durante dos días.

Los días pasaron rápido después de eso, pronto Jungkook fue dado de alta y volvió a casa, siguiendo el estricto régimen impuesto por su hermano mayor. Debía mantenerse en cama y comer saludablemente para que su cuerpo se recuperara. Jimin se mantuvo a su lado todo el tiempo, y cuando debía hacer algún trabajo Yoongi o Seokjin iban a cuidar de él. Poco a poco su hermano comenzó a permitirle caminar pequeñas distancias y hacer un par de cosas más.

Su recuperación fue lenta pero valió la pena, se sentía tan liberado ahora que su lobo no se encontraba en constante lucha por tomar el control, había sido doloroso, tanto física como emocionalmente, pero su estabilidad mental estaba por encima de todo. Y ahora era feliz así.

Por otra parte, las cosas con Jimin habían ido de maravilla, una que otra pequeña discusión, pero todo se resolvía con una charla y un par de besos.
HyeJin había vuelto a la casa hacía pocos días, y fue un duro golpe para ella él no sentir las feromomas de su padre alfa con la misma intensidad de antes, pero de vez en cuando podías verla enganchada a su padre como una garrapata, olisqueando su cuello para sentir el ligero aroma a licor y café que emanaba.

Ahora se encontraba recostado en el sofá siendo abrazado por el rubio desde atrás. Habían decidido quedarse a ver una película romántica luego de que la niña decidió irse a dormir.

—¿Te está gustando la película? Creo que te estás quedando dormido —dijo el omega divertido al verlo bostezar un poco.

—No es cierto —negó, escuchando la risita del mayor en su oído.

—Bueno, no creo que deberías dormirte ahora que las cosas se están poniendo picantes —susurró de manera coqueta viendo como comenzaba una escena de sexo entre los protagonistas.

Jeon se removió incómodo, sientiendo la respiración caliente de Jimin impactar en su cuello y erizar todos los vellos de su cuerpo. Sintió como con lentitud una mano del rubio se introducía dentro de su camiseta y acariciaba su abdomen. Un jadeo escapó de sus labios al sentir unos abultados y suaves labios dejar un par de besos en su cuello, succionando un poco de vez en cuando y jugueteando con sus dientes también.

El omega era un descarado, sabía claramente que tipo de película era, por eso había insistido tanto en dejarla cuando él quiso cambiarla por una de acción.

Sintió como una mano traviesa se escabullía en sus pantalones de chándal, apretando por encima del bóxer su miembro semi erecto. Un gemido grave y bastante audible hizo eco por la sala cuando la pequeña mano hizo contacto directo con su miembro, comenzando a moverla con lentitud de arriba a abajo por toda su extensión.

—Shh, no seas ruidoso Kookie, HyeJin podría despertar.

Sabía que lo estaba provocando, quería torturarlo sabiendo lo sensible que estaba ya que desde su celo no había vuelto a tener relaciones, y de eso había pasado mucho tiempo ya; de hecho, si no hubiera dormido a su lobo, su próximo celo sería en una semana.

—Mmmgh deja...de tor-torturarme —rogó en voz baja y entrecortadamente, sientiendo como el ojiverde aumentaba la velocidad de su mano, dejando al mismo tiempo un reguero de besos por su cuello y oreja—. Ughh Jimin...

—Quiero hacerlo, Jungkook —murmuró sensualmente viendo al castaño mover sus caderas desesperado.

Fue cuestión de un segundo, la velocidad con la que Jeon se volteó y lo acorraló contra el sofá lo sorprendió.  Pronto los labios finos del alfa estuvieron sobre los suyos, que eran succionados y mordidos con devoción. Una vez más comprobaba que los besos del menor eran simple y asombrosamente deliciosos. Era un deleite cuando este comenzaba ese apasionado vaivén.

Sus cuerpos se amoldaron al igual que sus bocas, restregándose el uno contra el otro en busca de mayor placer. Poco tiempo pasó cuando ambos se vieron sin ninguna prenda encima, sintiéndose piel contra piel, despertando ese ferviente deseo casi salvaje de amarse de la forma más sucia y pura al mismo tiempo.

Los gemidos llenaron la sala de estar, despreocupándose ambos al saber que el cuarto de su hija estaba demasiado lejos como para ser escuchados, además de que esta dormía plácidamente, por lo que no iba a enterarse.

—¡Oh Jungkookie! —arqueó su espalda sintiendo las profundas embestidas maltratando su interior—. ¡Mggh sí, sigue así!

Los besos no faltaron en ese tiempo, sus labios ya se encontraban hinchados de tanto que habían sido mordidos por el menor. Las constantes arremetidas lo hacían delirar, formándose incluso dos lágrimas en sus ojos debido a la sobreestimulación.

—Te quiero, Jimin —dos gruesas lágrimas se deslizaron por sus mejillas al escucharle decir eso. Se aferró a los hombros del castaño, besándolo nuevamente de esa forma que solo él podía hacerlo, suave, lento, pero apasionado como ningún otro.

—Yo también te quiero, Jungkook.

El mencionado lo miró a los ojos con una sonrisa, apartando varios mechones sudados de cabello de su frente y dejando un casto beso allí.
Retomó las embestidas, yendo más duro, más profundo, maltratando su próstata repetidamente mientas se deleitaba con los dulces y agudos gemidos del rubio. Sintió un ardor en su espalda, todo obra del omega que había enterrado sus uñas y de paso, mordido su hombro también.

—Ahh~ ya no...voy a correrme.

—Hazlo bonito, ansío ver tu rostro lleno de éxtasis —murmuró con voz ronca en su oído, dando las últimas penetraciones antes de que ambos culminaran al mismo tiempo pocos segundos después.

Se dejó caer encima del mayor, ambos respirando agitados y me forma descompasada. Jimin dejó un par de besos en la mejilla del contrario, escuchando la suave risa inundar sus oídos.

—Te quiero...

—También te quiero —respondió Jeon sin poder esconder su sonrisa—. HyeJin también te quiere, y estoy seguro de que hablo por ambos cuando digo que quiero que permanezcas en nuestras vidas.

—¿Tú...hablas en serio? —preguntó incrédulo, con una pizca de esperanza de que el alfa le dijera que no se trataba de una broma.

—Muy en serio.

—¡Gracias! ¡Gracias por permitirme formar parte de sus vidas! —tomó el rostro del castaño depositando un montón de besitos en él.

—No tienes nada que agradecer, estoy feliz de que hayas vuelto con nosotros.

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Hola! Cómo se encuentran? Espero que tod@s estén bien. Retomamos las actualizaciones en esta historia.

Espero que les haya gustado el cap, no soy muy buena escribiendo Smutt pero hice lo mejor que pude. Voten y comenten!

Intentaré actualizar lo más pronto posible ^^

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