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—Muchas felicidades Jimin, la prensa ya sabe que tienes una hija —espetó con sarcasmo tirando una revista encima de la mesa.
Hoseok esa noche había llegado completamente alterado a la casa soltando maldiciones por lo bajo. La noticia estaba ya en todos los sitios de chismes de Corea. En la revista se podía observar claramente al modelo de la mano con HyeJin, ambos sonrientes en un parque para niños, con un helado en sus manos libres.
Las fotos eran del día anterior cuando tuvieron su salida de padre e hija. Miró al mayor pasando una mano por su cabello y mordiendo su labio inferior con nerviosismo. ¿Qué debía hacer? ¿Decir la verdad y arruinar su carrera o mentir?
—Si tuvieras hermanos podríamos decir que es tu sobrina... —comentó Jungkook.
—Vamos a decir la verdad —profirió decidido viendo el rostro de su mánager enrojecer debido al enojo. Estaba seguro de que algún día terminaría matando a Hoseok de un infarto.
—¿Te volviste loco? Tu carrera se irá a la mie...
—Vocabulario —chistó el alfa menor entrecerrando los ojos—. Hay una menor aquí —los tres dirigieron sus miradas a HyeJin que jugaba entretenida con sus muñecas.
—Lo siento —se disculpó aflojándose la corbata del traje—. ¿Entonces quieres decir la verdad? Debemos organizar un comunicado para la conferencia de prensa.
—Pueden decir que se mantuvo en secreto su existencia porque querías mantener tu vida personal en privado —aportó una idea el castaño.
—Sí, así evitamos caer en el tema del abandono y eso —comentó despreocupadamente el pelinegro, recibiendo al instante una mala mirada de parte del omega y el menor.
Jimin suspiró negando con la cabeza. ¿Por qué cuándo las cosas iban viento en popa tenía qué suceder algo así? O sea, su relación con la niña no podía estar mejor, y con Jungkook las cosas iban bastante bien, teniendo en cuenta que cuando estaban en casa el castañito no quería separarse de él.
—Bien, entonces prepararé todo para la próxima semana. Intenta no llamar mucho la atención por ahora.
Hoseok poco después se despidió, prometiendo hacer todo lo posible para arreglar toda esa molesta situación. Jungkook fue a arropar a la niña y luego de eso ambos se fueron a dormir. Esa noche el alfa apenas y pudo dormir debido a la preocupación. Se pasó varias horas pensando y analizando esa situación. De ninguna manera permitiría que estuvieran acosando a su hija esos paparazzi's que siempre andan detrás de las celebridades inmiscuyéndose en asuntos que no le corresponden. HyeJin era solo una niña, no tenía que pasar por ese tipo de cosas...pero ahora Jimin estaba decidido a revelar su existencia y era algo que no le podía negar, a fin de cuentas era por el bien de su carrera. Solo esperaba que la noticia se olvidara lo más rápido posible.
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—No te ves muy bien, Jungkook —comentó su hermano al verlo en el hospital al otro día—. ¿Dormiste bien?
No, por supuesto que no lo hizo. Apenas eran las 4:00 am cuando finalmente pudo conciliar el sueño. Solo había dormido dos horas y media. Y como si fuera poco, al llegar temprano en la mañana le dijeron que habían ingresado seis personas más a la sala de Cardiología, lo que significaba más trabajo para él, pues había déficit de personal.
—Siento que la cabeza me va a explotar, Jimin quiere revelar la existencia de HyeJin y eso me tiene preocupado.
—¿No sería mejor qué volvieras a la casa? Además ¿qué clase de relación tienen ustedes ahora? —preguntó con curiosidad, pero preocupado al mismo tiempo. Jungkook a fin de cuentas seguía siendo su hermano, no importaba si tenía 16 o 40, seguiría preocupándose y cuidando de él.
—La verdad es que ni yo lo sé, hyung. Prácticamente somos una pareja, vivimos juntos, dormimos juntos, nos besamos a cada rato...pero ninguno saca el tema a flote, así que...no sé lo que tenemos que será o si tiene futuro alguno.
Yoongi suspiró mirándolo con los labios fruncidos. El no estaba de acuerdo con todo eso, si fuera por él Jimin no hubiera formado parte de la vida de Hye nunca, pero Jungkook había tomado una desición y tenía que respetarla, por más que eso le molestara.
—Vete a descansar, yo hablaré con Seokjin, ya se las ingeniarán sin ti.
A paso lento se marchó al estacionamiento en busca de su auto. Llegó a la casa alrededor de veinte minutos después. Tomaría algo para ese dolor se cabeza punzante que tenía y se acostaría un par de horas en la cama. Dejaría de sobrepensar todo e intentaría relajarse.
—Oh, estas son las pastillas de Jimin —dijo viendo el frasco en el estante del baño.
Le parecía extraño pues nunca antes había escuchado de esas pastillas, pero la verdad es que con el dolor de cabeza que se cargaba eso era lo que menos le importaba. Jimin no tenía razones para mentir acerca de eso. Se tomó dos y fue hacia su habitación para recostarse en la cama por unas horas, aprovecharía la ausencia de Jimin y la niña para descansar.
Pasaron varios minutos pero su dolor de cabeza solo empeoraba, y como si fuera poco, a eso comenzaba a sumarse una punzada en su abdomen bajo. Pronto comenzó a sudar sintiendo su cuerpo caliente en extremo. Parecía como si fuera a entrar en celo, pero eso no era posible, aún faltaban dos meses más para eso.
Se levantó de la cama dispuesto a darse una ducha fría para bajar su temperatura corporal y quitar el sudor de su cuerpo. Pero apenas pudo dar unos pasos cuando calló al suelo, sintiéndose sin fuerzas pero con una erección bajo su ropa.
¿Qué rayos le estaba sucediendo?
Se sentía cada vez peor. Arrastrándose como pudo, alcanzó su teléfono y marcó el primer número que le apareció.
—¿Jungkook qué sucede? —escuchó la voz de Seokjin.
—Hy-hyung —murmuró quitando el sudor de su frente—, mmhg...todo mi cuerpo arde...
—¿Estás en celo? —cuestionó al escucharlo jadear—. ¿Quieres qué vaya? Estamos un poco sobrecargados pero si tú...
—No me siento bien.
—Iré cuanto antes —fue lo último que escuchó del mayor antes de que este terminara la llamada.
Se puso de pie con dificultad y fue hacia el baño, metiéndose en la ducha con la ropa puesta, sintiendo el agua fría resbalar por todo su cuerpo, más eso no lo alivió para nada. Sentía como si la sangre en sus venas estuviera hirviendo, todo su cuerpo dolía y se sentía extremadamente débil. Pensaba que se desmayaría en cualquier momento.
Caminó hacia la cocina mojando todo a su paso, apoyándose en las paredes para no perder el equilibrio, tropezó un par de veces en el escalera pero por suerte no cayó. Tomó un vaso de agua fría una vez llegó, sentándose en el suelo y recostando su espalda a la pared. Su pecho se movía de arriba a abajo rápidamente debido a lo agitado que se encontraba. Cerró sus ojos por unos segundos inspirando de manera profunda.
No tiene ni idea de cuanto tiempo pasó, pero un asustado Seokjin ingresando como un huracán a su casa lo sobresaltó. Su frente estaba toda sudada y su cabello mojado caía casi sobre sus ojos, además la molesta erección entre sus piernas punzaba y él solo rogaba por un poco de alivio.
—¿Pero qué te sucedió? —cuestionó observando lo mal que se veía el menor.
—Jin...
Con ayuda del omega se puso de pie, suspirando cuando los belfos abultados de este se posaron en su cuello. El aroma a algodón de azúcar comenzó a llenar cada espacio del lugar, pero distinto a lo que había sucedido antes, las feromonas del mayor comenzaban a causarle asco.
—No pensé que estuvieras tan desesperado —pronunció soltando una risita burlona, mirando descaradamente el bulto que sobresalía en su ropa.
Sintió sus colmillos picar y sus ojos se tornaron de un rojo intenso, incluso, para su sorpresa, garras comenzaron a salir de sus manos.
¿Se estaba transformando en lobo?
Su mente estaba nublada, su alfa solo le pedía buscar a su omega y poder sentir ese aroma a lavanda y jazmín tan delicioso, pero el no encontrarlo comenzaba a enojarlo mucho.
—¡Basta! —exclamó cuando el peliazul intentó tomar sus labios.
—Jungkook que...
Todo sucedió en un segundo. Su alfa, iracundo por no tener a su omega, había actuado contra la única persona allí. Había desgarrado parte de la mejilla derecha de Seokjin como sus garras, salpicando un poco de sangre a su rostro.
El mayor llevó una mano a su mejilla soltando un quejido fuerte, retrocediendo un par de pasos, intentando poner la mayor distancia posible entre él y el alfa.
— Tu no eres mi omega —soltó con voz grave acercándose. Jin se asusto más porque Jungkook parecía un completo lunático con esa mirada carmesí—. ¡Sal hyung! ¡Vete!
Por un segundo el humano logró tomar el control, sintiéndose completamente arrepentido por lo que había hecho.
—¡Rápido Seokjin, sal de aquí!
Un grito salió de su garganta cuando el omega corrió hacia afuera, y en un ataque de ira terminó destruyendo todo lo que encontró a su paso.
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2/3
Mañana subo el que falta. Buenas noches, que tengan dulces sueños 🥱
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