Capítulo 21
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-Jungkook...ya debes irte al...mmhg.
-Cinco minutos más -lo besó nuevamente impidiéndole terminar la frase.
Esa mañana, igual que siempre, había despertado con el alfa abrazándolo por la cintura; pero como se había vuelto costumbre en los últimamente, recibió un beso de buenos días, el cual se alargaba por varios minutos todas las mañanas.
Ninguno tenía idea de lo que estaban haciendo, simplemente disfrutaban del contrario sin pensarlo demasiado.
Era bastante notable el cambio en sus actitudes desde aquel día en que se besaron después de aquella discusión. Se habían vuelto más cariñosos entre sí, bromeando y tocándose constantemente. Caricias disimuladas en el cabello, toques delicados en el rostro, y minutos viéndose fijamente, eran algunas muestras de lo mucho que habían avanzado desde ese día.
Jungkook no podía negar que estaba feliz, no solo él, su lobo parecía estar extremadamente calmado en el último tiempo, tal vez por causa del omega, no tenía claro eso pero mientras no tomara el control de su mente todo estaba más que perfecto.
-Jungkook en serio -el rubio se separó un poco y Jungkook solo pudo fijarse en los labios brillantes, rojizos e hinchados debido al besuqueo anterior-, se te hará tarde.
Suspiró haciendo puchero cuando el omega safó el agarre en su cintura y se alejó. Si fuera por él se pasaría toda la mañana en los labios del mayor. Esos belfos rosaditos eran extrañamente adictivos.
-Bien, ya me voy -arregló un poco su cabello frente al espejo y el omega lo observó desde atrás-. ¿Cuidarás de HyeJin? Ahora que está de vacaciones permanecerá todo el día en casa.
Era lunes, y la pequeña había terminado las clases la semana pasada, ahora tenía sus vacaciones de verano y la escuela no abriría hasta septiembre nuevamente, así que debía quedarse en casa. Anteriormente cuando solo eran ellos dos el solía llevarla temprano a la casa de su madre y luego iba a recogerla cuando salía del hospital, incluso algunas veces Hye se quedaba un par de días con su abuela, haciéndole compañía hasta que su abuelo volviera.
El padre de Jungkook trabajaba en Japón, por lo que desde que este era un niño el hombre iba a verlos algunos fines de semana y volvía a marcharse, esperando ansiosamente que le dieran vacaciones para poder pasarlas con su omega y sus hijos, sí, porque el señor Jeon veía a Yoongi como un hijo más.
-No te preocupes -respondió abrazándolo por la espalda y descansando su mentón en el hombro del menor-, mi manager no ha dicho nada así que por estos días estoy libre, digamos que estoy tomando unas mini vacaciones para poder recuperarme.
-Iniciaste el tratamiento para la anemia desde hace un par de semanas, creo que ya puedes trabajar perfectamente -dijo soltando una risita y el omega lo golpeó en la nuca.
-Sigo enfermo Kook -puchereó mirando el rostro del mencionado a través del espejo.
-Si, muy enfermo -soltó irónicamente rodando los ojos-, ya me voy, nos vemos en la noche.
Se besaron por última vez y el castaño se marchó, dejando solos al mayor y a la niña, la cual continuaba durmiendo en su habitación. Jimin sonrió, planeando cada detalle de ese día en su cabeza. Quería llevar a HyeJin a divertirse un poco fuera, comprarle algunas cosas y comer algo delicioso.
Pensando en ello se dirigió a la cocina a preparar el desayuno para su hija. Rió un poco por ese pensamiento. ¿Quién se hubiera imaginado que él, el gran Park Jimin, aprendería a cocinar cuándo anteriormente nunca había tocado una sartén? Antes tenía un montón de sirvientes a su mando, pero ahora estaba aquí poniéndose un delantal para preparar un desayuno, y lo más sorprendente de todo es que se sentía feliz de hacerlo.
-Pequeña -entró a la habitación de la cachorra con una bandeja en la mano-, buenos días.
-Minnie -se sentó en su camita, frotando sus ojos y soltando un gran bostezo. Sus ojitos brillaron cuando cayeron en la comida y un ruido que salió de su estómago los hizo reír.
-¿Tienes hambre? -la castañita asintió enérgicamente observando la bandeja-. ¿Qué te parece si después salimos un rato a comprar algo de ropa y ver una película? Tú puedes escogerla.
-¡Sí! -exclamó feliz con la boca llena.
-Traga antes de hablar Hye -regañó de manera suave.
De pronto su móvil comenzó a sonar, lo sacó de su bolsillo y miró el nombre que aparecía en la pantalla, soltando un suspiro de fastidio. No había tenido noticias de él desde hace muchos días y precisamente hoy debía llamar.
-Dime Hoseok -contestó la llamada.
-¡Tengo excelentes noticias Jimin! -escuchó como su manager exclamó con emoción al otro lado de la línea-. ¡Vogue Korea te quiere para una sesión esta misma tarde!
-Mmm -frunció los labios mirando a su hija-, no puedo hoy Hoseok, estoy cuidando de HyeJin.
-Jimin esto es importante, no se trata de cualquier estúpidez, no puedes negarte a esto.
-¿Entonces puedo llevarla conmigo? Iremos al cine y luego directo a la sesión -ofreció pero el sonido negativo que había hecho el alfa lo hizo apretar los labios.
-¿Y qué le dirás al staff? ¿Qué es la hija qué abandonaste cuándo estabas en la universidad? -soltó sarcásticamente-. Recuerda que eres una figura pública Park, esto puede dañar tu carrera.
Llevó una mano a su frente echando su cabello hacia atrás y soltando un bufido enojado. ¿Por qué las cosas debían complicarse tanto?
-¡No puedo dejarla sola aquí! -definitivamente no iba a cometer el mismo error de hace años, debía encontrar una solución.
-¿Minnie debe ir a trabajar? Está bien, papá siempre me lleva con la abuela cuando no puede cuidarme -dijo la pequeña pero en sus ojitos vio la desilusión que le hacía no poder tener su día de diversión.
-Hoseok no voy a ir a esa sesión de fotos, cancelala, voy a pasar el día con mi hija.
Después de eso cortó la llamada sin esperar respuesta de su manager y apagó su teléfono. Ese era su día con su pequeña y nadie lo iba a arruinar.
-Vamos a divertirnos mucho, pequeña -sonrió en grande haciendo que sus ojos se volvieran dos líneas, acción que la niña no pudo evitar copiar.
-¡Sí! -alzó los brazos gritando con alegría.
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Ya el sol se había ocultado hace un par de horas, eran cerca de las 10:00 pm y finalmente el alfa castaño estaba terminado de organizar unos papeles de un paciente para marcharse a su hogar.
-Jungkook ya es tarde -alzó la cabeza viendo a Seokjin mirarlo recostado en el marco de la puerta.
-Ya me voy -echó los papeles en su bolso y sonrió-, debo llamar un taxi, dejé el auto con el mecánico, necesitaba una revisión.
-Si quieres yo te llevo -profirió con una sonrisa ladina mostrando las llaves de su auto.
-Bien.
Ambos salieron del hospital y se dirigieron al estacionamiento. Una vez dentro del carro Seokjin prendió la radio y la puso en un volumen bajo para que no interrumpiera su conversación.
-Desde que ese omega llegó hemos estado muy distanciados -comenzó a hablar el peliazul mirando hacia el frente-. Siento que te estoy perdiendo.
Jungkook lo miró con ambas cejas alzadas, viendo como el mayor no despegaba sus ojos de la carretera. Seokjin tenía un poco de razón, desde que Jimin comenzó a vivir en su casa "provisionalmente" no habían hablado tanto como solían hacerlo antes, más que todo porque Kim detestaba al omega y por eso dejó de ir, además de que las cosas en el hospital estaban bastante complicadas, habían ingresado muchos pacientes y había muy poco personal, por esa razón salían tan tarde.
-No me malinterpretes, antes que todo somos amigos -ahora si lo miró, pero solo fueron pocos segundos-, y no puedo evitar sentir que estoy perdiendo a mi mejor amigo de años por alguien que llegó...¿hace cuánto? ¿Un mes, dos meses?
-No es así, eres tú quien ya no va a casa, HyeJin te extraña mucho -reprochó mirando hacia afuera.
-No quiero estar en el mismo lugar que ese omega -gruñó levemente-, puede que tu hayas olvidado todo lo que le hizo a HyeJin, pero yo no.
Su tono fue tosco y duro, el alfa lo miró con la frente arrugada y los labios fruncidos, enojado por la forma en la que hablaba el contrario. ¿Qué le estaba reprochando? Si él mejor que nadie sabía por lo que su hija había pasado y no es algo que olvidara de un día para otro, pero no podía seguir guardando ese rencor en su pecho, porque no le hacía bien ni a él, ni a su cachorra.
-No he olvidado nada -masculló con los puños apretados.
-Pues eso no es lo que parece -respondió de igual forma.
-Él está intentando reponer lo que hizo en el pasado, está cambiando y para mejor -soltó de manera defensiva sin dejar de mirar al mayor-. Es una persona muy distinta a la que conocí hace años.
-¡No seas iluso Jungkook! ¿Por qué de pronto está buscando a HyeJin? Está engañándote y tú eres un estúpido al creerle su actuación de chico arrepentido.
-Ya basta Seokjin, es mejor que dejemos el tema aquí -zanjó apretando la mandíbula.
-¡Estás exponiendo a tu hija a un nuevo rechazo!
-¡Detén el auto! -ordenó alzando la voz.
Kim se detuvo al instante apretando con fuerza el volante y mordiendo su labio inferior, completamente enojado por la actitud del menor. Él solo quería su bien, entonces ¿por qué Jungkook le gritaba de esa manera?
-Recuerda que te lo advertí, después no vengas a llorar a mí -espetó antes de que el menor saliera del auto dando un fuerte portazo.
Comenzó a caminar ignorando lo dicho por el omega. No necesitaba que Kim también hurgara en sus inseguridades, ya antes había pensado en todo ello, pero quería darle una oportunidad a Jimin. En verdad quería creer en él. Park se estaba esforzando por ganarse la confianza y el cariño de su hija; en cuanto a su relación, no sabía bien que era lo que tenían, tampoco quería ponerle una etiqueta, se besaban y disfrutaban de la compañía del contrario, eso para él hasta ahora era más que suficiente. Lo mejor era llevar las cosas con calma.
Llegó a su casa alrededor de las 11:00 de la noche. Jimin estaba preocupado, esperándolo envuelto en una sábana, sentado en el sofá de la sala de estar. Se puso de pie rápido en cuanto lo vio cruzar la puerta principal, siendo apresado por los brazos del más alto en cuestión de segundos.
-Estaba preocupado porque no llegabas.
-Lo lamento, tuve que venir caminando -ovuotó su rostro en el cuello del rubio, sintiendo su aroma más fuerte en aquel lugar.
-¿Estás bien? -la actitud de Jeon se le hacía muy extraña.
-¿Tú no volverás a marcharte? ¿Te quedarás con nostros? -cuestionó sin apartar el rostro del cuello blanquecino del otro.
-Solo me iré si ustedes me lo piden -declaró, acariciando las hebras castañas del más alto con cariño.
Jungkook se separó y pasó su pulgar con delicadeza por su labio inferior, acercándose para tomar sus belfos en un beso suave pero apasionado que los hizo suspirar.
-Confío en ti, Jimin.
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1/3
En un rato subiré el próx cap. Disfruten este capítulo porque en el otro todo se va a la m****
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