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—¡¿Qué carajos te pasa, imbécil?!

Había cuestionado el omega después de haber visto el trato que tuvo alfa con la cachorra. Le sorprendía porque jamás había visto a Jungkook gritarle de esa forma a HyeJin, o sea, el alfa se desvivía por esa niña con aroma de bebé.

Está bien que hubiera tenido un mal día en el trabajo, pero eso no era excusa o justificación para ese trato a su hija. Todos tenían días buenos, y otros en los que prácticamente no soportabas ni la más mínima cosa, comprendía que el castaño era un ser humano y que también tenía derecho a enojarse, pero no, eso no le daba derecho a utilizar su voz de mando en una niña de 6 años, más aún cuando esta solo quería mostrarle orgullosa el resultado de un concurso de la escuela en el que había obtenido primer lugar.

La infante estaba tan emocionada porque incluso le habían dado una medallita dorada, eso fue lo primero que le mostró cuando pasó a buscarla a la escuela, porque si, ahora él era el encargado de llevar y recoger a la castañita todos los días, para que así el alfa pudiera llegar a tiempo a su trabajo sin correr apurado de un lado para otro.

—¿Por qué le hablaste de esa manera? ¿Qué sucedió para que estés así? —preguntó un poco más calmado, si ambos estaban alterados no iba a resolver nada y el problema solo se haría más grande, por esa razón obligó a su lobo a retroceder, haciéndole saber que el más alto no era una amenaza para su cachorra.

—¡¿Qué sucede?! ¡Sucede qué mi maldito lobo está defectuoso! —gritó confundiendo aún más a Jimin, halando sus cabellos y soltando varias lágrimas debido a la rabia que sentía—. ¡Sucede que llevo siete malditos años cargando sobre mis hombros algo que no me correspondía a mí! ¡No fue mi culpa y tuve que vivir con ello en mi consciencia!

Y allí, justo frente a él, Jimin vió a un frágil Jungkook quebrarse delante de sus ojos. El alfa cayó arrodillado, gritando a viva voz, intentando deshacer el nudo que se formaba en su pecho. Esa era su única forma de desahogarse sin hacer daño a nadie.

Pronto unos brazos rodearon su cuerpo con fuerza y una fuerte ola de feromonas con olor a lavanda y jazmín lo rodearon. Jimin estaba liberando su aroma para intentar calmarlo, mientras palabras de consuelo salían de su boca.

—No fue mi culpa —sollozó entrecortadamente, apretando al omega lo más posible contra su cuerpo.

—¿Puedes explicarme? Porque no estoy entendiendo nada —pidió acariciando su cabello con delicadeza.

—Mi descontrol durante el celo, los ataques de ira...todo ha sido por causa de mi lobo —murmuró en su oído con pesar, sintiéndose un poco adormecido por las constantes feromonas que emanaba el mayor—. Mi lobo está causando un desequilibrio hormonal que afecta mi comportamiento.

—Eso...¿es peligroso? —preguntó preocupado por la salud del castañito—. Para ti, me refiero.

—Tengo que dormir a mi lobo —musitó con los ojos cerrados y la respiración más calmada, pues comenzaba a quedarse dormido, pero al Jimin separarse bruscamente de él abrió los ojos, observándolo un poco sorprendido por la repentina distancia.

El rubio no entendía de lo que estaba hablando Jungkook, pero sabía que dormir a su lobo no podía ser nada bueno, y no, se negaba a que el alfa hiciera eso. Negó levemente con la cabeza y los labios fruncidos.

—No puedes hacer eso

—Es mi desición —se puso de pie, mirando con desición al omega. Nada lo haría cambiar de opinión.

Y no es como si el quisiera deshacerse de su lobo, pero no estaba dispuesto a hacerle daño a alguien por culpa de ello. Acababa de gritarle a su hija, a su princesita ¿qué más podría ser capaz de hacer cuando estuviera enojado? Tenía miedo, tanto por su reacción como por la pérdida de su lobo. ¿Qué pasaría cuando lo durmiera? ¿Perdería su aroma? ¿Ya no tendría más celos? ¿Podrá sentir las feromonas? O acaso...¿podrá volver a rehacer su vida con algún omega?

No tenía respuesta para nada eso, tal vez debió haber investigado un poco más con Yoongi, pero lo único que vino a su mente cuando le dió la noticias fue escapar. Necesitaba salir de allí y gritar hasta no poder más, sacar todo eso que llevaba dentro, y si bien su casa no era el mejor lugar para eso, era su territorio.

—No discutiré contigo así de alterado como estás ¿por qué no te das una ducha? Preparé algo rápido para tí.

Solo asintió marchándose a su habitación. Tal vez una ducha fría lograría destensar su cuerpo y relajarlo un poco. Tenía mucho en lo que pensar pero lo dejaría para otro día. Ahora solo quería dormir por dos días seguidos si fuera posible, descansar y tomar su desición con la cabeza fría.

Esa noche descansó tranquilo con el mayor entre sus brazos. El omega había tomado la costumbre de escabullirse en su cama durante la madrugada y se quedaba junto a él hasta el otro día. Él ni se había molestado en reclamarle, su lobo se encontraba en calma cuando al abrir los ojos lo primero que veían era una cabellera rubia toda despeinada sobre su pecho, con el rostro relajado y sus manos sobre su abdomen.

Y sólo en ese momento era que caía en cuenta de que Jimin poco a poco, había terminado formando parte de su vida nuevamente ¿lo peor de todo? Que al parecer, ni a él ni a su alfa les molestaba eso. Había permitido que Park formara parte de sus vidas otra vez, había dejado que sus estúpidos sentimientos afloraran aún con más fuerza que antes, y estaba aterrado por ello.

¿Qué tal si volvía a marcharse y rompía el corazón de Hye, y de paso, el suyo?

Se sentía fatal por desconfiar de él aún cuando el omega había dado pruebas de estar arrepentido, pero esa pequeña espinita seguía clavada en su corazón, pues no quería volver a afrontar su ausencia. Bastante sufrió cuando los abandonó seis años atrás, su lobo clamaba por su omega cada día, y sumándole a eso el tener que cuidar de su hija de cinco meses, ir a la universidad y trabajar; todo había sido demasiado difícil y más de una vez se vio deseando renunciar.

—El desayuno está listo —esa mañana había decidido no ir a trabajar. Decidió permanecer en casa, con su hija y Park.

La niña aún estaba un poco reacia con él al despertar, pero después de una disculpa y una intensa sesión de mimos y abrazos esta lo había perdonado. Era imposible estar molesta con su papi.

—Estás mejorando mucho —dijo probando el desayuno que había hecho el mayor.

—¿En serio? —cuestionó con los ojitos brillosos de emoción.

—¡Está delicioso! —exclamó la castañita dándole una gran mordida a su sándwich.

—No hables con la boca llena Jeon HyeJin —regañó el alfa pellizcando sus mejillas con cuidado.

De pronto el timbre sonó y el omega soltó un alto "ya voy" dirigiéndose a abrir la puerta principal. Al abrir se encontró con el rostro sonriente de su mejor amigo. Tal parece que esos últimos días había estado más relajado, suponía que había terminado de asimilar bien el hecho de que sería padre soltero.

—¡Tae! —exclamó abrazándolo de manera rápida.

—He traído lo que te prometí —susurró en su ojera y se separó alzando las cejas un par de veces—, solo debes tomar una al día.

—¿Para qué son esas pastillas? ¿Minnie está enfermo? —la fina vocecita de Hye lo sobresaltó y el frasco cayó al piso. Miró hacia atrás, viendo a la cachorra acercarse siendo seguida por su padre.

—No es nada —sonrió con evidente nerviosismo—, son solo para el dolor de cabeza.

—Ohh ¿por qué no invitas a pasar a tu amigo?

—Emmh yo...¿quieres pasar? —lo miró fijamente abriendo mucho los ojos como una señal silenciosa, pero que para su amigo era un claro "ni te atrevas".

Taehyung era un lengua suelta y capaz se le escapaba alguna estúpidez y acababa ventilando su plan para conquistar al de ojos grisáceos. Y a pesar de que para Kim estaba claro lo que Jimin le decía con esa mirada, solo sonrió enormemente y entró a la casa, soltando un emocionado: —¡Claro! Kim Taehyung, un placer.

—Jeon Jungkook, y ella es mi hija, Jeon HyeJin —los presentó educadamente el alfa, sonriendo amablemente al omega— ¿Quieres algo de tomar?

—Un poco de agua estaría bien —el menor solo asintió y se dirigió a la cocina para buscarla, dejando solos a los omegas y a la cachorra.

—¡¿Qué estás haciendo?! —chilló Park por lo bajo mirando mal al contrario.

—Solo quería conocer a tu alfa y a tu cachorrita —puchereó con mirada inocente—, es tan bonita, espero y mi Frijolito también lo sea.

Jimin al ver a su amigo acariciar su vientre con una sonrisa no pudo evitar sonreír de igual manera. Estaba seguro de que Taehyung sería un padre excelente.

—Aquí tienes —el castaño apareció segundos después extendiéndole un vaso de cristal.

Solo alcanzó a dar un par de sorbos al líquido, cuando la puerta se abrió y por ella apreció un alfa de cabello rojizo y ojos grises, con aura excesivamente dominante y aroma a pino y petricor.

Taehyung dejó caer el vaso al suelo cuando sus miradas chocaron, este rompiéndose en un montón de pedazos. El recién llegado se quedó congelado como una estatua, mientras a Jimin casi se le salían los ojos de sus cuencas y Jungkook y HyeJin observaban más que confundidos a los demás por la repentina tensión que se sentía en el ambiente.

Tae sentía sus manos temblar en demasía, notando como los nervios comenzaron a apoderarse de su cuerpo completo. El extraño que lo había dejado encinta al parecer era cercano a Jungkook, pues incluso tenía su propia llave.

Jimin miró a su amigo sin saber que hacer. Era obvio lo que sucedía, había sido demasiado tonto al no darse cuenta. Al Kim decirle el aroma del desconocido que lo dejó encinta sintió un deja vu. Sabía que había sentido ese aroma antes, solo que no recordaba a quien pertenecía.

—Yo...l-lo siento mucho —dijo avergonzado y nervioso, intentando recoger los cristales rotos del suelo—. ¡Auch!

Yoongi se acercó de manera rápida a él, tomando su mano para verificar que no se hubiera herido demasiado. Miró la pequeña cortada por la que apenas escapaba un poco de sangre, y soltando un rápido "ven conmigo" lo arrastró hacia el baño.

—¿Qué acaba de suceder? —preguntó ladeando la cabeza, un poco desconcertado aún.

—Creo que pronto serás tío, Jungkook —fue lo único que dijo el omega.

—¿Hyung y ese omega...? —se calló al ver al rubio asentir de manera lenta.—¡Wow! ¿Pero... desde cuándo están juntos?

—Ese es el problema Kook, ellos no están juntos.

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—¿Te duele? —preguntó pasando un algodón sobre la pequeña cortada para quitar la sangre. El ojiazul apenas y negó, sin apartar su mirada del suelo—. ¿Taehyung, puedes mirarme?

—Sabes mi nombre... —musitó un poco aturdido, el aroma de ese alfa lo tenía en las nubes.

—Por supuesto, eres reconocido aquí en Seúl

—Y aún sabiendo donde encontrarme no te interesó buscarme —dijo esta vez con enojo. El maldito pelirrojo lo había abandonado en aquel lugar a pesar de saber quien era, y ni siquiera pudo dejar una nota con su nombre—. Muchas gracias por dejarme como a un cualquiera en aquella habitación.

El sarcasmo en sus palabras fue bastante notorio. Apretó su vientre por encima de la ropa, —acción que no pasó desapercibida para el mayor— pensando que lo mejor hubiera sido no encontrarse con ese alfa. Él y su cachorro estarían perfectamente bien por sí solos.

Yoongi miró su vientre y después fijó la vista en sus orbes azules.

—Estás encinta —dijo sintiendo el leve aroma a leche, aún casi imperceptible por ser demasiado temprano aún—. ¿Es mío?

—Por supuesto que no —respondió de manera rápida, casi de manera automática, lo cual hizo su mentira demasiado evidente para el alfa.

—Es mío, no mientas.

—Si, es tuyo, pero no te preocupes, no formarás parte de su vida —respondió de manera tosca apartándose lo más posible del otro.

—Eso es algo que yo debo decidir, también es mi hijo.

—No estoy negociando nada —masculló mirándolo con el ceño fruncido y los ojos entrecerrados—, no te quiero cerca de nosotros.

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Por aquí les traigo nuevo cap! Finalmente salí de vacaciones hace un par de días, por lo que espero estar actualizando seguido. Oremos para que la inspiración me llegue y pueda traerles caps más seguido.

Eso era todo lo que tenía que decir, ahora ¡corran a hacer stream a Seven!

Pd: Amé el MV (ᗒᗩᗕ)