Capítulo 9. Parte 1
Hace 6 años.
—¿Park Jimin, aceptas a Jeon Jungkook cómo tú legítimo esposo?
Se mordió el labio inferior observando a sus familiares y los familiares de Jungkook allí, todos presentes en esa payasada de boda, a la que lo habían obligado a asistir. Miró después a Jungkook el cual esperaba ansioso su repuesta, se veía como un chiquillo allí en aquel altar dándole una mirada abatida. Suspiró sintiendo sus ojos cristalizados, y asintió con la cabeza devolviendo su vista al frente.
—Acepto— murmuró apretando la ropa encima de su vientre, reteniendo los sollozos
—Por el poder que me ha sido concedido por la Diosa Luna, yo los declaro, alfa y omega— profirió alzando las manos el casamentero —Pueden besarse.
Y siguiendo la corriente de ese paripé, se acercó al castaño cerrando sus ojos con fuerza cuando los labios del alfa se posaron con suavidad sobre su frente, dejando caer dos gruesas lágrimas por sus abultadas mejillas.
Un año había pasado ya desde que eso sucedió. Hoy era su primer aniversario de bodas, y siguiendo la orden de su padre, como todo buen omega, se quedó en casa preparando un rica cena para cuando el alfa llegara.
Miró hacia la izquierda viendo a esa cosa, que se suponía era su hija, dormir tranquilamente. Apenas eran las 5 de la tarde y él ya había preparado la cena, se suponía que el alfa llegaba después de las 7 ya que debía trabajar luego de salir de la universidad.
Miró a la cachorra de 5 meses bufando y rodando los ojos, se había pasado todo el día cuidando a la mocosa sin poder salir de la casa. Así había sido desde que dió a luz y la verdad era que ya estaba cansado. Solo podía salir cuando el alfa llegaba a casa y se hacía cargo de ella, lo cual solo era por las noches, ya que siempre llegaba tarde del trabajo. Jungkook se negaba a contratar a una niñera porque no quería que alguien desconocido se hiciera cargo de la bebé siendo ella tan pequeña aún.
La miró dormir pacíficamente y una idea vino a su cabeza. Podría salir y llegar minutos antes de las siete, la niña solía dormir bastante, de seguro no iba a despertar por ahora, y si lo hacía pues que se aguantara, a él que le importaba. Sonriendo caminó hasta donde tenía colgado su abrigo y se lo puso, saliendo seguidamente de la casa y llamando al único amigo que tenía en esos momentos. Una salida al cine o al centro comercial no estaría mal.
Tenía ansias de divertirse, estaba cansado se escuchar a Jungkook reclamarle por ser tan mal padre, cada día siempre era una nueva pelea, siempre por el mismo tema, Jeon HyeJin. Esa niña había sido la mayor desgracia que pudo haberle ocurrido. Sus tardes de risas con sus amigos acabaron desde que se enteró de su llegada, las noches de fiesta en discotecas caras también, las bebidas y los encuentros de una noche, todo lo que para el significaba diversión acabó cuando trajo a la mocosa al mundo.
De verdad no entendía cómo Jeon podía querer tanto a esa bebé, la mimaba y le hablaba de forma melosa no más hacía llegar del trabajo. Ni siquiera sabía de donde sacaba fuerzas para sonreír si apenas y tenía tiempo de descansar. Se levantaba antes de las 6 para preparar el desayuno de HyeJin —pues él desde el día uno se negó a amamantarla, o a alimentarla de forma general— dejaba su leche calentita y se preparaba para irse a la universidad, de la cual salía pasadas las tres, y después de eso iba a trabajar, en una cafetería bastante popular de la zona, de la cual nunca salía antes de las 7.
El chico solo tenía 20 años y había echado su vida a perder. Negó chasqueando la lengua y saliendo de la casa, directo al centro comercial en el que se encontraría con Taehyung, su amigo, un omega de cabello gris y ojos azules, con un suavecito olor a moras, que había conocido en una sesión de fotos, pues él también era modelo.
—¡Hola Jimin!— Tae lo abrazó efusivamente con su típica sonrisa cuadrada adueñándose de su rostro —No te veía desde hace mucho, ¿cómo está la pequeña?
Solo se encogió de hombros no queriendo responder, por lo que Taehyung entrecerró los ojos.
—No la dejaste sola, ¿cierto?
—¿Qué? Claro que no— exclamó haciéndose el ofendido
—¿Seguro?— solo miró a Jimin asentir distraídamente y seguir caminando. Su amigo no sería capaz de dejar a la niña sola, ¿no?
Por otro lado, Jungkook llegaba a casa sumamente cansado, con los músculos tensos y el sueño venciéndolo. Miró el reloj en la pared de la sala, observando que era más de las 10. Ese día había tenido mucha mala suerte. Salió un poco más tarde del trabajo, y cuando llegó a la parada el autobús que iba hacia la zona en la que vivía ya se había ido, por lo que tuvo que caminar hasta la casa.
Solo quería llegar a casa, ver a su cachorra y darse un baño, para luego dormir como una piedra hasta el otro día. Que Jimin se hiciera cargo solo una noche de Hye no tenía nada de malo, ¿cierto?.
Fue hacia la habitación de la niña encontrándola vacía, extrañado por eso fue hacia la de Jimin, la cual estaba vacía también. ¿Acaso habían salido? Eso era improbable, pero encogiéndose de hombros fue hacia la cocina escuchando algo raro, por lo que se acercó con cautela. Observó el cochecito de HyeJin allí, y cuando estuvo de frente observó a la cachorrita llorar con la carita roja e hinchada, apenas escuchándose su llanto. Su corazón se apretó con fuerza en su pecho, sintiendo a su lobo aullar con dolor al ver a la niña en aquellas condiciones.
La tomó en brazos sintiendo sus lágrimas caer una tras otra, arrullando a la pequeña intentando que dejara de llorar, soltando feromonas para que se calmara un poco. Buscó su teléfono desesperado para llamar a su hyung, pidiéndole que fuera a buscarle para llevar a HyeJin al hospital. Mientras esperaba preparó un biberón para ella e intentó alimentarla pero la bebé se negaba a ingerir siquiera un trago.
—Vamos mi amor, ya no llores— sollozó mordiéndose el labio inferior con fuerza —Papá está aquí, papá está contigo bebé
Pasó la mano por su cabello soltando una risita tonta, recordando la vergüenza que había pasado Taehyung minutos atrás por su causa. Negó con una sonrisa, abriendo la puerta de la casa. Su noche de diversión se había alargado un poco, un poco mucho, pues ya eran más de las 12, pero no le importaba, después afrontaría las consecuencias con Jeon al otro día.
Cuando pasó por la sala observó a Jeon sentado con los codos apoyados en sus rodillas y la cara entre sus manos. Alzó el rostro de pronto dejando ver el rastro de lágrimas secas por sus mejillas, y sus ojos y nariz rojos e hinchados. Frunció el ceño, bufando porque sabía que el sermón le caería ahora.
El castaño se puso de pie y a paso lento se acercó a él. Solo vió cuando levantó su mano y al otro segundo sintió su mejilla arder debido al golpe. Lo miró con los ojos exageradamente abiertos, no creyendo que lo haya golpeado aún. Abrió la boca dispuesto a gritarle, pero la mirada que le dió el alfa lo hizo callar.
—¡¿Acaso enloqueciste?!— gritó sin preocuparse porque la niña despertara pues el cuarto estaba insonorizado. —¡¿Cómo pudiste dejarla sola?!
Jimin se encogió asustado, jamás, en el tiempo que llevaban viviendo juntos había visto a Jungkook así de enojado.
—No hagas tanto drama de ello, solo fue por un par de horas— le restó importancia haciendo un ademán con la mano
—¿Un par de horas? ¡¿Un par de horas?¡Cuándo llegué a la diez de la noche continuaba llorando!— se haló los cabellos intentando detener todo el enojo y la rabia que sentía —¡Tiene afonía Jimin!
—¡Cómo si se queda muda! ¡A mí que me importa!— le gritó de vuelta
—¿Qué? ¡¿Te consideras padre siquiera!? ¡La tuviste nueve meses dentro de tí! ¡¿Cómo mierda puedes decir algo así!?— el menor no quería creer lo que salía de la boca del más bajo —¡Nuestra hija necesita de tí para alimentarse!
—¡Todo esto es tú culpa! ¡Yo no deseaba tener una hija, y mucho menos una tuya, alfa con complejos de omega!
El alfa asintió levemente mordiendo su labio inferior, aceptando que jamás podría entender lo que pasaba por la mente de Park, pero queriendo una oportunidad para demostrarle que podían ser una familia.
—Sé que lo que te hice es imperdonable, y no puedo cambiar lo que sucedió, pero HyeJin no tiene que pagar por mis errores. Es sólo una niña, merece crecer rodeada de amor, del amor de nosotros, que somos sus padres. No dejes que el odio que sientes por mí te impida ver la niña preciosa que es esa pequeña que tuviste en tu vientre.
—No quiero tener nada que ver con ella ni contigo, es una vergüenza para mí decir que alguien como tú es mi alfa— y Jungkook mentiría si decía que esas palabras no calaron hasta el fondo de su pecho
—¿Puedes dejar tu orgullo de lado? ¿Qué tengo qué hacer? ¿Dejar de usar ropa de colores, de maquillarme? ¿Debería botar toda mi ropa y comprar todo negro para qué me tengas en cuenta? ¿Para qué podamos ser felices los tres?
—Yo solo voy a ser feliz si ustedes desparecen de mi vida— soltó de manera firme para luego marcharse a su habitación, dejando al alfa con el corazón roto y lágrimas en los ojos.
Debo decirlo, no soporto al Jimin de esta historia >.<
Por otro lado...
Quiero informarles que tomaré una pausa con esta historia, no se preocupen, será cortita, es solo para cambiar los guiones cortos porque cada vez que publico Wattapd me los cambia, y para rectificar errores ortográficos o de tipeo que se me hayan escapado.
Nos leemos pronto. TQM💜
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