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1 3 | "HOT SPOT"

Me quedo esperando a Tsumi afuera del salón de clases, sintiéndome impaciente en el gran pasillo de color blanco, ya que toda la universidad bien podría parecer los backrooms por ser un laberinto dentro de los edificios. Observo cómo algunos compañeros los cuales apenas y podría identificar, miran a Tsumi salir, pareciendo que dejó una fuerte primera impresión que es fácil admirar. Demasiado buena para un humano de verdad, su verdadera imagen podría ser tan aterradora como la de los ángeles en la biblia, pero si su deseo no es temor sino deseo para unírsele, sería lo contrario como un incitador demonio.

Me hace cuestionar lo ocurrido. ¿Y si todo el suceso erótico fue nada más que una clase de íncubo? Para así poder absorber mi energía, alimentarse de ella y debilitarme. No puedo enfrentar lo que no sé qué es, solamente unirme al ahora saber que soy su debilidad porque sin mí, todo se acaba, debo jugar bien mis cartas.

—Parece que no te complace mi presencia. Hubiera arruinado la sorpresa al compartirte el hecho de que seríamos compañeros de clase—se pone en frente mío, cargando una libreta gris, lisa, en sus manos.

—Te haces el tonto cuando sabes perfectamente la respuesta. Siempre estás en todas partes como un guardián, debería tomar ventaja de ello—ladeo la cabeza sonriendo y me detengo viendo abajo. —Creía que tu color favorito era el negro, pero veo cómo amas el gris, ¿debería darte un bolígrafo gris en tu cumpleaños?—apunto a sus manos sosteniendo su libreta y comienzo a caminar, incitándolo a que me siga y me hace caso, como un cachorro detrás mío.

—Los humanos son la única especie que hace un ritual para festejar un año menos de vida—camina a mi lado, siguiendo mi ritmo y sonríe con gracia.

—Eres inmortal—lo afirmo más que preguntárselo.

—Preferiría referirme como un concepto. Una percepción a la realidad. Llegamos tarde a la siguiente materia—sonríe con más fuerza, de una manera más oscura y se adelanta, dejándome atrás.

Reviso mi celular y veo que están haciendo conmoción en el chat grupal de mi grupo, ya que el profesor por fin publicó los resultados del proyecto en pareja del semestre y hay un tablero con las parejas impresas afuera del salón de clases. Corro hasta llegar y ver el descontento al ser al azar, y aún más difícil al no conocernos todos en absoluto.

Busco mi apellido hasta encontrarme con una compañera llamada "Narha Kan". Comienzo a querer recordar su rostro y lo único que recuerdo es su memorable cabello violeta ondulado, el cual resalta el tono moreno de su piel.

Busco con la mirada a la chica y la veo acercarse con mucha actitud y estilo, pareciendo que podría dedicarse a algo con respecto a la moda. Es alta, usa un maquillaje muy completo, fuerte y tiene un piercing en su nariz.

—¿Jiu Juji?—se asegura que sea yo y me sonríe amistosa, asiento y cuando estoy a punto de contestarle, llega el profesor corriéndonos del pasillo para poder comenzar a explicar la clase y dinámica.

El profesor Lore, siendo estricto y al mismo tiempo, chavorruco que se intenta vestir formal y a la vez a la moda con ropa grande en su cuerpo corto. Al darnos la materia de Criminología ambiental, nos explicó la teoría del círculo, el perfil geográfico y los mapas con puntos calientes, los "Hot spot", en donde se concentran mayormente los delitos en ciertas zonas geográficas específicas. Relacionándose con más teorías como de la ventana rota con la delincuencia y la climática en los tipos de delitos que se cometen en distintas estaciones. Por lo que, en todo el semestre nos hará trabajar en binas al trazar un perfil geográfico con un criminal o criminales y sus delitos en una zona que no se puede repetir, exponiéndolo al final del ciclo escolar. Un análisis y estudio de lo que veremos en clase, entonces avanzaremos poco a poco.

—¿Qué tan extensa quisieras hacer la investigación?—Narha me acerca varios mapas, estamos en la biblioteca y casi todos están en el primer paso. Al ser estresante comenzar a escoger un delito, victimario y trazar sus rutas.

Suspiro, con varias ideas en mente que se cruzan, al querer hacer un excelente trabajo, sin embargo, no tan demandante ni extenuante.

—¿Qué tan dispuesta estás a recorrer la ciudad?—le respondo preguntándole sobre el trabajo de campo, el cual seguramente nos llevará mucho esfuerzo y dedicación. Recorrer y exponernos al verdadero peligro, sin embargo, ¿qué tan diferente es cuando tengo mi propio tipo de peligro trabajando a unas cuantas mesas cerca?

Lo miro de reojo, parece un líder nato, dirigiendo en un equipo de cuatro personas, intercalando ideas o charlando, muy ensimismado en lo suyo. Podría ser líder de un culto.

—Quisiera combinar algunos aspectos, me llamó mucho la atención la aplicación de Randonautica en su momento. Resonó en mis adentros el hecho de ir a las afueras a buscar ubicaciones poco conocidas y encontrarte experiencias impredecibles—me explica y carburo lo que intenta decirme, uniendo puntos con mis ideas.

Miro hacia el techo pensando, la luz brillante de la enorme y moderna biblioteca me encandila, miro al suelo y puedo ver mi reflejo de lo limpio que está. Permanezco pensativa, uniendo los trazos de lo que realmente quiero encontrar y descubrir en esta investigación, tirando dos pájaros de un tiro.

—Crímenes sin resolver, muertes accidentales, desconocidas, un autor de los hechos aún no descubierto. Coincidencias, casualidades que parecen causales, ¿podría ser?—aterrizo mi deseo aunque podría parecer una aguja en un pajar, la nota del periódico que me atormenta me da ese valor e impulso de averiguar más. No puedo ser la única en la ciudad, en la zona, con esas características, debe haber más registros sin resolver.

Narha se queda boquiabierta con todo lo que dije, saco mi celular y busco la noticia en la cual estuve involucrada, dándole un ejemplo de lo que deseo investigar, conocer, sin dejar eso enterrado y en el pasado, aunque me resulte traumatizante, para superar el trauma debes enfrentarlo. Y tengo una ventaja: Sé perfectamente quién en el autor de los hechos, la cuestión es comprobarlo con evidencia física como con la cual me amenazaron y acorralaron, si existe eso... Entonces hay más, mucho más.

—¿Quieres buscar a un victimario no identificado conforme delitos accidentales?—mira mi celular y después el mapa, identificando la zona en la cual ocurrió.

—Tal vez el victimario sea víctima de alguien más que lo quiere descubrir primero. Narha, estuve presente en ese hecho, di mi testimonio a la policía, tenemos esa ventaja de conocer la verdad por esa parte, pero debemos hacerlo a nuestra manera como futuras criminólogas, ¿qué opinas?

Se queda sin palabras mirando impactada la noticia y mirándome a mí, uniendo cabos y viéndome segura, no débil ni huidiza. Sé que debo tener cuidado, o es que acaso, deben tener cuidado de mí y lo que podría suceder si deciden ponerme un dedo encima. Me confío demasiado o simplemente es que me siento invencible en este momento.

—Hagámoslo, intentemos hacer nuestros propios avances en vez de lo ya establecido—chocamos los cinco con emoción y yo con alivio de tener su apoyo en esta misión escolar y a la vez, personal. —En cualquier momento si quisieras retractarte...

—No lo haré, lleguemos al final, hagamos lo que podamos descubrir—la interrumpo con seguridad en mi voz.

El ser entevistada no fue una grata experiencia, sin embargo, fue más superficial y en un ambiente abierto, por lo que no resultó dramático como creía que sería. Pudo ser peor.

Asiente y pone un pin color rojo en la zona de los hechos. Comenzamos a dividirnos el trabajo por pasos, ya que debemos investigar noticias similares, recopilar datos en notas periodísticas, hacer encuestas, anotar características, similitudes y hacer trabajo de campo al recorrer los lugares. Nuestro trabajo es dinámico, conectamos bien y mantenemos la seriedad hasta hacer bromas sarcásticas, compartiendo nuestro humor.

Sea como sea, llegaré a la persona quien me envió todo eso y lo usaré a mi favor, exponiéndolo hasta llegar a la verdad de quién está detrás.

Pasamos todo nuestro tiempo libre antes de tener que irme a trabajar al café, siguiendo mi rutina hasta casi finalizar, es cuando ya está oscuro que recibo un mensaje de Henzin:

"Un expresso frío para tomar aquí, por favor".

Levanto la vista y se acerca a una de las mesitas con una gran sonrisa y trae consigo una bolsa blanca de plástico con lo que parecen ser envoltorios.

—Justo a tiempo, casi cierro. ¿Expresso simple o doble?—comienzo a preparar su bebida, esperando su respuesta en lo que acomodo el vaso con hielo.

Se queda pensando, se sienta y me mira con detenimiento.

—Si actúas de esa manera voy a pensar que eres mi fan—bromeo y él ríe.

—Doble, que sea doble.

Asiento entendiendo y hago su pedido con rapidez, hasta entregárselo. Lo paga con tarjeta y le doy el recibo, tocando la suavidad de la tela de sus guantes oscuros. Siempre lo veo muy abrigado, incluyendo su bufanda que le queda a su estilo personal, al lucir un poco clásico, de época. Y aún así, está bebiendo un café helado.

—¿Qué haces tan tarde en la escuela? El hecho de que sea prácticamente tuya, ¿quiere decir que vives aquí o qué?—río y le entrego varios sobres de azúcar.

Ríe y parece un poco incómodo.

—Vengo del bar "Scream" que está aquí al lado—apunta atrás de la escuela. —Es una tradición ir cada semana desde la preparatoria, aunque es aburrido sin la correcta compañía, por eso estoy aquí, bajándome los tragos por obligación.

Su coqueteo aunque es en parte sútil y directa, no es intensa y parece más amistoso. Entendió mi límite el día del club sin querer ir más allá cuando apenas nos conocemos y todavía no tenemos esa clase de atracción.

—Debes mejorar tus invitaciones—río y me siento en la silla al frente suyo, descansando un poco.

Ríe tal vez con decepción, de manera apagada y se enfoca en ponerle azúcar a su café. 

—Te traje algo diferente de lo que sueles ver todos los días—me entrega la bolsa plástica conteniendo un onigiri de atún con mayonesa y un refresco en lata, es justo lo que necesitaba, comida salada. —No sabía qué te gustaría así que fue un poco a la suerte, ya que es mejor que traerte pollo frito y cerveza o eso pensé.

—Mucho mejor, te lo agradezco demasiado, Henzin—le sonrío alegre y abro el refresco bebiendo un poco, disfrutando la dulzura que contiene.

—Quería hablar así contigo, en calma y conocerte sin tanto ruido interponiéndose en conocer la razón por la cual estás en esta carrera. No recuerdo haberte visto en la clase que lo dijimos—bebe y frunce el ceño.

Es porque en ese momento mi lengua estaba ocupada y no era precisamente hablando.

—Siempre he tenido una fascinación por la mente criminal, la psicología oscura, los trastornos, el comportamiento humano, el analizar a las personas, sus perfiles. El entendimiento humanitario en el que se interpone el juicio moral de los demás. Lo que no se puede ver ni creer fácilmente, tener una visión y conocer lo que la sociedad no está dispuesta a hacer, brindar una mano a quien juzgan, señalan y etiquetan sin dar una segunda oportunidad, sin ver las motivaciones detrás. Ver quiénes son, su esencia, en vez de solamente lo que hizo—sigo bebiendo hasta casi escupir por la risa al verlo con una expresión de impresión en su rostro que dura bastante.

—Es más de lo que esperaba, creería que sientes una atracción por los criminales, las series policíacas, el sentido de justicia, se equivocaron con criminalística o ciencias forenses, lo que he escuchado en respuestas anteriores en clase. Que claro, no está nada mal, solamente es un poco más... Predecible, podría decirse.

—¿Estás "etiquetándome"?—me burlo al referirme a la teoría de el etiquetamiento social y él niega repetidamente. —¿Y qué hay sobre ti? Tu razón de estar aquí.

—"Levantar muertos"—hace comillas con los dedos.

Le aviento un sobre de azúcar sellado.

—Si escucho una vez más que dicen eso de nosotros, los que estarán muertos serán ellos, de verdad—reniego al tener que haber explicado cientos de veces a mi familia lo que era y hacía mi carrera.

Él ríe sin parar teniendo una risa peculiar, curiosa, como un personaje animado, tal vez suena un poco falso.

—Comenzó cuando leí de niño el libro"Los crímenes de la calle Morgue". El pensamiento deductivo y racional que se analiza ahí. Siento admiración por la capacidad racional que podemos tener sin que nos perturben las emociones para llegar a la verdad.

Me sorprende la capacidad de atraparme con su respuesta, y el ni saber a qué punto precisamente enfocarme.

—No esperé esa respuesta, no puedo imaginarme yéndome a dormir con ese final en mi cabeza—le confieso, y recuerdo el final inesperado que tuvo. El aire comienza a aumentar. —Podrías convertirte en el siguiente Sherlock Holmes de nuestra generación, quién sabe.

Sonríe con gracia.

—Tal vez—añade y sigue bebiendo hasta detenerse y mirarme curioso: —¿No vas a comerlo?—apunta al onigiri.

—Ah, sí—es lo único que digo, abro con cuidado el empaque y le ofrezco, se niega y le doy una mordida. Está frío y fresco, sabe muy bien y su relleno es cremoso, creía que tendría menos.

—Intuí que te gustaba lo asiático—siento el arroz pegarse en la garganta, casi escupiéndole, trago con trabajo. —Tu estilo me da esas vibras.

Claro, mis "vibras", y mis gustos, seguramente.

Me río entendiendo la referencia.

—Es algo como estilo grunge, oscuro, supongo—doy otra mordida sin comentarios en el proceso.

—Sí, oscuro—repite, y está más que claro a dónde quiere llegar, aunque no juguetea con sus manos, sí ve al lado. —El chico, el que tiene un nombre japonés, ¿es tu novio?—llega a donde quería desde un principio, me hace querer sonreír burlona, pero lo evito bebiendo un trago de mi refresco.

—No, no lo es. Nos estamos conociendo—sin querer añadir detalles específicos, se lo aclaro de manera general. No sé si es buena o mala idea que tenga esa impresión la cual para los ajenos es obvio que hay algo extraño ahí formándose. —Detesto las "parejitas de clase", es un error ridículo que cometí con mi ex y que no pienso repetir en la universidad.

—¿Y se puede negociar o es un no definitivo?—junta sus manos, con interés y poder, siendo un cambio radical a su comportamiento, el cual me deja impactada, respondiendo con un "¿Qué?", ahogado.

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