0 7 | "PURGA"
Nos miramos sonriéndonos por algunos segundos antes de que nuestra primera interacción sea interrumpida por el alboroto de fondo, en el escenario en donde un chico bastante emocionado grita una celebración de cada semana y que esta noche no es la excepción, diciendo que es sumamente especial debido a que es la primera "Purga" en donde los futuros criminólogos son los invitados de honor.
La dinámica trata sobre la existencia de un cuerpo en el suelo, siendo un maniquí que supuestamente fue envenenado y los responsables están entre nosotros, siendo varios elegidos secretamente, y los demás como buenos criminólogos, debemos averiguar a los responsables quién sabe cómo, así como el tipo de bebida culpable del asesinato, estando varias disponibles en una mesa con distintos cócteles humeantes de colores. Tenemos una hora para lograr la misión y así enviar al "purgatorio", a los responsables, ganando un premio misterioso.
Sonando bastante complicado, combinando distintas temáticas de varios juegos de misterio y trabajo en equipo, creando el suyo a su manera. Dudosa en si jugar o no, hasta que el chico que recién conocí me dice algo que no logro entender por el ruido de las voces emocionadas de los demás, entonces me susurra:
—Debemos tomar un papel si queremos jugar—su voz es firme, me parece linda y atractiva, con material de narrador.
—¿Quieres jugar?—le pregunto mirándolo, detallando su rostro. Tiene algunos pequeños lunares, labios gruesos con un piercing en el costado izquierdo, ojos profundos y tiene un aura seductiva. La máscara al estilo de "El Fantasma de la Ópera", solamente enfatiza su buen y auténtico estilo.
Niega al instante.
—Prefiero conocerte más. Busquemos un lugar más calmado para hablar—sonríe y aceptando, asiento, nos alejamos de la multitud con tragos nuevos. Pasamos una puerta que nos lleva a una sala casi vacía, hay pocas personas alrededor charlando. Hay asientos acolchonados, mesas y un mini bar, aquí el sonido se reduce, solamente se siente el retumbar del exterior.
Nos acomodamos en un rincón, la iluminación no es la mejor, al tratarse de luces neón, aunque es mejor que salir del lugar, ir a la bodega o algo así.
—¿De qué estás disfrazado? ¿El asesino del Zodiaco, quizás?—me burlo queriéndole atinar. Me acerco a tocar su cabello que está tieso, no sé si se tratará de peluca, pero sus pequeños rizos blancos con brillos plateados se ven geniales.
Ríe y bebe de su cóctel color verde, ahora yo tengo uno de color morado un poco fuerte.
—¿Te gusta o te da miedo?—me responde con otra pregunta y ríe más, notándose un poco borracho.
—¿Hablas de ti o de los asesinos seriales?—bebo, asimilando a lo que se refiere.
—Ambos.
Es directo, risueño y luce carismático, no sé quién sea y aún así acepté irme a esconder en vez de jugar entre todos, espero valga la pena.
El alcohol comienza a hacer efecto después de varios tragos, haciéndome reír como tonta y quedarme pensativa. Me siento más desenvuelta, libre, extrañamente ligera.
—Prefiero la máscara, porque el verdadero rostro de uno mismo da más miedo—mi yo filosófica borracha se sincera y él con cierta extrañeza y risa, frunce el ceño con sus cejas gruesas.
—Esa es la respuesta de una criminóloga, eh—bebe de su copa, casi terminándosela.
—Soy Jiu Juji, encantada de conocer esta noche a un falso asesino serial—le doy la mano y la toma con delicadeza.
—Henzin Layh, y en mi defensa, los asesinos seriales están de moda, ¿no?
Al escuchar su apellido me atraganto, siento una bola en mi garganta que me hace tener hipo. Layh, ¡Es el nombre de la escuela! Es el hijo de la directora, el que recuerdo Li mencionó.
—¿Quieres agua?—se alarma y casi se levanta, solamente porque lo alcanzo a detener y negar, tragando saliva.
—Estoy bien, solamente un poco borracha, ya sabes. Beber tantos Jeffrey Dahmer y Elizabeth Bathory no ha sido la mejor decisión de la noche.
Reímos.
—¿Y cuál ha sido la mejor decisión de la noche, entonces?—bromea y no sé si sean los tragos encima o su forma de ser tan coqueto. Es fácil seguirle el juego, es atractivo, divertido, aunque mis hormonas no cooperan con mis neuronas, comienzo a sentir náuseas. No me destaco por tener una buena resistencia al alcohol, tal vez sea por no beberlo con frecuencia.
—No lo sé con certeza todavía, tendría que descubrirlo—me recargo y cierro los ojos un instante, queriéndome quitar esta sensación.
—¿Estás mareada?—noto la preocupación en su tono de voz.
Asiento con lentitud.
—Un poco, solamente necesito descansar un momento—me justifico, probablemente sea por no haber comido algo fuerte antes de venir acá.
—Vayamos a tomar aire—me ayuda a levantarme y salimos a rastras de ahí, saliendo por la salida de emergencia, dando al callejón con los basureros y un ambiente fúnebre, pero para mí, este lugar parece totalmente de mala muerte.
—Espero no tomes tu papel en serio y aproveches la oportunidad como un delincuente ocasional—me sujeto de él, sintiéndome mejor al sentir la brisa nocturna recorrer mi piel y llenar mis pulmones al inhalar y exhalar.
Se burla, haciendo eco.
—Podría usar este modus operandi como mi apodo criminal. ¿Qué tal "El enmascarado nocturno"?—levanta una ceja y yo ya pudiéndome sostener por mi cuenta, río.
—¿Y la máscara?—lo cuestiono y al notar que la dejó en donde estábamos por la expresión de sorpresa que tiene. No sé en qué momento se la quitó, a lo mejor fue cuando estaba atragantándome, espero y no se la roben.
—Tendríamos que cambiar el nombre—añade sin darle mayor importancia, despreocupado.
Asiento, comenzando a tener frío, es entonces que me subo el cierre de mi chaqueta aunque mis piernas comienzan a temblar.
Escuchamos ruidos al fondo del oscuro callejón lo cual nos deja inquietos al ser los únicos aparentemente presentes, alarmándonos.
—Regresemos adentro—me sujeta de la espalda, protegiéndome hasta que pasamos por donde estábamos hace un momento, recuperando su máscara la cual estaba en su asiento, río y la acomoda hasta tenerla puesta como si nada. Salimos a integrarnos nuevamente a la multitud, parece que han logrado adivinar el juego o eso parece.
Veo a Li eufórica al lado de algunas personas con un sombrero de bruja luminoso, le hago una seña y viene corriendo a mi lado.
—¿Ya terminaron el juego?—le pregunto y se acerca a susurrarme debido al ruido que hay:
—¡Estamos en eso! Falta adivinar la bebida, porque al final terminó siendo un suicidio; Ingirió el veneno.
"Ingirió el veneno", me lo repito mentalmente. Qué estupidez, preguntaría quién haría eso, sin embargo, no soy la mejor juzgando.
—¿Cómo lo adivinaron?—sigo con lo que parece mi interrogatorio.
Li ríe, con diversión y hace una expresión de alegría, orgullo.
—Ver tantas series policiacas dieron su fruto entre todos. Ya sabes, "La ley y el orden", y el final de "Alice in Borderland" en la primera temporada al buscar a la bruja, cuando la responsable por la culpa se había acuchillado así misma—me explica, resultando fascinante, supongo que con un pensamiento lógico y el razonamiento, concentrándote, resulta más sencillo resolverlo en equipo. —Oye, por cierto, no sabía que te llevabas bien con el hijo de la directora.
—Ni yo—le confieso. —Acabo de descubrir quién era. Eso de perderse clases no deja nada bueno.
—¡Más "ganado al establo"!—grita y le doy un empujoncito por altanera.
Ríe y apunta a un rincón.
—Hablando de ganado, ¿Ese no es el chico con el que estabas la otra vez?
Al voltearme, siento un frío indescriptible en mi alma. Tsumi.
—Tsumi, ¿es japonés?—Li dice en voz alta, repitiendo el kanji de un traje oscuro que usa, lo que me sorprende. —¿Qué significa?
Eso me deja pensando.
—Ni yo lo sé—sigo mirándolo y su traje lo complementa con una mascarilla en su rostro, ocultándolo. ¿Qué carajo hace aquí? Sigue siguiéndome, ahora qué es lo que quiere.
—Voy al baño, ya regreso—digo en general, me alejo casi corriendo dejando atrás a Li y Henzin, mintiéndoles en parte al solamente querer alejarme e ir a encararlo.
Pasa por un pasillo en donde lo detengo, jalándolo de la manga.
—Me reconociste y aquí estás—me lo dice sin girarse, pudiendo apreciar con más detalle el kanji de su nombre.
—Podría reconocerte incluso a cien kilómetros de distancia. Tu esencia me llama, la siento en mi ser—lo suelto y remarco las líneas en su espalda.
—Pecado. Significa pecado, la culpa que atrapa y pesa por un acto inmoral—se da la vuelta, sacando lo que parece algo para dibujar. —Dame tu mano—me pide y accedo, comenzándome a dibujar el kanji en la palma de mi mano con pintura neón roja.
Es fascinante lo rápido que lo dibuja y el orden en que va cada línea, parece complicado y a la vez lo hace ver sencillo.
El ruido aumenta y gritan "Purga", una y otra vez, en porra. Pareciendo ser el final del juego o algo por el estilo.
Escucho la voz de Henzin llamarme, buscándome, el impulso me hace querer esconderme, escondernos. Empujándolo hasta ir juntos a encerrarnos a lo que parece una bodega, nos apegamos a la pared y pongo la mano en mi boca, hasta sentir que no está cerca. Es cuando decido escapar, aunque sin éxito al intentar abrir la enorme puerta de metal, ésta no responde.
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