
9. EXTRA: Mido
Tuve que correr por los pasillos de la universidad casi tan rápido como el Correcaminos o no llegaría a mi segunda clase. Observé los letreros de las puertas intentando encontrar la mía. Primer día de universidad y llegaba tarde, simplemente estupendo.
Cuando entré al aula indicada vi que casi todos los asientos estaban ocupados excepto uno que estaba situado al lado de un chico tan alto que casi parecía un armario.
Me dirigí hacia este y saludé con la mano a uno de mis amigos que también había decidido cursar biología.
—Buenos días, me llamo Miyoung.— Le dije a mi compañero de asiento.
—Hola... Soy Johnny.— Contestó mientras yo cogía de mi mochila mi libreta y el libro de la materia que tocaba.
—Pues verás, Johnny. Yo no soy alguien que suele llegar tarde, para nada. ¡Pero el autobús tuvo una avería mientras venía hacia aquí! Al final tuve que bajarme del autobús y venir corriendo, pero el conserje me cerró la puerta en la cara y no pude entrar. ¡Y todo esto en el primer día!— Comencé a hablar concentrada en la historia que le estaba explicando.
Cuando volví a alzar la mirada el chico parecía estar haciendo señas a alguien detrás de mí y al ver que yo lo estaba mirando me sonrió algo avergonzado. Me giré para ver con quién hablaba y al parecer era con el chico que se sentaba junto a mi amigo.
—Oh... ¿Quieres sentarte con Ten? No te lo recomiendo a menos que tu media esté sobre el nueve con cinco. Ten saca notas tan buenas que es capaz de bajarle los ánimos a cualquiera o de otra manera, de hacerte poner las pilas. Aunque sea muy charlatán es un buen chico. Está cursando una doble carrera, biología y veterinaria. Yo creo que le pegan bastante porque parece un gatito, aunque tu amigo, el que está a su lado parece un conejo. ¿Sabes si está interesado en las granjas? Creo que tendrí...
—Señorita Miyoung, hace cinco minutos que la estoy llamando y usted sigue hablando. No creo que quiera ser expulsada el primer día de clases ¿Me equivoco?— Me encogí en mi asiento al escuchar la voz grave del que parecía ser el profesor.— Doyoung, por favor, hágame el favor de cambiar su asiento con John Seo.
El chico con adorable cara de conejo se levantó y miré a Ten que me levantó el pulgar en cuanto Johnny se sentó a su lado. Reí por su expresión y le devolví el gesto. El llamado Doyoung se sentó a mi lado y me sonrió con amabilidad antes de empezar a tomar apuntes de lo que el profesor estaba escribiendo en la pizarra.
Rápidamente hice lo mismo que él, decorando con colores y subrayando lo que creía que era más importante de lo que estábamos haciendo. Era a penas un tema introductorio a la biología, que abarcaba muchas cosas, desde las plantas hasta la biología del cuerpo humano. Cuando el timbre sonó indicando el final de la clase miré a Doyoung recoger sus cosas con lentitud.
—Hay una cosa que no entiendo.— Dije pensativa.
Él me miró y después observó mis apuntes.
—¿La biología microscópica?
—¿Qué? No, en absoluto. La pregunta es ¿Como sabía el profesor Park mi nombre y el vuestro? Somos como unas sesenta personas en clase.
Él rió haciéndome sonreír por lo pegadiza que era su risa.
—Pues porque nos presentamos todos en la primera hora y porque eres la única que ha faltado el primer día.
—¡No ha sido mi culpa! Verás...
Procedí a contarle la misma historia que a Johnny con la única diferencia de que él sí parecía escucharme y no querer huir como si yo fuera... Rara o algo por el estilo.
Salimos de clase en dirección a la cafetería mientras yo seguía contándole por qué Ten parecía un gato y él un conejo cuando la voz de Johnny sonó detrás de nosotros en un intento de susurro.
—¿Qué diccionario se ha comido esta chica?
—Más te vale que no te haya oído porque tiene un carácter algo insostenible.— Susurró de vuelta Ten.
Fruncí el ceño y me giré encarándolos.
—Primero que nada, si te molesta que hable mucho no tienes por qué seguirme como perrito faldero. Segundo si me comiera un diccionario al día sería problema mío, aunque eso me daría mejor capacidad de expresión. Y tercero, espero que alguien te enseñe el significado de la palabra susurrar, no, espera, si quieres lo hago yo.— Contesté mirándolo en un intento de intimidarlo.
Al ver que no contestaba simplemente cogí a Ten por la manga y lo arrastré conmigo hacia la cafetería. Una vez allí nos dirigimos hacia la mesa en la que nuestros amigos, que cursaban distintas carreras, nos estaban esperando.
Cuando llegamos hasta ellos choqué los cinco con Yuta y abracé a Jungwoo antes de sentarme entre ellos y empezar a hablar sobre nuestras primeras clases hasta que me di cuenta de que había alguien en la mesa a quien no conocía.
—Hola, soy Yeeun, encantada, supongo que tú eres Miyoung, Yuta ya me ha hablado de ti.— Dijo mientras extendía su mano para estrechar la mía.
Sonreí feliz de conocer gente nueva y estreché su mano para después empezar a hablar también con ella.
—¿Entonces estudias diseño con Yuta y Jungwoo?
—Sí, aunque con Jungwoo coincidimos en pocas clases porque nosotros hacemos diseño de ropa y él, diseño de interiores. Supongo que habrás conocido a uno de mis amigos, por cierto, se llama Sicheng.— Contestó ella pero dirigiéndose a Jungwoo al decir esto último.
—Oh, ¿Es amigo tuyo? Sí, lo he conocido, es muy simpático. De hecho, le he invitado a venir a nuestra mesa pero me ha dicho que primero iría a buscar a sus amigos y que ahora venía.
—¿Y alguno de tus amigos es alto, guapo y saca notas sobresalientes?— Preguntó Ten a Yeeun.
—Pues la verdad es que sí, mira allí viene con Sicheng.— Dijo ella mientras agitaba su mano a quienes acababan de entrar.
Casi escupo el zumo al ver a Johnny, a Doyoung y a un chico rubio que suponía que era Sicheng porque estaba saludando a Jungwoo acercarse a nosotros.
—Otra vez el armario analfabeto...
—Dodo... Dodo... Cariño...— Susurré mientras acariciaba una de sus mejillas.
Él abrió los ojos con pereza y observó la hora en su reloj de muñeca que marcaba las doce de la noche.
—Me he dormido con la película de nuevo. Lo siento, Mimi.
—No te preocupes, me gusta verte dormir por muy psicópata que suene eso.— Contesté haciéndolo reír.
—Deberíamos ir a la cama.— Susurró con su voz algo ronca mientras se levantaba del sofá.
—He estado pensando... ¿Recuerdas cuando nos conocimos? Johnny y yo no nos aguantábamos y tú eras el único que lograba que no quisiera mandarlo de nuevo a Chicago de una patada.
—Me alegro de que vuestra relación haya mejorado desde entonces.— Contestó mientras entraba en la cama y me abría las sábanas para que pudiera cobijarme con él.
—¿Y recuerdas la cara que puso Ten cuando Johnny y Jaehyun confirmaron su relación? Creo que aún sigue siendo su amor platónico.
—Sí, la verdad es que fue bastante gracioso... Pero ¿A qué vienen tantos recuerdos ahora?— Preguntó él con curiosidad mientras acariciaba mi pelo.
—No lo sé, quizá me he puesto algo nostálgica.
—Mmm... ¿Recuerdas cuando me pediste que me casara contigo? Fue el momento más feliz de mi vida. Todas las flores, el anillo de compromiso con tu inicial en el reverso, tu vestido color verde que hacía resaltar tus ojos de manera espectacular. Y la mejor parte... Tu preciosa sonrisa cuando te dije que sí.
—Doyoung, eso ha sido esta tarde.— Dije intentando retener mis lágrimas que no sabía concretamente de dónde habían salido.
—Y aún sigo sin creerme que vaya a casarme con alguien tan loca como tú.— Contestó riendo antes de darme un suave beso en los labios ante mi falsa indignación por sus palabras.
Un silencio prosiguió al momento, en el que pequeños besos robados provocaban suspiros de amor en el contrario.
—¿Sabes si Johnny le ha contado ya a Jaehyun que se vuelve a Chicago?— Pregunté mientras me acurrucaba más a él y lo abrazaba.
—Me ha dicho que aún no tiene valor, que lo hará después de que nos casemos para no arruinarle la fiesta. Por un lado sé que Jaehyun lo pasará mal, pero por el otro sé que estará contento de que Johnny por fin cumpla su sueño de ser fotógrafo profesional en vez de biólogo.
—Tienes razón, Jaehyun tiene demasiado buen corazón como para reprocharle nada a Johnny... Sabes, él podría hacernos de fotógrafo en la boda.
—Estoy seguro de que le encantaría.— Susurró dejando un beso en mi frente.
Sonreí y cerré mis ojos, acomodándome ya para dormir.
—Miyoung...
—¿Mmh?
—Gracias por haber hartado tanto a Johnny aquel día que tuvieron que cambiarnos los asientos.
—Gracias a ti por no mandarme a paseo cada vez que hago un monólogo digno de Shakespeare.
—Me gusta que hables, te emocionas con cosas muy pequeñas y me encanta ver la ilusión en tus ojos cuando eso pasa.
Reí algo avergonzada y dejé un beso en su mejilla.
—A mí me gusta llegar a casa y verte leyendo tus libros de biología o corrigiendo los exámenes de tus alumnos. Cuando te concentras te ves adorable.
Se quedó callado y cuando levanté la mirada para observarlo contemplé su hermosa sonrisa que dejaba ver sus encías y me hacía querer besarlo hasta el hartazgo.
—Dodo, ¿Me cantas una canción para dormir?
—Por supuesto...
Jeje, amo a este par. Gracias a _wavywaves por ayudarme a encontrar la inspiración.
Espero que os haya gustado este capítulo extra. 💞
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