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8. EXTRA: Hyuckil

Me dirigí a los vestuarios con la toalla al hombro sintiéndome realmente agotado después de tanto ensayar, amaba estudiar danza e interpretación, pero acababa muy cansado al final de la jornada. Me encontré allí a Jisung secándose el cabello ya que había acabado antes que yo. Él era unos años menor pero le habían dado una beca y lo habían ascendido de curso debido a su gran talento e inteligencia.

—Jisung, ¿Puedes esperar a que me duche?— Pregunté después de que se hubiera percatado de mi presencia.

—Claro, Hyuck, así te presento a mi novio, me ha dicho que hoy vendría a buscarme.

—Te he dicho que me llames Haechan, pequeñajo, todos deben reconocerme por mi nombre artístico... Pero ¿No era que tu novio no tenía coche? Tu casa está bastante lejos como para ir caminando.

—Te llamaré Hyuck porque ese es tu nombre y porque tengo derecho como tu mejor amigo que soy. Y es el hermano mayor de Mark quién nos llevará en coche. Iré a comer a su casa.

—Pero Jaemin también es mi mejor amigo y él sí que me llama Haechan. Entonces vas a conocer a tu cuñado, interesante.

—Date prisa, no quiero que tengan que esperarme por tu culpa.— Dijo frunciendo su ceño.

Me reí levemente por lo tierno que se veía y me fui a duchar tardando un poco más de la cuenta tan solo para molestarlo.

Una vez estuve completamente listo salí del vestuario y fui asaltado por Jisung quejándose por la eternidad, según él, que me había tardado.

—Ahora tendrás que llevarme en la espalda.— Dijo haciendo un puchero.

—Estoy cansado, Sungie. — Bufé sabiendo que al final acabaría con él encima de mí.

—¡Vamos, Haechan!— Gritó él mientras daba golpecitos en mi cabeza.

—No te he tirado al suelo aún porque me has llamado Haechan.— Respondí agotado.

No solo lo llevaba a él encima sino que además cargaba con el peso de su mochila y la mía. Una vez fuera él me indicó que lo llevara hasta el coche negro que había aparcado justo en frente de la facultad.

—Mark me ha dicho que me esperará ahí.— Dijo él con voz cantarina haciéndome gruñir.

Ese chico sabía convencerme con tan solo una mirada y siempre acababa saliéndose con la suya por culpa de eso.

Levanté la vista al oír como las puertas del coche que estaba ya frente a nosotros se abrían. Mis piernas flaquearon y por poco no dejo caer a Jisung al ver una cabellera roja muy conocida.

El problema residía en que yo simplemente no podía salir corriendo de allí sin explicación alguna. No me lo podía creer, Taeil era el hermano mayor de Mark y me estaba mirando con una expresión indescifrable.

—¡Hola, Makku!— Gritó Jisung bajando de mi espalda mientras se acercaba a su novio y dejaba un beso en su mejilla.

Tragué saliva e intenté disimular mis ganas de huir.

—Bueno, Jisung, nos vemos ma...

—¿No vas a saludarme, Hyuck?— Preguntó con parsimonia Taeil, provocando estragos en mi sistema.

Lo miré sintiendo mis mejillas arder y lo saludé con cierre timidez para seguidamente saludar a Mark. Jisung me observaba con confusión, seguramente porque desconocía que yo sabía quién era el hermano de su novio.

—¿Por qué no vienes a comer con nosotros?— Preguntó Mark con amabilidad.

Negué rápidamente con la cabeza intentando encontrar cualquier excusa creíble para escaquearme.

—Tengo mucho que estudiar y además no quiero ser una molestia...

—No es nada, estoy seguro que sea lo que tengas que estudiar lo dominas a la perfección y uno más en la mesa siempre viene bien.— Insistió el mayor mientras rodeaba el coche para abrirme la puerta e indicarme que entrara.

En algún momento de la discusión que se prolongó acabé metido en el coche junto a Jisung que no dejaba de preguntarme de dónde conocía al pelirrojo, cómo y cuándo.

Después de contarle la situación entre susurros me dediqué a mirar por la ventana, intentando evitar la profunda mirada de Taeil por el retrovisor.

En ese preciso momento me arrepentía de todo lo que había hecho. Después de la sesión de fotos en la que había ayudado a Taeyong no había perdido el contacto con Taeil. De hecho, habíamos coincidido en varias ocasiones a lo largo de las semanas y meses, ya fuera en la cafetería de Jaehyun, en la calle e incluso alguna vez en una librería antigua mientras yo buscaba libros de baile. La última vez, sin embargo, habíamos quedado para tomar un helado. No podía apartar de mi cabeza el hecho de que aquello parecía una especie de cita a pesar de que no era así. Nos habíamos pasado la tarde contando anécdotas, historias y paseando por la ciudad hasta que se hizo de noche.

Me acompañó hasta mi casa, haciendo las mariposas de mi estómago revolotear. En el tiempo que lo llevaba conociendo había podido conocer más aspectos de él y ninguno que me desagradara en absoluto. Cuando nos detuvimos frente a mi puerta abrí esta dispuesto a entrar después de simplemente habernos despedido con la mano, pero en un ataque de estupidez adolescente lo detuve. Me acerqué hasta donde estaba él y puse mis manos sobre sus hombros para besarlo escuetamente en los labios y después salir por patas encerrándome en mi casa. Las semanas siguientes él me había escrito pidiendo que nos juntáramos para hablar de lo ocurrido, pero yo siempre le ponía excusas para evitar a toda costa volver a verlo y así evitarme cualquier tipo de humillación y vergüenza propia.

Pero ahora ya no tenía escapatoria, no cuando ha habíamos llegado a su casa y Jisung me había dado una colleja para despertarme de mi ensimismamiento.

Observé la casa desde el exterior, parecía acogedora además de ser muy bonita con cierto tono antiguo que me recordaba aún más a Taeil. Mark y Jisung nos adelantaron para abrir la puerta y automáticamente me puse tenso al sentir el calor corporal del pelirrojo justo detrás de mí.

—¿Vas a seguir escapando de mí, Donghyuck?— Cuestionó sin reproche alguno en su voz.

Se posicionó a mi lado poniéndome aún más nervioso de ser posible.

—¿Escapar yo? En absoluto, es que he estado ocupado con el trabajo y la universidad.— Contesté con naturalidad.

—Ya veo... En ese caso me alegra haber coincidido hoy contigo después de cuánto ¿Dos semanas?— Murmuró haciéndome sonrojar.

Asentí algo avergonzado mientras lo seguía por la casa. Por suerte para mí después de aquello evitó hablar sobre mi distanciamiento y comimos con tranquilidad. Mark resultó ser un chico amable y simpático pero con un sentido del humor poco... Cómico. A pesar de ello me cayó realmente bien, según me había contado también amaba el baile y había conocido a Jisung en un concurso urbano precisamente en el que ambos habían quedado finalistas.

En un momento determinado de la conversación sentí la urgente necesidad de salir del lugar ya que podía percibir la mirada de Taeil sobre mí y eso me hacía sentir extremadamente ansioso. Me disculpé diciendo que necesitaba ir al baño y salí de allí rumbo al pasillo. Entré en la primera habitación que vi con la puerta abierta y suspiré de alivio antes de abrir los ojos, encontrándome con estanterías repletas de libros que iban de pared a pared. Abrí la boca algo sorprendido debido a la impresión. Parecía ser una especie de despacho-biblioteca ya que también había un escritorio con varios papeles y documentos sobre este. Me acerqué a la estantería más cercana y empecé a mirar el título que había en los lomos de los libros hasta que uno me llamó la atención por parecer más antiguo que los demás. Lo saqué de su lugar con suma delicadeza y contemplé el título que presumía. Hamlet estaba escrito en mayúsculas, rezumando imponencia.

—Es una de mis obras favoritas.— Oí la voz de Taeil, quien me miraba desde la puerta de la pequeña biblioteca.— Es un ejemplar bastante antiguo ese que tienes en tus manos. Trata la historia de un príncipe que debe vengar la muerte de su padre injustamente asesinado por el hermano de este. Es quizá la crítica social y política mediante la ironía y el sarcasmo lo que hacen de Hamlet una obra adictiva.— Continuó explicando mientras se acercaba a mí con lentitud.

—Si lo cuentas así parece muy interesante...— Susurré con a penas voz.

Él asintió y cogió el libro de mis manos para dejarlo sobre el escritorio. Visualicé la puerta que estaba abierta y pensé en las probabilidades que tenía de correr lejos de allí. Antes de seguir pensando sentí una caricia en mi mejilla, haciendo que levantara la mirada. Taeil me observaba con una pequeña sonrisa en sus labios que hacía que quisiera suspirar de lo atractivo que se veía.

Sus labios se juntaron con los míos de manera muy lenta, lo suficientemente lenta como para haberme retirado o como para haberme dado cuenta siquiera de que pretendía besarme. Porque no, no me había dado cuenta por culpa de haberme embobado con su sonrisa y su perfección. Colocó una mano sobre mi cintura mientras la otra seguía acariciando mi rostro con delicadeza. No sabía si chillar o saltar en ese preciso instante, pero menos mal que mi cuerpo sabía exactamente qué hacer, al contrario que mi mente. Le devolví el beso y cerré los ojos disfrutando del momento el cual deseaba que fuera infinito. Cosa que obviamente no fue así. En cuanto nos separamos sentí mis mejillas volverse del mismo color que su pelo.

—¿Ahora me vas a escuchar de una vez por todas?— Preguntó haciendo referencia al tiempo que estuve evitándolo.

—¿Si te digo que no volverás a besarme?— Contesté con una sonrisa traviesa y alzando las cejas de forma sugerente.

—Digas lo que digas volvería a besarte mil veces, Donghyuck, porque eres la mejor obra de arte que he tenido el honor de haber leído, pero que aún no he acabado desgraciadamente. ¿Me dejarías hacerlo?— Dijo haciendo que parpadeara intentando procesar sus palabras.

—¿Acabas de pedirme que sea tu novio o son imaginaciones mías?— Pregunté con una sonrisa boba.

—Estropeas el momento, Hyuck, pero sí, eso he hecho.

—Yo no estropeo nada, príncipe literato. Te concedo el honor de seguir leyéndome, empezando por mis labios, mira, a ver qué ponen.— Reí ganándome una carcajada de su parte.

El segundo, el tercero y el cuarto beso fueron igual de emocionantes y tiernos que el primero, pero cuando iba a besarlo de nuevo un carraspeo se oyó en la puerta. Mark y Jisung se encontraban allí mirándonos con una sonrisa burlona en su rostro.

—Te dije que se estaban besando.— Dijo Jisung.

—Acertaste como siempre, pollito.— Rió Mark.

Escondí mi rostro en el cuello de Taeil, deseando que la tierra me tragara en ese instante. Aún así escuchar la carcajada del mayor debido a la ridiculez de la situación me hizo sonreír y aceptar que no podía estar más a gusto que en sus brazos.

Holaaa. Voy a publicar varios capítulos extras de algunos de los personajes secundarios simplemente porque amo demasiado esta historia y no la quiero dejar abandonada como está. Espero que os guste.

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