El día empezó mal.

Los niños se negaron a bajar de la cama y se encontraban acurrucados juntos. Hoseok no los mandaría ese día a clases y prefirió llevarles el desayuno a la habitación, consentirlos en esa situación no vendría nada mal.

Con ayuda de Jungkook, los pequeños comieron un poco de fruta y se volvieron a tapar bajo las mantas. JiSung se levantó un minuto después y corrió a la habitación de Jungkook para preguntarle si era verdad, para un hijo siempre iba a ser difícil la pérdida de su padre sin importar la edad que tenga, más si había recuerdos de por medio.

Jungkook regresó con su hermano a la habitación que compartían con Jimin y habló con ellos. Los niños eran muy maduros y entendían con rapidez lo que les decían, pero justo ahora con la noticia de la muerte de su padre, no había razones que entender, simplemente no querían.

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Hoseok se había ido temprano al pueblo del sur, donde estaba su cuñado y suegro. Les comentó como lo tomaron los niños y ellos también se preocuparon, pidiendo poder conversar con ellos.

Esa tarde sería el sepelio y Hoseok se debatió entre llevarlos a sus hijos o no, no quería que sufran más, pero al mismo tiempo, si veían que enterraban a su padre, no les quedaría duda que nunca más regresaría.

Una dura realidad que debían aceptar.

Llamó a Jungkook y pidió que los alistara, los iría a recoger.

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—Es una pena tremenda que haya quedado viudo el señor Jung, si el señor Taehyung era tan bueno —un hombre de edad daba las condolencias al padre y hermano de Taehyung.

El pueblo estaba consternado y faltaban pocas horas para que el dolor de la realidad, que nunca más lo verían, empezara.

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Se encontraban en el cementerio, sólo se escuchaba la voz del cura dando la misa y bendiciendo el cuerpo para el descanso eterno. Hoseok abrazaba a Jimin con una mano, mientras Jungkook tenía a JiSung y a cada lado de los pequeños, estaba JongIn con el señor Kim.

Yoongi junto a Namjoon estaban detrás de Hoseok, escuchando con atención las palabras del cura. Cuando esté terminó de hablar, una suave llovizna les acarició el rostro, mezclando con las lágrimas que caían. Jimin y JiSung se aferraron más a los brazos que los sostenían.

Fueron momentos de dolor que se sentía en el aire, Jimin quería correr y abrazar el féretro que tenía el cuerpo de su padre, decirle que por favor se levante y regrese con ellos, pero ya tenía ocho y entendía que de la muerte no se regresaba.

JongIn junto a padre abrazaron a los pequeños y les dieron palabras de aliento, les dijeron lo mucho que los querían y que siempre los ampararían, nunca los dejarían pasar necesidades por la pérdida de su padre.

Los pequeños sólo asintieron y se pegaron donde su hermano mayor. Pesa a sólo compartir una parte de su sangre, los niños querían demasiado a Jungkook y este, de la misma manera a ellos.

Los menores regresaron al otro pueblo junto a su hermano, mientras Hoseok se quedaba aún el pueblo del sur, viendo que la funeraria alzara todo y conversado con su familia política. Yoongi también se había quedado y Namjoon tuvo que regresar a su trabajo en una fábrica a varias horas de ahí, el solo salía cada tres semanas y luego tenía una semana libre.

JonGin y su padre no habían podido hablar bien con Hoseok y que les explique cómo fue realmente el accidente. Escucharon algunos comentarios por parte de los vecinos y querían corroborar.

—Hoseok, hoy en la noche regresaremos y quisiéramos hablar contigo —JongIn habló mirando al hermano de su cuñado.

—Yo me retiro —Yoongi dejó de acomodar las sillas y salió a la cocina.

—Los escucho.

—El día de ayer me avisaste que Taehyung murió, pero el día domingo ocurrió el accidente. ¿Por qué?

—Ya te lo dije por teléfono —suspiró —. Aún estaba en shock y no quería ponerme mal por los niños, ellos no sabían nada y yo no comenté nada hasta ayer.

—¿Cómo fue el accidente?

—La verdad no sé muy bien, yo estaba en casa cuando me llamaron y avisaron de la tragedia, el manejaba la bicicleta desde aquí al otro pueblo —explicó —. Que un auto topó la llanta trasera e hizo que Taehyung saliera volando, cayendo al pavimento. No soportó el impacto y ustedes saben el resto.

—¿No sabes quien podría ser el dueño del auto?

Hoseok negó.

Era a la entrada de la ciudad y con escasas casas cerca, así que no habían casi testigos.

—No puedo creer que mi hijo haya muerto de esta manera —el señor Kim dijo con tristeza.

Era un hombre mayor, viudo tras la pérdida de su esposo una década atrás y quedando al cuidado de su último —y ahora único— hijo soltero. Esto de seguro le afectaría mucho, porque quería a Taehyung.

Conversaron como quedarían los pequeños y le dijeron que los podía llamar si necesitaba algo, también les depositarían una mensualidad para ayudar, siendo esta venida por parte de la jubilación del señor Kim. Hoseok les dijo que no había problema, pero ellos insistieron y siendo los únicos niños en su familia, tenían que velar por el bienestar de los menores.

Cuando se quedó solo Hoseok, luego de que su hermano se marchó, se puso a recordar como fueron sus primeros años de matrimonio ahí, solo con Jungkook y luego, con la llegada de JiSung.

Eran un terreno extenso, rodeado de árboles en una loma mediana, Jungkook jugaba con su carro de juguete en la tierra mientras su padre y Taehyung conversaban.

—Aquí tendremos una enorme sala para que jueguen los niños con Jungkook.

—¿Niños? ¿Cuántos?

—Quizás unos dos o tres, o los que podamos tener si tu embarazo no se complica —le abrazó por la espalda y aspiró el aroma en el cuello de Hoseok.

—Tan considerado como siempre —ronroneó feliz.

—Si, porque te amo como a nadie en este mundo y los hijos que me des, serán lo mas importante en mi vida —sonrió Taehyung mirando a Jungkook —. Quisiera que todos se parecieran a ti, con tus cabello oscuro y poco ondulado cuando te levantas —acarició el cabello sedoso de su esposo.

—Yo quisiera que se parezcan a mi apuesto esposo, con su sonrisa cuadrada y cabello castaño espectacular —alabó.

Rieron a carcajadas, llevaban pocos meses de matrimonio, pero se conocían ya dos años. Sabían que era lo que querían y juntos trabajarían para darle lo mejor a sus futuros hijos y a Jungkook también.

La habitación que había ocupado Taehyung no era la de ellos, sino la de sus hijos. La casa estaba equipada y la dejaron así cuando decidieron cambiarse al otro pueblo porque estaba más cerca del trabajo de Taehyung.

En una camioneta que contrató, regresó a su casa en la noche, los niños dormían y Jungkook estaba en la mesa mirando sus apuntes. Estudiaba para ingresar a la universidad, así que tenía que sacar un buen puntaje.

Jungkook le avisó que los niños ya habían cenado y ahora estaban muy dormidos y roncando. No le había comentado de los objetos que le entregaron, tenía que decirle.

—Padre, ayer me entregaron las cosas de Taehyung —no, no le decía padre a Taehyung —. Las tengo en mi habitación por si te interesa revisarlas o quizás tenerlas de un re...

—No puedo verlas, no aún —respondió sentando en una silla y haciéndole compañía a su hijo —. No me creo lo suficientemente capaz de revisar el celular de Taehyung sin llorar al primer segundo.

—Tranquilo padre, estaremos juntos —se levantó para abrazar a Hoseok.

Los pequeños no fueron a clases durante dos días después del sepelio de su padre, así que el viernes tuvieron que ser valientes y aceptar que la vida debía continuar.

Los compañeritos nos les dijeron nada con respecto a Taehyung, pero trataban de integrarlos a sus juegos y que al menos pudieran disfrutar un poco y se olvidaran de su pena.

Me disculpo si tiene algún error ortográfico.