07.
No sabía exactamente por cuanto tiempo habíamos estado caminando, lo único que sabía era que me encontraba demasiado cansada como para seguir y en medio del camino he caído al suelo, pudiendo así notar como la luna se había hecho presente en el cielo.
—Levántate. —exigió mi captor mientras tiraba de la cuerda que me sostenía con fuerza. —Muévete.
Me sentía perdida y en un acto desesperado por ver que alguien me encontrase he comenzado a dejar hebras de mi cabello en el suelo. Mis captores no se dieron cuenta de mi pequeño plan, pero mientras más seguíamos avanzando, las esperanza de que me encontraran a tiempo se iban cada vez más esfumando.
¿Por qué alguien vendría a buscarme? ¿Siquiera alguien notaría mi ausencia?
Solamente era una simple forastera, por lo que nadie vendría en mi rescate y me sentía tan patética al tener la esperanza de que alguien me salvaría.
La única que podría notar que no me encontraba era Kushina, pero ella no se encontraba en Konoha por lo que ya no tenía esperanzas. Yo sería alejada de Konoha, sería alejada de mi hermana, la única persona que me ha querido y amado por como soy.
Ya no tenía esperanza.
—¿Estás herida? —el oír esa pequeña voz masculina alcé la mirada pudiendo ver la cabellera rubia que estaba siendo reflejada por la luna. —He venido a salvarte.
El ver a Minato frente a mí ha provocado un gran alivio en mi interior e intente moverme, pero al sentirme tan cansada he comenzado a caer. Sin embargo, antes de que tocara el suelo, Minato me ha sostenido fuertemente en sus brazos mientras me miraba con una sonrisa para luego alzarme y así salir de aquel lugar.
Lo miré llena de conmoción para luego notar que en su mano traía consigo algunas hebras de mi cabello.
—¿Cómo...?
—Tu cabello es hermoso. Así que me di cuenta de inmediato.
Sus palabras me han hecho feliz, pero aún así había algo que me agobiaba.
—Siempre me habías estado ignorando. —pronuncié con algo de pena mientras recordaba las veces en que él siempre veía como los demás me maltrataban. —Nunca me ayudaste.
—Eso es porque sé que eres fuerte, tanto en cuerpo como en espíritu. —me dijo con amabilidad mientras se detenía en la punta de un árbol para luego verme. —Pero esta era una pelea entre dos aldeas. Es diferente a tus otras peleas, así que...
—¿Así qué...?
Minato me miró por unos segundos como buscando las palabras adecuadas; supuse que había sido mi imaginación debido al cansancio que sentía en ese momento, pero he visto como sus mejillas se sonrojaban.
—Por un momento tuve miedo de perderte. —las palabras dichas por él conmocionaron a mi corazón. —No quería perderte por lo que no he dudado en ayudarte.
—¿Incluso si soy una forastera?
—¿Por qué dices eso? —me preguntó mientras me mostraba una sonrisa, sonrisa que provocaba que todo a mi alrededor se iluminara y hacia que todo lo vivido anteriormente se esfumara. —Vives en Konoha, así que eres una de nosotros.
Mis ojos se llenaron de lágrimas al oír esas palabras, había esperado tanto tiempo por alguien que me aceptara en Konoha y el estar oyendo eso de Minato no he podido evitar sentirme apreciada. Lo abrecé con fuerza mientras lloraba en su hombro, él me estaba viendo, él me había aceptado como una más en Konoha y era algo que llenaba mi corazón de amor.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro