Capitulo 1
♦️♣️Sentencias parte 1♣️♦️
Hace 3 años
-a dónde vamos Damián?- pregunto reclinando un poco el asiento del copiloto, dónde ella se encontraba.
-ponte el cinturón si lo quieres averigüar - dijo con burla, ella definitivamente lo conocía bien, demasiado como para no notar que se traía algo entre manos.
-por favor Dami... Ya llevamos tres horas en carretera, estoy bastante cansada y aburrida, al menos dime qué valdrá la pena-
-valdra la pena... Todo lo que hago vale la pena- encendió los motores del auto cuando la chica a su lado abrocho su cinturón, reanudando la marcha del auto en la carretera.
-al menos no me dejaste morir de hambre- mensiono aún con un vaso de soda en sus manos.
-te dije que más adelante había un restaurante, no quisiste esperar, ahora no me recrimines- contesto encogiéndose de hombros.
-los restaurantes caros a los que acostumbras ir no me molestan... Pero necesitaba algo de proteína, y rápido-
-las hamburguesas con doble queso son proteína para ti?- pregunto con sarcasmo.
-no lo sé... Pero no quería comer una langosta de miles de dólares para calmar mi estómago- tomo otro sorbo de su bebida y continúo -ademas... No me puedes culpar, fue la comida que podía ser preparada con más rapidez-
-ni en un millón de años podría decirte si es cierto o no-
-hay porfavor!- rodó los ojos -algun día... Tarde o tempranho lograre que comas al menos un postre o una hamburguesa, y me daras toda la razón-
-olvidate de eso Kara, el dulce es algo que no comeré nunca-
Sentenció de inmediato, el solo pensamiento de comida procesada, llena de carne de animales y dulces con exceso de azúcar le revolvía el estómago.
Era para bárbaros sin duda.
Ella sonrió de lado -algun día - dijo cantureando las palabras -pero mientras la oportunidad llega... Tu y yo pasaremos el rato en esta horrible carretera que parece nunca acabar-
-De acuerdo- sonrió, relajando su expresión- que propones?-
Ella lo medito unos segundos -bueno...- comeenzo, rasco un poco su cabellera rubia mientras pensaba -querias decirme algo anoche??- recordó de inmediato
-si... Tenías que preparar un abrigo para hoy y ropa abrigada para este viaje -
-es solo una semana, me gusta la nieve pero no soporto la lluvia-
-la lluvia?-
-odio mojarme con agua fría y que me de el viento en el cuerpo empapado por tanto huracán- aclaro con un dejé de molestia
-una lastima- se burló de nuevo.
-lastima?- pregunto con diversión -lastima es que no me dijeras que querías traerme en medio de la nada para celebrar esto- dejo el vaso de soda en el porta vasos del auto y volteo a él.
El volteo también a ella, quien señalaba su mano, dónde aquel precioso anillo descansaba felizmente sobre su dedo, brillando de una manera que solo el podría desifrar en esos momentos.
-No me digas que ahora te arrepientes?- cuestiono con una sonrisa.
-de que exactamente?- bajo sus manos para acomodarse más cerca de él -de este viaje o de habernos comprometido?-
-de ambas-
-bueno... Quizá del viaje, no de avernos comprometido pero si de este viaje, me aburro más rápido que cuando me dejabas en la biblioteca de tu padre-
El gusto por la lectura era algo que obviamente no compartían, pero era algo a lo que Kara se tuvo que acostumbrar, no se quejaba, prefería que leyera libro tras libro y pasara tiempo con ella y con las mascotas de el, a qué fuera uno más de los indeseables mal educados y viciosos hombres que se tomaban alcohol a menudo.
Tenía un novio maravilloso, el chico no bebía alcohol como si fuera una necesidad como lo era el aire, era culto y respetuoso, con problemas de ira y muy impulsivo pero se le era comprensivo, después de todo, no fue criado en el ambientes familiar más sano.
O eso le había escuchado a los hermanastros de Damián antes de ser su novia de forma oficial.
Ademas comparado con su ex novio, quien también era uno de los hermanastros de su actual pareja, prefería quedarse con él y mantener una relación menos explosiva a estar todo el tiempo gritando por los celos desmedidos, sospechas de engaño o arrojarse las primeras cosas que tuvieran a la mano.
Con Damián, se sentía más... Protegida.
-mi compañía no debería bastarte? - pregunto el asiendose el ofendido.
-sabes que soy chica de actividad... Si estoy sentada o parada mucho tiempo, me aburro, sin música también me aburro y si sigues poniendo pretextos para no hablar me aburro-
Como una niña pequeña se cruzó de brazos y volteo la vista a la ventana.
-ademas... Acabo de comer y el viaje se me hace tan largo que terminaré mareada y probablemente veamos ese queso regresar por dónde entro- le advirtió en protesta.
-no exageres - rodó los ojos ante el comportamiento de la chica -no es como si lleváramos aquí las 24 horas, el lugar ya está cerca-
-que tanto?-
-cerca-
Kara suspiró -bieen- dijo alargando un poco la palabra, rendida de su indiferencia por la situación de su inevitable aburrimiento.
-si duermes no lo sentirás tan largo - recomendó al verla de reojo.
-que el punto no era pasar tiempo juntos para celebrar nuestro compromiso?-
-principal mente era la idea... Pero si terminamos discutiendo por el viaje sería la celebración más amarga de este fin de semana, y no se tu pero he leído que a los viajes de celebracion no se viene a pelear, sino a relajarnos-
Sin quitar la vista de la carretera, busco la mano de la chica y la atrajo hacia él -No peleamos por hoy- acaricio sus nudillos con su pulgar, le dedicó una fugaz mirada -ademas te vez cansada-
-y yo tengo la culpa?-
-no trates de culparme, si hubieras dormido temprano...-
-si si si, ya se,- lo interrumpió antes de terminar la oración -no quiero que me des sermones cómo lo hace Clark- casi con desprecio pensó en los sermones de su primo, quito su mano de entre las de Damián y termino acomodándose para dormír -te tomare la palabra... Por ahora-
Casi al instante de su cabeza haber tocado el respaldo de la cabecera del asiento, un bostezo salió de sus labios.
-despiertame cuando veas otro restaurante... O cuando lleguemos-
-pero recuerda que es tu estómago el que habla por ti en multiples ocasiones- cuestiono.
Escucho apenas un "ajá" seguido de otro bostezo y al voltear... La rubia ya cerraba los ojos para quedar dormida.
Sonrió de lado al verla, el también la conocía, a ella y su necesidad por la comodidad a la hora de dormir, pero también era una descuidada con el control del sueño. Se desvelaba demasiado viendo pantallas o escuchando música.
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-solo es cosa de equilibrio y firmeza- dijo sin quitar sus manos de las de ella.
Su cuerpo estaba justo atrás de ella, su rostro se acomodo entre el hueco de su cuello y su rostro, sonrió de lado al ver cómo la expresión de ella era a la fuerza una de seguridad, apretando los labios y su entresejo mientras él la guiaba, estaba notablemente cansada de todo el tiempo que llevaban en ese lugar.
Sonrió de lado y con un poco de travesura y picardía, entre abrió la boca y mordió un poco de su blanca piel con suavidad en el cuello.
Acto seguido jalo el gatillo del arma ante la sorpresiva acción de su novio
Fallando el tiro.
Asustandose y separándose del abrazo del hombre, con notable enojo en sus facciones.
-Puta!- se le escapó ante la frustración del tiro fallido y el susto que se llevó al disparar.
-modales Rachel- recordó el con burla de la grosería de su novia la chica "esa es una mala palabra, Pide perdón"
-que carajo pasa contigo?!- dijo apuntando el arma de nuevo a su objetivo. Ignorando su comentario sarcástico y su sonrisa de burla, que segundos después desapareció al notar que seguía gritando groserías.
-si vas a distraerme así no entiendo porque quieres que practique está mierda- dijo cerrando uno de sus ojos para apuntar bien a su objetivo a unos metros de ella, no muy lejos.
-No puedes culparme por eso, fue tentativo... Y si tenía la oportunidad no la desaprovecharia-
Se acercó a ella de nuevo y tomo su mano bajando el arma, precavido y lento para no hacerla enfadar más de lo que ya estaba.
-mala posición otra vez- le reprendió con amabilidad en la mirada, tratando de sonar lo menos severo posible para que no deseara golpearlo en ese mismo instante.
-pudrete- dijo apartando la mirada alejándose de él, sentándose en uno de los troncos secos que habían cerca.
El suspiro y la siguió para sentarse a su lado.
-esta bien... Lo lamento- dijo llevando una mano al rostro de su novia, dónde levanto levemente su mentón y luego dirigió un mechón rebelde de su cabello negro detrás de su oreja.
-pero debes entender Rachel... Siempre abran distracciones cuando debas apretar un gatillo-
-aun no entiendo el porque debo aprender esto... Jamás le dispararía a nadie, esto no me es relevante, mucho menos necesario-
El término encorbandose sosteniendose con sus brazos sobre sus rodillas, bajando la mirada al suelo, pensando en sus siguientes palabras.
-No es cuestión de querer hacerlo o no... Es cuestión de supervivencia Rachel, algún día, quiera que no, yo no estaré para protejerse y deberás hacerlo tu sola-
-soy capas de defenderme muy bien sin necesidad de las armas, no soy una niña pequeña que necesita cuidados todo el día-
-no lo dudo- dijo el volteando a ella, tomando en su rostro una expresión sería que ella muy pocas veces podía verle -pero hablo de amenazas más grandes que un simple morboso en la calle o un acosador en la secundaria-
-de que hablas?-
-Que es como dijiste... ya no somos niños Rachel... Pronto cumplirás 18 y tienes que aprender todo esto si quieres vivir a mi lado, lo que te espera si decides estar conmigo siempre... Es para tener cuidado - "y miedo también" pensó guardando las palabras para el mismo.
-soy cuidadosa... Todo estará bien-
Ella tomo su mano con cuidado y le regaló una sonrisa, los ojos azules de el se posaron en los amatistas de ella, y devolvió la sonrisa.
-sabes que?- le pregunto enderesandose un poco para acercarse a ella.
-Que pasa?- pregunto aún sonriendo mientras se le acercaba.
El objetivo de ella era algo simple en ese momento, al acercarse mutual y pasar de esos ojos azules a sus labios y sonreír. Enserio lo quería hacer, quería besarlo.
-Aun quiero que practiques- le susurró antes de besarla fugazmente en la mejilla, dejándola muda.
Ella se paralizó unos segundos, borrando su sonrisa mientras el se levantaba y le ofrecía una mano para que se levantara ella también.
-es broma?- reprochó ella con enfado.
-vamos- dijo tomando su mano y levantandola -te diré algo que será clave para que no falles nunca un tiro-
En definitiva se decepcionó, pero también le dolió el orgullo el solo pensar que callo de nuevo en los encantos de su novio como una tonta, y su rostro expresaba un enfadó para nada disimulado, no lo disimularia ni aunque pudiera. En primer lugar le salía casi natural, y en segundo, de verdad estaba molesta.
Él la "arrastro" a el punto dónde se encontraba y acomodo de nuevo el arma entre sus manos, él se posicionó de nuevo detrás de ella y la guío de nuevo con una mano mientras ponía la otra en su cintura y se acercaba a su oído mientras le susurraba.
-si tu objetivo está cerca, dos o tres metros de ti, no cierres un ojo, manten ambos ojos abiertos... Tendrás mayor precisión- ella posicionó su dedo indice en el gatillo, sin hacer mucha presión.
Sintiendo la respiración del hombre en su cuello, y su toque en su cintura, mientras con ambas manos aseguraba el arma para que no callera o la hiciera retroceder mucho, su figura se enderezó, poniendose totalmente rígida sobre el suelo, ganando equilibró.
El sonrió al notar que trataba de consentrarse aún cuando él estaba tan cerca de ella.
-eso es- dijo el al notar la postura de la chica -dispara- dijo el soltando sus manos rápidamente.
Con la mirada fija en las botellas de vidrio verdes, vacías sombre unas rocas, casi dejo que un grito espacapara de su boca de no aver sido por qué sus dientes se apretaron mientras sus palmas comenzaban a sudar del nerviosismo que sintió al jalar el gatillo del arma con firmesa al objetivo al que le disparó.
A sus oídos llegó el sonido del vidrio quebrarse mientras sus ojos se entrecerraban al sentir el impulso que dió el arma y el sonido tan fuerte que salió de esta asciendo que su cuerpo diera un ligero brinco en su lugar casi sin moverse.
Parpadeo un par de veces y al ver los vidrios de la botella romperse en mil pedazos por su certero disparo sonrió ante la emoción y la adrenalina que su cuerpo corazón y mente experimentaban al mismo tiempo en ella.
-lo logre- dijo en un suspiro ante la felicidad, sonrió y el hombre a su lado quito el arma de sus manos con lentitud, dejándola a un lado de ellos sobre el tronco dónde se habían sentado antes.
La chica aún conmocionada, seguía repitiendo las palabras "lo hice! Lo logré!" Mientras el entusiasmo subía por cada poro, y se abalanzaba a abrazar a su novio con fuerza.
-lo lograste!- exclamó él con alegría también, recibiendo a su novia en sus brazos asiendola girar para segundos después darle el beso que ella esperaba hace unos minutos cuando estaban hablando.
Mientras ella tomaba su rostro para no separarse del beso él la abrazaba de la cintura aún teniendola cargada en sus brazos, ambos sonriendo por el pequeño logro de la chica.
-quiero seguir aprendiendo- dijo ella separándose de su novio.
-perfecto- murmuró él mientras la veía con admiración. -te enseñaré a disparar a larga distancia y la próxima vez... Empezamos a practicar tu defensa personal- la bajo con cuidado.
-en serio no me dirás para que aprendo esto verdad- dijo divertida.
-aun no... Por ahora nos consentraremos en que aprendas todo lo que yo sé, no te será difícil, tienes un cerebro bastante inteligente-
-gracias... Ya lo sabía- le resto importancia mientras caminaba lejos de la última botella que quedaba en pie, mientras él la seguia de cerca.
Abrazándola por los hombros buscando el punto lejano para tomar una buena posición.
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-Por fin!- exclamó la rubia bajando del auto estirando sus brazos al aire con una sonrisa -Martirio terminado-
-bien por ti- contesto el chico bajando las maletas del auto.
El lugar era simplemente precioso para sus ojos, el rio de agua cristalina reflejaba la luz del sol, que aunque no daba el mismo calor que en verano, se veía precioso. Pronto la nieve comenzaría a caer pronto por lo que era muy posible que el hielo se hiciera notar pronto en todas las zonas con lagos o ríos, por lo que bajar las maletas era primordial para no salir en medio del frío más tarde.
Algunas aves atacaban a los peces del rio para alimentarse, probablemente para tener energía para seguir la migración, sus sonrisa se extendió cuando la cabaña ante ella se dejaba ver en más que óptimas condiciones, parecido a un resort todo incluído.
-asi que está era tu sorpresa- dijo ella con alegría. -me enseñarás todo verdad?-
-despues de desempacar- dijo caminando al interior de la cabaña.
-mmm- ella rodo los ojos y lo siguió de inmediato, -hay café cierto?-
-hay café, despreocúpate-
-y un centro comercial cerca?-
-también cafeterias, restaurantes, tiendas... Cualquier cosa que vayamos a necesitar no está a más tiempo que a 20 minutos en auto... 27 si encontramos tráfico, pero lo dudo-
-Y el entretenimiento?-
-tengo una agenda programada, empezamos hoy a las 3:00 pm, aremos algo tranquilo-
-que es tranquilo para ti si puedo saber?-
-tomaremos un paseo en el periférico, luego iremos a la pista de patinaje, te advierto que no patinare, lo reserve solo para ti-
-que dulce, dejarme sola en la pista de patinaje mientras te sientas a ver- se acercó y beso su mejilla -miedo a caer?-
-no- frunció el seño -no me gustan todas las actividades que realizas pero eso no quiere decir que no puedo apoyarlas-
Ella sonrió -bien... Admito que suena tranquilo, y no aburrido-
-te dije- se encogió de hombros, se adentraron a la habitación, que dejaba a la vista una cama king matrimonial, unos cuantos muebles y la tapicería de un color crema beige, con toques en dorado. Comenzaron ambos la tarea de desempacar
Pero lastimosamente para Damiam, el silencio era algo que Kara no sabía manejar, le ponía muy incomoda pensar que si no hablaban, no lo harían en horas, aunque solo estuvieran pasando unos minutos, y aunque tuviera muchas ganas de arreglar ese silencio, no se le ocurría ningún tema de conversación atrayente en ese instante.
Mientras desempacaba observaba su alrededor, detallando y analizando sus opciones un televisor frente a la cama mostraba la video-imagen de una fogata ensendida, bajo de este había una videocasetera y un par de amplificadores de sonido, a los lados de la cama se encontraban dos muebles pequeños, y sobre ellos lámparas de lava.
Nada interesante le pasaba por la mente, su novio no aceptaría perder el tiempo viendo televisión, odiaba la música que ella escuchaba,... y de hablar sobre lo que estaban echas esas lámparas la martirisaria a ella por toda la información que ese sabelo todo le daria.
Así que simplemente improviso.
-Y...- empezó sin tener algo en concreto para preguntar -quieres ver una película o escuchar música?-
Y aunque ya sabía la respuesta, se lo pregunto, como tonta nerviosa ante el silencio.
-no- dijo el decidido -tan rápido te desconcentraste?- dijo sin verla acomodando sus pertenencias en un lado del closet que tenían en la habitación.
-algo asi- dijo ella suspirando rendida -mejor dime... Cómo te fue con tu padre?- pregunto sin pensar.
Él detuvo toda acción al escucharla, bajo la mirada pero su rostro seguía altivo, con expresión molesta, no mensiono ni una palabra ante la pregunta de la chica, lo cual la preocupo pensando que había dicho algo horrible.
-Damian?- pregunto ella, lo habia arruinado todo con el comentario que hizo?. La verdad es que no sabía mucho de la situación, pero si sabía que era algo complicado, y se arrepintió inmediatamente de haber cruzado esa delicada y delgada línea.
Damián le dió una mirada que no supo desifrar. ¿Era enojo?... ¿O era tristeza?.
-perdoname- bajo la mirada con arrepentimiento y vergüenza.
-No lo mencionés de nuevo- pidió él, para salir inmediatamente de la habitación, no quería gritar y descargar su frustración con palabras de las que podría arrepentirse después.
No es que odiara a su padre, pero era difícil decir que se querían como padre he hijo normal, después de todo, aún no le perdonaba que él hubiera metido presa a su madre quien sabe el porque, no le dió explicaciones, no más que un "es lo mejor" que no le dió calma a su mente y sus emociones.
No sabía que era lo que había echo su madre, o si su padre solamente ya no la quería cerca de su familia, y por eso, cuando él cumplir los 17 años se enmancipo e independizó para alejarse de él.
Dejando atrás a su padre, manteniendo contacto solamente con sus hermanastros Jason y Dick, y su abuelo Alfred.
No mantuvo contacto con Timothy, su tercer hermanastro, pues el estuvo de parte de su padre para que Talía no saliera de prisión en un buen tiempo, apoyo la decisión y el desinterés que mostró a la situación lo hacía hervir la sangre de ira.
Si antes su padre era un solitario, cuando paso lo de su madre, apenas y miraba a sus hijos a los ojos, o siquiera les decía una palabra, Damián solamente tenía 10 años cuando todo eso pasó, y aún con su joven edad no dejo que nadie lo manipulara para convencerlo de que era justo para todos, nadie nunca le dijo el porque le quitaron a su madre, y no planeaba perdonar nunca.
Jamás dejaron que la visitará, no hasta su juicio por la emancipación, cuando fue de la mansión Wayne, aplicó para una beca universitaria, con dos años anticipados, y se saltó la secundaria gracias a su intelecto. Tiempo después busco a su abuelo materno, el padre de Talía, para saber que pasaría con su madre, buscar la prisión en donde la encerraron, y visitarla hasta poder sacarla de allí, Porque ni siquiera eso lo dejaron saber.
Su abuelo le dio la bienvenida con los brazos abiertos y ante los eventos con Talía el decidió hacerse cargo de la empresa de los Al'gul hasta que ella o su nieto regresarán a él.
Vivió con el un tiempo, ganándose su lugar en la empresa de su abuelo desde abajo, nada se le fue regalado, y a los 18, ya era el encargado del personal en la empresa, donde conoció a Kara, quien entraba como pasante para tener la experiencia laboral para trabajar como secretaria y asistente personal, ambos iniciaron una relación que lo llevó a visitar metrópolis, encontrándose con uno de los amigos de su padre más cercanos, Clark Kent, quien era el primo de Kara, lo cual tampoco le agrado, sabiendo que Clark era como un loro, le diría todo lo que él estuviera haciendo a su padre.
Al poco tiempo se enteró que Kara tuvo una fugaz relación con uno de sus hermanastros tiempo atrás.
Quien para su desgracia fue Jason Todd, quien le aseguró que no habrían problemas, que él y Kara quedaron en buenos términos, y el ya tenía otra relación, con una chica pelirroja llamada Artemis. Sin embargo aún le causaban dudas sobre esto cuando veía a Jason Artemis y Kara en una reunión de las que Dick, su hermano mayor organizaba, y es que ellos tres aún compartían miradas recelosas de las que el aún desconfiaba.
Sin embargo no le daba mucha importancia, tenía el problema con su madre en la cabeza, y al encontrar la prisión en la cuál fue encerrada, la busco cada día de visita, queriendo saber el porque estaba allí, pero ella nunca le dijo el porque, y tiempo después, supo que unas problemáticas reos la quisieron atacar, pero ella se supo defender.
Gracias a esto no solo le agregaron más tiempo en la cárcel, si no que la trasladarían a una cárcel de máxima seguridad en Gotham City, llamada Arkham.
El juicio estaba cerca, y según lo que su madre dijo, una de las reos trato de matarla, pero termino muriendo ella, y la culparon por eso, llegando a la conclusión de que a esas mujeres, alguien les había pagado para darle más tiempo bajo la sombra a Talía.
Inevitablemente su padre vino a su mente, no podía culparlo pero tampoco quitarse la duda, y por ahora las cosas seguían tensas con el, una semana antes de comprometerse con Kara, fue el cumpleaños de Alfred, lo que lo llevó de vuelta a la mansión, ya que de no haber sido por Alfred no hubiera pisado la mansión Wayne en mucho más tiempo.
Su padre y el terminaron peleando cuando quiso irse al terminar la celebración, lo detuvo en la entrada, le pidió quedarse, él se negó, le pregunto sobre lo que le pasó a su madre, y su padre lo negó, su padre le pidió que abandonara esa travesía, él se volvió a negar, y la gota que colmo el vaso... Una pelinegra de mirada afilada tal como un gato entro a la mansión como si le perteneciera, presentándose como la nueva y flamante novia de su padre.
Fue cuando nuevamente, se alejo de él, no estaba molesto porque el tuviera una novia, era que la chica tenía demasiadas similitudes con el carácter de su madre, no eran exactamente iguales, pero sabía que su padre buscaba a alguien que la reemplazará, y no lo soporto, por eso, ni siquiera le menciono que estaba planeando comprometerse, y el único que llegó a saberlo fue el mismo Alfred.
Se dirigió a la cocina dónde la barra de bebidas estaba localizada, no le tomo mucho, y se decidió por una copa de vino blanco. No tenía ganas de seguir pensando. El juicio de su madre sería apenas en un mes, y tenía que hacer algo, pero no quería preocupar a Alfred, a su abuelo Ras Al'gul, o a su prometida. El solo sé encargaría sin la ayuda de nadie.
Solo.
O amenos eso era lo que se repetía de forma constante.
Después de unos minutos con su copa de vino, sintió llegar a su novia al escuchar sus pasos, ella de alguna manera entendió, que no debía preguntar más, y solamente se sentó a su lado emitiendo un muy bajo "lo lamento" antes de tomar su mano entre las suyas y apretarla ligeramente.
-Esta bien- dijo con el rostro neutro, no daba señales a ninguna emoción -olvidemos el periférico por hoy, necesito aire fresco-
Se levantó, entrelazando la mano de la chica con la suya mientras con la otra terminaba el vino que sirvió unas cuantas veces más.
-¿Cuantas copas de eso vas tomando?- pregunto deteniéndolo con su mano libre, tapando la copa con esta.
-no las suficientes para noquearme, así que tranquila, vamos al auto-
-bien, pero yo conduciré, no me arriesgaré a fracturarnos algo antes de nuestra boda- se levantó sonriente y lo siguió.
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