Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Estoy listo

Me recosté en la cama tratando de asimilar todo lo que acababa de ocurrir hace unos instantes.

Victor me había besado y no sólo eso... Él quería hacerlo conmigo.

Espera... ¡Él quería hacerlo conmigo!

—¡Agh, idiota!— estrellé mi cara contra la almohada, desperdicié la oportunidad de estar con la persona que me gusta.—Yuri Plisetsky eres la persona más estúpida del mundo.

Estaba realmente enojado conmigo, había hecho la peor estupidez de mi vida, Victor Nikiforov iba a ser mío y lo dejé ir...

—Debo arreglar esto a como de lugar, no puedo perder a Víctor, no puedo dejar que se fije en alguien más.

En ese instante me odie demasiado, pero ahora cada vez que recuerdo aquel día me odio más... ¿Por qué? Porque fue en ese momento dónde dejé de pensar con claridad, dónde él se convirtió en mi prioridad... Y eso fue lo más estúpido que hice, amarte con tal intensidad.

Me había quedado dormido sin darme cuenta, fue mi alarma quien me avisó que ya era de mañana. Tenía que ir a entrenar o Yakov se enojaría conmigo y me castigaría, esta era una de las razones por las que no asistía a las fiestas que Mila me hacía debido a que al día siguiente teníamos entrenamiento, esa bruja siempre llega mal al día siguiente y disfruto ver como Yakov la regaña por tomar tanto, solo espero que algún día aprenda.

Me levanté rápido, aún no olvidaba que hoy tenía que arreglar mi error con Víctor. Fui a tomar una ducha rápidamente para llegar temprano y poder pensar bien lo que iba a decirle. Porque claro no podía llegar y solo decirle "quiero hacerlo contigo", sería muy estúpido.

Salí de mi casa a las 7:30 AM, la pista no estaba tan lejos de ahí podía llegar en 15 o 20 minutos, pero preferí tomar un poco de aire antes de llegar. Yakov aún no se encontraba en la pista, quería relajarme un poco antes de que llegara y comenzara a gritar como maldito loco.

Fui a colocarme mis patines, saqué mi celular junto con mis audífonos y me dirigí a la pista. Comencé dando unas vueltas por toda la orilla mientras escuchaba música, esto era bastante relajante. Mientras seguía patinando ví como la puerta se abrió, pensé que sería el viejo de Yakov pero era la tonta pelirroja quien cruzaba la puerta.

Se ve... Del asco, la verdad es que ya esperaba que llegara en ese estado; cabello desaliñado, maquillaje corrido y esa cara como si estuviera muerta.

—Maldito viejo, ¿por qué nos haces entrenar estos días?— pude escuchar en lo que me iba acercando.

—¡Vaya! Así que la bruja ya despertó, ¿Qué tal tu noche? ¿A cuántos hombres engañaste con tus "encantos"?— resalté la última palabra.

—Cierra la boca mocoso, me duele la cabeza. Y para que lo sepas solo a uno, que por cierto es el más guapo de todo el mundo—.

—Ajá si, ¿cuánto crees que dure eso? Porque si mal no recuerdo dijiste lo mismo del último y... No te contestó al día siguiente— comencé a reír, obviamente a ella no le causó nada de gracia mi comentario y lo pude notar por la mirada que me lanzaba.

—Con Otabek será diferente, idiota.

—¿Otabek...? ¿Es el chico con el que estabas ayer antes de irme, no?— asintió. Tomó sus patines y se sentó para colocarlos.—No es la gran cosa, si te soy sincero... Puedo jurar que el anterior era mucho mejor.


—Otabek es lindo, es un chico muy atento y respetuoso. Me trató muy bien en toda la fiesta y...

—¡Ah, que asco! Ni se te ocurra contarme— di la vuelta para seguir patinando, pero ella me alcanzó.

—Por favor Yuri no te hagas el santo, tienes a muchas chicas lindas que mueren por ti... No me digas que no has estado con ninguna de ellas— no le contesté, solo seguí patinando ignorando a Mila.—¡Yuri Plisetsky!

—¡¿Qué?!— ella solo estaba riendo.

—No puedo creerlo— siguió con las carcajadas.— No has estado con ninguna chica.

—¡¿Y eso a ti que te importa?!— ni siquiera le importó que tan fuerte había gritado, ella siguió burlándose y con justa razón.

—No te preocupes, no le diré a nadie que sigues siendo...

—¡Cállate!

—Estamos solos aquí, nadie escuchará. Oye, ¿y aún no tienes curiosidad por...?— es una tonta, le dije que se callara.

—No te voy a responder...

—Anda— me tomó del brazo y comenzó a hacer pucheros.— Tú eres como mi mejor amigo, recuerdas que yo te conté sobre mi primera vez.

—Y desearía jamás haberlo escuchado...

—Vamos, no diré nada— suspiré profundamente.

—Es obvio que tengo curiosidad, pero...

—¡No se diga más! Te presentaré a una amiga, estoy segura que si la invitas a salir ella aceptará y se enamorarán en la primera cita.

—¡Déjame terminar!— la puerta volvió a abrirse, esta vez si era Yakov quien estaba detrás de ella, tenía la misma expresión que Mila al entrar a la pista aunque un poco más notoria, era obvio que la edad lo estaba matando.

—Hablamos después— dijo ella y patinó hasta donde el viejo se encontraba. Tambien hice lo mismo, pero antes de llegar la puerta se abrió una tercera vez.

Victor cruzaba la puerta, mis piernas se congelaron de nuevo y todos los recuerdos de ayer estallaron en mi mente, en especial aquel beso que nos dimos.

—¡Yuri!— la voz de Yakov me alejó de aquellos pensamientos, voltee a verlo.

—¿Qué?

—Espero que hayas calentado en todo este tiempo, hoy quiero ver las rutinas de los tres. Espero que lo hagan bien.

—Pensé que ibas a venir de buen humor, ¿qué acaso no te gustó la señora que te presenté ayer?— preguntó Mila y el viejo solo se sonrojó y la regañó.

—Victor, a la pista. Quiero acabar rápido con todo esto, no descanse bien anoche.

Victor entró rápidamente, iba directo hacia mi... ¿Tengo que saludarlo?, ¿Preguntarle si durmió bien?, ¿Qué debo hacer...?

Poco a poco se acercaba a mi y yo aún no sabía que preguntarle o que hacer, tal vez solo con un hola estaría bien o...

¿Me ignoró...?

Ni siquiera había volteado a verme, como si no estuviera ahí. No quería tomarlo tan en serio, a lo mejor también le había dado pena; sí, debió ser eso.

Llegué a la orilla junto con Mila y observamos como Víctor se colocaba en su posición, después de 3 minutos la música comenzó a sonar.

Mis ojos no podían ver a otro lugar que no fuera él, admiraba cada uno de sus movimientos, de sus expresiones... Observaba con detalle como su pelo se movía suavemente, como sus manos se deslizaban con delicadeza.

No había duda que era sumamente hermoso, cualquiera podía notarlo. Pero nadie sabe cómo son las personas por dentro y hubiera deseado saber cómo era él, así pude evitarme tanto dolor.

La música se detuvo, Victor se quedó ahí inmóvil. Mila comenzó a aplaudir como loca y Yakov no hacía nada más que dedicarle una sonrisa a su alumno favorito.

— Mila sigues tú, al centro— la tonta pelirroja le hizo una cara a Yakov y después se fue. Al momento de dirigirse para allá cruzó miradas con Víctor y él le regaló una sonrisa. Pensé que haría lo mismo cuando pasara a lado mío, pero me equivoqué... Volvió a ignorarme como hace rato, ni una mirada de su parte. Salió de la pista y Yakov le extendió una toalla.

— Tranquilo, debe tener una explicación— susurré.

No quería ver a Mila patinar, así que no le presté atención a su rutina. Solo esperé a que la música terminara para pasar y hacer que Victor volteara a verme.

Por fin había acabado y Mila estaba bastante feliz porque esta vez había hecho todo bien, no había fallado en nada.

—Muy bien Mila— dijo Yakov desde su lugar. Antes de que me dijera a mi, yo ya me había adelantado.

—Suerte— me dijo cuando pasó a mi lado.

—No la necesito...— sonreí arrogante.

Respiré profundo, me puse en posición y solo esperé a escuchar la melodía. Tenía que hacerlo bien o sino Victor se decepcionaría, no iba a fallar, no lo iba a hacer...

—¡Yuri!— abrí mis ojos rápidamente. La música había empezado hace poco, me había atrasado.

—Maldición...— intenté concentrarme en cada movimiento, pero esa entrada me había costado demasiado; aún no encontraba el ritmo.

Todo por pensar en él.

Una vez que mis movimientos y la música eran uno mismo me tranquilice, ahora sí no podía equivocarme. El siguiente era un salto Lutz, nunca fallaba en estos. Me sentí confiado, comencé a patinar hacía atrás preparándome para dar el salto.

Respiré y tomé vuelo, giré perfectamente pensando que el salto saldría a la perfección y hubiera sucedido eso sí tan solo no hubiera desviado la mirada para saber si Victor estaba viéndome.

No lo estaba haciendo... Caí estrepitosamente, no sé que me había dolido más; si la caída o como Víctor me estaba ignorando por completo.

—¡Yuri!— Mila se acercó a ayudarme, pero estaba tan enojado que no quería recibir ayuda de nadie. Me apresuré a levantarme y salí de ahí molesto, maldiciendo a medio mundo.

—Oye Yuri ¿a dónde vas? No lo hiciste bien, vuelve a la pista.

—¡No quiero! Me largo de aquí...

—¡Oye! No te estoy preguntando si quieres, vuelve.

—¡Y yo no te estoy pidiendo permiso!— salí de la pista, tomé mi mochila y fui a los vestidores de hombres. No me había dado cuenta que Victor ya no estaba ahí.— Todos son unos completos estúpidos y más él, es un idiota, un completo idiota. Ayer me dijo que le gustaba y hasta me besó... ¡¿Y hoy? Ni una maldita mirada!— abrí la puerta sin nada de delicadeza y lo primero que encontré fue a ese tonto.

—Oh... Hola Yuri—.

¿Eh...? ¿Es lo único que dirá?

—Ahora si existo, ¿No?— rió.— ¿Que te causa tanta gracia?

— Tú, pequeño gruñón.

— ¡¿Y como no voy a estar de mal humor?! Ayer me trataste bien y hoy ni un hola hasta apenas, tampoco te acercaste cuando me caí, no me volteaste a ver ni un segundo. ¿Crees que deba sentirme feliz por eso? Parece que solo estás jugando conmigo y si ese es tu plan déjame decirte que yo...

Tomó con fuerza mi quijada y me acercó a él para besarme. De un momento a otro el coraje se me había pasado y le seguí el beso...

Y con esa pequeña acción había aceptado su juego, sus condiciones.

Él se separó y esa hermosa sonrisa estaba ahí... Maldita sea.

—Creí que ya no querías nada, como ayer no quisiste pasar la noche conmigo supuse que jamás querrías.

— Solo te dije que no sabía que hacer, pero créeme que lo que más deseaba era eso...

— No puedo andar con niños que no saben lo que quieren, son... Aburridos, es por eso que no te hice caso hoy.

— Pero ya sé lo que quiero— solté.— Quiero que me ames Victor, quiero estar contigo y no necesitas esperar mucho tiempo... Estoy listo para hacerlo— sus ojos azules se iluminaron, me observó de abajo hacia arriba y después sonrió.

—Prepárate esta noche...— tomó sus cosas y se dirigió a la salida.— Ah por cierto, nadie debe saber que estamos saliendo, ¿entendido? Nos vemos al rato...

OoO

No tengo nada que decirles gg... Hasta la procsimaaaaa

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro