🦊 ZORRO 🦊
CAPITULO V
Te lo dije —canturreó el zorro.
No ha demostrado nada.
Dijo que te matara ¿Eso no es nada?
No dijo que me mataría, dijo que me matarían si me descubren.
Insisto ¿Y eso es nada?
Puedo irme cuando quiera.
Claro.
Después de todo, no es como si no estuviera seguro en el norte. Yoongi era lo más cercano que tenía a un ¿Amigo?
No sabía que era realmente el pálido, pero no lo había echado a patadas, ni había comenzado a experimentar con él.
Esa era una buena señal, de hecho, la única señal que necesitaba para no seguir huyendo como un desquiciado.
—Tal vez si debería huir.
—O tal vez deberías desayunar.
Jimin pegó un brinco, chocando su cabeza contra el techo de la alacena cuando escucho la voz del peligris a su lado.
— ¿Sabes? Creí que ya habíamos superado lo de esconderse en la alacena —se burló, sentándose frente a la puerta esperando a que el menor tuviera la confianza de salir — ¿Prefieres huevos revueltos o Omelette?
— ¿Cómo puede actuar tan normal?
—Soy así —respondió escondiendo su cuello entre sus hombros, tratando de quitarle importancia, claro que esa respuesta no bastó para el omega —Supongo que mi cabeza ya tiene suficientes en lo que pensar que ignora todo lo demás.
— ¿Eso no es cansado?
—Lo es —aseguró el mayor con un asentimiento —Pero me ayuda a no darle importancia a cosas sin sentido.
— ¿Cómo matarme? —preguntó receloso, moviendo sus rejitas hacia a otras y dejando su colita quieta en una pose de defensa.
— ¿Y lo dudabas? —Respondió calmado, Jimin ya estaba impacientándose de esa cara inexpresiva que el alfa poseía — ¿Qué esperabas al cruzar un territorio así como así? ¿Aceptación y una fiesta de bienvenida?
—Claro que no —gruñó mostrando sus finos colmillos.
— ¿Entonces por qué te sorprende? —Ladeó la cabeza inexpresivo —Hay reglas, reglas que están ahí por una razón y las cuales tengo que seguir.
— ¿Entonces lo hará?, ¿Me matara? —Y por mucho que lo hubiera querido evitar, su voz sonó cortada por el miedo a recibir un sí.
Yoongi torció los labios ante el miedo del menor.
— ¿Matar? ¿A quién? —fingió demencia, pasando la lengua por sus dientes.
— ¿Me esta jodiendo? —volvió a gruñir.
El alfa le dio una mirada picara que hizo que se ruborizara por su comentario.
—No te estoy jodiendo —respondió burlón —Estoy preguntando a quien tengo que matar.
— ¿A mí? —se señaló el pecho.
— ¿Y quién eres tú? —cuestionó palmeando sus muslos para llamarlo.
El omega abrió la boca para responder pero volvió cerrarla cuando notó que no tenía una respuesta, más específico no sabía de qué carajo estaban hablando.
—Me perdí —soltó rendido, obedeciendo su petición y gateando hasta el mayor — ¿Me matara sí o no?
— ¿Quieres que repita la conversación? —le peinó las orejas.
—Quiero que me diga con sí o no, si va a matarme —exigió mirándole a los ojos.
—Te lo explicare ya que pareces no entenderlo —Jimin miró curioso como el mayor se quitaba la sudadera que traía puesta —Si alguien llega a cruzar, por ley tendré que matarlo o desterrarlo ya que no puedo permitir a alguien de otra manada invada mi territorio.
— ¿Eso es un sí? —preguntó temeroso, dejándose poner la sudadera del alfa, recordando que seguía desnudo.
—Yo no recuerdo que alguien hubiera cruzado —respondió en un susurro, concentrado en su tarea de ponerle su ropa al pequeño cuerpecito que temblaba de frio frete a él.
—Tus hombres lo saben —metió una mano en la manga de la sudadera.
—Pero no te vieron, se cree que hay un cachorro perdido de la manada del norte, unos ya te dan por muerto y los otros no creen en ese rumor —explicó, terminando de poner su sudadera, tratando de no mirar de más para no incomodar al zorrito.
—Entonces...
—Entonces, ¿Cómo puedo matarte cuando no existes? —Le tocó la nariz con su meñique, se estaba empezando a enamorar de ese gesto.
—Pero su hermano me vio —insistió el menor.
—Vio a un zorro que enciende velas por arte de magia —se burló, queriendo reír por la expresión del omega.
—Yo no...
—Mentiroso —le cortó.
Jimin se asustó de la reacción que tendría el mayor sobre ese tema puesto que no era normal que alguien pudiera encender velas solo con mover sus dedos, o en su caso patas.
— ¿No le parece extraño?
—Mi abuela también lo hacía —reveló como si nada, recibiendo una mirada incrédula de parte del peliblanco —Los Wiccas pertenecían a una religión que estaba vinculada con la brujería. Las creencias de la Wicca celta se encuentran firmemente enraizadas en la Tierra y en los espíritus elementales que constituyen la propia esencia de la Naturaleza, lo que incluye los cinco elementos básicos que la conforman: aire, agua, tierra, fuego y espíritu —explicó, tomándolo en brazos al ver que no había dejado de temblar.
—No soy un brujo —se quejó buscando inconscientemente el aroma del mayor, soltando una queja cuando no lo encontró.
—No. Pero ya hay muy pocas cosas que pueden sorprenderme —comentó dejando libre la poca esencia que aún conservaba de su aroma —Esta mañana te deje en la cama como un humano y encontré a un zorro cuando vine ¿Por qué no me sorprende que también tengas poderes?
El omega boqueó un par de veces antes de reír, ¿Cómo podía ser posible?
El esperaba de todo, de tener que vivir huyendo el resto de su vida, de morir o de volver a ser secuestrado por algún otro loco.
Pero no.
Ahora se encontraba semidesnudo frete a un alfa que actuaba como si viera a un perro hacer trucos en vez de aun humano que puede convertirse en zorro y encender velas de la nada.
—El sorprendido deberías ser usted pero yo soy el que termina sorprendido siempre —Se quejó.
—Eso es porque yo no espero nada, en cambio tu siempre esperaste lo peor de mí, por eso te sorprendes —respondió incitándolo a ponerse de pie —No respondiste, ¿Revueltos o Omelette?
—Yo...amm...no sé —balbuceó, estirando la sudadera hasta cubrir sus muslos —Nunca lo he comido.
Yoongi frunció el ceño ante esa respuesta.
— ¿Nunca has comido un Omelette? —Cuestionó confundido, caminado hasta la isla de la cocina.
—Ni revueltos, ni como los conozca —el menor hizo una mueca incomoda, rascando su nuca —Nunca he comido huevos en general.
Pensaba que el mayor se reiría de él o le diría que era estúpido como para no conocer algo tan básico como un huevo.
— ¿Sabes lo que es? —Preguntó de espaldas —Es decir, ¿Ya has visto uno?
El menor bajo la cabeza cuando el alfa se dio la vuelta para mirarle, no quería responder a eso, porque si lo hacía, más preguntas vendrían, y él no quería aquello, no quería recordar.
No aun.
Sus pensamientos se desvanecieron cuando sintió una mano tomar su barbilla para levantar la cabeza.
Pronto un ovalo banco apareció en su visión.
—Esto es un huevo —mostró el peligris —Como veras, no es la gran cosa, es por eso que una sola comida, para una persona puede llevarse hasta cinco de estos.
El menor tomó en su mano el pequeño ovalo completamente sorprendido de que fuera tan liviano y pequeño.
—Solo no lo vallas a tirar porque crudo no huele muy bien —volvió a tomar el huevo —Hay muchas formas de prepararlo, puede ir sólo o con otras cosas, pero creo que revueltos es una buena forma de conocerlo.
El mayor se encamino a la tabla de la cocina para tomar una de las sartenes, todo bajo la atenta mirada del peliblanco.
—Si quieres hacerlo tú, te diré que debes hacer —Ofreció dándole la cara.
El rubio se sorprendió por la propuesta, y hubiera asentido y hasta gritado de emoción, sino fuera porque recordó un pequeño detalle.
— ¿No prefiere dormir? —El peligris elevó sus cejas al escuchar aquello, por supuesto que no se esperaba eso —Es que hoy prácticamente no durmió y veo que está cansado, no tiene que darme comida, ¡Lo agradezco mucho claro!, pero no quiero ser una molestia.
—No lo eres —tranquilizo el alfa —La verdad, estoy acostumbrado a trasnochar mucho.
—Eso es peor.
—No es para tanto —blanqueó los ojos volviendo su atención a los huevos —Un desayuno no me matara.
—Por lo menos duerma después de hacerlo —insistió, curioso de cómo el mayor preparaba los huevos revueltos.
—No puedo, tendré una junta a medio día —respondió comenzando a revolver los huevos en la sartén — ¿Quieres los huevos solos o con jamón?
Jimin le puso mala cara.
—Claro —comprendió enseguida —El jamón te gustará.
—Si usted lo dices —suspiró con cansancio, él había dormido unas horas y seguía sintiéndose agotado, no quería imaginar cómo se sentía el alfa, pronto su atención cayó en otra cosa — ¿Qué es eso?
El alfa se volteó para mirar la bolsa que había dejado sobre la isla de la cocina.
Curioso por el contenido, el omega ser acerco y sacó la pequeña cajita blanca con ¿Pan?, ¿Por qué el pan tenía esa cosa blanca alrededor?
—Es pastel —aclaro el alfa al ver la mirada curiosa —Es pan con crema y frutas.
—No sé qué es la crema pero ¿Por qué se la pondrías al pan?
—Pruébalo —respondió el alfa.
— ¿Así?
—Sí, toma una cuchara y pruébalo.
El menor tomó el pequeño palito de madera con una curva en la cabeza y lo hundió en el pastel tomando un trozo y llevándoselo a la boca.
Yoongi curvó sus labios al ver la expresión maravillada del omega cuando probó el pastel.
— ¡ESTA DELICIOSO! —Chilló, llevándose otro pedazo a la boca —Es la cosa más deliciosa que he comido.
A decir verdad, no es como si hubiera podido comer grandes cosas, muchas veces era basura o restos de comida y desechos revueltos, no sabía que era qué.
—Podría comer esto toda la vida —habló con la boca llena, metiendo otra cucharada del cremoso pastel — ¡AGH, MALDITO SEUNGRI POR NO DEJARME COMER ESTO!
Y fue cuestión de segundos para que le menor se diera cuenta de lo que acababa de soltar.
—Yo...
—Tu desayuno ya está —le cortó, dejando el plato con unas bolitas amarillas revueltas con unos cuadritos frente a él, el omega se sorprendió cuando el mayor tomó una servilleta y limpio su boca como si nada ¿Podría estar más embobado? —Come antes de que se enfrié, iré a traerte ropa.
Antes de que pudiera pasar de largo el omega se aferró a su camisa con temor.
—Jimin.
— ¿Por qué?
El mayor entendía su pregunta, claro que lo hacía, y por eso mismo se negaba a presionarlo.
—Por la misma razón por la que no me has dicho nada por tu propia voluntad —Respondió con voz tranquila, viendo como el omega tan solo bajaba la cabeza — ¿Cómo podría hacerte revivir el infierno que viviste?, Jimin, no soy tan egoísta, y tampoco es como que se necesite ser un genio para saber por qué huías.
—Aun así, usted no...
—No eres el primero que logra cruzar, niño —cortó como si nada, ganándose una mirada llena de confusión —Pero sí el primero que sobrevive.
Jimin sintió una punzada de pánico al escuchar aquello, y bajó sus orejitas.
— ¿No dejaste vivo a ninguno? —Preguntó temeroso, y a pesar de ello siguió aferrado a su camisa.
—No logramos encontrar a ninguno vivo —corrigió —Ninguno logró sobrevivir siquiera la primera noche, el estado en el que cruzan es demasiado grave, SeungRi prefiere matarlos antes de dejarlos escapar.
Jimin se mantuvo en silencio al escuchar eso, porque sabía la verdad que contenían esas palabras.
—Él dice que las presas despiertan el instinto del cazador para matar, torturarlas lo hace más excitante —murmuró con voz baja.
—Eso es lo que hacían ¿No es así? —Preguntó mirando las orejas que mostraban una postura de amenaza —Te cazaban, por el collar y las marcas que tienes de el puedo suponer que no permanecías mucho tiempo en libertad.
El mayor se animó a tocar el cuello maltratado por el anillo de acero que lo apresaba, dejando una caricia en la zona roja.
—Te dejaban libre para cazarte, como a una presa —comprendió, y para cuando levanto la cabeza se topó con una mirada llena de lágrimas y dolor —Ay, cachorro, lo siento.
El mayor no pudo evitar tomar el menudo cuerpo entre sus brazos, Jimin soltó a llorar sobre su pecho como un niño pequeño.
Ya no recordaba la última vez que había llorado, se había dado cuenta de que no servía de nada hacerlo, así que simplemente se reprimía a el mismo diciéndose que no se debería demostrarse débil ante otras personas.
No les daría el placer de verlo llorar, así tuviera que despojarse de mucha de su humanidad, no se los daría.
Con las lágrimas, se fueron las emociones, se fue la empatía y su esperanza de huir.
Hasta que uno de los idiotas lobos de SeungRi se dejó provocar para que lo llevara a la cacería en luna llena.
Cuando se trasformó en un lobo, lo tomó como su oportunidad para escapar, era ahora o nunca.
Suponía que el lobo que lo llevó a la cacería ya debería de estar muerto puesto que los shifter no tenían permitido salir, mucho menos en luna llena.
Para cuando pudo controlarse, solo soltaba pequeños sollozos acompañados con hipidos aun con su cara escondida en el pecho del peligris que solo se mantuvo dando leves caricias en su cabeza y espalda.
—Lo siento yo...
—Está bien, todos necesitamos desahogarnos, tenías una carga muy pesada encima —Consoló el alfa, continuando con las suaves caricias en su pelo —Puedes hablar cuando sientas que estás listo, y si yo no te estoy presionando no lo hagas tú ¿De acuerdo?
El menor tan solo pudo asentir limpiándose los ojos con sus manos.
—Perdón por no decirle más.
—Todo a su tiempo, cachorro, todo a su tiempo —el menor estaba deleitado con las caricias que el alfa dejaba sobre sus orejitas y por un momento pudo sentir el aroma a madera de sándalo un poco más fuerte, aunque sea un poco —Creo que debería ir por tu ropa, estas temblando.
Aunque su lobo se negó a soltarlo, el omega se obligó a hacerlo puesto que era verdad, estaba temblando de frio.
Miró como el alfa desaparecía por la puerta antes de girarse a tomar el pastel.
Llorón y lleno de mocos pero él tenía que terminarse ese manjar llamado pastel sí o sí.
Hace tanto que no te escuchaba llorar que casi logras ponerme sentimental —se burló el zorro.
Púdrete.
También te quiero, Jimin.
Era raro que su zorro apareciera en su forma humana, usualmente este solo se mantenía presente cuando estaba en su forma animal, dado que su lobo era muy territorial era difícil que se llevaran bien entre sí.
Su lobo tenía ese complejo de ser una buena persona, casi una conciencia del bien y las buenas acciones, o bueno, la mayoría de la veces.
Mientras que su zorro era todo lo contrario, era malvado, su conciencia del mal, aquel que le incitaba a ser cruel con las personas, era su conciencia maligna, resultado de su sufrimiento.
Y casi siempre el zorro ganaba.
— ¿Tus herida no se lastimaron de nuevo por tu trasformación? —preguntó el alfa apareciendo por la puerta.
—De hecho...—el menor se detuvo un momento antes de pensar en lo que iba a decir, ya le había dado un voto de confianza al alfa y a decir verdad, sentía que podía decirle cualquier cosa y el peligris no se aprovecharía de el —Los shifter aceleran la curación estando en su forma animal. Ya debieron de haber sanado más, al menos lo suficiente para que no duela cada que me mueva.
—Eso es bueno, pero tendré que seguir cambiando las vendas —respondió pasándole el pantalón y la ropa interior —Creo que tendré que calentarlos de nuevo —señalo los huevos revueltos —Puedes vestirte en la sala si gustas.
El menor le regaló una sonrisa acompañada de un asentimiento. Tomó las prendas y salió de la cocina.
Con mucho cuidado se colocó la ropa interior con éxito y seguidamente los pantalones, estos eran más ajustados pero seguía teniendo gran movilidad.
Quizá sus heridas no habían sanado por completo pero ahora por lo menos podría ponerse la ropa sin ayuda de nadie.
Una vez que estuvo listo intentó encaminarse nuevamente a la cocina tropezando accidentalmente con la mesita de centro y tirando uno de los botecitos que había usado el alfa para curarlo.
Era la crema cicatrizante.
Un pequeño frasco de vidrio ovalado pero alargado en la punta como una botella, con una especie de crema rojiza que no tenía un olor en particular, pero a lo único a lo que lo pudo comparar era a cera de vela.
Tenía un papelito pegado alrededor que decía unas palabras en un idioma que no entendía, incluso la caligrafía era bastante clara y precisa, parecía de mujer.
Es gaélico antiguo —aclaró su lobo —Fue una lengua celta, aunque ya está muerta
¿No sabía que hablabas lenguas muertas?
Tengo miles de años ¿Por qué te sorprende?
Cierto... ¿Qué dice?
Roble sanador.
¿Y ese símbolo?
La triqueta representa la vida, la muerte y el renacimiento —relato el lobo —Era el símbolo de las hechiceras, las curanderas y las sabias brujas, también significa sanación.
¿Me embrujo?
No, solo curó tus heridas.
Jimin no supo cómo sentirse en ese momento, principalmente porque nunca imagino encontrarse con un brujo.
¿El alfa no era brujo o sí?
No había nada en la casa cabaña que diera indicio de que lo era ¿O sí? Ahora que lo pensaba nunca había visto con detalle la casa y eso que había tenido tres oportunidades para hacerlo.
La primera vez que la vio estaba desesperado por encontrar un lugar en donde esconderse así que lo único que vio fueron las puertas y rápidamente opto por la más cercana que para su suerte había sido la cocina.
La segunda vez fue cuando el alfa le curó, y su mirada no se despegó del cuerpo del peligris. ¿Y quién podría culparlo por distraerse con semejante alfa frente a él?, además de que las caricias no ayudaban a mantenerlo en sus cinco sentidos.
Y la tercera vez solo buscó algo para molestar al hermano del alfa, ni siquiera presto atención a su alrededor.
No notó el enorme estante de libros donde se escondió, ni los muebles de tres tamaños frente a la chimenea rustican hecha de ladrillos, e incluso tenía un gran ventanal que daba la vista al rio.
La vista era simplemente digan de un retrato, los arboles siendo cubiertos por una fina pero espesa capa de neblina, dando vista hasta donde el horizonte desaparece por la niebla, y el congelado rio rocoso que acompañaba el escenario.
La casa estaba en lo alto de una montaña, quizá no tan grande pero si lo suficiente como para que pensara que estaba en un segundo piso.
Las escaleras eran de ramas de madera entrelazadas para formar un barandal que pasaba por sobre la chimenea dando paso al segundo piso, donde estaban las habitaciones.
Un enorme candelero de acero justo sobre su cabeza que daba la iluminación a todo el lugar.
Era hermoso sin duda, pero a pesar de eso la casa se veía solitaria, no había ni un solo toque de calidez allí, ni una foto o retrato, o decoración alguna, parecía que incluso quería aparentar ese aspecto frio.
Su vista cayó en la segunda puerta que había en la sala, es de donde el alfa había sacado la crema.
Nunca había sido alguien curioso, tal y como su zorro lo dijo, él nunca se metía en los asuntos de los demás, si se llevaban a alguien de las jaulas no era su problema, si uno no regresaba, lo daba por muerto y listo, diciéndose que en algún punto igual moriría.
Pero ahora, sentía demasiada curiosidad, nunca la había sentido a decir verdad y ahora no podía mantener el impulso de querer saber que había dentro de esa habitación.
Y sin poder evitarlo sus pies comenzaron a moverse hacia esa dirección.
No creo que sea buena idea invadir su privacidad —habló su lobo, logrando que detuviera sus pasos.
Shhhh, déjalo, el niño siente curiosidad —cortó el zorro meneando la cola —Continua.
Tú no te metas, zorro —gruño el lobo.
Que grosero, ¿Tu madre no te enseño modales? —Se burló — ¿Eso es lo que le enseñas al niño?, No lo escuches, Jimin, si el alfa ocultara algo no te daría tanta libertad ¿No crees?, Te hubiera prohibido entrar ahí si quisiera que no lo hicieras.
Sanguijuela asquerosa, deja de manipularlo —se quejó —Jimin, no provoques un desastre, tuviste suerte de no terminar en una jaula otra vez, no tientes a tu suerte.
Uuuh, te has pasado, pulgoso —gruñó el zorro.
¿Quieren callarse los dos de una puta vez?
Solo no hagas una estupidez —declaró el lobo.
No lo escuches, es un sarnoso amargado que no aguanta nada —interrumpió el zorro —Después de todo, la aventura es más divertida si hule a peligro.
Tienes razón, no está bien.
Gracias.
Aburrido.
—Debe ser frustrante tener que escuchar dos voces dentro de tu cabeza peleando por que hacer —la voz del alfa se escuchó a su espalda sacándole un susto que lo hizo dar un salto —Yo apenas y puedo con una.
Jimin boqueó un par de veces sin poder encontrar su lengua.
—Yo... solo...
—Sentías curiosidad —asintió con calma —Lo puedo entender, descuida.
—Lo siento.
—Está bien, no tengo nada que ocultar de todas formas —se encogió de hombros, comenzando a acercarse en su dirección.
Y a pesar de que su pose no era para nada amenazante, el omega se sintió profundamente intimidado por el peligris, y no pudo evitar bajar la cabeza cuando el alfa estuvo frente a él.
Yoongi odió esa acción puesto que así no podía apreciar los tan bonitos ojitos bicolor que el menor poseía.
—Oficina —Jimin levantó la mirada confundido ante eso —Esa habitación, es una oficina.
—Oh...—Fue lo único que salió de su boca.
El mayor pasó a su lado para dirigirse a la puerta y abrirla completamente frente a él.
—Lo único que encontraras ahí serán libros viejos, las reglas de la manada y mucho papeleo de sus peticiones —el alfa soltó un gran suspiro cargado de su pulcro cansancio —Si entras ahí lo único que conseguirás es una muerte por aburrimiento.
—De todas formas no debí acercarme sin permiso.
—Descuida —tranquilizó el alfa volviendo a cerrar la puerta —Tus desayuno está listo... otra vez.
Antes de que Jimin pudiera responder sus orejitas se elevaron y comenzaron a moverse en direcciona a la puerta.
—Alguien viene —informo, escondiéndose instintivamente detrás del mayor —Es un alfa
—Yo me encargo, ve a la cocina —ordenó encaminándose a la puerta, ya tenía la sospecha de quien era —Volveré en un momento.
El menor no se lo pensó dos veces antes de correr a esconderse a la cocina.
Yoongi espero a que el pequeño omega desapareciera antes de abrir la puerta, comenzando a bajar las escaleras, no sabía desde que distancia podía escuchar Jimin pero se imaginaba que era mucha si el alfa aun no llegaba a él.
Y fue cuestión de unos segundos para cuando un lobo cobrizo se reuniera con el cuándo bajo el último escalón.
—Yoongi, tengo una mala noticia —habló Hoseok tratando de estabilizar su respiración.
—Ya lo creo —murmuró el peligris, sin inmutarse ante sus palabras —Siempre traes malas noticias, hobi.
—No están.
— ¿Qué cosa?
—Los libros —Soltó en un jadeo —No están.
Hoseok se dejó caer en la tierra completamente agotado, había ido a la casa de la luna tal y como el peligris se lo había pedido y no había encontrado nada, tan pronto comprobó que no había ninguna de las pertenencias del padre de Yoongi, salió corriendo al bosque para informarle.
La mirada del mayor se tornó dorada en un instante, y sus colmillos salieron a flote cuando la ira comenzó a crecer en su interior.
— ¿Cómo que no están? —Rugió, intimidando al cobrizo.
—Fui a la casa de la luna y cuando entre al sótano no había nada, ni siquiera las repisas —murmuró con la cabeza gacha.
—Nadie tiene permiso de entrar a esa casa, ¡¿Cómo mierdas no van a estar?!
Hoseok no fue capaz de encontrar su voz cuando escucho gruñir al alfa en amenaza, Yoongi podría ser alguien inexpresivo y taciturno la mayor parte del tiempo, pero las cosas cambiaban cuando se trataba de su familia, eso era algo prohibido incluso para la manada.
Y alguien se había atrevido no solo a faltarle el respeto, sino también a invadir su territorio.
La casa de la luna era la casa de los alfas y sus familias, el peligris había decidido no vivir ahí mientras estuviera sin pareja puesto que se sentía demasiado solitario por el gran tamaño de la casa y por eso decidió vivir en la cabaña de su abuela.
Sin embargo, la entrada para alguien ajeno, incluso para Seokjin estaba prohibida, y alguien había roto esa ley.
—Creo que alguien mando para hacerlo, se llevaron todo, dudo que ninguno de los lobos de vigilancia o la tropa Marshall se hallan dado cuenta de que sacaron las cosas —se animó a comentar el cobrizo, aun sin atreverse a levantar la cabeza.
—Quiero que los reúnas a las tropas de vigilancia y a la tropa Marshal en el campo blanco, ahora —Ordeno con los dientes apretados.
—Enseguida —respondió el cobrizo, dando una reverencia con la cabeza y dando la vuelta para salir como alma que lleva el diablo.
Yoongi por su parte tomó una gran bocanada de oxígeno antes de darse la vuelta y comenzar a subir las escaleras nuevamente.
Si había pensado en la pequeña posibilidad de dormir siquiera unas cuantas horas se había equivocado y mucho.
Ahora tendría que ir a investigar quien mierda se atrevió a entrar a su casa y robar sus pertenencias.
Cuando entró a la cocina se halló con un pequeño zorrito que terminaba su desayuno con una enorme sonrisa.
—Alfa, estaba delicioso —pronunció a penas lo vio, sin embargo su sonrisa desapareció cuando vio el semblante del contrario — ¿Paso algo?
Yoongi disimuló su sorpresa por esa pregunta, el obviamente había respirado un par de veces en la puerta para disimular su ira y el menor no lo notara.
Pero tal parece que lo había leído como un libro abierto.
—No es nada, solo tengo que ir al pueblo a investigar un asunto importante, lamento volver a dejarte solo.
—Oh, no te preocupes, eres el alfa después de todo, supongo que es normal que esté ocupado —inconscientemente paso la mano por su cabello peinándolo hacia atrás junto a sus orejas, que no disimularon la decepción ni un poco.
—De todas formas me siento mal por dejarte aquí solo —el mayor se atrevió a acariciar sus orejas con suavidad quedándose prendido de esos preciosos ojitos bicolor —Prometo volver pronto.
Si no mato a nadie primero.
—No se preocupe por mí, tiene cosas más importantes que hacer —intentó tranquilizarlo, tratando de no hacer notar su tristeza por quedarse solo nuevamente —Me portare bien, descuide.
—Eso no me preocupa —reveló el alfa continuando con las caricias —Tienes mi permiso para recorrer la casa si así lo deseas, incluso hay algunos libros en mi habitación que pueden gustarte.
Jimin se sorprendió ante sus palabras, puesto que el esperaba más algo como: no entres a ningún lado sin mi permiso y no salgas, o cosas así.
Jamás se esperó que el alfa le diera tanta libertad.
—Gracias.
—No hay mucho que hacer aquí, así que perdón si te aburres.
—Oh, descuide, encontrare algo que hacer.
—Eso espero, hay algunas cosas en el sótano también, solo que ten cuidado porque no lo he limpiado en mucho tiempo y no sé qué animalitos puedas encontrar —curvo sus labios ligeramente —Tratare de volver antes de caiga la noche.
O al menos hare mi mayor esfuerzo.
—Uh, está bien, puedo limpiar por usted, si no le molesta —ofreció jugando con sus deditos dentro de la sudadera.
—Adelante, pero te advierto que debe ser un mundo de polvo y acaro.
—He estado en peores lugares —le restó importancia, mordiendo su labio ligeramente —Sobreviviré a un poco de polvo.
—Bien, entonces me voy —se despidió revolviendo su cabello, el menor lo despidió con una gran sonrisa.
—Adiós, alfa —grito cuando el mayor salió de la cocina.
Agh, ¿Qué caso tienes husmear si tienes permiso de hacerlo?, eso es aburrido —se quejó el zorro.
Por lo menos ahora puedes husmear con libertad.
¿Y dónde queda la diversión? El chiste es hacerlo a espaldas de los demás.
Que se callen.
El menor soltó un gran suspiro cuando escuchó a ambos animales discutir, ignorándolos se puso de pie para salir de la cocina hacia la sala, el calor de la chimenea lo abrazó y llenó de una cálida sensación que nunca creyó que sentiría.
Corrió a sentarse y acurrucarse entre las sabanas que el mayor había dejado frente al fuego como un nido para él, se enrolló como un taquito, soltando un suspiro de placer al estar tan cómodo y calientito como nunca imagino.
Ahora que lo pensaba, jamás había ni soñado con lo que estaba viviendo.
Nunca pensó si quiera en estar vestido con ropas que cubrieran todo su cuerpo, ni que pasara un día en el que nadie tocaba su cuerpo con segundas y asquerosas intenciones.
Ni que tendría más de una comida al día, o que alguien se diera a la tarea de limpiar sus heridas y no dejas que sanaran solas y a su suerte.
No.
Nunca en su corta vida lo hubiera imaginado. Jamás.
Para el, lo mejor que le pudiera pasar era que alguien se excediera y terminara de matarlo por accidente.
Ese fue su sueño y lo único a lo que pudo llamar esperanza por mucho tiempo.
Y ahora... eso había cambiado mucho.
Claro, no exigiría nada, era más que feliz y satisfecho por lo que estaba recibiendo, no había nada más que él deseara.
Soltó un ronroneo involuntario al sentirse en paz de pues de mucho, aunque si se ponía pensarlo, nunca tuvo paz, en ningún momento de su vida.
Todo fue desastre desde el inicio.
Agitó la cabeza en un intento de alejar los recuerdos malos que amenazaban con atacarlo. No le gustaba ponerse a pensar en eso, ya no.
Ya había sufrido mucho viviéndolos como para ponerse a recordarlos.
Se acurrucó un rato al lado de la chimenea dispuesto a tomar una pequeña siesta antes de ir a limpiar el sótano, porque ya se había prometido hacerlo.
Y esperando a que el alfa volviera pronto se durmió sin mucho esfuerzo.
—Algo me dice que está enojado —Susurró Baek a su alfa.
—Enojado es poco —respondió su esposo —Está furioso.
—Fue un honor haber sido tu omega, mi amor, ¿Quieres que llame Chanyeol al bebé en tu honor?
—Deja de bromear con eso, Min me matara.
—No, no lo hará —respondió con calma —No si no quiere que lo mate yo, ahora que estoy embarazado y hormonal puedo ser mortal.
Su esposo solo rodó los ojos y negó con la cabeza.
Baekhyun era el capitán de la tropa Marshall y como tal su superior, sí, había embarazado a su capitán, y además era uno de los hombres de más confianza del alfa.
—Si muero, quiero que se llame como yo.
—Claro que sí, mi amor —concedió el omega —Ahora fórmate.
El alfa acató la orden de su capitán y se formó delante de sus compañeros, él era el segundo oficial al mando de una de las tropas de vigilancia por lo que tenía que estar al frente de su tropa junto al capitán Sehun.
Su lobo movió la cola cuando vio al lobo de su omega caminar frente a ellos, le encantaba la forma en la que todos se ponían rígidos y firmes en cuanto lo veían.
Baek podía dar miedo cuando se lo proponía, antes de casarse con él, había terminado muy herido y mal parado después de un entrenamiento donde prácticamente lo había usado como su saco de boxeo y su lobo terminaba siendo su mondadientes.
Además, su lobo y él se sentían muy orgullosos de la vista, amaba que Baek estuviera en su forma animal ya que se le notaba la pancita de su embarazo y solo lo enamoraba aún más.
Claro que su sonrisa y ánimo se esfumó cuando cierta persona se hizo presente, su cuerpo y el de sus compañeros se tensó en cuanto el alfa entro al campo siendo acompañado de un lobo cobrizo a su izquierda y uno azabache a la derecha.
Baek solo trotó hasta su lado, abandonando a sus hombres ante la ira del alfa, riendo un poco cuando los vio temblar como gelatina.
—Alfa —Saludó llegando a su lado, Yoongi solo asintió en respuesta, aun manteniendo su mirada inexpresiva sobre sus hombres.
Todos dieron un golpe al suelo con sus pies y llevaron una de sus manos a la cabeza para saludar.
Se escuchó un claro "alfa" a coro por parte de todos antes de volver a su posición de descanso.
— ¿Ahora si mantienen respeto? —Murmuró Yoongi sin cambiar su cara de inexpresividad —Que porquería.
A pesar de que todos fueron capaces de escucharlo, absolutamente ninguno fue capaz de pronunciar palabra alguna.
el mayor chasqueó la lengua con expresión neutra, girando su rostro ligeramente hacia un lado, dejando que la suave brisa moviera el platinado cabello que cubría su frente.
—Ustedes saben que la entrada a la casa de la luna está prohibido, ¿No es así? —Preguntó con tranquilidad — ¿No es así?
Recibió un "si" unísono de parte de sus hombres.
—Bien, eso es bueno —el mayor comenzó a caminar frente a ellos con la mano en los bolsillos —Pero hace un momento me acabo de enterar de que alguien entro sin mi consentimiento, ¿Saben quién fue?
Sus hombres se mantuvieron en silencio total, incapaces de responder su pregunta.
—Agh, ese maldito silencio, no saben cuánto detesto ese jodido silencio —el alfa se detuvo justo frente a Chanyeol, fingiendo quitar una pelusa falsa de su ropa —Saca a Baek, no quiero a un esposo hormonal llorando aquí.
El alfa asintió con una reverencia y caminó junto a su esposo para sacarlo de ahí.
—Bien, creo que no escucharon mi pregunta, ¿Quién fue el cabrón que se atrevió a entrar a mi casa sin mi permiso? —volvió a preguntar, esta vez mirándolos de frente.
El silencio volvió a reinar en aquel campo, nadie teniendo el suficiente valor de hablar o de dar la cara.
—Ustedes conocieron a mi padre Min Woohyuk ¿Verdad? —Sonrió con sorna cuando todos sus hombres se tensaron —Todos conocen sus tácticas de investigación, eran algo peculiares la verdad, muchos no salían vivos después de un interrogatorio, pero era eficiente, debo decir.
Hoseok le dio una rápida mirada a Namjoon que se mantenía su lado, este solo le devolvió la mirada cargada de incredulidad.
—No me obligaran a llegar a esos extremos ¿verdad? —claramente no lo decía enserio, pero estaba muy furioso como para medir sus palabras —Quiero que sepan una cosa, este silencio está comenzando a colmarme la paciencia, y les puedo prometer que voy a saber la verdad así tenga que arráncales los colmillos con una pinza a cada uno, así que lo repetiré solo una vez más ¡¿Quién mierdas se atrevió a poner un pie dentro de mi casa?!
Nuevamente silencio.
—Todos ustedes son casados, que curioso —volvió hablar —Me pregunto si sus omegas o sus cachorros sobrevivirán si son expulsados de las manada por traición —el alfa llevó una de sus manos a su barbilla fingiendo pensar —creo que todos saben lo que le hacen a omegas desterrados, será una lástima.
Una que otra mirada se compartió entre los alfas pero ninguno dijo nada.
—Ah, me lo están poniendo demasiado fácil, Hoseok —Llamó al cobrizo que casi suelta un chillido por ser nombrado con ese tono de voz —Amárralos a la horilla del rio hasta que alguno decida hablar, también trae los papeles de sus familias.
Y con eso se dirigió a la puerta siendo interrumpido por una voz.
Yoongi miró de reojo a uno de sus hombres avanzar hasta colocarse al frente, también notó que recibió una que otra mirada de reproche.
—Fue la tropa Marshall señor —Soltó, recibiendo quejas de sus propios compañeros —Seré un cobarde pero no dejare que mi hija pague por algo que se me ordenó hacer.
Yoongi dio una clara mirada de advertencia a la tropa que tan solo bajo la cabeza, confirmando lo que acaba de decir.
—Las tropas de vigilancia pueden irse —sentencio, y los alfas y betas no dudaron en salir como alma que lleva el diablo —Ahora ustedes —Miró a la tropa Marshall —Me explicaran quien mierda les dio la orden de hacer eso.
Antes de que cualquiera de sus hombres, pudieran siquiera pronunciar palabra alguna, un estruendo resonó en todo el bosque, uno que incluso alborotó a algunos pájaros que estaban escondidos en los árboles.
Y no necesito pensar mucho en quien había sido el causante cuando vio las caras pálidas de los alfas frente a él.
— ¿QUÉ HICIERON QUÉ? —Gritó Baek a todo lo que sus pulmones daban —CONDENADOS HIJOS DE PERRA , MALPARIDOS PULGOSOS, ¿QUIÉN MIERDAS LES DIO LA MALDITA ORDEN DE HACER SEMEJANTE ESTUPIDES?
Yoongi casi ríe cuando los escuchó tragar en seco casi al mismo tiempo, cuando escucharon al omega gestante.
Baek tenía todo el derecho a estar furioso puesto que sabía de sobra que el alfa no había ordenado nada para que entraran a su casa, por lo que se aprovecharía de dicha furia.
— ¡Ustedes van a escucharme!, ¡Voy a bañarlos en cera y les arrancare la piel, malditos irresponsable, luego tirare al rio sus malditos cadáveres para que naden en orín de pescado el resto de su mísera existencia! —vociferó furioso, siendo detenido por su esposo que lo sostenía de la cintura.
— ¿Los peces orinan? —le preguntó Hoseok a Namjoon en un susurro.
—Baek, permíteme hablar, luego los matas —respondió Yoongi volviendo a su inexpresividad —Quien me diga todo se salvara de su capitán.
Inmediatamente todas las manos se levantaron y empezaron a parlotear a la vez, haciendo que fuera imposible entenderlos.
—Esperen, esperen, uno a la vez, uno a la vez —cortó el alfa —Solo quiero saber porque hicieron semejante estupidez y quien les dijo que lo hicieran.
—El alfa Choi dio la orden de entrar a la casa cuando uno de los pilares colapsó, solo entramos a arreglarlo y luego salimos —habló el primer alfa.
—El consejo dijo que usted ya estaba informado por eso no preguntamos —Continuó otro.
—Bueno, claramente eso no fue así —renegó el peligris —Yo no sabía absolutamente nada de eso, y tampoco supe de ese pilar.
—La estructura de la casa es vieja, mucha de la madera y algunas paredes se están viniendo abajo, el consejo nos dijo que habría una reunión donde se le informaría del mal estado de la casa —habló un tercero.
—Ni siquiera sé porque nos hicieron arreglarlo si planeaban demolerla —Se quejo el primer alfa.
—Nadie planeo demoler nada —cortó Yoongi con sequedad.
—Se nos dijo que esa era la idea —respondieron cabizabajos.
—Si solo entraron a reparar, ¿Por qué sacaron los libros del sótano?
Ninguno de los alfas respondió a eso, más bien le miraron como si le hubiera salido otra cabeza.
—Hablen hijos de puta o los pondré a cantar ópera sin dientes hasta que solo los perros puedan escucharlos —gruñó Baek recargándose sobre Chanyeol no había querido soltarlo en ningún momento por temor a que se lanzara a atacar a alguno de sus hombres.
—Nosotros no sacamos nada —respondió un alfa cuando pudo encontrar su lengua —El pilar que colapso era de la parte trasera de la casa, ni siquiera entramos a la sala.
— ¿Qué dices? —Se confundió Yoongi.
—Eso, solo entramos a reparar y luego salimos, no entramos ni al baño, no nos dejaron.
— ¿Hubo alguien más con ustedes allí? —Cuestiono el líder.
—Todo el consejo, claro.
—estuvieron presentes en toda la reparación, nos dejaron solos en ningún momento —Aclaró un beta.
— ¿Aparte de ellos?
—Nadie —respondieron todos.
—Bien, les daré el beneficio de la duda —concedió el líder, observando como muchos soltaron el aire que habían estado reteniendo por la tensión —Pero no puedo exonerarlos de su castigo por no avisarle a su capitán lo que estaban haciendo.
Y eso fue suficiente para que volvieran a ponerse pálidos.
—Actuaron sin mis órdenes, el consejo es solo eso, un consejo, pero yo soy su alfa y yo tengo que saber acerca de estos asuntos, más aun si se tratan de mis cosas —regañó —Pero ese ya es el problema de alguien más.
El mayor se despidió de ellos diciéndole a Baek que no los matara.
—Vuelven a hacer algo a mis espaldas docena de estúpidos y los colgare de los testículos como un bungee —espetó el omega gestante.
Chanyeol frunció el ceño por lo increíblemente doloroso que sonaba eso y dio unas palmaditas a la espalda de su esposo para calmarlo.
—Hoseok, dile al consejo que no habrá reuniones hasta que yo lo diga —decretó el alfa, comenzando a caminar de regreso a casa.
El mencionado se sorprendió por tal petición pero asintió finalmente.
—No van a estar muy felices —Murmuró lo suficiente alto para ser escuchado por el mayor.
—Me importa una mierda si les agrada o no —Espetó con los dientes apretados.
—Como desees —mencionó su amigo con ánimos de verlo mas expresivo de lo normal — ¿Algo más?
—Necesito encontrar esos libros —Declaró el alfa —Confió en ti para que los encuentres.
— ¿Me dirás para que los quieres? —Volvió a insistir.
—No.
—No seas así —se quejó el cobrizo —Tengo mucha curiosidad.
—Ya veremos —fue su simple respuesta.
holis.
Creo que nunca había escrito aquí, pero bueno, ya que estamos.
¿Qué les pareció?
Espero les este gustando, aunque esta historia es nueva y apenas va empezando me gustaría que también le den una oportunidad.
Estas son las orejas y colita de Jimin cuando esta en su forma humana.
aclaro que su cola esta en su espalda baja, no es un plug jajajaja.
La triqueta o el símbolo que tenia la cremita es este.
El collar que Jimin carga es este, este lo tiene ya sea en su forma humana o en su forma de zorrito.
Los ojos de Jimin
Bueno, eso es todo, los quiero, esperan el siguiente cap.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro