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┆ chapter six ᵎᵎ

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al día siguiente, rainbow estaba de pie frente a su casillero, su novio recostado contra el casillero de al lado. mientras ella guardaba tranquilamente uno de sus cuadernos, conan le hablaba.

—no creo que debas acercarte demasiado a los lobos— soltó el rubio. —no confío en ellos, primero amenazan con matarnos ¿y resulta que sólo querían unirse a nuestra escuela? a otro perro con ese hueso— bufó.

y conan no estaba equivocado, los lobos tenían dobles intenciones, pero ellos no iban a descubrirlas todavía.

rainbow cerró su casillero y se apartó de este para colocarse frente a conan.

—bueno, yo sí confío en ellos, me presenté con ellos ayer y no son tan aterradores como parecen; la bajita de ojos verdes, wynter, es bastante amigable, y el beta, wyatt, se portó muy agradable conmigo.

el rubio sólo la miró como si hubiera perdido la cabeza.

—quiero hacerme amiga de los lobos— confesó la pelinegra.

el chico suspiró antes de dejar de apoyarse en el casillero.

—deberías aprender a elegir mejor tus amistades.

—¿por qué no quieres que los lobos sean mis amigos?— cuestionó la chica con una mueca en el rostro. conan suavizó su expresión al verla disgustada.

—no quiero que te rompan el corazón— le contestó. —o que te corten la garganta— agregó a la vez que rodeaba juguetonamente a su novia y soltaba mordidas al aire sin dejar de mirarla.

la pelinegra se quedó de pie en su lugar, soltando una risa, divertida por la actitud juguetona de su novio.

—en fin, te veo luego. debo seguir con nuestra campaña para rey y reina del baile— musitó el rubio antes de depositar un casto beso sobre los labios de rainbow y marcharse.

rainbow puso una mueca de irritación una vez que el rubio ya no podía verla. conan últimamente estaba muy intenso con esa campaña suya.

el rubio había mandado a hacer carteles, estos tenían impresos una foto de él junto a rainbow y en el título dictaban "ronan banderson para rey y reina del baile". el chico ya había cubierto prácticamente todas las paredes de la preparatoria con esos carteles, pero siempre parecía encontrar espacios vacíos para colocar más.

rainbow no iba por ahí implorando votos porque ella ya tenía la corona de reina asegurada, pero aún si no fuera así, ella no se veía a sí misma rogando por los votos de la gente, ¿por qué a su novio no le molestaba tener que hacer eso? ¿tanto le importaba ser coronado rey?

él le había dicho a rainbow que ese sería el último logro para rematar una vida perfecta en la preparatoria ahora que él se iba a la universidad y que nada lo haría más feliz que compartir la corona junto a ella. fue por eso que rainbow le permitió poner una foto en pareja para la campaña de él como rey, así los votantes de ella simpatizarían con él.

perdida en sus pensamientos, rainbow casi pasa por alto otra entrada triunfal de los hombres lobo, de no ser porque la huida despavorida de todos sus compañeros a su alrededor la alertaron.

la manera apresurada en la que todos abandonaron el pasillo que la manada atravesaba dejó ver cuán atemorizados seguían todos de los hombres lobo, a pesar de que ahora estudiaban juntos.

la alfa, que ayer rainbow descubrió que se llamaba willa, sacó sus garras y arañaba los casilleros a su paso, como si quisiera alentar el temor en los demás. sin embargo, cuando llegó hasta rainbow, se detuvo, evitando arañar el suyo, pues ayer durante el almuerzo que la manada compartió con la pelinegra, los lobos y ella comenzaron a llevarse bien.

—bow, ¿cuál es el casillero de tu novio?— le preguntó.

—el 112, al otro lado del pasillo, ¿por qué?

willa solo sonrío con malicia antes de apartarse del resto y dar vuelta en el pasillo.

al instante siguiente, el timbre que anunciaba el inicio del periodo libre se hizo escuchar y el resto de la manada ahí presente soltó un aullido. a continuación, todos se marcharon excepto wyatt y wynter.

—bow, ¿ya te dije que me encanta tu nombre?— murmuró wynter hacia rainbow, quien negó con una sonrisa, halagada por las palabras de su nueva amiga. —¡pues me encanta! ¡tiene una w, cómo el nombre de todos en la manada!

—gracias wynter. a mí me gusta cómo se nota que todos pertenecen a un mismo grupo— devolvió el cumplido. —además de que todos tienen el mechón blanco en el pelo, todos tienen la misma estética; desde la vestimenta hasta las marcas en sus brazos.

—y todas las marcas tienen un significado— añadió wyatt.

—¿de verdad? ¿qué hay de la pequeña que tienen en la mejilla? noté que todos tienen la misma excepto tú y willa— rainbow hizo la observación con interés.

—oh, willa tiene una que representa que ella es nuestra alfa— explicó el de ojos marrones.

—así es, y la de wyatt representa que él es nuestro beta— agregó la ojiverde.

—vaya, no tenía idea— comentó rainbow con impresión hasta que se acordó de algo que la hizo hacer una mueca. —uh, acabo de recordar, debo de ir a la biblioteca a leer un libro para un ensayo, ¿les parece si los veo más tarde?

wynter y wyatt asintieron, aunque este último a regañadientes, no queriendo separarse de la pelinegra.

una vez que vieron a la chica alejarse de su campo de visión y ambos se quedaron solos, wynter se dirigió a wyatt.

—¿vas a seguirla, no es cierto?— le cuestionó.

—es que ahora que la conocí, no soporto estar lejos de ella— se justificó wyatt.

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ya en la biblioteca, rainbow estaba de pie frente a una de las estanterías; concentrada, pasaba el dedo índice por el lomo de los libros buscando uno en específico.

wyatt, quien ya había visualizado a bow, se colocó disimuladamente al lado suyo; un libro cubriendo su rostro mientras disimulaba leerlo, para no verse muy acosador. rainbow percibió la presencia a su lado, pero no percibió de quién se trataba.

cuando la pelinegra finalmente dio con el libro que buscaba, se dio cuenta que no iba a poder alcanzarlo, pues este se encontraba en la parte más alta de la estantería.

—¿me podrías alcanzar el libro de ahí, por favor?— preguntó amablemente a la persona a su lado, aún sin notar de quién se trataba, pues su atención estaba fija en el libro que quería, señalandolo con el dedo.

wyatt no dijo nada, simplemente dejó de ocultar su rostro y estiró su brazo para tomar el libro que le señaló la pelinegra; se lo extendió con una mirada amable y rainbow lo tomó, al fin reconociendo al chico.

—gracias, wyatt— murmuró la chica en respuesta y dejó un beso en su mejilla.

aquel gesto tomó por sorpresa a ambos. fue espontáneo y rainbow no supo de dónde tomó la confianza, simplemente, desde que conoció a wyatt, todas las sensaciones que el chico le provocaba eran terreno desconocido. eran sentimientos que no había experimentado antes y que, por consiguiente, no podía identificar.

wyatt, le dio una sonrisa tímida con las mejillas sonrojadas y se apartó un par de pasos fingiendo buscar un libro en esa misma estantería.

rainbow observándolo con las mejillas igualmente rojas, hasta que decidió que era mejor buscar un lugar para leer tranquilamente su libro.

se sentó uno de los sillones al fondo del lugar y se sumió en las páginas de su libro hasta que un par de voces discutiendo se hicieron escuchar. apartó la mirada de su lectura tratando de visualizar el origen del disturbio.

provenía de la mesa más cercana a la entrada y se sorprendió al notar que las voces pertenecían a willa y addison, esta última sentada haciendo anotaciones en un cuaderno sobre la mesa, probablemente tarea.

—¡mentiras!— exclamó la morena de pie, dejando caer ruidosamente una pila de libros frente a addison. —según estos libros, los hombres lobo atacaron primero a los colonos de seabrook ¡y no es verdad! ellos atacaron primero y robaron la piedra lunar.

—lo siento, no sé de qué hablas— le respondió la peliblanca.

—tú no sabes nada— espetó willa con indignación en su voz justo antes de darse media vuelta para salir del lugar, llevándose los libros consigo.

—¡pues sé que la alarma sonará si no registras los libros!—exclamó addison igual de indignada.

pero para sorpresa de addison, la alarma no sonó cuando willa la atravesó. la morena se había quitado su collar, la piedra de este haciendo contacto con el dispositivo de alarma en la entrada y provocando un corto circuito en este que hizo que no sonora.

—impresionante— murmuró rainbow al observar el poder de los collares de los lobos.

—nuestros collares controlan la electrónica— explicó una voz susurrante en el oído de la pelinegra.

a rainbow no le hacía falta girarse para reconocer al dueño de la voz y, aún así, lo hizo. accidentalmente, sus rostros quedaron muy cerca el uno del otro y sus miradas se conectaron por un par de segundos, ambos perdiéndose en los ojos del otro.

—yo...— rainbow rompió el contacto visual y se aclaró la garganta con nerviosismo. —tengo que irme— balbuceó y salió apresurada del lugar, abandonando el libro en el sillón.

wyatt tomó el libro con delicadeza y se acercó a la bibliotecaria para registrarlo.

el chico sabía que la pelinegra no tenía que irse a ningún lado, que en realidad se había marchado presa del nerviosismo y que por este mismo no se había molestado en detenerse a registrar el libro. pero él lo haría por ella. se encargaría de registrarlo y de entregárselo personalmente más tarde para que ella pudiera hacer su ensayo.

cuando finalmente obtuvo la autorización, decidió marcharse del lugar, pero dos chicas y un chico, de quienes él no conocía los nombres, se interpusieron en su camino. no eran ni más ni menos que los aceys.

—aléjate de ella, bola de pelos— espetó jacey, refiriéndose a rainbow.

—es la chica más popular, vas a arruinar su reputación— murmuró stacey con desagrado. —además, a su novio no le agradas.

—sí, porque se siente amenazado por ti— explicó lacey con una mirada arrogante y de brazos cruzados. a continuación, los dos morenos se llevaron una mano a la frente ante lo dicho por la rubia. —uh, eso no lo debí decir...

pero wyatt sonrío satisfecho por lo que escuchó. el novio de su chica se sentía amenazado por él, ¡y vaya que debía sentirse amenazado!

—como sea, aléjate de ella— advirtió jacey por última vez.

—bowy es la reina de los aceys— agregó la morena.

—y te queremos lejos de ella— completó la rubia.

wyatt soltó un rugido en respuesta y los tres animadores salieron huyendo despavoridos. divertido con la situación, negó con la cabeza a la vez que soltaba una corta risa y salía de la biblioteca.