—No quiero música. —se quejó Nate apagando la radio que había empezado a sintonizar fluorescent adolescent de Arctic Monkeys. Yo gruñí y volví a prender la radio dedicándole una fúnebre mirada. A lo que él solo reaccionó riendo y alzando las manos en forma de paz.
—Oh that boy's a slag, the best you ever had. The best you ever had, is just a memory and those dreams. Not as daft as they seem, not as daft as they seem. My love when you dream them up... —canté haciendo el tonto fingiendo una horrible voz mientras Nate se tapaba los oídos y yo reía.
—Qué bien cantas Abs. —rio negando con la cabeza. Yo rodé los ojos y giré a la derecha para llenar el tanque de gasolina.
—Lo sé, debería presentarme a the x factor o the voice. Seguro que ganaría más fama que Susan Boyle o One Direction. —Él me miro y reí saliendo del auto.
En cuanto llené el tanque, entre al auto llevándome grata sorpresa. Nate había cambiado de estación y oía –y cantaba- con fervor Don't look back in anger de Oasis. Yo entré con una ceja alzada y maneje en silencio. El chico se había callado pero dejó la canción.
—No cantas mal, ¿sabes? —me encogí de hombros y seguí manejando.
¿Nate Collins sonrojado? Algo que no se veía todos los días.
Aunque siendo claros, a Nate Collins no lo veía todos los días.
Manejé saliendo un poco de la ciudad para llegar al club con comentarios al azar de parte de Nate como "¿a dónde me llevas?" "¿me vas a secuestrar?" y "¡Estamos saliendo de la ciudad!". Que me hacían pensar en sacarlo del auto con una patada.
—Hemos llegado. —salí del auto y chiflé al ver el lugar. Como había dicho, juegos inflables, en una esquina estaba Kyle junto a la barbacoa. Chloe iba de un lado a otro socializando con los –padres- invitados. Theo y Alai jugaban por ahí con sus amigos, y los abuelos comían cerca de Rose y Kyle. También habían muchas personas parecidas, así que supuse que eran de la familia.
—No puedo entrar. —susurró él retrocediendo y chocando su espalda con el auto. Yo giré a verlo.
—¿Por qué? Ya estamos aquí, tú...
—No lo entiendes Abby, tú no sabes la historia completa. Yo no sé como...
—Tienes razón, no sé la historia completa. Pero tú no vienes aquí a enfrentar a tu familia. Vienes a saludar a Theo. Tus hermanos estarán muy feliz de verte. Hazlo por ellos, ¿sí? —estiré la mano tratando de darle confianza. Él lo dudo unos segundos y luego suspiró tomando mi mano.
—Promete que no te alejaras de mí. —alcé una ceja— E-en la fiesta, digo —y luego asentí algo confundida.
—Bien, lo prometo.
Realmente no sabía como iba a funcionar, pero no podía dejar de pensar que mi mano sostenía la del insoportable chico que vivía en la habitación de al lado.
Entonces cuando dimos un paso hacia dentro, su mano sujetó la mía más fuerte con nerviosismo. Y lo fue más en cuanto Chloe nos vio.
Se tapó la boca y sonrió con emoción corriendo hacia nosotros. Su madre lo abrazó con fuerza.
—Me alegra mucho que hayas salido bebé, es increíble. —Nate no soltaba mi mano, entonces con cuidado hice que la mano que me sujetaba tocara la espalda de su madre y por último la abrazara sonriendo— Sé que no hablaras y lo respeto, pero me llena de emoción verte aquí. Te amo mi niño —sonrió tomando el rostro de su hijo y plasmando un sonoro beso en su frente. Para luego soltarlo y abrazarme a mí, yo miré a Nate confundida y el encogió los hombros— Y también gracias a ti. Ya te lo había dicho, pero de todos modos gracias. Llegaste a la casa en el momento justo y empiezo a cuestionar si eres algún tipo de ángel real. —Ella rio y beso mi mejilla— No les quito más tiempo, Theo y Alai están en la piscina de pelotas de colores. —sonrió y le dio un último beso a su hijo.
—¿Por qué dijo que sabía que no hablarías? —pregunté mirandole y él encogio los hombros de nuevo.
—Es parte de esa larga historia —contestó escondiendose tras la pared que había cerca de la piscina para tramar lo planeado. Llamé a Theo y Alai, Theo llegó sujetando a su hermanita de la mano mientras sonreían.
—¡Abby, viniste! —Dijo Theo abrazándome. Yo asentí y le enseñe su regalo.
—Este regalo, va para la caja. Lo abrirás después. Pero hay un regalo que si puedes ver ahora.
—¿Perrito? —Hablo Alai con los ojos bien abiertos en espera de una respuesta afirmativa, yo negué con la cabeza mientras reía.
—Es un poco más grande que un perrito. ¡Collins, sal ya! —grité haciendo que Nate salga y ambos niños queden asombrados.
—Hola enanos. —Sonrió Nate poniendose en cuclillas, pero no duro mucho, ya que ambos niños corrieron a abrazarlo. Entonces Theo empezó a llorar, y Alai al ver a su hermanito, también se puso a llorar. Yo cargué a la nena y la abracé. Dándole un poco de espacio a Nate con su hermano. Theo lo abrazó muy fuerte y Nate se levanto aún con su hermano en brazos.
—¡Nai! —lloraba Alai mirando a su hermano mayor. Yo sonreí y besé su frente, pero ella se había olvidado de mi existencia y batallaba para que la suelte y su hermano la cargue también. Nate asintió y la cargo con la otra mano. Y eso era todo señores.
Esa imagen de Nate cargando a sus hermanos con esa mirada de ternura que no solía caracterizarle estaba por totalmente convencerme de que ese chico no era Nathaniel Collins.
Pero sí, y podía abrazarlo justo ahora.
Aunque no lo hice, obviamente.
—Abby siempre nos cuenta historias, ¡Ha subido a un globo volador!
—Aerostático. —Le corrigió Nate sentado junto a ambos niños en sus piernas en el pasto. Yo sonreí.
—Déjalo, es un globo volador al fin y al cabo. —Encogí los hombros.
—¡Y también saltó en paracaídas! Prometió que nos llevaría al parque diversiones la próxima semana, ¿quieres venir con nosotros? —le preguntó Theo emocionado, entonces Nate quito un poco su sonrisa y ladeó el labio. Iba a decir algo, pero le interrumpí.
—Theo, ya hablaremos de eso luego. ¿Bien? Tu hermano ha salido de su cueva para pasar un día con ustedes. Imagina si luego se le hace costumbre. —me tapé la boca horrorizada y los pequeños se echaron a reír mientras Nate entrecerraba los ojos.
—Tal vez sea así y nos veamos mas tiempo, Abs. —sonrió él burlonamente y solo le saque la lengua.
—Infantil.
—Tonto.
—Loca.
—Gruñon.
—Mandona.
—No.
—Sí.
—No.
—Sí.
—No.
—Sí.
—No.
—No.
—Gracias.
—¡Hey! —Fruncio el ceño esperando que yo hubiera caído en su tonto juego de palabras, entonces giré a ver a los niños. Nos miraban atentamente con sonrisas complices.
—¿Ustedes son novios? —preguntó Theo, a lo que yo respondí con una larga y sonora carcajada.
—Ni aunque esa fuera mi única forma de estar viva. Los quiero enanos, pero su hermano es muy gruñón y pesado para mi gusto.
—¡Niños, la comida ya está lista! —Habló Kyle de lejos, pero al vernos y yo saludarle con la mano sonriente, él se acercó confundido.
—Nathan. —Murmuró algo confundido, entonces Nate se paro frente a su papá de un golpe luego de que sus hermanos salieron corriendo hacia la mesa.
—Hola Kyle. —saludé algo confundida al verlos— uhm yo... Puedo irme si quieren. —di un par de pasos, pero Nate me detuvo entrelazando mis dedos con los suyos. Entonces recordé. "Prometo ir si no te alejas de mí". Entonces, ¿el problema era con Kyle?
—Hola Abby. —sonrió por fin Kyle notando mi existencia y saludando enérgicamente como siempre— Perdona por no saludar antes pero, me sorprende ver a Nathan aquí. —Sonrió de lado viendo a su hijo— Ha sido un gusto volver a verte, chico. —Palmeó su hombro y con una sonrisa se alejo y volvió a su trabajo de cocina.
¿Pero qué rayos? ¡Qué familia más rara! Y yo pensaba que la de la familia rara era yo. Sin duda los Collins estaban llenos de secretos, misterios y al parecer, rencores.
Es decir, antes que nada. Mi familia no me permitiría vivir encerrada en mi habitación, y si no me hubieran visto durante tiempo, lo minimo que harían sería celebrar al verme, siendo escandalosos como ellos mismos.
Pero, "Ha sido un gusto volver a verte chico" sono muy de dos desconocidos viéndose por segunda vez.
—¿Todo... Bien? —Hablé luego de unos minutos de estar parados igual a como cuando estuvo su padre frente a nosotros, con la diferencia de que ya no sujetaba mi mano.
—Sí, yo creo. No ha sido tan malo como lo imaginé.
—Bien. —Asentí. Entonces un par de chicos de tamaño similar a Nate llegaron corriendo y haciendo escándalo, tal vez un poco menos ruidosos que mi familia.
—¡Viejo eres tú!
—¡Claro que es él, hermano! ¡Nuestro pequeño primo está aquí! —Gritaban ellos mientras lo abrazaban casi tan fuerte como Chloe minutos antes.
—Hola, amiga. ¿Eres su novia? —Preguntó el pelirrojo, entonces me golpeé la frente.
—¿Por qué todos piensan lo mismo? No, no somos novios. —reí negando con la cabeza— Soy Abby, niñera de Theo y Alai. Y supongo que ustedes son Mark y Tyler, ¿verdad?
—Por supuesto que sí. —Respondió el otro pelirrojo— ¿Cómo lo sabes? Seguro nuestro primo te ha hablado de nosotros. Aunque considerando de que no habla, seguro ha sido Theo. ¿Verdad que soy su primo favorito? —Preguntó sin respirar, yo reí y negue con la cabeza.
—Tienen sus nombres ahí —Señalé sus camisetas de baloncesto.
—Oh, eso explica mucho. —Asintió el más alto, y yo reí.
—Pero Theo me ha hablado de ustedes, se refirió a Mark como 'el hablador' y a ti como 'el gracioso'.
—Lo sabía, mis chistes son los mejores del mundo. —sonrió orgulloso mirando al horizonte, entonces Nate rodó los ojos riendo. Su risa se oyó fuerte y los tres giramos a verle.
—¿Qué? Dejen de mirarme como a un bicho raro. —Se quejó Nate mirando a sus primos.
—Es que eso eres, querido Nate. —Guiñe el ojo y sus primos se echaron a reír.
—Alto ahí, hablando en serio. ¿Hablas? —Pregunto Tyler fingiendo sorpresa.
—No me vengas con cosas Ty, Abs sabe que hablo. No tienes que fingir.
—¿Estás diciendo que Abby socializa contigo y no se ha ido corriendo al conocerte? —Preguntó Mark fingiendo también sorpresa— Digo, te quiero primo, pero a veces eres un poco insoportable y quisquilloso —entonces fui yo quien empezó a reír.
—Vaya, vaya. Al parecer no soy la única que piensa esto. Ustedes primos pelirrojos, empiezan a caerme bien. —les sonreí y ambos correspondieron.
—Hey, no vale unirse en mi contra. —habló Nate frunciendo el ceño.
—Tarde primo, tu novia nos cae bien. ¿Verdad Ty? —Rodeó mi hombro.
—Por supuesto Mark. —rodeó mi otro hombro.
—No soy su novia.
—Pues deberían. Seguro fuiste tú quien le convenció a venir aquí.
—Eso no tiene nada que ver.
—Claro que sí. Nate no habla con chicas. Incluso estábamos empezando a creer que era gay.
—¿A qué viene todo esto? —Preguntó Nate jalandome para soltarme del abrazo de sus primos.
—A que Abs ha logrado lo que ni siquiera nosotros pudimos hacer.
—Yo no tengo nada que ver. —me defendí cruzando los brazos.
—Tienes mucho que ver, Abby. —habló Mark.
—Nate no habla con chicas desde... —Nate tosio interrumpiendo la declaración de Tyler.
—Suficiente información. Primos, suficiente por hoy.
—Oh, ¿qué tanto sabe Abs? —Preguntó Tyler.
—No mucho. Y están metiendo la pata. Porque es terca y mandona. Y bastante necia y voy a terminar contando cosas que ni siquiera quería decir. —Entonces infle las mejillas mientras fruncia el ceño.
—¡Me acabas de llamar chismosa!
—Claro que no. —me miró Nate.
—Pero lo insinuaste. —ayudó Tyler, y yo asentí.
—Lo que sea, vamos a ver a los enanos. —intentó tomar mi brazo, pero fui rápida y crucé los brazos.
—No quiero ir. Vete tú. —Fingí estar enojada y él gruñó haciendo reír a sus primos, pero estos se callaron al ver a Nate.
—Vamos, Abs. Por favor.
—No es mi obligación. Me pagan por ser niñera de Theo y Alai. No la tuya. —entonces Nate bufó y miro hacia arriba un par de segundos, mientras sus primos reprimian las risas.
—Perdon por llamarte chismosa. Es maleducado y yo no lo soy. —Yo lo miré y alcé una ceja. ¿Nathaniel Collins disculpandose?
—¿Quién eres tú y que hiciste con Collins? —pregunté mirandolo confundida, y sus primos soltaron la risas reprimidas.
—¡Amo a esta chica! —Tyler alzo la mano para que la choque junto a él, y lo hice.
Y así paso la tarde, en una de las mesas estábamos Nate, los pelirrojos, los enanos y yo. Haciendo bromas, una que otra historia sobre Nate cuando era niño y algunos malos chistes de parte de Ty.
En algún momento todas las miradas se centraban en nosotros, tal vez en Nate. Algunos se acercaban a saludar, y otros solo miraban. Era algo incomodo, y sin duda empezaba a valorar el cariño exagerado de mi familia.
Cuando la fiesta acabo, intercambié números telefónicos con los pelirrojos. Me habían caído bastante bien, y sin duda hablaría más con ellos. Contando el hecho de que tenía pocos amigos en esa ciudad.
La fiesta acabó y todos empezaron a irse, Nate pidió regresar conmigo, como de ida. Así que Chloe, Theo y Alai se despidieron como si fueran a verle en un par de años. Era triste ver tal situación, y era aún más agobiante no saber por qué pasaba todo eso. Kyle no se sorprendió, de hecho palmeó su hombro tal como lo hizo al verle y subió a la camioneta donde Rose y los abuelos esperaban.
—¿Podríamos ir por un helado antes? —preguntó Nate jugando con la cabeza del pequeño león que estaba de adorno en el ventanal.
—Yo... Supongo que sí. —me encogí de hombros.
-----
SÍ, YO DE NUEVO. ¿QUÉ PASA, EH?
Holi. Ustedes se preguntarán, qué bicho le ha picado a la Ximena que actualiza tanto. Igual no se preguntan eso y les interesa un unco mi vida pero Yolo.
Bueno, explico. Hay unas cuantas razones:
Punto número uno: Tengo capítulos listo y soy impaciente.
Punto número dos: Me voy a una convención por tres días y no podré actualizar.
Punto número tres: Soy rebelde porque no sigo a los demás, sí, soy rebelde.
Y bueno, eso es todo. La convención es del 4 al 6, por si querían saber (que es obvio que no pero lo digo igual).
Y eso es todo personas, creaciones divinas del Señor (?).
Baaaai<3.
Pd: No, estos pelirrojos no tienen nada que ver con los Weasley.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro