
38.- Adiós.
—Mateo, Luca, necesito que vayan a ver si el novio de Zoe ya se fue.
—¿Qué novio? —preguntó Mateo levantándose, siendo seguido por su pequeño títere, Luca.
—Ese chico que la está besando abajo, supongo que es su novio —dije encogiendo los hombros.
—Esta rubia no aprende —dijo él saliendo junto a mi pequeño hermano y cerré la puerta con seguro.
—Zoe fue a dejar a Bianca a casa de su amiga —dijo entrecerrando los ojos.
—Lo sé, pero Mateo es tonto y no sabe donde está parado —reí jalándolo y sentándome junto a él— Necesito hablar contigo.
—¿Vas a terminar conmigo?
—¿Qué? ¡No! —me negué mirándolo y él suspiró.
— Comenzaste con "tenemos que hablar" y...
—No, Nate. No es eso —rodé los ojos.
—¿Qué es eso? Parece una carta de Hogwarts.
—Este es el resultado de largos días de estudio —hablé seria estirando la mano para que la lea.
Esperé paciente hasta que terminara de leer.
—¿Londres? —yo asentí mordiendo mi labio inferior.
—En Leeds —mencioné bajando ma cabeza.
—¿Y por qué no me dijiste antes?
—Recien llegó hoy —hablé rascándome la nuca— y no quería contar nada hasta estar segura.
—O sea que esos días en los que evitaste a todos... ¿Estabas estudiando? —"Sí" contesté y él se levantó.
—Yo no sé, eh, ¿cómo? Digo... ¿Te vas?
—Aún no lo sé. Por eso estoy hablando contigo.
—¿Bromeas Abby? —preguntó echándose el cabello para atrás— ¡Eso es algo que querías! Me lo dijiste muchas veces. No tienes por qué "consultarme" ¡tienes que hacerlo!
—Pero Nate, vas a volver a casa y yo —bufé levantándome también— me iré lejos. No quiero dejarte allá —suspiré abrazándolo.
—Ey, tienes que hacerlo. Deja de pensar en los demás por un minuto —tomó mi rostro haciendo que lo miré.
—Nate —me quejé. Y ese nudo en la garganta que amenazaba con hacerme llorar.
—Vamos, tienes que hacerlo. Ya veremos la forma de estar juntos. Puedo solicitar una beca deportiva allá. No lo sé, pero esto es algo tuyo. Algo que tienes que hacer.
—¿Y si no logramos estar juntos?
—Lo haremos. Ya perdí a alguien, no lo volveré a hacer Abs —me abrazó y pequeñas lágrimas empezaron a salir.
—No quiero alejarme. Me costó mucho aceptarlo, pero estos meses han sido los mejores.
—Pienso igual Chispita —sonrió limpiando mis mejillas.
—Me voy mañana —me reprimí a seguir llorando y lo abracé más fuerte.
—Lo sé.
—¿Qué?
—Está en la carta, Abby.
—¿Y qué harás tú? —pregunté con la voz quebrada.
—¿Pues qué más? Tomar un avión a casa y empezar a estudiar para entrar a Leeds.
—Estás loco —sonreí abrazándolo.
—¿Y tú qué? Quiero estudiar, así que me voy a pedir una beca a Londres —me imitó con una rara voz aguda y yo reí.
—Yo no hablo así.
—Digamos que no es una voz tan fácil de imitar.
—Oye, Abby. Zoe no está aquí —habló Mateo entrando y me golpeé la frente.
—Felicidades hermanito, eres solo tres horas más lento que todos.
—¿Estuviste llorando?
—Sí.
—¿Qué hiciste? Porque podrás haberme encontrado viendo My little pony, pero déjame decirte que soy mucho más que una cara bonita —lo señaló y yo reí bajando su brazo.
—Antes que nada, Mateo. No amenazas a alguien diciendo que ves My little pony, y segundo. Nate no me hizo nada, es solo que... Bueno, mejor leelo.
Entonces Mateo lo leyó, y todos se enteraron después de eso. Incluso Zoe que no estaba en casa se enteró.
Y Nate compró su boleto, y yo acepté el mio. Y me despedí de mi familia en la mañana.
"Ingresé" le mandé un mensaje a Bruno en la noche antes de dormir.
Así que al día siguiente desde la mañana había estado diciéndole "te lo dije" como un niño.
—No puedo creer que en pocas ya no estén aquí —dijo Zoe abrazándonos.
—Pero los veré en navidad, no sé por qué se quejan.
—Pero no será lo mismo, ¿puedo ir a Leeds y vivir contigo? —habló como una niñita.
—Tendrías que estudiar algo allá —me burlé y ella me golpeó.
—No puedo, sabes que me iré a Milán a estudiar.
—Deberían hacer lo que yo hermanas, estudiar diseño grafico y ser programador web.
—¿Eso estudias? Pero si te la pasas frente al computador o jugando videojuegos —rio Bianca sentándose a su lado.
—Tambien creo aplicaciones hermanita, ¿cómo crees que solvento mis gastos?
—Creí que te los pagaba papá —contestó Zoe y yo reí.
—Bueno, basta de bullying al vago. Que sí hace cosas eh. Yo lo he visto —defendí a mi hermano y él corrió a abrazarme.
—Te voy a extrañar más que a todos chispita.
—Oye, eso es mío —se quejó Nate y Mateo lo abrazó, sentándose sobre sus piernas.
—Y tú eres mi cuñado favorito, más que el franchuto que venia hace tiempo.
Entonces Nate me miró y empezamos a reír.
—Mateo, quita tu cuerpo de encima de mi novio, ¿quieres?
—Celosa, es que él me quiere más a mí —dramatizó caminando hacia su sitio.
—No puedo creer que voy a admitir esto pero, los voy a extrañar —hablé mirando al suelo, e inmediatamente los cuatro fueron sobre mí para abrazarme con un "owww" de fondo.
Y después de una tarde en casa y de haber alistado las maletas, fuimos al aeropuerto. El vuelo de Nate salía diez minutos después del mío.
Adiós, Italia.
-×××-
Nate's POV.
Me enojaba, pero no podía hacer nada. Quería irme en el mismo avión que ella y lanzarme a la aventura como había estado haciendo meses antes desde que la conocí.
Pero no todo en esta vida se podía. Había un proceso. Un paso a paso.
—No, olvidalo. No me voy —dijo Abby abrazándome.
—Abby, por favor. Ya lo hablamos.
—Pero estoy pensando en mí. Me voy contigo.
—No. Y vas a estudiar y vas a ser una profesional. No te vas a detener por mí —hablé tomando sus hombros.
—¿Nos veremos pronto?
—Lo más pronto posible.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo, chispita. Te esperan —le sonreí señalando a sus papás con la mirada, ella suspiró y fue a despedirse de sus padres.
No quería seguir viéndola llorar. Parecía una niña a la que separaban de su mamá el primer día de kinder.
Y era difícil.
Había hablado con mis primos para que me recogieran en el aeropuerto. Tenía muchas cosas por hacer antes de viajar con Abby. Cosas como hablar con mi padre.
Y la pantalla avisó que el avión de Abby ya se iba. Entonces empezó a llorar de nuevo.
—Ya, no llores —suspiré limpiándole la cara— voy a llorar también y voy a perder mi la poca hombría que me queda —exageré y ella empezó a reír mientras lloraba.
—Ve, vas a perder el avión y me enojaré conmigo mismo por eso —la besé. Ella me abrazó y no la quise soltar, entonces empecé a llorar.
Teníamos tres días oficialmente juntos y ya me afectaba todo lo que se relacionara a ella.
—Te prometo que nos veremos pronto. Voy a dar entrar a esa universidad lo más pronto posible.
—Lo sé, y te creo. Gracias por todo esto, Nate.
Suspiró limpiandose las lágrimas y abrazó por ultima vez a su familia.
—Los amo —habló mientras que todo armaban un grupo humano de abrazos.
—Cuídate, mojón.
—Sí, nena. Y recuerda enviarme el siguiente libro el próximo mes.
—Lo prometo —sonrió abrazando a sus abuelos.
—Te veo pronto —entrelacé mi mano a la suya y ella asintió besándome nuevamente.
—Muy pronto.
Y la abracé por ultima vez mientras se acercaba al pasillo a entregar su billete de avión.
Me mordí el labio y me di cuenta que eso lo hacía ella.
Manías que me pegó.
—Se fue, hermano —Rodeó Mateo mi hombro y asentí.
—Lo sé.
—Oye, muchacho —llamó su papá y yo me acerqué dudoso.
Su padre era más grande que yo en todo sentido.
Todo.
—¿Sí?
—Quiero ofrecerte mis disculpas.
—¿A mí? ¿Por qué? No entiendo, usted no me ha hecho nada.
—Bueno, no te recibí de la mejor manera. Y creo que eres un buen chico —palmeó mi espalda.
—Yo... No sé qué decir.
—No es necesario. Pensé que solo serías un niño americano. Pero no, demostraste madurez. Y me alegra que estés con mi hija.
—¿En serio? —pregunté y no pude evitar sonreír.
—Sí, y gracias por cuidarla. Pero ya hablé con ella. Y no hay nada hasta el matrimonio, ¿oíste? —me incorporé y me paré derecho cuando presionó mi hombro.
—Sí señor.
—Bien. Bienvenido a la familia, chico.
—Gracias Don Vincenzio.
—Llámame Don Vini. Todos los hacen —sonrió y asentí.
—Nos vemos pronto chiquito —dijo Jay abrazándome.
—Espero venir a verlos en navidad —sonreí respondiendo el abrazo.
—Mi hermano cuñado —dijo Mateo abrazándome.
—Es mi cuñado, yo los shippeé primero —dijo Zoe jalándome.
—Y a mí no me cayó mal. Ese es un avancé —habló Bianca golpeando mi hombro.
—Creo que es hora de irme —mencioné mirando la pantalla.
—¿Pero ahora quién jugará conmigo Need for speed?
—Mateo.
—Mateo no sabe jugar —susurró acercándose a mí y reí.
—Oí eso, claro que sí sé.
—Adiós chicos —reí despidiéndome por última vez.
Bien, estaba dejando a una posible segunda familia justo ahora.
—Ha sido un placer pasar este tiempo con ustedes, no vemos pronto —sonreí y caminé hacia el pasillo.
Y el regreso se hizo muy largo, no tenía a Abby molestando a mi lado. Ni cantando ni haciendo tonterías con los cubiertos.
Hicimos escala en Canadá, y luego después de casi nueve horas, llegué a Counterville.
—¡Nate! —gritó el pelirrojo mayor abrazándome.
—Hola Mark.
—Bienvenido primo —dijo Ty abrazándome también.
—Gracias primos —sonreí de lado.
—¿Listo para ir a casa?
—Al departamento, allá vamos.
—¿En serio? —preguntó Mark asombrado y yo asentí.
—Tengo un departamento. Debo vivir ahí, ¿no?
—Abby sí que te cambio, por cierto. ¿Son novios ya?
—No. Deja de decir que somos novios.
—¿Qué? Pero yo pensé que...
—Nada Ty, vamos a casa ya.
—Si que eres lento eh —habló Ty.
—¿Por qué no te declaraste? Que eres tonto —mencionó Mark y rodé los ojos subiendo al auto.
—Tengo mis razones.
Luego entenderían.
Buenas noches.
-----
Adiós :D
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro