Caminé hacia la salida, ya que estaba ahí iría por algo de tomar en una tienda llamada oxxo, una especia de minimarket que tenía de todo.
Compré una gaseosa y regresé al hotel, Mario salía de la mano con... Su chico.
Suspiré caminando hacia el hotel evitando mirar hacia donde ellos estaban y subí el ascensor.
Me mordí el labio jugando con la tapa de la botella y entré a la habitación encontrando a un Nate que salía de la ducha.
Pero simplemente lo ignoré y tendí boca abajo sobre la cama.
—¿Hablaste con tu fontanero? —preguntó secándose el cabello.
—No quiero hablar de eso.
—¿Por qué? —yo lo miré enojada y optó por un bien común, quedarse callado.
Y no volvió a tocar el tema hasta el día siguiente.
—Así que... ¿El fontanero tenía novia? —preguntó mientras me cepillaba los dientes.
—Peor. Tenía novio —y lo dejé con su expresión boquiabierta entrando al baño de nuevo para terminar de cepillarme.
—¿Se le moja la canoa?
—Cállate.
—¿Se le derrite el helado?
—Nate, no.
—¿Le suda la espalda?
—Por favor, basta —me quejé cerrándole la puerta. Tomé aire y bufé para luego salir y caminar hacia mi cama.
—¿Patina para el otro equipo?
—¡Nathaniel! —grité lanzando un cojín hacia él.
—Bueno, la paz —rio alzando la manos.
—No es divertido —crucé los brazos sentándome.
—Bueno, no sé tú. Pero a mí sí que me hace gracia.
—Eres un tonto.
Luego de bajar a almorzar y oír tontas bromas de Nate sobre la elección sexual del chico —aunque realidad solo se burlaba de mí—, regresamos a la habitación para cambiarnos y esperar al guía que nos recogería al hotel para ir al lugar del que Nate había hablado antes.
Xochimilco.
El plan, según el guía era rentar una "trajinera" que eran las balsas a las que se refería Nate para llegar al centro de Xochimilco.
Habían alrededor de quince turistas contándonos a nosotros y a los mariachis que subieron a cantar.
«Ese lunar que tienes cielito junto a la boca»
Se oía de fondo mientras tomaba fotos al paisaje.
—Abby.
—¿Qué?
—¿Puedes alejarte un poco del borde? —preguntó jalándome cerca— Te vas a caer y... —tosió aclarando la garganta— la cámara se va a mojar.
—Algún día admitirás que te preocupo.
—No inventes cosas, es más, vuelve a dónde estabas —caminó a dónde estaba yo anteriormente y empezó a mover los brazos— ¿Ves? ¡No pasa nada!
—¡Nate! Ten... —cerré los ojos y oí un fuerte chapuzón— cuidado —susurré al abrir los ojos y ver que lo ayudaban a subir de nuevo.
Al bajar de la balsa (y esperar a que Gargamel deje de gruñir mientras se secaba), llegamos al centro donde había un convento llamado San Bernardino de Siena.
Oía que el guía hablaba pero estaba distraída tonando fotos, caminamos un poco más y llegamos a un mercado en el que vendían desde artesanías a mucha comida típica.
Nate se había llenado de comida, le había visto comer tacos, quesadillas, tamales, barbacoa, churros, y más dulces.
—¿Quieres? —preguntó entregándome el décimo churro que compraba.
—No gracias, Nate. Estoy muy llena ya, no sé cómo es que sigues comiendo. Entonces él se encogió de hombros y siguió comiendo.
El tour terminó en un bar cerca del hotel llamado Tequila.
Y tal como el nombre lo decía, el tequila era la estrella del lugar.
Aunque esta vez estuve más pendiente de Nate y lo único que tomó fue una piña colada con poco alcohol.
Pero yo no corrí la misma "suerte".
Nate's POV.
—¡Uno, dos, tres! —gritó luego del tercer "shot" de Purple Haze, una simpática bebida morada que parecía inocente.
Pero no lo era.
—«¡Orale, ven tequila!» —le gritó la chica al bartender al que había bautizado con ese nombre.
—Abby, creo que debemos regresar —le dije seriamente mientras abrazaba a un extraño del hombro.
—Cállate Collins, recién ha iniciado la moche —me miró y empezó a reír como una demente— ¿moche? —hipó para reírse de nuevo— Digo, noche. Ven, vamos a bailar.
Y me jaló hacia la solitaria pista de baile haciendo movimientos extraños que jamas pensé que haría.
—¡Baila, tronco! —rio saltando y riendo mientras la miraba aturdido. ¿Así me veía yo aquel día?
Entonces muchos empezaron a murmurar cosas, y era que una pareja había entrado al bar tomados de la mano y no eran precisamente desconocidos para mí. O al menos uno de ellos.
El fontanero y su princesa.
Y pudimos pasar desapercibidos si no hubiera sido porque Abby empezó a mover las manos como maniaca mientras gritaba el nombre del susodicho.
—Hola chicos —sonrió el muchacho acercándose a nosotros.
—Ciao ragazzi! —rio ella besando ambas mejillas de los dos.
—Anch'io parlo italiano —habló Mario sonriendo, a lo que Abby soltó un grito abrazando al fontanero.
—«Cari, que me voy por unos tequilas» —dijo el otro chico con otro acento en español para luego irse.
—Mario, escucha—dijo Abby rodeando su hombre— Cuore, mi piace come ridi.
Dicho esto presionó sus cachetes y se alejó para seguir bailando, sola.
Dejándome solo con el chico.
—Disculpa, está ligeramente ebria. Voy a...
—¿A dónde vas? —preguntó tocando mi hombro, yo dirigí mi vista a su mano y luego a él.
—A b—buscar a Abby —balbuceé moviendo el hombro para que me suelte.
—¿Te vas tan pronto, guapo? —preguntó tocando mi cabello, yo abrí los ojos y me alejé ligeramente.
—Oye, yo respeto tus decisiones pero yo no soy de... Tu equipo. Y si lo fuera, me parece que tienes una pareja justo allá, ¿no? —señalé con la cabeza al chico que conversaba animadamente con otro.
—Somos una pareja libre —sonrió mordiéndose el labio inferior, ese gesto que tanto hacia Abby— y sobre lo otro, no te preocupes, ¿sabes? Nunca ha sido un problema —se acercó más, pero un grito lo detuvo.
—Neanche per sogno, caro! —Abby estaba en la espalda del fontanero haciendo presión en su cuello mientras se sujetaba con las piernas.
Yo sinceramente no sabía que estaba pasando, un chico había coqueteado conmigo y una loca le gritaba groserías en Italiano, defendiéndome.
En cuanto logré cargar a Abby sobre mis hombros, empecé a caminar a la salida.
—¡Déjame! ¡No he terminado con esa alimaña! ¡Yo sí le voy a decir cuatro cosas! —se movía en mi hombro tratando de bajar— ¡Tequila, ayúdame!
—¡Abby, cálmate! —grité bajándola en cuanto salimos del bar.
—¡No me calmo nada! Tu mami dijo que te cuide —presionó mis mejillas y me abrazó fuerte. Suavemente fui respondiendo el abrazo. Esta chica me iba a volver loco.
—Vamos, ya es tarde —me quité la chaqueta y se la puse haciéndola caminar hacia el hotel.
Felizmente habíamos regresado el auto, porque Abby hubiera querido manejar y en esas condiciones haría muchos desastres.
Cuando llegamos, caminamos hacia el hotel y pedí un café, tal como ella lo había hecho días antes.
Así que con dificultad, subí con el café y con Abby abrazada a mí porque no había querido soltarme desde que salimos y llegamos a la habitación.
—Oh, peces —sonrió golpeando el vidrio— ojalá fuera uno —empezó a imitarlo haciendo muecas graciosas.
—Abs, ve a ducharte.
—No quiero, quiero dormir —se quejó lanzándose a mi cama boca abajo.
—Ahora —la jalé y la empujé al baño cerrando la puerta detrás de ella.
—Seccante! —me gritó desde el baño mientras yo reía. Empezaba a gustarme que me hablara en italiano.
Y luego recordé que no había llevado ropa, así que busqué su pijama y toqué la puerta.
—¿Qué?
—Olvidaste el pijama.
—Voy.
Y la puerta se abrió, una pequeña mano salió y tomó el pijama para luego cerrar la puerta.
Ebria y todo, pero no era tonta.
No sabía cómo es que mi padre pensaba que era una mala influencia.
Y no sabía que hablaba en serio hasta el día que la despidió luego de amenazarme con hacerlo.
El ruido de la puerta me distrajo haciendo entrar a una Abby con el cabello mojado.
—Tu café —señalé la taza y ella asintió caminando hacia allá. Yo me levanté buscando mi pijama y fui a cepillarme los dientes. Cuando salí, Abby dormía plácidamente en mi cama. Rodé los ojos y caminé hacia ella— Abby, no siquiera te tomaste el café, ve a dormir a tu cama —la sacudí recibiendo un manotazo en la cara de respuesta.
—Déjame dormir gruñoncito —dijo ella despeinándome con la voz ronca.
—Si duermes en tu cama sería genial —dije quitando su mano de mi cara.
—No quiero —se acurrucó más haciéndome sonreír por alguna extraña razón.
—Bien, dormiré en tu cama —rodé los ojos y caminé hacia su cama luego de apagar la luz.
—No, ven aquí —dijo deteniéndome y jalando mi brazo hacia ella.
—No, estás ebria y mañana me vas a pegar —recordé la ultima noche de pesadilla, aquella vez que terminé golpeado en el piso por dormir en su cuarto.
—No lo haré —se dio la vuelta dejando un espacio para que me echara y tomé aire.
Bien, ya habíamos dormido juntos, no era algo que debía ser como un tabú.
Así que me recosté y me tapé con el cubrecama mientras ella rodeaba su brazo por mi estómago.
Bien, esa Abby era más rara que la que yo conocía.
—¿Nate?
—¿Sí?
—¿Le llevamos mañana tacos al pastor a tequila?
—¿Por qué?
—Ha sido bueno con nosotros —dijo con la voz de una niña pequeña mientras se acomodaba sin dejar de abrazarme.
—Si te despiertas con la misma idea mañana en la mañana sí.
—Está bien. Buenas noches Nai —sonrío y beso su frente.
—Buenas noches chispita.
Y muchos recuerdos vienen a mi mente.
En especial los últimos segundos de June junto a mí.
«Promete que luego de esto serás siempre el mismo»
Y noto que había estado rompiendo la promesa hasta que Abby llegó.
June estaría orgullosa.
Lo sé.
Abby's POV.
Se me cae la cara de vergüenza. Nate me contó todo lo que había hecho y no sabía dónde meterme.
Había hecho un escándalo por "proteger" a Nate de Mario, había bautizado a un bartender como tequila y le había insultado en italiano a varias personas.
Y no contenta con eso, le había pedido a Nate que duerma conmigo.
¿Cómo rayos hacía Nate para recordar? Porque yo no recordaba nada.
Ahora, con una mejor cara. Caminábamos por los pasillos del ascensor para facturar maletas y poder subir al avión con destino a Venezuela.
—¿Te despediste del fontanero? —preguntó mientras buscábamos los asiento en el avión, giré a verlo, y le pegué.
—Tonto.
Glosario:
Ciao ragazzi!: ¡Hola chicos!
Anch'io parlo italiano: Yo también hablo italiano.
Cuore, mi piace como ridi: Corazón, Me gusta come ríes.
Neanche per sogno, caro!: Ni lo sueñes, cariño.
Seccante: Fastidioso.
¡HULAAAAAAA!
Que había escrito todo y me olvidé de esto.
Nuevo capítulo, espero que les guste.
Abs tenía que devolver el favor.
Gracias a Pearl, Sofi y Poli que me ayudaron con los capítulos sobre México<3
(Si no he puesto alguien, avisenme, ¿sí?).
Gracias por sus votos y comentarios.
Baaai<3
*Ningún capítulo está editado.
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