14 | Roces e Imola GP
𝐓𝐫𝐨𝐮𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚𝐤𝐞𝐫
JUEVES 21 DE ABRIL
(FALTAN 3 DÍAS PARA EL GP DE IMOLA)
UNOS DÍAS DESPUÉS nos encontrábamos preparándonos para nuestro debut en el paddock como pareja oficial. Desde que habíamos hablado el aire se sentía un poco menos pesado, optando por enfocarnos más en nuestra estrategia de carreras que en terminar matándonos.
La verdad, me ponía un poco mejor el tener mis dudas resueltas. Sainz seguía siendo un idiota arrogante, pero se sentía bien saber que el de el problema era él y no yo. Lo cual fue mi inseguridad por un tiempo.
Nuestro arreglo de tener que compartir cuarto ha pasado sin muchas inconveniencias, nos ignorábamos entre nosotros la mayoría de días y lo más remarcable fue cuando intenté hacer café y dañé la cafetera.
Desde ese momento Sainz no me deja entrar en la cocina.
El único mayor problema ha sido el día de hoy.
Salí de la ducha del baño que compartimos para enrollarme en una toalla, secándome el cabello con otra. Ya seca busqué por el lavabo mi ropa para empezar a vestirme y... nada.
Fruncí el ceño. Todos estos días me he cambiado en el baño. ¿Por qué no estaba mi ropa? Intenté hacer memoria.
Saqué la ropa, la dejé en la cama para llevármela al baño y...
Maldita sea, se me quedó la ropa en la habitación.
Suspiré. Qué desastre.
Tal vez Sainz estuviera en su habitación. O había salido. Intenté consolarme.
De ningún modo le iba a pedir que me pasase la ropa. Seguro revisaría mi ropa interior y haría comentarios innecesarios por el conjunto rojo que había decidido llevar. No necesitaba eso.
Debatiéndome un poco conmigo misma llegué a la conclusión de arriesgarme y salir corriendo a mi habitación. Así fuera en toalla.
Abrí la puerta asomándome con cautela.
No había moros en la costa.
Me permití suspirar de alivio a lo que corría para mi habitación. Sin tomar en cuenta un cuerpo saliendo del pasillo de la cocina y chocando torpemente con aquel firme pecho que me hizo retroceder dos pasos, mi toalla apretada bajo mis brazos a lo que sentía algo derramarse en el suelo.
El dueño de aquel pecho maldijo en voz baja viendo los contenidos de su café esparcidos por el suelo—¿Qué carajo...? —su vista subió por mis piernas desnudas, lo que ocasionó que por reflejo las cruce. Sintiéndome expuesta bajo su mirada que recorría lo poco que cubría la toalla que me llegaba más arriba de los muslos. Lo sentí tragar grueso, sus ojos oscureciendo a medida que iban subiendo, deteniéndose más tiempo del debido en mi pecho.
—¿Se te perdió algo? —lo miré con una ceja alzada, causando que por fin aquellos ojos marrones hicieran contacto con los míos.
—¿Si te digo que sí me dejarías buscarlo? —comenta apoyándose en la pared a su lado, cerrándome el paso para volver a mi habitación. En ningún momento perdiéndome de vista, como si necesitara grabarse en la mente la imagen que le estaba dando. Y no es como si estuviera dejando mucho a la imaginación.
Debería sentirme disgustada por su mirada, pero era como si quemase. Y juzgando por el calor presente en mi abdomen, me gustaba. Por mucho que lo negase, en el fondo sabía que me estaba empezando a gustar sentirme deseada por él. Era satisfactorio saber que podía causarle ese efecto.
Era claro que Sainz era arrogante, creyendo que con un poco de coqueteo de su parte me tendría de rodillas ante él.
No hoy, al menos.
Era hora de igualar un poco el juego. Ahora yo tenía el poder para hacerle un jaque mate luego de que me haya avergonzado todos estos días atrapándome viéndolo.
—No sé, no creo que podrías manejarlo —lo imité, apoyándome en la pared también. Un bono para mí, pues permitió que se vieran con más definición mis curvas. Detalle que no pasó desapercibido por la analítica mirada de Sainz.
Me regodeé un poco al verlo sorprendido por mi respuesta, pero pasó tan rápido que si parpadeaba me lo perdía.
—¿Ah sí? ¿Y por qué creerías eso? —se relame los labios, cruzándose de brazos.
—Oh, ya sabes —hice un gesto quitándole importancia. Quise sonreír al verlo confundido. Me contuve.
—No, creo que no sé —sonríe para cubrir su intriga—. Por algo te estoy preguntando, Torres.
Jugué con mis manos, pretendiendo verme algo insegura—Es que no tengo idea de cómo te lo tomarás —suspiré dramáticamente.
—Vamos, dime —insiste.
—Bueno, si tú lo dices —lo miré apenada—. Sabes que las mujeres hablamos, ¿no? —él asiente—. Eso incluye entre nosotras y pues... el paddock no es ninguna excepción y han habido rumores sobre ti y...
—¿Y? —me incita a seguir, desesperándose un poco.
Me incliné como si le fuese a contar un gran secreto, cubriéndome el costado de la boca con una mano—Dicen que... ninguna ha llegado a, ya sabes —gesticulé.
Él frunce el ceño, viéndose más desorientado que antes—¿Qué es ya sabes?
—El orgasmo —solté—. Clímax, como le quieras llamar.
—¿Y eso qué tiene que ver conmigo?
—Pues... que no han llegado contigo, tío, es lo que intento decirte.
Ver su cara anonadada era suficiente para que quisiera sonreír como el grinch ahí mismo, satisfecha con aquel golpe a su ego.
Era una total mentira. En realidad había escuchado todo lo contrario. Maravillas de como era Sainz en la cama de parte de varias analistas, ingenieras, reporteras, etc. Aunque lo único que destacaba de esas historias para mí era como en cada una él huía al terminar. Esto le enseñaría, declaré.
Cuando de repente empezó a reírse.
Pero no solo reírse, sino a carcajearse con ganas como si le hubiera contado el mejor chiste del mundo.
—¿Qué? —fruncí el ceño, viéndolo doblarse de la risa.
—¡Perdón! Es que es imposible —ríe de nuevo.
—¿Por qué es imposible?
—Cariño, por favor. Creo que sé diferenciar cuando alguien llega al orgasmo —dice arrogante.
Alcé una ceja—¿Y nunca se te ha pasado por la cabeza que podrían estarlo fingiendo?
—Nadie está fingiendo un orgasmo conmigo.
Rodé los ojos—De verdad no puedes tener la cabeza tan metida en el trasero como para nunca considerarlo. Es una posibilidad.
—Creo que les escuchaste mal. Tal vez todo ese ruido del motor te está empezando a afectar los oídos.
—Mis oídos están bien —dije entre dientes—, Y escuché perfectamente, Sainz. No puedes ser tan egocéntrico como para creer que nadie nunca ha fingido un orgasmo contigo. El 80% de mujeres han fingido uno durante relaciones.
Niega con la cabeza—No conmigo.
Di un paso hacia él—¿Cómo estás tan seguro? ¿qué hacían?... —ladeé la cabeza sin apartarle la mirada—. ¿Su tono de voz subía? ¿se desesperaban? ¿empezaban a aferrarte más fuerte? —susurré cada vez más cerca, los ojos de Sainz repasando mis labios con la vista.
»Tal vez... su respiración se volvía irregular —pasé un brazo por el cuello de Sainz, forzándolo a bajarse hacia mí—. Y pedían a gritos tu nombre —acaricié el área de su pecho con la punta de mis dedos, Sainz respirando entrecortado bajo mi toque. Sonreí internamente cuando rodeó mi cintura con su brazo, apretándome contra él. Sentí el efecto que le provocaba, si aquello que presionaba contra mi estómago era alguna indicación. Bingo. Lo miré desde abajo—. Sus músculos contrayéndose y... sabes que las tienes cuando empiezan a temblarle las piernas. Sus jadeos aumentando mientras sus pies se curvan, su espalda arqueándose... —me alcé de puntillas hasta llegar a su oído—. ¿Te suena familiar, Sainz? —sentí su respiración pesada, su boca bajando para rozar la curvatura de mi cuello cuando me alejé—. Eso dijeron que hacían para sacarte de encima —sonreí con satisfacción soltándome de su agarre para meterme en mi cuarto.
Una maldición se escuchó afuera de la puerta.
Cuando estuvimos juntos en el desayuno fue un poco incómodo. No se nos olvidaba que teníamos que actuar enamorados frente a los otros pilotos, y con lo que pasó esta mañana cada movimiento se sentía poco natural. Estábamos expuestos por todos lados, y era cansado tener que estar fingiendo todo el tiempo.
Afortunadamente, cuando se empezó a ver muy obvio nuestra falta de interés con el otro, Charles se interpuso ante las miradas de los demás pilotos y expuso que para él también era difícil acoplarse a su pareja al inicio de la relación y nos aplaudía porque como competidores debe ser más difícil por competir con la persona que amas. Un manipulador de primera. Y lo peor fue que todos cayeron en la trampa llamada Charles Leclerc, recordando como es esa inicial etapa incómoda de acoplamiento de parejas.
A él sí entendía porque le dijeron de esto.
A veces me preguntaba cuales eran los beneficios de esta farsa porque Sainz quedaba como un campeón que había domado a la fiera de Adora Torres, y yo como la que se acostaba con su rival y rompía el código de mejores amigas.
Pero la respuesta llegó muy rápida después del día de medios.
Esperando afuera luego del desayuno estaban Rupert (el performance coach de Carlos), Zara y Lele. Esta última enfrascada en su teléfono mientras los otros dos conversaban como si se conocieran de toda la vida. Cuestión que no estaba tan lejos de la realidad siendo que Zara estudió en la misma universidad que Rupert y tenían el mismo grupo de amigos.
Sainz entrelazó su mano con la mía a lo que salíamos del hotel, topándonos de frente a nuestros acompañantes mientras esperábamos al valet.
—¡Ah! Pero si es la famosa Adora —sonríe Rupert, estrechándome la mano que tenía libre. Le devolví la sonrisa—. Un gusto verte y confirmar que Carlos no se estaba inventando cosas, me estaba empezando a preocupar.
Solté una pequeña risa—¿Por qué? ¿Qué decía?
Le di una intrigada mirada al español a mi lado quien tenía cara que podría matar a Rupert solo con parpadear.
—Nada, solo dijo que estaban saliendo y me pareció tan descabellada la idea de que le hicieras caso que tuve que comprobar por mí mismo que no tenía fiebre —bromea y recibe una palmada en el hombro de parte de Sainz.
—Creo que eso es suficiente, cabrón.
Llega el carro y sí, era un ferrari.
Que divertida la imagen de montarme en el carro de mi equipo rival mientras usaba un atuendo de McLaren. Se sentía casi que rozando lo ilegal el subirme en aquel rojo coche con asientos de cuero beige. Como traicionando mi escudería.
Nuestros acompañantes se acomodaron en la parte de atrás.
—Perdón que aquí no te pueda dar la otra mano —dice Sainz distraído entrelazando mi mano izquierda con la suya sobre la palanca de cambios. Lo miré confundida—. Eres zurda, ¿no, cariño?
¿Cómo sabía eso?
Solo me limité a asentir, sin borrar mi ceño fruncido—Suelo tomarte de la mano derecha para que tengas la izquierda libre —explica, y atrás se escuchan los "aww" de parte de Zara y Lele.
¿Lo hacía?
Mi mente trató de hacer memoria y... no tenía ninguna que probase lo contrario. Sainz siempre se sentaba a mi derecha, y hasta antes de subirnos al carro me tenía agarrada con esa.
Decía la verdad, solo que nunca lo había notado.
Ninguno de mis novios ha hecho lo mismo sin que se lo hubiera pedido primero para poder comer en paz. Ahora que lo pensaba, nunca había tenido que hacer eso con Sainz. Siempre me guiaba a la mesa, y se aseguraba de que tuviera el lado izquierdo sin decirle nada y yo pensaba que era coincidencia.
Carlos Sainz era una caja de sorpresas.
—Gracias, amor —murmuré de vuelta con una pequeña sonrisa. Vamos, imposible estar enojada cuando notan los pequeños detalles. Hasta Shrek llegaría a sonreír con algo así.
—De nada, princesa —me dio un ligero beso en los nudillos y volvió a dejar nuestras manos sobre la palanca.
—Ay, die Liebe —dijo Zara con un suspiro de colegiala.
—¿Qué significa eso? —pregunté viéndola por el retrovisor.
—l'amour, l'amore, o en su idioma, el amor.
El amor... no, no creo.
Nos estacionamos en el parqueadero del circuito, Sainz y yo dándonos una breve mirada en lo que los demás se bajaban.
—¿Lista, princesa papaya?
—Lista, príncipe tomate —repliqué a lo que me bajaba. Finalmente había buscado un apodo que le hiciera justicia a su equipo—. Oh, y recomendaría que no te acostumbres a manejar y tener un preciado Ferrari. McLaren también quiere que usemos sus carros —me puse mis gafas de sol, colgándome el bolso en el brazo izquierdo mientras Sainz me tomaba de la mano.
—Podemos conducir McLaren's, pero no los manejarás —se rehúsa caminando a mi lado a la entrada.
—Claro que los manejaré. Es el siglo veintiuno, Sainz. Tienes a una piloto de F1 como novia y hay algo llamado igualdad. Te lo presento.
—Prefiero ser el que maneje. Siempre he manejado al circuito —insiste.
—¿Y? Me vale, ya tuviste suficiente tiempo manejando a las carreras. Siete temporadas, si soy exacta.
Alza una ceja hacia mí—¿Y cómo sabes tú eso?
No era como si llevase años siguiendo su trayectoria antes de entrar, pff.
—Pues... fue el mismo año que Verstappen ingresó —me excuso torpemente—. Y el último de Pastor Maldonado en el deporte. Raro, ¿no? Competiste con el antecesor de mi país.
Intenté cambiar el tema.
—Ahora que lo dices... sí es raro. Me hace sentir viejo —bromea, cada vez viéndonos más cerca de los fans que no notaban aún nuestra presencia—. ¿Tú que estabas haciendo en 2015?
Hice memoria—Primer año en Fórmula 3.
—¿Ese no fue el primer año de Charles?
Sonreí—Exacto. Tienes que entender que mi rivalidad con Charles lleva años, desde karting prácticamente. Le gané ese año.
—¿Y luego?
—Fui a Formula Renault 2.0, gané. El próximo año entré a F2, quedé de tercera —Recuerdo con algo de amargura. Tuve muchos incidentes con el equipo ese año—. Charles ganó y pronto pasó a F1... yo me quedé otro año y gané. Luego estuve dos años en el W Series ganando. Ya estaba en el drivers Academy de McLaren, pero seguía esperando una oportunidad. Decían que lo veían difícil porque ya tenían un buen y estable equipo... y por milagro del cielo uno de los pilotos de ese buen y estable equipo decidió cambiarse a Ferrari —lo molesté y Sainz ríe—. Creo que aún después de un año mi destino en el deporte se sigue escribiendo.
Él asiente. Algo que he notado de Sainz es que siempre que le digo algo parece estarlo analizando para luego dejarlo archivado en algún rincón de su mente.
A veces me intimidaba su nivel de atención.
Todavía recordaba cuando me enteré de que Charles iba a entrar a Fórmula 1. Pensé "Ah, solo quieren a quiénes ganaron F2" así que el próximo año lo hice. Y para mi sorpresa, George, quien quedó en segundo lugar aquel año, entró a F1 con Williams. Lando quedó de tercero, entró a McLaren. Y Alex, que era cuarto, a Toro Rosso.
¿Entienden que era eso? Gané. Gané y pensé que sería mi entrada para el deporte, pero lo único que no tenía era un pito. Y parecía que era todo lo que les importaba.
En ese punto no sabía qué hacer con mi carrera. Parecía que había llegado a su fin el sueño de llegar a F1, ni aunque me lo pintaran en letras neón me lo pudieron haber dicho tan claro.
Luego lo más cínico pasó, la FIA quería abrir una competencia para "promocionar la participación femenina en el automovilismo mundial", la W Series.
¿Aló?
Tuvieron a una piloto femenina ganando la F2 y la ignoraron. Si querían que aun así siguiera demostrando mi valor, pues lo haría hasta que les sea imposible sacar mi nombre de sus lenguas. Y gané dos años consecutivos su W Series. ¿Querían más mujeres en el deporte? Aquí estaba.
Todavía se sentía irreal estar cumpliendo lo que la Adora de ocho años soñaba.
Cuando las fans por fin nos captaron pegaron el grito al cielo. La seguridad del lugar teniendo que intervenir para ayudarnos a pasar entre autógrafos y fotos. Nuestras manos sin despegarse en ningún momento a pesar de ser arrastrados de manera brusca en diferentes direcciones.
No muchas hablaban inglés, y menos español. Estando en tierras de Ferrari lo que la mayoría hablaba era italiano.
—SAINZ, SEI UN DIO
«Sainz, eres un Dios»
—¿Non avevate detto di essere solo colleghi?
«¿No que ustedes dos eran solo socios?»
—¡Adora, dimenticalo e resta con me!
«¡Adora, olvídalo y quédate conmigo!»
—¡FORZA, FERRARI!
«¡Fuerza, Ferrari!»
Finalmente logramos cruzar la marea con seguridad aún resguardándonos. Nos esperaba un largo día de medios y luego cuando volviera al hotel tenía que cambiarme para salir a buscar a Alya al aeropuerto, ya que mi querida amiga aceptó pasar este fin de semana de carreras con nosotros. Lo único cansado era el trayecto de Imola (donde se encontraba el circuito) a Bologna (que era donde estaban los restaurantes y aeropuerto), pero yo no tendría que manejarlo gracias al orgullo de alguien.
Buona fortuna, Sainz.
—Tengo una propuesta para otra apuesta —empezó Sainz para romper el silencio. Se estaba volviendo un poco incómodo el tener las miradas de todos en nosotros. No era fuera de lo común ya que solíamos ser tratados como el circo, pero nuestras manos unidas parecían ser de mayor entretenimiento de lo que pensamos.
—A ver, ilumíname. Aunque le sigues debiendo mil a Russell de la última para que me los pague a mí.
Sainz se nota que evita rodar los ojos por la situación que nos encontrábamos, pero opta por resoplar en su lugar—George tiene que empezar a ir a cajeros —murmura irritado—. Pero volviendo al tema, sabemos qué pasará si quedamos en el podio.
Ni me lo recuerdes.
—Ajá.
—Lo que no se sabe es quien iniciará todo. Así que propongo lo siguiente: Si tú ganas, yo te beso. Y si yo gano, tú me besas.
—¿Eso es todo? —alcé una ceja.
—¿Acaso necesitas más? —me desafía.
—Creo que ya era muy obvio que eso iba a suceder de esa manera.
—Claro que no, podría haber ganado y besarte yo.
Lo ignoré—¿Qué tal si además de eso la persona que gane puede tener control del Twitter del perdedor por un día?
Sainz parece pensárselo—No planeo perder, pero siendo tú mi competencia creo que vale la pena dejar algo claro: nada incriminante, grosero, o problemático. Estamos intentando salir de un problema de PR, no agreguemos otro.
Llegamos frente al taller de McLaren—Trato hecho, cariño.
—Ve preparándome tu cuenta, Torres. El mundo muere por enterarse de muchas cosas —sonríe como si ya hubiera ganado.
—Hmm, ya veremos, Sainz. Suerte creyendo que podrás ganarme.
—Oh, no lo creo. Lo sé —me da un beso en la mejilla, y se aleja—. Suerte con los buitres, si terminas antes me vienes a buscar al taller para irnos.
—Adiós tomate —escuchar el resoplido en sus labios hizo que entrase con una sonrisa a trabajar.
Luego de aquel cansado día de grabaciones, retos, meet & greets, buscar a Alya, continuar con Sainz el juego de gaslighting a los periodistas, entré a Twitter y voilà.
El internet había explotado.
Trending 1: #Adorarlos
Leí los tweets con una pequeña sonrisa por la dramatización de los fans en ocasiones, hasta que llegué al tema inevitable: Mila.
Escaneando por los tweets no podía creer lo que leía. Digo, sí, fueron cosas que sucedieron, pero no tan sucesivamente como lo pintan. Hay semanas, y hasta meses de distancia entre cada acusación. No fue como si todo pasó en una semana.
Pero viendo todo comprimido en un lugar, los recibos que mis fans habían notado entre Mila y yo, era raro. En definitiva cualquiera podía notar un patrón.
Y eso que no tenían idea de otras cosas que no llegaron a verse al ojo público, pero tenían razón. Yo sabía de este comportamiento, y lo ignoré repetidas veces. Lo atribuí a que Mila no sabía como adaptarse a mi repentina fama.
Me daba pesar que estuvieran viendo a mi amiga de esa manera, alguien que creció a mi lado, pero no podía evitar pensar que tal vez fuera real.
Aunque no quisiera creerlo. Tenía que tener un poco más de fé en mi mejor amiga que lo que dijera el internet, ¿no?...
Debía hablar con Mila apenas vuelva de su programa.
DOMINGO 24 DE ABRIL
(DÍA DEL GP DE IMOLA)
Los siguientes días se pasaron de igual forma: Llegábamos y nos íbamos juntos. Almorzábamos juntos. Y luego dormíamos en la misma suite juntos.
Para aquel punto ya mi cuerpo estaba acostumbrado al peso del brazo de Sainz en mi hombro, a la calidez de su mano con la mía y el agarre de sus dedos en mi cintura.
Pretender estar en una relación nunca se había vuelto tan fácil.
Claro que teníamos nuestros roces y discusiones habituales, pero cualquier desacuerdo que teníamos evitábamos hacerlo en público y nos limitábamos a pelear a puertas cerradas.
Gracias al buen recibimiento de parte de los fans, habíamos cerrado un par de tratos con patrocinadores. Otros seguían dudosos, querían vernos juntos por más tiempo antes de participar. Y tenía entendido por Caco que Ferrari estaba empezando a hablar de extenderle el contrato a Sainz por dos años más si seguía mejorando su imagen.
En cuestiones del campeonato: El carro no quería colaborar conmigo este fin de semana, y el clima lluvioso no nos ayudaba. En la primera práctica logré un P15 por otros fallos aparte de los frenos. Luego en el quali un P6, detrás de Lando que obtuvo P3.
Y en la jodida segunda práctica no pude ni salir porque no habían terminado de arreglar el carro.
En el sprint creí haber visto la luz, pues quedé P5 por delante de Lando que quedó P6.
¿Pero quién quedó de P4? Claro, Sainz.
Ya habíamos dado la vuelta de calentamiento y nos habíamos formado en el orden de clasificación.
Podía ver a mi costado el brillante carro rojo con el número 55. Nunca había tenido tantas ganas de ganarle como hoy.
Y no, no era tan solo la apuesta. Era más mi orgullo de no querer ser la que lo tenga que besar. Ni que fuera la princesa y el sapo.
Me visualicé en el podio, un resignado Sainz teniendo que besarme mientras yo pensaba en cosas vergonzosas que podría escribir en su Twitter por el día. Capaces de hacer llorar a sus directores de relaciones públicas de frustración.
Una sonrisa se formó en mis labios. No sabía cómo, pero hoy tendría un podio.
La última luz se apagó y se volvió una pelea de gatos.
Verstappen ya se había alejado con el primer lugar, Pérez y Leclerc siguiéndole de cerca conmigo detrás.
Ya había dejado atrás a Sainz, enfocada en no chocar con la dificultad de visión que tenía por lo húmedo del pavimento. Necesitaba aprovechar el momentum y lograr rebasar a Leclerc rápido, porque sé que más adelante será más difícil.
Creí haber escuchado algo pasando atrás, pero no le presté atención.
—¡DANNY RICCIARDO CHOCA CONTRA CARLOS SAINZ Y EL FERRARI QUEDA EN LA GRAVA MIENTRAS RICCIARDO LOGRA SEGUIR! ¡OH NO, CARLOS SAINZ POR SEGUNDA VEZ, SEGUNDO GRAND PRIX SEGUIDO TERMINA SU TARDE MÁS TEMPRANO DE LO QUE HABRÍA QUERIDO!
Bueno, ahora solo quedaba cerrar mi parte de la apuesta.
Pensé que me sentiría victoriosa como la última vez al pasar a Charles, pero no podía evitar pensar en lo duro que debe estar siendo para Sainz esta temporada.
¿Desde cuándo me importaba?
Creo que solo era empatía entre pilotos. No me gustaría estar en su posición.
Me enfoqué en la carrera.
—¿Distancia hasta Pérez?
—5.2, Adora. Concéntrate en Charles, crea distancia.
Todo parecía pintar muy bien. Charles todavía no estaba lo suficientemente cerca y tenía a Lando detrás atacando para quitarle la posición.
¿Lograríamos el mismo primer y segundo lugar de Monza del año pasado?
Faltaría esperar y ver.
En la vuelta 19 Peréz entró a los pits. Un completo error, pues poco después Charles, Lando y yo lo dejamos atrás.
Me enviaron a entrar en la vuelta 20. Tenía mis dudas, pero Leclerc y Verstappen también lo hicieron. Cambié a medianos y continuamos, logrando salir antes de Pérez.
Sin embargo, y esto hablaba más de lo poco calentados que estaban nuestros neumáticos que de nosotros, Peréz logró pasarnos a ambos.
Ahora teníamos a Max de primero, con Lando de segundo, seguido de Pérez, luego yo y Charles.
Para la vuelta 49 ya sentía mis neumáticos algo desgastados.
—Box, box.
Entré por suaves para seguir defendiendo contra Leclerc, pero el podio se veía cada vez más lejos.
No supe ni cuando fue, pero Pérez había rebasado a Lando y ahora estaba atrapada atrás de mi compañero que iba algo lento.
Me hallaba teniendo que frenar más de lo que los frenos deberían estar aguantando debido a sus condiciones.
—Tom, tengo más ritmo.
—No tenemos direcciones de que cambien de posición, está bien así. Sigue defendiendo.
Suspiré. Sonaría como bruja, pero no entendía porqué no nos dejaban competir. Esto era ridículo.
Y de repente llegó la vuelta 53, no sé qué coño le estaba pasando por la mente a Leclerc, pero de la nada le llegó por la parte de atrás a mi carro en una curva y este giró de manera brusca hasta llegar contra las barreras.
La fuerza G siendo tal que mi cuerpo se vio inclinado hacia adelante contra el cinturón para luego volver con un jalón que me sacó el aire por unos minutos. A veces se me olvidaba lo mucho que dolía chocar.
—Adora, Adora, ¿estás bien?
Inhalé profundo sintiendo dolor en el pecho. Se me pasaría con los días, pero respirar con normalidad sería problemático hasta que me recuperase del impacto.
—...¿Por qué no me dijiste que Leclerc estaba cerca? —se notaba la furia en mi tono. Este era el tipo de cosas que mi ingeniero debía informarme y ahora me encontraba fuera de la carrera. El alerón trasero del carro destrozado.
No podio. No beso.
No sabía porqué me amargaba un poco aquel pensamiento.
—Perdón, estábamos discutiendo el dejarlos competir entre ustedes y me distraje un segundo. Espera en el auto. Qué alivio que estés bien —cortó la radio.
Me gustaba burlarme con Lando de las estrategias de Ferrari, pero ahora yo estaba fuera de la carrera por un mal manejo de mi equipo.
Primer DNF de la temporada.
Me pasaba por sentirme mal por Sainz, invoqué su mala suerte.
Cuando pasaron a verme logré salir con ayuda entre resoplidos de molestia. Al entrar al taller lo hice con los puños apretados, sentándome a ver las últimas vueltas a regañadientes.
¿Cómo podíamos haber fallado de tal forma?
Era tan injusto. Lo único que me consuela un poco es que Leclerc no logró rebasar a Lando. Lo que significa primer podio de la temporada para mi duende.
—Vamos, estoy segura de que querrá verte ahí —me apoyó Alya mientras caminábamos a abrazar a Lando antes de la ceremonia de podio.
Cuando vimos al duende sudado traía una sonrisa de oreja a oreja, corriendo para abrazar a su mejor amiga a lo que la alzaba del suelo—¡Lo hice, Ali! —ríe con emoción—. De ahora en adelante no te puedes perder de ninguna carrera, eres mi amuleto de la suerte —le da un beso en la frente para luego dejarla en el suelo, volteándose a mí—. ¡Primer podio de la temporada, bebé!
Reí contagiándome de su energía mientras lo abrazaba con cuidado por el dolor—¡Primer podio!
Seguía algo molesta, pero lo contradictorio en el deporte era querer ver a alguien que quieres triunfar al igual que perder para ser tú quien ganes.
Estaba contenta por el duende, mucho más por lo bajoneado que se había visto las últimas carreras con su resultado.
Pero en alguna otra parte estaba el diablito en mi hombro muriéndose de envidia por los puntos mientras cantaba "That should be me".
Como digo, complicado.
Sentí una presencia a mi lado cuando terminé de abrazar a Lando. Un uniforme rojo felicitándolo para luego abrazarme por los hombros.
—Supongo que la apuesta no cuenta esta carrera, ¿no?.
—No.
Si ganaba quería que fuera de manera justa, y no porque había logrado quedar dentro de la carrera más tiempo. Quería ese primer lugar.
—Mírale el lado positivo, nada de entrevistas de podio. Solo las normales —de pensar en las entrevistas solté un quejido, las odiaba.
El español a mi lado se ríe, su cuerpo moviéndome con cada carcajada.
Veíamos al duende casi que explotar de alegría mientras daba sus entrevistas. Se notaba muy orgulloso, y tanto su novia como su mejor amiga tenían la misma mirada en sus caras.
—Lo único positivo del día va a ser continuar con el juego de frustrar a los periodistas al no admitir que salimos.
—No puedo esperar a llegar al hotel —suspiró Sainz con cansancio.
—Yo no puedo esperar a dejar de oír tus ronquidos en la habitación de al lado.
—No ronco.
—Si lo haces, y no es tampoco el tipo de ronquido tierno.
—¿Hay un tipo de ronquido tierno?
—Los de Lando.
—¿Y tú cómo has oído los ronquidos de Lando? —alza una ceja.
—Viajamos en avión juntos —le dije en tono obvio.
—Mhmm, o tal vez los rumores de Ladora eran reales.
—El día que Ladora sea real será el día que Charlos sea real —repliqué irritada. Odiaba con mi alma el rumor de Lando y yo saliendo.
Sainz boquea como buscando qué decir, pero Lele llega trotando hacia nosotros—Adora, tenemos un problema.
—¿Qué?
Lele miró a Sainz y luego a mí, con incertidumbre—Papá y mamá llamaron —ay no—. Dicen que quieren conocer a Carlos.
Me atraganté con mi propia saliva—¿Que ellos QUÉ? No llevamos ni una semana de estar "oficialmente saliendo". Diles que no.
—No puedo. Dicen que lo lleves la semana del GP de Miami, que luego vas a estar en otra parte del mundo o inventando excusas para que no pase así que quieren que lo hagas cuando estemos allá. No te dejan escapatoria —dice con una mueca.
¿Recuerdan que dije "Pretender estar en una relación nunca se había vuelto tan fácil."? Tachen eso.
Estamos jodidos.
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N/A: Capítulo dedicado a Chili55Honey03
Me reí con tus reacciones jjsjsjs
Califiquen del 1/10 la escena de toalla de Adora. Totalmente inspirada en mi película favorita "Cuando Harry conoce a Sally", claro que con sus cambios. Si no la han visto pues deberían.
Quiero detallar que cambié algo la trayectoria de Adora. Antes era medio confusa, pero ya he estado editando los otros caps y aquí se explica mejor. Apenas en estos días fue que me puse a investigar, sacar cuentas, buscar fechas, etc. Así que el orden cronológico oficial de Adora antes de entrar a F1 es el de este cap.
Volvió el marcadooor, ya edité los otros caps también para añadirlo. Se me había olvidado.
Algo que he notado que me tiene 🤨 es que el cap 8 "Gatos y ratones" tiene menos votos que el cap anterior y el que le sigue. Cuestión que me tiene un poco descolocada porque la escena del buffet es de mis favoritas jsjsj
Los votos es otro tema que quiero tocar. Aprecio mucho a las nuevas, amo que estén disfrutando la historia, comentando, etc, pero deberían estar conscientes que wattpad notifica de todo. Así que si comentan y no votan lo veo. Y pues es algo ?? Que digan estar disfrutando el libro y no voten. Amo leer los comentarios, y me impulsan a seguir escribiendo, pero cuando llega alguien a decir "actualizaaa" de la nada y sin votar en ningún solo capítulo que me esfuerzo mucho en escribir da rabia.
Entiendo que a veces entren a curiosear un libro, y tal vez no quieran votar porque no quieren ayudar a impulsar algo que no les termine gustando. Lo entiendo, estuve ahí. Pero si se hallan disfrutando de lo que han leído del libro hasta ahora creo que un voto no les cuesta nada. No les cobran por eso, y de verdad no quiero llegar al punto de esas escritoras que dicen "250 votos y 200 comentarios o no sigo". Nunca ha sido mi propósito. Siempre lo odié, y aunque me lo han aconsejado he decidido no hacerlo.
Así que por favor ayúdenme a probar que estoy tomando la decisión correcta para seguir impulsando este libro que me gusta tanto escribir como sé que les gusta leer.
En otras noticias, alguien me pidió imagen de referencia de Carlitos el cap anterior, así que aquí se las traigo jsjsj
Advertencia: Esta imagen debería ser considerada ilegal aunque no muestre nada. No me responsabilizo por infartos, que se queden sin aliento, desmayos o otras cosas.
Dejando eso de lado, quiero escuchar opiniones de este cap. ¿Teorías de lo que se viene?
Estoy muy emocionada por los próximos capítulos y les voy avisando que ustedes también deberían estarlo jsjsjjs
Por ahí se vienen fics de whqtevernevermind de Max Verstappen y uno de Carlos y Daniel de Chili55Honey03 por si les interesa pasar y apoyar a otras escritoras 🫶🏻
Las quiero muchooo
Sigan comentando y votando,
Seguiremos rezando por un podio de Ferrari esta temporada y que el tractor de McLaren llegue a los puntos
Sin más que añadir, y deseándoles lindo fin de semana,
Se despide,
Val
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