08 | Gatos y ratones
𝐓𝐫𝐨𝐮𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚𝐤𝐞𝐫
EL TELÉFONO SEGUÍA SONANDO y yo no me atrevía a contestar. Seamos realistas, podía ser cualquier persona. No había manera de que fuese Sainz, ¿no?. Era muy poco probable que tuviera mi número. Tal vez si...
Uh, dejó de sonar
Sentí el aire recorrer mis pulmones. Podía volver a respirar en paz. Falsa alarma.
Tienes 1 mensaje en el buzón de voz
Una notificación alumbró mi pantalla y la miré con indecisión para luego volver a dejar el teléfono en la cama boca abajo.
Todo era culpa de la tecnología, me autoconvencí. Era la responsable de que entrase en pánico por haber inventado aplicaciones en donde las personas actualizan de su vida en fotos, y poner un botón de darle me gusta muy sensible al tacto. Deberían pedir contraseña.
"¿Quieres darle like a esta foto? Si la respuesta es sí, inserte su contraseña"
Y uno pondría algo tipo "Carseslamejorpeli95!" y apenas ahí se registraría el like. Haría todo más fácil. Haría mi vida más fácil.
Pero no, lastimosamente ese no era el caso y por ello me tocaba sufrir las consecuencias.
Cogí el teléfono y lo abrí para reproducirlo de una vez.
Como arrancar una curita, ¿no?
Se escuchó silencio en la línea. Capaz y era de esos estafado..
"Hola, Torres" me acomodé de golpe en la cama "intenté llamarte pero no atiendes. No es de extrañar, debes estar en el quinto sueño..." rodé los ojos, estaba más que despierta.
"Te recuerdo que tenemos una cita programada esta semana y Ferrari ofreció un jet privado para llevarnos a Charles y a mí a Mónaco. Créeme que no es muy de mi agrado la idea de compartir el mismo aire atrapados en una cabina suspendida a más de treinta mil pies de altura, pero creí que sería cortés siquiera preguntar si ya tenías resuelto el transporte. Lando también viene, por si todavía te sigue agradando él y no quieres sacarle los ojos con una cuchara como a mí. Así fue que me amenazaste esa vez, ¿no?" Se rió de sí mismo.
¿Cuándo dije yo eso? Fruncí el ceño.
"Bueno, como sea. Avísame de lo que decidas antes de las dos. O envía a Lando o Alejandra que me avisen, eso sería más conveniente para ambos. Adiós, sigue soñando conmigo" dijo con un tono pícaro para luego colgar.
¿Sabría de la foto?
Cabe recalcar que los únicos sueños que estaré teniendo con él será donde lo estrangule con mis propias manos.
Suspiré dando vueltas en la cama. Solo a mí se me ocurría ponerme a stalkearlo. Ahora tendría que bajar a desayunar y enfrentarlo con los cojones imaginarios que no poseo. Gruñí contra mi almohada como si el pensamiento de aquello me quemara.
Si hubiera visto la foto habría dicho algo.
Era poco característico de él no aprovechar la oportunidad de echarme una cuestión tan vergonzosa como esa en cara. Estaba consciente de que si fuera al revés no habría modo de que lo dejara intacto. Lo molestaría por los siglos de los siglos, hasta el infinito y más allá.
Como aquella vez el año pasado que convencí a Charles de poner "Smooth Operator" cada vez que Sainz entrase en una habitación. Cabe decir que el español lo ignoró por un tiempo, y luego de que a Charles se le olvidó la broma a Sainz todavía le quedó algo de trauma, entrando a las habitaciones siempre expectante esperando que la canción empezase a sonar por algún lado.
Yo lo intenté con Lando y la canción "Friday", pero no me duró ni tres días la broma cuándo me acusó con Lele y esta me prohibió seguir poniéndola para molestarlo. Llorón.
Igual, Sainz y yo somos diferentes. Él podía llegar a ser mucho más paciente y compuesto que yo. Tal vez también aplicase lo mismo en esta situación y no fuera a decir nada para que no me sienta avergonzada, siendo más comprensivo. Asentí para mí misma.
No recuerdo ni en qué momento me levanté, pero para cuando quise darme cuenta ya estaba vestida y empacada para ir al desayuno. Salí de la habitación con el teléfono en mano, sumergida en actualizaciones de lo que ha pasado en el reality show de Mila mientras me subía al ascensor.
En eso, escuché un acento británico-Vaya, ¿madrugando un día después de la carrera? -silbó con impresión-. No muy característico de ti, Ada.
Era algo conocido por todos que luego de las carreras solía hibernar cómo si hubiese corrido una maratón.
Me volteé a verlo con una sonrisa-George -asentí-, ¿Vienes a darme los mil que me debes? -comenté con diversión.
Ya se creía que se iba a abrir un negocio de apuestas.
-Ja, temo que no traigo efectivo en estos momentos -me sonrió inocente-. Igual, si me topo a Lance capaz le pida si tiene dinero suelto, ya sabes -bromeó y no pude evitar reír con su comentario.
No era noticia nueva en el Paddock el que Lance Stroll viniera de una cuna de oro y a los pilotos les gustaba pedirle dinero como si fuese su cajero, con la ironía de que todos estos eran también millionarios.
-Que conste que yo si fui al cajero por ti, George -le recordé.
-Deja que Carlos me pague y te daré eso -su sonrisa se ensanchó.
-Conveniente para ti que nunca tengas que mover ni un dedo, ¿eh?
-¿Por qué crees que acepté ambas apuestas? -ríe mientras yo negué con la cabeza, las puertas del ascensor abriéndose nuevamente mientras íbamos a la mesa dónde un Danny Ric, Checo Pérez, Lando, Charles, y Max Verstappen nos esperaban con caras de muertos-. Tienen cara de que les dieron los papeles de divorcio -exclamó sentándose al lado de Danny, yo optando por sentarme al lado de mi querido elfo favorito.
-Agh, no hables tan alto, Russell -replicó Max sosteniéndose la cabeza mientras cerraba los ojos como si le doliera.
-¿Qué les pasó a ustedes? -aguanté la carcajada que quería salir de mis labios, pero capaz no tan bien porque todos me miraron con caras de pocos amigos.
-Pasa que Checo trajo su botella de tequila, estos cabrones creyeron que el tequila era suave y terminaron flipando -habló Sainz detrás de mí con una risa, dejando unos vasos con agua en el medio de la mesa que estos tragaron desesperados como si fuese coca cola en el desierto.
-Les advertí que no era algo como para hacer diez shots cada uno, pero no hicieron caso -comentó Checo viéndose el más neutral de todos. Incluso desayunando con una mimosa.
-No vuelvo a subestimar el tequila -dijo con tono de lamento Danny Ric, unos lentes oscuros adornando su rostro.
-¿Y tú cómo es que estás tan bien? -pregunté hacia Sainz. Tenía genuina curiosidad por su estado tan casual, pero se notó que no se lo esperaba, la sorpresa siendo reflejada en sus facciones.
-Aprendí mis límites con el tequila hace ya algún tiempo, cariño -replicó pareciendo acordarse de algo mientras se sentaba a mi costado.
¿Cariño?
No pasaba por alto las miradas intrigadas de los demás cuando el brazo de Sainz rodeó mi silla, apresándome a su lado.
Yo igual me le quedé mirando.
¿Lo hizo a propósito o inconsciente?
-¿Te he dicho que te ves guapísima esta mañana? -apartó un mechón de mi hombro, su postura manteniéndose relajada mientras yo todavía procesaba.
-Eh... ¿No? ¿Gracias? -dudé y los chicos se miraron entre ellos con caras de "¿qué está ocurriendo?", seguro muy acostumbrados a vernos discutiendo.
Cuando lo vi a la cara podía notar que me estaba intentando decir algo con la mirada, pero o no sabía cómo o mis habilidades de leer miradas dejaban mucho que desear. Creía que sus habilidades de comunicación no eran las mejores.
Este insistió, ya empezando a molestarse y yo con él. ¿Qué quería que hiciera si no entendía lo que trataba de decir?
-¿Interrumpimos algo? -dijo Max viéndonos expectante, queriendo preguntar lo que pasaba por las mentes de la mayoría de los presentes.
-No.
-Sí.
Sainz resopló, frustrado, y me pellizcó discretamente el costado haciendo que pegara un brinco que disimulé con una tos para luego mirarlo con el ceño fruncido.
¿Qué coño le pasaba a este?
-¿Seguros? Están actuando algo extraños y eso que ninguno ha tomado -exclamó Checo observándonos por encima de su copa de mimosa, sospechando.
-Sí, seguros. Solo... está algo tensa porque le bajó la regla -sonrió con malicia Sainz, dedicándome una mirada retadora.
Apreté los labios con molestia y le metí una patada por debajo de la mesa.
-¡Aay! -se quejó el español sobándose la pantorrilla a lo que todos lo miraron interrogantes-. Calambres -se excusó para luego darme una mirada frustrada de reojo.
Lando aguantando carcajadas a nuestro lado muy pobremente.
Maldito duende, riéndose a nuestra despensa.
Necesitaba comunicarme con Sainz urgente porque esto de las indirectas no estaba funcionando y se vería raro que de la nada empezáramos a mensajearnos, por lo que dejé caer "por accidente" mi servilleta debajo la mesa-Perdón -sonreí "apenada" y me agaché para recogerla, jalando el jogger de Sainz para que me preste atención, éste me miró algo desconcertado. ¿Quién no? Si las circunstancias me habían obligado a esconderme bajo la mesa para hablar con él-. Tú. Yo. Buffet -susurré exasperada de esta situación, estaba segura que acababa de pisar un chicle con la rodilla. Maldita sea.
Sainz se limitó a asentir muy a secas mientras yo me volvía a levantar con la servilleta en mano-Soy una torpe -suspiré dramática para luego voltearme hacia Sainz-. Carlos... -ew, odiaba llamarlo por su primer nombre-, me acompañas al buffet -pregunté, pero no sonó tanto como pregunta sino como orden, porque es lo que era.
-Por favor ¿me puedes traer huevos revueltos, roadrunner? -rogó Danny Ric.
-A mí panes tostados, por favor -agregó George y lo quise golpear. ¡Ni siquiera se había emborrachado! ¡Solo era un perezoso!
-Cereal con leche -Lando. Rodé los ojos.
Terminamos anotando las órdenes de todos y dirigiéndonos al área de buffet en silencio. La tensión y todas las palabras sin decir acumulándose en el aire hasta que no pude más.
-¿Se puede saber qué carajos te sucede, Sainz? -siseé sirviendo huevos revueltos de forma brusca en un plato. Supongo que desquitándome de alguna forma.
-¿A mí? ¡¿Qué te sucede a ti?! -replicó, la frustración evidente en su voz mientras se servía tocineta en su plato.
-¡Tú eres el que está actuando extraño! -susurré/grité mientras preparaba el cereal con leche de Lando.
-¡Tú eres la que no sabe seguirme la corriente! ¡Me haces ver cómo un acosador! -se escuchaba indignado.
Y pues claro si nunca había tenido que rogarle a ninguna mujer para que esté en su compañía y conmigo parecía un arrastrado.
Conmigo. Carajo, tenía razón. Hasta se me olvidó que se supone que estamos juntos. No podíamos actuar cómo si nada frente a los pilotos y luego ir frente a la prensa a coquetear y crear rumores de que salimos.
Nadie puede saber o estaremos condenados.
Tomó mi silencio como oportunidad para seguir hablando-¿Hace cuánto no haces algo así? -suspiró, se escucha un poco más calmado. Curioso, incluso.
-¿Fingir estar saliendo con alguien o...? -intenté bromear.
-Sabes de lo que hablo, Torres -dijo cortante.
-Perdón, pensé que era "cariño" -me burlé.
Me empujó con el hombro, algo irritado-Vamos, se supone que son cosas que un novio debería saber.
-Todavía nos estamos conociendo según ojos de los demás -aclaré-. Pero si necesitas saber... desde Navidad.
Y sí, había terminado con mi novio el día de Navidad por motivos que preferiría no revelar, pero no fue un "no eres tú, soy yo", en definitiva fue un "eres tú, no soy yo".
-Wow. Perdóname por preguntar -se oía sincero. Yo solo asentí-. Igual, fue algo reciente, ¿entonces por qué...? -podía notar que tenía problemas formulando la pregunta.
-¿Por qué no soy cariñosa o acostumbrada al tacto físico? -pregunté por él y se limitó a asentir-. Pues... Miguel nunca fue alguien muy cariñoso tampoco. Supongo que perdí la costumbre de ser tocada de esa forma -encogí los hombros y pude jurar haber visto un brillo oscuro pasar por los ojos de Sainz, pero tan rápido cómo vino se fue.
Tragó saliva-¿De qué manera? -se inclinó sobre la mesa del buffet, su mirada intensa nunca perdiendo de vista la mía.
-Pues... ya sabes -dije algo incómoda.
-No, no lo sé.
-Como... así -lo consideré antes de cogerlo de la cintura y atraerlo hacia mí hasta que quedó pegado a mi cuerpo, restando mis manos en las trabillas de su pantalón. Lo sentí inhalar entrecortado contra mí y no podía negar la adrenalina que me recorrió por ser la causante. La comisura de mi labio se alzó con diversión. Ja.
Él carraspeó-Entonces fue una relación algo solitaria en varios aspectos, ¿no? -se inclinó sobre mí dejándome arrinconada contra la mesa.
Okay, esto se estaba resbalando un poco fuera de mí control. Me sentí inhalar profundo y me relamí los labios, su mirada siguiendo el movimiento. Eso me dio la confianza que necesitaba-No -me acerqué a su oído para susurrar lo siguiente:-. Tienes que entender que las mujeres tenemos otras maneras de satisfacernos cuando el hombre no está a la altura... y hasta lo gozamos más -le guiñé el ojo y le di una palmada en el hombro para luego pasar por debajo de su brazo cogiendo los platos que había servido mientras me dirigía a la mesa, dejándolo anonadado.
Una sonrisa de satisfacción adornaba mi rostro mientras entregaba los platos, Sainz todavía parado en el buffet pareciendo recuperarse.
-Gracias, Ada -agradecieron a lo que les daba la comida que pidieron.
Minutos después se sentó Sainz a mi lado entregando los platos que faltaban.
En tanto comía podía sentir su mirada quemándome el perfil. Y no negaría que disfruté cada segundo de ello. No era todos los días que lograbas poner nervioso a un casanova cómo Sainz.
De la nada sentí una mano apoyarse en mi muslo a lo que Sainz se inclinaba para susurrarme-¿Gozaste también de esa foto que le diste like, Torres? -le dio un mordisco a su manzana y yo me paralicé en mi asiento. Un calor esparciéndose de mis mejillas hasta mis orejas.
Dios, ¿cómo se respiraba?
Su risa me hizo cosquillas en el oído por lo que me obligué a apartarme mientras mi corazón se aceleraba.
¡Lo había visto! ¡¿Lo había visto?! Joder
-¿Te comió la lengua el gato? -se burló y créanme que en circunstancias normales habría replicado tan desafiante como siempre, pero me hallaba mortificada.
¡Se dio cuenta de que lo estaba stalkeando!
Por favor solo vayan planeando mi entierro de una vez porque no sabía cómo me recuperaría de esto.
-Eh, Ada -Lando me llamó la atención-, para la próxima, pedí froot loops.
Bufé. Genial. Y de paso este me creía su sirvienta.
[...]
Quisiera decir que el viaje a Mónaco fue de lo más interesante, pero lo único que valía la pena contar fue cuando la azafata le trajo a Lando una cajita de jugo de manzana para niños. Las sonorosas risas de Carlos y Charles haciéndose presente en el avión mientras Lando se quejaba.
En el aeropuerto nos separamos quedando en vernos con Charles y Lando el jueves para esa cena con amigos, y de ahí Lele y yo nos subimos a un taxi camino a mi apartamento.
Esa noche no pude dormir tanto como quisiera, optando por dar vueltas en la cama hasta que casi me terminé cayendo. Supongo que sentía ansiedad. No habíamos ni bien empezado con esta farsa y ya la estaba cagando. Prueba de ello era el desayuno, ¡se me olvidó que debíamos pretender también enfrente de los pilotos!
Solo podía pedir un milagro y que Sainz tomase las riendas como todas las demás veces, porque hasta que no me acostumbrara a la idea no íbamos a engañar a nadie.
El día se pasó rápido. Entre las compras que hicimos con Lele y ponerme al día con secuelas de películas, se aproximaba la hora para mi cita con Sainz.
La única condición que había pedido era que nos dejaran ir en carros separados. No necesitaba pasar malos ratos y estar en un silencio incómodo con Sainz en el carro conllevaba uno.
Debíamos estar en el lugar a las 5:30 para nuestra reservación, ya que "el lugar al que íbamos era al aire libre y se observaba un hermoso atardecer desde su terraza". Palabras de Kath, no mías.
Me arreglé rápidamente atando mi cabello en una coleta alta, y me coloqué una falda blanca que me llegaba un poco más arriba de la mitad de mis muslos, junto con un top celeste con corte de corazón que me enviaron mis patrocinadores y un collar de pequeñas perlas que tenía. La única contribución que pude hacerle a mi outfit fue elegir unas gomas blancas.
Mi maquillaje era muy ligero. Era una cita al aire libre. Con sol. Así que no, no me iba a maquillar muy pesado para luego terminar viéndome cómo un payaso por el calor.
Nuevo mensaje de número desconocido
Xx
Estoy en camino
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Adora
Yo igual
El Cacas
Avisas cuando llegues
Me despedí de Lele, cogí mi cartera y entré al ascensor con la sensación de que estaba siendo enviada al matadero. Me subí a mi auto, un McLaren 765LT vinotinto que era de mis mayores obsesiones junto con mi moto, y me dirigí al lugar de la cita.
Al llegar, eran las 5:30 en punto, pero no me quería bajar hasta asegurarme que él había llegado. Sería vergonzoso bajarme sola a pedir la reservación.
Adora
Ya llegué
Sin respuesta. Suspiré dejándome caer contra mi asiento. Esto era lo útil de manejarme hasta aquí; que me podía ir tan rápido como vine.
Le daría máximo 10 minutos a este impuntual de mierda, antes de que me fuera bien mandada para...
Escuché dos toques en uno de los vidrios y me enderecé de un salto observando a los lados alarmada.
Es Mónaco, no me podían robar, ¿verdad?
Cuando alcancé a ver de dónde vino ese sonido, casi me da un infarto al ver a Carlos inclinado al lado de la ventana de copiloto.
Sin embargo, me recompuse lo mejor que pude antes de bajar la ventana-Ah, eres tú -dije con desinterés.
-¿Quién más iba a ser? -se inclinó sobre el vidrio, y mentiría si dijera que no apreciaba la forma en que esa camisa abrazaba sus músculos. Traía una camisa blanca abotonada arremangada por los codos y unos pantalones color caqui. Típico old money vibes.
-Un ladrón -solté sin pensarlo y juraría haber visto un atisbo de una sonrisa en su rostro, pero desapareció tan rápido como vino.
Ignoró mi comentario-¿No rojo el día de hoy? Me ofendes, Torres -analizó mi vestimenta con la mirada, tal vez deteniéndose un poco más de la cuenta en mis piernas descubiertas.
-No estoy en esta relación para complacerte a ti, Sainz. Agradece que vine.
Me miré las uñas fingiendo tener mejores cosas que hacer.
-Lo haría si siquiera te atrevieras a salir del carro -resopló-. Se va a ir el sol y Kath nos quiere adentro para las fotografías así que ¿vas a venir o no, su majestad?
No me gustó el tono condescendiente con el que lo dijo, pero algo de razón tenía. Estando sentada en mi carro no iba a convencer a nadie de que me gustaba este desgraciado.
-Dame un momento -le hice señas de que se alejara y algo reacio obedeció murmurando maldiciones en voz baja.
La verdad solo lo quería dejar sufriendo un poco más, por lo que me tomé mi dulce tiempo volviéndome a aplicar labial en los labios mientras sentía su mirada quemarme con molestia.
Cuando sentí que me iba a clavar un hueco en la nuca decidí finalmente bajarme y colgarme el bolso en el brazo.
-Hasta que al fin -rodó los ojos y esperó a que llegara a su lado para avanzar hasta las puertas del restaurante, en donde una vez adentro dijo su nombre para la reservación y nos guiaron hasta nuestra mesa.
Era un restaurante elegante con iluminación tenue y grandes ventanales polarizados que daban una hermosa vista a la ciudad. Mi mente seguía cuestionando qué tenía que ver la iluminación del sol en un lugar así, cuando nos guiaron a la parte trasera donde había un balcón con mesas al lado del océano. Nos sentamos en una mesa de dos viendo cómo iba cayendo la tarde.
-Muy romántico -solté con ironía mientras tomaba un sorbo del agua que nos habían entregado hace unos momentos.
-Siquiera pretende disfrutarlo -podía ver su rostro serio.
-Oh, lo disfruto. Solo que si tan solo pudiera borrar tu existencia con un chasquido de mis dedos mejoraría mucho mi velada -sonreí disfrutando su molestia.
-No creas que eres la más maja de las compañías -soltó a la defensiva.
-Ay, pobrecito. Estás en una cita romántica con una mujer guapa y con sentido del humor. Me da una pena... -suspiré con un falso pesar.
-Claro, ahora vienes a darle la vuelta a la tortilla -se inclinó sobre la mesa-. No pretendas que estás bien con todo esto.
-No lo estoy, pero al menos finjo mejor que tú y con eso ya me doy por hecha.
-O en el fondo siempre quisiste tener una cita conmigo -sonrió victorioso y esta vez me tocó a mí mostrarme irritada.
-No me alagaría tanto si fuera tú. Si esta cita fuera mi elección júralo que tendría otros candidatos mucho mejores.
-¿Cómo quiénes?
Lo pensé por un momento antes de replicar con el nombre de alguien que sabía que le irritaría:-Charles, por ejemplo -Sainz se rió a carcajadas y yo lo observé frunciendo el ceño-. ¿Qué?
-Charles no es tu tipo, Torres.
Lo decía como si estuviera tan seguro de eso que apostaría por ello.
-Qué sabes tú de si es o no -no lo era.
-Te lo comerías vivo al pobre con tu carácter -se veía divertido.
- ¿Y supones que a ti no? -alcé una ceja.
-Creo que te puedo desafiar más que él -me mantuvo la mirada y por un momento no tuve la fuerza para voltear la vista a otro lado.
-Deberías bajarte de tu nube, Sainz. No sabes cuál es mi tipo -repliqué un poco a la ofensiva.
¿Y este quién se creía que era?
-Sé lo suficiente como para descifrar que Charles y tú no serían compatibles -iba a negar aquello cuando llegó el mesero a confirmarnos la orden. Nuestros entrenadores habían elegido la comida con anticipación para que no nos alejemos de nuestras restricciones alimenticias.
Luego de darle el visto bueno, seguimos con nuestra plática.
-Bien. Dame un solo motivo por el que Charles y yo no funcionaríamos, según tú -lo reté, pero tenía el presentimiento de que no me gustaría la respuesta.
Se relajó en su asiento denotando confianza-Pues para empezar, lo conoces ¿Qué? ¿Desde los 12?
-10 -no aparté la mirada de él. Quería ver a qué punto llegaba.
-Eso. Lo que significa que lo conoces demasiado a este punto y sin embargo en todo ese tiempo no has salido con él -fingió pensárselo-. ¿Será feo?... Dudo ese que sea el caso, pero si lo conoces desde hace tanto y no has estado interesada en él, me hace pensar que debe haber un motivo.
-¿Y cómo sabes que no he estado interesada en él? -sonreí sin revelar mis verdaderas intenciones-. ¿Cómo sabes tú cuál ha sido nuestra historia?
-¿Dices que hay más que no sé?
-Digo que no deberías asumir saberlo todo cuando no lo haces.
-Por lo menos según Lando y Charles nunca has estado interesada en algún rival... A ti te van son los hijos de patrocinadores, ¿no?
Apenas escuché su tono burlón supe que alguno de mis amigos había metido la pata en el momento en que decidieron contarle mis relaciones pasadas a este ser.
Apreté los labios queriendo dejar de participar en este juego-Jódete.
-Uy, ¿Tema sensible? -con un tono burlón pretendió mostrar interés.
Yo no me podía dejar ganar.
-No, pero parece serlo para ti el saber que preferiría a cualquier otro antes que a ti -tomé con calma mi bebida aunque estaba enojada por dentro.
Negó con la cabeza para sí mismo sin querer seguir discutiendo cuando llegó la comida y apartó su mirada-...Mejor concentrémonos en comer esto antes de que terminemos tirándole la comida al otro.
-Es lo más inteligente que has dicho esta noche.
Seguido de eso volteé a ver mi plato y... la verdad no tenía ni una maldita idea de qué era. Lo había ordenado Zara, mi entrenadora, y siendo honesta, a plena vista no se veía muy apetecible.
Miré el plato de comida de Sainz y mis esperanzas no mejoraron. Se veía incluso menos comestible que lo mío, y aparte de eso, la porción era tan pequeña que se lo podría comer entero en un bocado.
-Provecho -dijo sin mirarme y pude observar cómo contemplaba su plato con poco interés.
-Mira tú, tiene modales -exclamé con sarcasmo y pude ver un atisbo de una sonrisa agraciar su rostro antes de desaparecer por completo.
Tomó un bocado de su plato y se quedó masticando... y masticando... y masticando, pero la confusión nunca se desprendió de sus facciones.
Yo lo imité, solo que mi instinto fue tragar rápido para sacar ese sabor de mis papilas gustativas. Era terrible-Será muy malo de mi parte si digo que prefiero una hamburguesa a... ¿lo que sea que sea esto? -arrugué la nariz con desagrado.
Sainz me observó con las cejas alzadas-¿En serio?
-¿Qué? No está muy buena mi comida... -di vueltas al tenedor sin devolverle la mirada.
A mí me gustaba que cuando podía comer afuera, pudiera comer bien. Ese era todo el punto para mí. En mi apartamento había buena comida gracias a mi hermana. Y créanme que no la reemplazaría por este platillo que estaba segura que costaba el precio de una hamburguesa regular multiplicada por mil. Y me seguía quedando con la hamburguesa.
-Es para paladares finos, Torres. No sabrías lo que es eso -no desaprovechó la oportunidad para atacarme.
-Uy, disculpa. Se me olvidó que naciste en una cuna de oro -me crucé de brazos y lo miré desafiante-. Adelante, termina tu monstruosidad si soy yo la de los malos gustos.
-Solo mira y aprende -siguió comiendo pareciendo imperturbable, pero si no fuera por los leves segundos en los que su comisura se levantaba con disgusto entre cada bocado habría creído que era su comida favorita.
El condenado era tan testarudo que se lo comió todo solo para molestarme.
-Bien, Sainz, demostraste tu punto -me contuve de rodar los ojos-. Ahora, ¿puedes dejar de ser un maldito idiota por un segundo y llevarme a comer algo decente?
-¿Qué? -se vio confundido por mi petición.
-Ir... a... comer... algo... decente... -hablé de forma pausada e hice el gesto de morder una hamburguesa.
Sainz le hizo señas al mesero para que nos trajera la cuenta. Ya estaba en realidad todo pagado, pero igual se vería raro si no simulaba siquiera pagar.
-Se supone que ya cumplimos lo que Kath y Emily pidieron.
Suspiré-Tienes razón, mejor me voy y dejo que los fotógrafos que nos están fotografiando desde aquella mesa vean como me voy a un lugar de comida rápida sola luego de una terrible cita contigo. Eso ayudará a nuestro caso -dije con un claro sarcasmo.
Él pareció considerarlo mejor al ver de reojo a los fotógrafos de los que hablaba-Okay... tal vez no sería bueno dejarte ir sola después de esto.
-¿Tú crees? Wow, ¿cómo llegaste a esa conclusión?
Sainz parecía querer clavarme mil dagas con sus ojos-"Pagamos" y cumplimos con tu capricho.
Sonreí victoriosa-Gracias, "novio".
Él resopló-No será una relación real, pero mi billetera creo que al final de esto opinará lo contrario...
-Yo podría acostumbrarme a esto. Ahora paga rápido que la hamburguesa se me enfría.
[...]
Luego de salir del restaurante, Sainz cumplió con su palabra de llevarme a comer hamburguesas en un restaurante de comida rápida cercano. Era mi fantasía hecha realidad; la hamburguesa, no el ser que me acompañaba.
-¿Segura que tiene que ser hamburguesas? -se removió incómodo, como si lo hubiera obligado a ir a un lugar de carne siendo vegano.
No estaba mal asegurarme.
-¿Qué? ¿Eres vegano? -lo miré de reojo. ¿Por qué me interesaba?
-No, no es eso.
-¿Y entonces?
-Pues que no deberíamos. Tenemos una carrera pronto.
-Siempre tenemos carreras pronto -dije tratando de que buscara una mejor excusa.
-Sí, pero si nos toman fotos aquí y por casualidades del destino nos va mal en la siguiente carrera van a culpar esta mala decisión nutricional por el resultado -se oía tan confiado en lo que decía que si fuera vendedor compraría lo que fuera que vendiera.
-Ya deja de buscarte excusas, Sainz. Solo paga la hamburguesa y nos vamos -lo empujé levemente hacia la cajera porque ya era nuestro turno de ordenar.
Sainz me miró con las cejas alzadas, pero se volteó hacia la cajera apenas le preguntó por su orden-Me puede dar un...
-Combo número 7.
-Dos combos número 7.
Lo miré con una ceja alzada-Oye, sí tengo hambre, pero tampoco así.
Pretendió no escucharme.
-¿Sabores de la bebida? -preguntó la cajera.
-Coca-cola cherry -respondí en inglés, como venía haciendo Sainz porque en Mónaco no hablaban español. En realidad, inglés tampoco, pero no éramos locales y el inglés lo hablaba la mayoría.
-Y una coca cola regular -añadió él.
Terminó pagando por nuestra comida y nos pusimos a esperar que estuviera lista algo apartados de la fila.
-¿Coca cola cherry? ¿A qué clase de psicópata le gusta eso? -se burló cruzándose de brazos.
-A este psicópata -me señalé-. ¿Algún problema?
-Ninguno, solo tienes gustos dudosos.
-Tienes razón, y pensar que en algún momento me pareciste atractivo... debió ser por mis "gustos dudosos" -asentí para mí misma y con esa última frase lo dejé en su lugar antes de ir a retirar nuestras bolsas de comida disfrutando un poco su mueca de incredulidad.
Él me alcanzó -¿Pareciste? ¿Como en el pasado?
-Ajá -busqué en la bolsa unas papitas antes de comérmelas despreocupadamente.
-Creo que esa es la peor mentira que me has dicho, Torres -robó una papita que estaba a punto de comerme e intercambió mi boca con la suya, comiéndose mi papita sin arrepentimiento alguno.
Mis ojos no pudieron evitar seguir el movimiento y al verlo chuparse los dedos tuve que contenerme de tragar en seco.
Jesús, ¿por qué hiciste a este condenado tan atractivo?
-No haces más que probar mi punto -canturreó divertido al notar mi mirada hipnotizada en él.
Me metí otro puñado de papás a la boca antes de ignorarlo y seguir caminando hasta salir del restaurante. Empezaba a haber una fresca brisa y el cielo ya se había oscurecido. Las personas salían a descubrir un poco de lo que la vida nocturna de Mónaco tenía por ofrecer siendo iluminados por farolas y el brillo de los locales que los recibían con los brazos abiertos.
Sentí de repente como buscaba entre la bolsa una de las hamburguesas antes de sacarla y pegarle un mordisco.
Yo solo lo miré de reojo-¿No que era una "mala decisión nutritiva"?
-Lo es.
-Y sin embargo te estás comiendo la hamburguesa y yo no te forcé a nada.
-Se vería mal que comieras sola -trató de excusarse, sin embargo, yo podía ver lo contento que esto lo hacía. Parecía como un niño con un premio.
Quise sonreír, pero me tenía que recordar a mí misma con quien estaba. Esto no cambiaba lo que había hecho, ni mucho menos hacía que lo odiara menos, pero... pero si tenía que estar con él obligada, pues por lo menos trataría de no desmenuzar toda la experiencia y convertirlo en algo negativo mientras lo estaba viviendo.
Ya luego en la comodidad de mi casa tendría todo el tiempo del mundo para trastornar toda esta noche en mi cabeza y hacerla parecer más horrible de lo que en verdad fue.
Caminamos en silencio por un rato tratando de pasar desapercibidos. Sin saber cómo, o tal vez sí, terminamos en el borde de un camino que rodeaba la costa de Mónaco, en donde solía correr todas las mañanas. Era un sendero para caminar bastante popular porque tenías el mar justo enfrente y bordeabas todo Mónaco a pie.
Ambos apoyados contra las barandas comimos nuestras hamburguesas sentados uno al lado del otro, sin decir nada.
-¿Qué te gusta de aquí? -preguntó de la nada.
-Ay no -suspiré antes de tomar un sorbo de mi bebida.
-¿Qué?
-No hagas eso.
-¿Hacer qué? -se mostró confundido.
-Tratar de hacerme conversación con temas triviales.
-¿Y qué se supone que haga? No es que me muera por conversar contigo, pero no tolero estar comiendo en silencio así que tú propón otra solución, genia -soltó con molestia.
Me quedé callada, tan solo dando pequeños bocados a mi comida mientras pensaba.
Okay, estaba siendo un poco pesada. El hombre solo quería hacerme conversación mientras comíamos y pues era válido.
Luego de varios segundos respondí a su inicial pregunta, bajando un poco la guardia:-La verdad no sé.
Lo sentí mirarme.
-Es un país de ricos, y aparte de eso no es que tenga mucho más. Sí, es bonito, y sí, no pago impuestos, pero... no sé. Siendo honesta, creo que me mudé aquí más por vanidad propia... porque quien se muda a Mónaco es porque "lo logró" económicamente y nunca pensé que tendría los ingresos que tengo actualmente. Aparte que Lando se mudó aquí, Max y Danny Ric igual y sé que está entre los planes de George y Alex mudarse también así que... es una combinación entre querer encajar con los demás, lo anterior y también el estar cerca de la mayoría de los países en el calendario de carreras.
Sainz asintió.
-¿A ti te gusta vivir en Italia?
-Es bonito -replicó un poco más tranquilo-. Su gente es muy apasionada por el deporte y se siente muy bien contar con ese apoyo.
Terminé mi hamburguesa y me limpié con una servilleta-¿Y si tuvieras que escoger un lugar para vivir sería España?
Sainz se relamió los labios, pensativo-Creo que sí. Sí... Aunque en realidad estoy considerando mudarme aquí.
Casi escupo mi bebida-¿Qué? ¿En serio?
-¿De verdad te sorprende? -sonrió-. Es el país para evadir impuestos.
No pude evitar soltar una carcajada ante eso que fue acompañada por el español.
Tenía una risa única y contagiosa. Y por algún motivo eso hizo que por un momento, solo por uno, no detestara tanto al español.
-No, pero en serio -tomó aire sin poder borrar la sonrisa de su rostro-. Creo que tiene algo especial esta ciudad.
Dijo mirándome a los ojos.
Si no lo conociera mejor, diría que me estaba coqueteando. Y si no me conociera mejor, diría que hasta cierto grado, muy en el fondo, estaba funcionando.
Joder, NO.
Aparté la mirada y tomé ansiosamente de mi bebida.
Recuerda lo que te hizo... A Mila. Lo que le hizo a Mila y lo que le hizo a todas esas chicas. No es de fiar. Es hombre y solo te quiere utilizar.
Tosí ahogándome de repente y sentí como Sainz me dio palmadas en la espalda inclinándose sobre mí-¿Estás bien?
Su tacto hizo que me levantara como un resorte-Perfecta. Oye no hemos hablado de películas favoritas, ¿cuál es la tuya?
Me miró confundido-¿Mi película favorita?
-¡Sí! -aplaudí-. Las mías son Rocky III y Cars. Me encantan. Um, creo que se hace tarde. ¿Tú no? Deberíamos ya irnos, mi hermana debe estar como loca.
-Como tú digas, Torres -se levantó sin poner objeciones.
Recogimos las cosas y las tiramos a la basura. Caminando de regreso al restaurante no pude evitar recordar aquellos pensamientos intrusivos de la cita.
Nunca más.
Estaba decidida en no dejar que mis pensamientos tuvieran mente propia. Y sí, la cita fue relativamente buena, pero la consideraría una breve tregua.
Ahora faltaba pasarle el mensaje a mi agitado corazón.
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CAP EDITADO
N/A: Lo prometido es deuda
Hasta ahora, ¿cuál ha sido su favorita interacción Carlos x Adora?. ¿Algunas escenas que quieran ver a futuro? ¿Quién es su personaje extra fav?
Muchísimas gracias a whqtevernevermind por el aporte con su genial playlist! Me inspiró bastante y prácticamente escribí este cap escuchándolo 🫶🏻
Por cierto, sé que dije lo de los perfiles falsos de tw y se mantiene pero lo dejaré para el próximo cap <3
Les pido paciencia pues estoy haciendo lo posible para subir dos veces por semana, lo que es bastante para mí y no lo ven muy seguido en ningún lado. Saben que cuentan conmigo los sábados a menos que se presente algo, lqm.
Síganme para actualizaciones <3
Comenten, y voten, amo ver sus reacciones a comentarios de los personajes
Se despide,
Val
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