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02 | Discúlpate


𝐓𝐫𝐨𝐮𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚𝐤𝐞𝐫



LA PILOTO ADORA TORRES DECLARA A CARLOS SAINZ COMO SU RIVAL POR USAR A SU AMIGA, MILA CRAWFORD ❞ leía el titular de Buzzfeed que me envió Lele ni bien había llegado al hotel luego de varias entrevistas más y una reunión con el equipo en la que no se mencionó el tema. Se notaba que apenas iban terminando de escribir su artículo, recién salido del horno.

Mensajes

Lele

Esto es malo, Adora

Te va a caer medio paddock encima

Adora

Y por qué no a él?

Lele

Porque podrá ser un idiota, pero es uno encantador que tiene a los medios comiendo de su mano

Cosa que TÚ no tienes

Adora

No me interesa

Lele

Deja de ser testaruda por un momento y escúchame

No te convienen estos rumores

No si quieres tener un asiento en fórmula 1 el próximo año, o este, para serte sincera

Recuerda lo que le hicieron a Gasly

Adora está escribiendo...

Me detuve para volver a leer la conversación.

No quería perder mi puesto. No después de todo lo que había luchado.

¿De verdad serían capaces de cambiarme por declararle la guerra a su anterior piloto estrella?, pensé mientras me mordía las uñas. Mal hábito.

Llamada entrante de Lele

Suspiré para luego presionar el botón en contestar.

¿Aló? —contesté sabiendo que un regaño me esperaba.

Adora, acabo de hablar con Jim... —Aka el manager de medios de McLaren—. Zak y los patrocinadores no están contentos con tu entrevista.

Y esto me pasaba por bocota.

No muestra compañerismo dentro del deporte y no es la imagen que quieren promover en McLaren —Hubo un largo silencio en la línea—. Quieren que felicites a Sainz por el podio públicamente y te disculpes por la entrevista, hacerla pasar por tensión poscarrera.

Por supuesto que NO. Estaba dispuesta a caminar sobre rocas calientes primero.

—¡Pero... ! —intenté refutar.

Y no hay negociaciones al respecto —añadió rápidamente, interrumpiendo —. Es una orden de Zac y no creo que te convenga ignorarla, así que te vas a bañar porque hueles a cola de zorrillo sudado, te vas a arreglar y te vas a poner uno de los vestidos de tus patrocinadores. Iremos a la fiesta de celebración de Ferrari así que más te vale estar lista antes de las 9 porque si no yo misma te vestiré a la fuerza —bufó para luego colgar.

Sin duda le daba más trabajo a mi hermana de lo que se esperaba.

Suspiré mirando el techo de mi cuarto de hotel. ¿Por qué debía disculparme por decir la verdad?

No consideraba a Sainz como mi amigo, apenas y era un conocido antes de que pasara lo de Mila. ¿Pero cómo evitar que me hirviera la sangre cuando a los días estaba siendo un casanova con quien quiera que le pasara por enfrente? Mientras mi mejor amiga me llamaba llorando por sentirse utilizada.

Si tenía la oportunidad de empujarlo de la pista y hacerlo parecer accidente, lo haría.

Pero por desgracia esta noche tendría que enterrar mi orgullo y enfrentarlo en persona luego de evitarlo como la peste por lo de Mila.

¿Que si era poco profesional de mi parte? Sí, lo reconozco.

Sin embargo, creo que al tener a alguien que conocías desde los cinco años, que considerabas un miembro de tu familia, una hermana más, herida por un patán con el que trabajabas, y peor aún uno contra el que competías, muy difícil era mantenerlo civilizado.

Teniendo las palabras de mi hermana en mente, decidí meterme al baño y ducharme.

Una hora después me encontraba lista con un vestido negro corto y pegado de Dior que era apenas sostenido por dos finas tiras, y como extenuaba mis curvas, me sentí satisfecha. Verme obligada a disculparme con Sainz no arruinaría mi noche.

Traía el cabello suelto y secado, con un collar muy simple en el cuello, unos tacones de taco ancho (bastante cómodos, si les soy sincera), y un maquillaje no tan elaborado que simplemente remarcaba mis ojos, acompañado por un poco de rubor y un labial neutral bastante hidratante.

Viéndome en el espejo, me sentí muy contenta con el resultado.

Me llegó un mensaje proveniente de Lele.

Lele

Lando se ofreció a llevarnos, baja

Un rato más tarde ya nos encontrábamos los tres charlando en el carro mientras Lando manejaba al sitio.

Nos habían prestado un McLaren 720S a cada uno para andar por la ciudad a nuestro antojo, al menos por la duración del fin de semana de carreras.

—Y dime, ¿ya practicaste qué vas a decir? —Se relamió Lando los labios, divertido con la situación.

Hijue..

Apreté los labios, nada entusiasmada con la idea de tener que pedirle perdón a ese animal. La opción de tirarme del carro en movimiento se veía más tentadora.

Alejandra me vio con una ceja alzada apenas terminé de formular ese pensamiento. A veces creía que podía adivinar lo que pensaba. O yo era tan expresiva que parecía un libro abierto, porque mi mirada adoradora a la carretera tal vez le dio una pista.

—La verdad no. Supongo que tendré que improvisar algo —Suspiré, pero eso no hizo más que hacer que Alejandra y Lando se rieran fuertemente—. ¿Qué? —instigué con una ceja alzada.

—Es que tú improvisando y con lo impulsiva que eres... —dejó salir Lando.

—Seguro no queda nada sin decir —añadió Lele, riendo.

—No capto —refunfuñé.

—Hermanita, no eres la mejor improvisando y mucho menos en morderte la lengua cuando es necesario. Lo que podría empezar con una disculpa terminaría contigo culpándolo por ser un patán con Mila —explicó Lele y luego parece caer en cuenta de algo...—. Por favor no lo golpees —añadió enseguida.

Rodé los ojos ante esto. Eso sí que estaría difícil.

Empezando a considerar diferentes versiones de una "disculpa", dejé que Lele y Lando siguieran hablando sin caer en cuenta cuando llegamos.

—Bueno, creo que es un poco obvio quién va a terminar manejándolos luego al hotel, así que por favor modérense y no sean tan malditos. Odio lidiar con sus versiones borrachas —nos dijo mi querida hermana bajándose del carro. Traía un vestido blanco que le quedaba hermoso. Esperaba que también se divirtiera esta noche; se lo merecía luego de tener que lidiar conmigo y más recientemente con Lando.

—Lo intentaré. Solo necesito la cantidad de alcohol que equivale a que olvide la pisoteada de mi dignidad —Sonreí. Eso en mis cálculos sería unas dos botellas.

Lele suspiró con cansancio.

Lando dejó las llaves con el valet parking y caminó hacia nosotras con las manos en los bolsillos—¿Entramos, señouritas? —dijo en un pobre español.

Carlos tal vez no lo había logrado en su momento, pero yo estaba decidida en hacer que este británico entendiera español para final de año.

Me reí por su intento, pero decidí no corregirlo porque se veía muy orgulloso con su pronunciación.

—Entremos antes de que me arrepienta —Entrelacé brazos con mi hermana dirigiéndonos al club nocturno, donde los Ferrari se habían encargado de organizar una fiesta de celebración por el doble podio.

Apenas entramos logré ver una cara familiar acercándose—¡Adora! Qué bueno que viniste —gritó Katherine por encima de la música mientras me envolvía en un abrazo, aliviada.

—¡Kath! ¿Qué haces aquí? —pregunté algo confundida. Claro que era libre de venir, pero no es el ambiente de Katherine, sé que preferiría mil veces más el quedarse en el hotel leyendo un libro que tener que estar aquí.

Esta intercambió una mirada con mi hermana—Zak me envió... quiere que tome algunas fotos de la interacción entre ustedes para enviarlo anónimamente a los medios —dijo, como esperando algo de mi reacción.

Quisiera molestarme por ello, pero Zak tenía razón en hacer esto. La ducha me había ayudado a pensar con criterio y pues no quiero empezar mi segundo año con el equipo con el pie izquierdo. Mucho menos cuando no tenía garantizado un asiento para el próximo año y no me habían ofrecido renovar mi contrato con McLaren... aún. Pero si tenía siquiera un poco de esperanza de que esto pasase, o de mantenerme en Fórmula 1, debía aprender a cooperar más y morderme la lengua ante la prensa. Nadie quería a alguien problemático en el equipo. Además, era la primera mujer entre los pilotos en décadas. No podía parecer llorona y explosiva. Tenía mucha más presión que Carlos por llevar una buena reputación... a pesar de que no estuviese saliendo tan bien como quisiera.

—Adora, localicé a Sainz —dijo Lele dándome un empujón y sacándome de mis pensamientos.

Fruncí el ceño. ¿Debía hacerlo ahora? Acababa de llegar. Necesitaba por lo menos una botella de Smirnoff primero para encontrar el coraje... o de Don Julio. El primero que se atravesara.

—¿Puedo tomar algo primero? Acabamos de llegar, Lele —dije medio quejándome. No podía ni quería estar completamente sobria para esa disculpa.

—No puedes ir borracha a confrontar a Sainz, Adora. Eso es lo único que te diré —me advirtió mi hermana mientras nos sentamos en un booth los cuatro. A los segundos se levantó para ir a buscar unos shots para empezar la larga noche, a pedido mío y de Lando.

—Okay, repasemos el plan —dijo Kath, la pobre que vino a un club nocturno en plan de trabajo—. Te acercarás a Sainz, te disculparás, hablarás un poco con él, lo harás reír y mientras tanto yo tomaré todas las fotos posibles. Luego regresas, te diviertes lo que queda de la noche y yo me voy a dormir al hotel —suspiró con alivio.

—¿Por qué tiene que hacerlo reír? —preguntó Lando lo mismo que me preguntaba yo.

—Porque una foto de ambos riendo mostraría que no hay mala leche y eso, más la declaración que tiene que dar Adora acerca de cómo se dejó llevar por la carrera, en cuanto al comentario de Sainz, haría que la prensa se calme.

Y, por lo tanto, que Zak se calme.

—¿Qué tal si Lando me acompaña? —sugerí, más por el bien de Sainz que por el mío.

—No. Va a distraer a Sainz y necesitamos fotos de los dos solos interactuando. Si va Lando la atención se irá a Carlando —explicó Kath y yo suspiré.

Carlando era el nombre del dúo de Carlos y Lando, los fans estaban obsesionados con su amistad. Ni Ladora, ni Charlos (Charles y Carlos) nunca podrán llegar a ese nivel.

Miré a la barra preguntándome qué tanto tarda mi hermana con los shots y me encontré con la imagen de Daniel Ricciardo, piloto de Alpine, arrinconando a mi hermana contra la barra mientras le hablaba al oído.

Lele, lejos de incómoda, se veía sonrojada y sonriente mientras le respondía a Ricciardo.

¿Ricciardo coqueteándole a mi hermana? Huh.

Me levanté ignorando las instrucciones de Kath y caminé hacia donde se encontraba mi hermana. Cuando se percató de mi presencia se sonrojó aún más y apartó a Daniel, aunque ya era muy tarde.

—¿Divirtiéndote, hermanita? —Sonreí divertida, y de reojo vi la característica sonrisa de Daniel Ricciardo mirando a mi hermana.

—Sí, ¿te diviertes, Alejandra? —murmuró Ricciardo mirándola.

Mi hermana miró a Daniel un segundo para luego mirarme a mí mientras se aclaraba la garganta y señalaba la bandeja de shots a su lado—Iba en camino a llevarlo cuando Daniel vino a hacerme compañía —lo miró de reojo.

No sabía si esto había empezado esta noche o antes, pero la tensión sexual que se sentía en el aire estaba potente. Luego hablaría con ella; por ahora dejaré que se divierta. ¿Treinta años y ocho de ellos dedicados a mi carrera? Sí, no tendría problema si quería tirarse a un piloto. ¿Y Daniel Ricciardo? Pff, aun menos.

Cogí tres shots y me los bajé de un solo tiro mientras mi hermana y su acompañante me miraban anonadados.

—Dime que no vas a manejar, roadrunner —dijo Daniel entre asombrado y preocupado mirándome recargado contra la barra.

—Nop, ella lo hará, así que no te hagas ideas, Ricciardo —Sonreí y miré a mi objetivo.

Carlos se encontraba del otro lado del club sentado en un booth con una rubia en su regazo.

Típico Sainz.

Rodé los ojos.

—Deséenme suerte —comenté mientras me bajaba otro shot más antes de que mi hermana me detuviera, y caminé con pasos decididos hacia el español.

Me detuve enfrente de ellos aclarándome la garganta.

O estaban muy metidos en su mundo o me estaban ignorando, así que volví a intentar en un tono irritantemente alto.

El primero en reconocer mi presencia es Carlos mientras la rubia le susurraba al oído. Guarradas, de seguro.

Lo veo mirarme de arriba a abajo con esa mirada analítica suya. Me crucé de brazos sin querer para cubrirme y eso pareció llamarle la atención, pues sonrió arrogante cuando se da cuenta de que me puso incómoda. Traía una camisa celeste desabotonada en el pecho y arremangada en los codos junto con unos jeans; y por otra parte, su cabello un desastre castaño que, sin embargo, parecía estar perfectamente acomodado.

—¿Te puedo ayudar en algo, princesa papaya? —dijo burlón cuando me notó observándolo, mientras la rubia comenzaba a darle besos en el cuello, seguro para llamarle la atención, pero este no apartaba sus penetrantes ojos marrones de los míos.

—Depende. ¿Podemos hablar?... ¿En privado? —añadí fastidiada mirando a la rubia, quien parecía muy entusiasmada con su trabajo.

—No sé si lo notas, pero estoy algo ocupado —miró el reloj—. Pero dame una hora y soy todo tuyo. ¿Te pongo en lista para ser la próxima? —dijo viendo cómo yo miraba a la rubia en su regazo.

Rodé los ojos. Ni loca.

Las cosas que hacía para mantener mi trabajo.

Pensé con molestia.

Miré directamente a la rubia con una ceja alzada—Cariño, si tienes siquiera una gota de dignidad, vete antes de que te vuelvas otra de sus conquistas cualquiera. Te aseguro que a este punto no recuerda ni tu nombre.

La rubia sin nombre que antes parecía estarme ignorando, reaccionó y se separó del cuello del español para mirarlo—¿Recuerdas mi nombre, Carlos? —dijo expectante.

—Claro que recuerdo tu nombre, bonita. No le hagas caso —respondió Carlos acomodándole el cabello mientras yo lo miraba con aburrimiento.

Ajá, y yo nací ayer.

La rubia tampoco pareció dejarse llevar e insistió—Dilo.

Intenté contener mi risa cuando Carlos me miró con advertencia.

—Es... Verónica, ¿no? —Sonrió, pero no le llegó a los ojos. Podía sentir su incertidumbre hasta acá.

—Es Jessica, cabrón —dijo con molestia levantándose y dándole un golpe con su cartera para luego desaparecer por el club.

Pegué un silbido—Vaya, parece que esa lista se vació bastante rápido, ¿no? —Sonreí con sorna.

Carlos mantuvo la mandíbula tensa mientras tomaba un sorbo de su cerveza. Segundos después se levantó para enfrentarme cara a cara, recargándose con una mano en la mesa e intimidándome con la mirada—¿Qué necesitas, Torres? —Mantenía el tono de molestia.

Finalmente, se le acabó el tono burlón.

Bien.

Me acomodé la cartera en el hombro y lo encaré, negándome a dejarme intimidar por este troglodita—Supongo que ya sabes de las noticias, ¿o no?

Carlos se pasó una mano por el cabello y tomó otro sorbo de su cerveza. Luego de una pausa que se me hizo eterna, respondió:—Sí, rival. Déjame adivinar... —miró a un punto del club, haciéndose el pensativo—. McLaren vio el artículo, te dijo que no demostraba compañerismo en el deporte y te obligó a que vinieras a disculparte —me volvió a mirar, divertido con la confusión en mi rostro—, ¿o no? —repitió lo que le dije.

Apreté los labios—Eso no te incumbe, Sainz.

—Le di justo en el clavo —rió para sí mismo, divirtiéndose a costa de mi irritación.

Di un paso hacia él—Supongamos que estás en lo correcto. Di que me disculpé contigo y que fue la mejor puta disculpa que has oído en tu vida, ¿va?. Así no sigo molestando tu noche ni tú la mía —Sonreí con falsedad para luego darme la vuelta y dirigirme a mi mesa.

Una mano me jaló de la muñeca hasta chocar contra un fuerte pecho, y me tocó subir la cabeza para verlo cara a cara.

Carlos me veía entretenido—Discúlpate.

—¿Qué?

—Dime la mejor puta disculpa que he oído en mi vida, Adora —dijo en mi oído, creyendo que no lo escuché por la música. Su respiración cálida chocaba contra mi cuello y me daba escalofríos—. Y tal vez, tal vez, te perdone la estupidez que dijiste —Se apartó mirándome con una ceja alzada, expectante.

—¿Estupidez, dices? —dije apretando la mandíbula, mirándolo con todo el desprecio que podía generar mi pequeño cuerpo.

—Sí, eso mismo. Es una estupidez lo que le dices a la prensa. Lo que haya pasado entre Mila y yo debería quedarse ahí. De ahí a que ella lo comenté en su reality show es una cosa, ¿pero que tú, que no tienes nada que ver lo hagas? Por favor, Adora, madura. No estamos en jardín de niños para que andes esparciendo rumores, joder —Me miraba con el ceño fruncido, molesto.

Y pues si él estaba molesto, yo lo estaba diez mil veces más.

—¿Y qué esperas que haga cuando me preguntan acerca de Mila y tú, Carlos? Porque yo no fui la que saqué el tema, ni iba a sacarlo hasta que empezaron a acribillarme de preguntas para saber MI posición. Y es con Mila. Siempre va a ser con Mila. No te voy a defender después de lo que hiciste... —Webón, me mordí la lengua para no terminar diciéndolo.

—¿Qué esperaba que hicieras? Oh, no sé, tal vez lo correcto. Volviste el paddock un patio de chismes y drama cuando fácilmente pudiste haber dicho "Lo que haya pasado entre Carlos y Mila se quedará entre ellos. Yo vine a competir y eso es de lo que pienso hablar". ¿Tan difícil era? —negó con la cabeza—. Nada estaba confirmado o negado hasta que viniste a meter la lengua —me reprochó.

Odiaba lo fácil que le respondía a la prensa. Prueba de ello era lo rápido que se le ocurrió una alternativa que pude haber usado si no fuera tan impulsiva.

Solté una risa incrédula—¿Un patio de chismes y drama? —repetí—. ¿Me estás jodiendo? No necesitan de mi ayuda para eso. Christian, Totto y Netflix ya se encargaron hace años de volverlo así.

—Pero no te importa colaborar en que siga siendo así, ¿no? —respondió este con recelo.

Suspiré con frustración. Su estúpida cara se veía muy golpeable en estos momentos.

Mirando por encima de su hombro, vi a Lando subirme ambos pulgares para alentarme a seguir y a Kath con su teléfono en sus manos.

—Mira, no vine a pelear —Oí una risa irónica de su parte, pero seguí—. Lamento lo que dije, ¿sí? —dije entre dientes. Todo iba de la boca para afuera, porque por dentro no lo sentía—. Fue estúpido, más que todo porque somos compañeros de trabajo. Lo queramos así o no. Y pues cabe la posibilidad de que haya dicho todo por el enojo del momento luego de que me... —Arrebataras, robaras, quitaras...—, rebasaras por el podio. Así que lamento no haber pensado con criterio lo que decía, y si te llegó a afectar mi comentario —Sonreí forzado, y Sainz me la devolvió con falsedad.

—¿Y dónde queda la disculpa por quitarme la conquista de la noche?

—Oh, esa nunca la obtendrás. Salvé a esa pobre de tus garras —dije divertida con su clara molestia para luego soltarme de su agarre y caminar de vuelta a la barra.

Molesto o no, alguna foto debía funcionar, ¿no?...




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N/A: Un dato poco relevante pero que igual me gustaría que tomen en cuenta es que Adora y Carlos se hablan entre ellos únicamente en español, pero cuando otra persona está involucrada hablan en inglés. También que cuando esté en cursiva lo que diga otra persona significa que hablaron en español. El cursiva de Carlos y Adora sólo es para énfasis.

Eso era todo xd.

¿Qué tal?, ¿cómo les va gustando?

Aquí decidí dejar a Ricciardo en Alpine (anteriormente Renault) porque en mí opinión nunca debió cambiarse a McLaren y necesitaba un equipo para Adora. ¿Y qué mejor compañero de equipo que Lando Norris? :3

¿Qué pensamos de Ricciardo y Alejandra? 7u7

Also, dejen un like y comentario por la pobre Kath que tuvo que ir a un club nocturno en su noche libre xd

Quiero saber qué piensan

Se despide,

Val

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