¿Mentirías por mí?

¿Te clavarías una daga en tu triste corazón y esperarías a morir por mí?

¿Atravesarías una aguja en tus ojos hambrientos por mí?

¿Me pondrías contra la pared?

¿Me acariciarías con amor?

¿Harías que las mordeduras no doliesen?

¿Rogarías o te arrastrarías?

¿Me dejarías ir?

-¿En qué piensas tanto?- miré a Ruki que me preguntó sentado en el sillón.

-Nada- le dije - Sólo me he quedado viendo ese jarrón, soñaba despierta.- Ruki cerró el libro y me miró con sus piernas cruzadas.

-¿En qué soñabas?

- En un bonito campo de flores de colores- miré el suelo.

La mano de Ruki tocó mi mejilla adolorida y levantó mi cabeza un poco para verle arrodillado enfrente de mí.

-¿Te duele mucho?- asentí.- Lo siento, Yoon.- volví asentir- Te quiero.

No quería contestar, no iba a contestar, no le quería, dejé de quererle hace tiempo, no puedo quererle más, no más tiempo. Estoy atrapada.

-Tengo hambre- me levanté del sillón mirando el suelo y salí de la sala.

Caminé por el pasillo con ganas de llorar, me dolía la mejilla, el labio, el brazo, las costillas y tenía una migraña horrible. Quizá debería hacer caso a Jennie y aceptar su plan. Bajé a la cocina y miré el calendario colgado en la pared, era noviembre, quedaba un mes para Navidad, un mes más aquí...

-Hola, Yoonie- me giré viendo a Li entrando a la cocina con una sonrisa, le sonreí de vuelta sintiendo un tirón en la herida del labio.

-¿Cómo estás?- me preguntó, aunque ella ya sabía la respuesta.

- Bien- mentí.

-Me alegro- volvió a sonreír- ¿Tienes hambre?- asentí.- Te haré un sándwich.

Agradecía que Li me siguiera sonriendo para darme esperanzas, ella era como un solecito andante, iluminaba mis días, era una pena que Azusa parecía que la apagaba cada vez más. Sonreír le hacía bien a Li, me gustaba ver sus ojos hacerse finas líneas negras cuando su sonrisa era plena y grande, esas sonrisas solo las podíamos ver nosotras, yo quiero ser como ella.

-Aquí tienes- la rubia me tendió un plato con un sándwich de queso fundido y jamón. - Aliméntate- sonrió dándole un mordisco a su sándwich.

Hoy llevaba el pelo recogido en un moño deshecho, así que cuando se dio la vuelta pude ver un corte en su omoplato que aún sangraba.

Si me voy, ¿Estarán todas a salvo?

Yo escuchando On The Ground mientras escribo esto.

-DINOSAURIO