Control Pop #7
Espero que les guste~
Branch se remueve en su lugar, sintiéndose ansioso y nerviosos pero al mismo tiempo, muy emocionado. Había recibido una carta de Poppy hace unos cuantos días atrás, relatando que los cazarrecompensas habían tenido éxito y habían encontrado a su hermana perdida Viva, quien parecía ser la líder de aquellos trolls que quedaron atrás en el gran escape, empezando un nuevo pueblo escondido dentro de un campo de golf abandonado al parecer. Dijo que tardo horas de suplica y habla pero que al final, logro convencer a la mayor para que volviera con ella a la aldea y así, empezar a conocerse. Divago mucho, con dibujos y stickers incluidos, hablando de su hermana mayor y de todo lo que estaban haciendo juntas, de lo feliz que estaba.
Anuncio que iría a visitarlo pronto con Viva para que se conociera.
Así que Branch es todo un manojo de nervios. No a hablando con otros trolls del pop que no sea Poppy y se siente un poco nervioso por ello pero también emocionado, porque esta es la hermana de su amiga, aquella que nunca supo que tenía hasta que ella misma lo descubrió después de revisar las cosas de su padre.
Ver el gran globo lo hace saltar y sonríe, notando los puntos rosas que no tardan mucho en saltar, una de ellas adelantándose notablemente a la otra.
-¡Branch!- el mencionado se anima al verla, abriendo los brazos justo a tiempo para recibirla de lleno. La reina lo rodea con sus brazos, levantándolo sin problema en un abrazo entusiasta que él no duda en devolver y sin luchar ante la sensación de felicidad infantil que lo invade.
-¡Poppy!- se aleja cuando sus pies tocan el suelo una vez más, tomando sus manos, admirando por un segundo su color rosa que parece brillar de alguna manera. -Te vez feliz- comenta con una suave sonrisa, contento de que al menos ella hubiera podido recuperar a un miembro de su familia.
-¡Lo estoy!- rio alegremente, con emoción apenas contenida en su pequeño cuerpo, dando pequeños saltos en su lugar mientras la otra troll de piel rosa y cabello rubia se acercaba con pasos lentos, luciendo cautelosa y curiosa. -Ya quiero que mi hermana mayor favorita y mi mejor amigo se lleven bien-
-Soy tu única hermana- bufo la rubia con una sonrisa divertida, mirando a la reina con cariño puro y el troll gris siente una punzada de envidia que muere tan rápido como aparecer.
-Sin presión, ¿eh?- enarco una ceja, soltando una risa medio ahogada cuando ambos son prácticamente movidos por la entusiasta reina que los coloca uno frente al otro, quedando parada junto a ellos, atenta y sonriente. -Hey- el rostro nuevo trae ansiedad pero al mismo tiempo, calma a su mente y alma. No la conoce y por ende, ella no conoció su estado zombie, así que se siente como un comienzo limpio a diferencia de todo lo demás.
-Hey- es una escena extraña. Ambos están ansiosos, retorciendo sus dedos con nerviosismo, buscando que decir a continuación para romper el extraño ambiente que de repente se instalo entre ellos. Hasta que Viva respira profundo, como armándose de valor, y baja las manos, en una pose recta. -Lamento tanto lo que mi padre te hizo- luce sinceramente arrepentida y el troll gris solo puede parpadear, un poco sorprendido ante eso. -Me hubiera gustado estar ahí, lo habría detenido o...- hace un gesto, con culpa que no le pertenece y le pesa sobre los hombros.
-No fue tu culpa- negó, sintiéndose algo torpe. La parte de consolar a otros sigue siendo extraña e incomoda pero no puede alejarse de eso. -Él...tomo las decisiones por su cuenta e hizo lo que quiso- recordar al antiguo rey del pop lo hace sentir molesto y una pequeña parte de él espera que una bestia o algo así se lo hubiera comido a estas alturas, algo que se promete nunca comentar en voz alta. -En todo caso, nos hizo daño a ambos- la mira, porque esa es la verdad. Al igual que él, ella también fue una de las victimas de las decisiones de ese troll de mente loca.
-Si, supongo que tienes razón- su sonrisa es pequeño y sincera. -Mi nombre es Viva...- extiende su mano. -...el antiguo rey Peppy nos dejo atrás, a mi y a mi gente, en el día del gran escape. No le dijo a nadie de mi existencia- Poppy hace una mueca ante eso, aun dolida por las acciones de su padre pero no los interrumpe.
-Soy Branch...- tomo la mano que le ofrecían, sonriendo ante el suave y cálido toque. Ella le gusta. -...el antiguo rey Peppy uso la cuerda mágica para controlar mi mente y hacerme actuar como todos los demás. Estuve bajo su control durante años- ambos bufan, aceptando sin palabras que esa es una de las presentaciones más raras de todas pero de alguna manera, se siente correcta, y la reina sonríe al verlos llevarse bien. -Como un rápido aviso...- sonrío con nerviosismo, bajando apenas las orejas. -...puede que actué un poco infantil por momentos, aun estoy...lidiando con eso- hizo un gesto en cuanto la soltó, esperando que ella pudiera entender.
-Nha, no te preocupes, Poppy me hablo de eso- la mencionada le manda una mirada de disculpa a su amigo pero él no se siente ofendido, solo agradecido de no tener que explicarlo, porque no se le ocurre como al decir verdad. -También me dijo que te gustaban los juegos de mesa- agrego con una gran sonrisa. -No he jugado uno en años y soy un poco hiperactiva para quedarme quieta por mucho tiempo pero si estas dispuesto a enseñarme, me encantaría jugar-
-¿En serio?- sus ojos brillan, luciendo como todo un niño y no le importa. -Los reyes del funk me regalaron un juego nuevo...- ellas se paran a cada lado de él, tomando sus manos y dejándolo guiar hasta la casa de la alcaldesa, que es donde aun se esta quedando desde que llego. -...se supone que debes llegar al final del camino pero cada casilla tiene un reto o un castigo...- esta divagando y ambas se contentan con escuchar, felices de verlo tan feliz por algo tan simple como estar dispuestas a jugar con él.
Las visitas de Poppy y Viva son encantadoras. Por momentos, Branch se siente un poco perdido cuando ella se ponen un poco demasiado entusiastas, actuando más como gemelas unidas a hermanas apenas conociéndose pero en ocasiones, Poppy es quien tiene que sentarse a descansar porque de alguna manera, no puede estar al día con el nivel de energía que tiene esos dos.
Un día, las cosas parecen diferentes.
-Lo siento, lo siento tanto- ambas lucen angustiadas y el troll gris esta luchando por entender, preocupado, aferrándose a sus manos en un intento de consolarlas a pesar de que no sabe que sucedió. -Lo siento muchísimo, Branch. Te prometo que no les dije nada, como me pediste, en serio que si- Poppy luce suplicante y aunque él no lo entiende, sabe que confía en su palabra.
-No sabíamos que nos estaban siguiendo, lo juro- Viva parece al borde del llanto y solo porque hay quienes sujeten sus manos es que no esta retorciendo sus dedos. Branch se siente triste al verlas, prefiere las grandes sonrisas y el animo brillante si debe ser sincero, incluso si es algo abrumador por momentos.
-¿Quienes?- ladea la cabeza y es entonces que algo un ruido raro llama su atención. Agita las orejas, su sordera es ligera y es molesto, pudiendo escuchar un voz a lo lejos, aunque sonando alejada e inentendible, ahogada y no le presta mucha atención en los primeros segundos. La mayoría en el pueblo sabe que es mejor hablarle de cerca y en voz alta, sin gritar, para que pudiera entenderlos sin esforzarse. No sabe si lo están llamando a él o si están dando un aviso de algo pero cuando mira el rostro de las hermanas, Poppy luciendo algo aterrada por algo a sus espaldas al parecer, cree que debería estar alerta.
Se voltea con el ceño fruncido, solo para notar a un montón de trolls acercarse a donde están ellos, rápidos y muy entusiasmados.
-¡Bitty B!- se tensa ante el apodo que no a escuchado en años, analizando los rostros extasiados de los desconocidos que se detienen frente a él y luchando un poco por reconocerlos. Su memoria es extraña, yendo por recuerdos de su infancia e invadidos por los recuerdos que vienen a su mente entre pesadillas, así que le esta costando un poco saber quienes son. Parecen notar su confusión, porque comparten una mirada entre ellos, como si tuvieran una especie de charla silenciosa.
-¿Branch?- el de cabello rosa da un paso hacia adelante, con preocupación genuina en su rostro y ahí es cuando algo hace click en el cerebro del troll gris.
-¿F-Floyd?- más allá del cabello rosa, había cambiado, y mientras mira a los demás, su memoria se hace un poco más clara. -¿John Dory?- el mencionado sonríe, enorme y brillante. -¿Spruce?- este suspira con algo parecido a resignación, aunque asiente con una pequeña sonrisa. -¿Clay?- él retuerce sus dedos, sonriendo con algo nervioso y ansioso en su simple expresión.
Verlos en persona, darse cuenta de alguna manera que ellos habían tenido todo una vida mientras él no la tuvo, trae muchos sentimientos de golpe.
-Ustedes no...- mira a las hermanas, quienes lucen atentas y preocupadas, mirándolo con una disculpa notable. Poppy había respetado su decisión de no querer verlos pero ellos no se rindieron, decidiendo seguirlas hasta donde estaba viviendo. Los vuelve a mirar, frunciendo apenas el ceño. Están hablando, todos juntos y llenos de emoción, luciendo contentos de verlo pero a él le cuesta concentrarse. Sus voces suenan ahogadas y lejanas, como si se estuviera hundiendo en algún lugar, y hay muchos sentimientos extraños que se convierten en un remolino abrumador en su pecho.
Quiere irse de allí y alejarse de ellos, quiere buscar a su familia y fingir que ese encuentro inesperado nunca sucedió. Quiere a Delta. Quiere a Dickory. Quiere a Hickory. Quiere a Holly.
-¡NO!- reacciona cuando siente un toque en sus brazos. -¡No!- lo empuja, retrocediendo, no sabe si sentirse furioso o asustado pero sabe que no quiere que lo toquen, que ninguno de ellos lo toque. -¡Eres un mentiroso!- escupe, sin importarle la mirada herida y sorprendida de Floyd, quien retrocede con las manos en alto. -¡Eres un mentiroso, mentiroso!- siente que algo en su interior solo se rompe y cae de sentón, llorando como el niño que se siente. Odia sentirse infantil pero no puede luchar contra eso, no cuando hay tanto y no tiene idea de como lidiar con ellos. -...mentiroso, mentiros, mentiroso...- repite, hundiéndose entre los brazos rosas que no tardan mucho en envolverlo en un reconfortante y cálido abrazo.
Los hermanos solo pueden observar como Branch se desmorona, las hermanas luchando por mantener los pedazos juntos y apenas escuchando
Están empezando a entender que cometieron un grave error, aunque aun no tiene muy en claro cual de todos fue el peor.
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