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Bridget y Grisel caminaban directamente al castillo, alrededor de ellos se sentía el amor inmediatamente. Ningún berteno había visto a su reina tan felíz, muchos se preguntaban quien era ese berteno de cabellera tan colorida y alocada.

Mientras tanto, los chicos intentaban hacer reacción a Ramón quien estaba soñando despierto, increíble el efecto que hacen las palabras del corazón ¿verdad?

Y con Poppy, ella sentía que algo no andaba bien.

Cuando los bertenos estaban por entrar, la chef los interrumpió.

- su Majestad, parece que está feliz - dijo saqueada

- si lo estoy y quiero que conozcas a Sirion Brillantino Es-encerio

Grisel sintió la mirada amarillenta y rojiza de la chef, los trolls estaban paralíticos en sus lugares a excepción de Ramón que seguía en su mundo 😂.

- me recuerdas a alguien a quien odio, pero bueno, no importa, querida reina, ¿recuerda el regreso del trollsticio?

- eh, si

- bueno, pues resulta que ese día ¡es hoy!

- ¡¿que?! - todos exclamaron fuertemente

La chef abrió de par en par las puertas y el Salón estaba lleno de bertenos con baberos y cubiertos en sus manos.

Todos exigían un troll.

- ¡chef! ¿¡Que significa esto!?

- como verá mi querida reina... - la chef empezó a alejarse dirigiéndose a un lado más apartado del castillo con Bridget, Grisel las siguió a escondidas

- los bertenos han esperado casí por 20 años por un troll, y usted también ¿no es así?

- si, pero, ya no estoy tan segura de querer hacer esto

- ¿que dice?  ¿Quiere decir que renuncia a que su pueblo tenga el festín que se merece? ¿No quiere que ellos obtengan felicidad?

- no, me refiero a que, bueno, creo que la idea de comer trolls ya es innecesario...

La chef miró a la reina con una sonrisa tenebrosa.

- entonces, ¿se rehúsa a comer trolls?

Bridget contestó decidida en su decisión.

- si, si así es

- perfecto...

La chef chasqueo los dedos y chefs bertenos aparecieron a su lado.

- encierren a la reina por revelación

- ¡chef tú no puedes hacerme esto!

- Ah pero ya lo hize, no iba a dejar que una mocosa mimada y enamorada gobernara el reino, así que,  que mejor forma de ocupar el trono que deshaciendome de la reina

- ¡no! ¡Sueltenme!

Grisel vió lo que le hacían a su amada entonces intervino.
- ¡dejenla en paz! - pero en lugar de eso, alguien lo noqueó y lo dejó tirado en el suelo

- ¡no! ¡Chef te arrepentirás de esto!

Los bertenos traidores encerraron a los dos bertenos en calabozos.

- lo hecho está hecho, además de no haber sido por este amiguito no habría banquete hoy - la chef sacó de su cangurera a Arroyin

- ¡Arroyin! - exclamaron los trolls

La chef escuchó las voces provenientes de las melenas.

- ¡quitenles las pelucas!

Los bertenos obedecieron.

Los trolls no tuvieron oportunidad de escapar, en un par de manos estaba el snak pack y en otro par de manos se vieron frente a frente Ramón y Poppy.

- ¿Poppy?!

- Ramón... - al menos él estaba bien, luego recordó lo que había dicho en el restaurante y bajó la vista avergonzada

- ¿que hacemos con ellos jefecita?

- pongalos en la olla con los otros

Los bertenos se dirigían a la cocina pero eso no evitó que Ramón dijera lo que opinaba al traidor troll.

- ¡eres un traidor Arroyin! ¡¿Me oyes?! ¡Eres sucio un traidor!

El troll hippie solo se río.

- ¿que puedo decirte Ramón?  El más apto siempre sobrevive...

Pero Arroyin no se salvó de un sartenaso en la cara por parte de Poppy.

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Los bertenos llegaron a la cocina y dejaron caer a los trolls en una gran olla amarilla. A su alrededor estaba toda la aldea troll.

Todos los trolls estaban preocupados, niños lloraban, otros estaban histéricos pero sobretodo estaban asustados.

Ramón quería ocultarse de la mirada de su abuela, sabiendo que el falló.

Él el gran Ramón, el más listo, el más mejor preparado y prevenido, él, el próximo en el ser rey, fracasó.

- Ramón...

- abuela yo... Fallé

- Ramón no digas eso...

- aceptemoslo abuela, fallé,  fallé a mi gente, te fallé a tí, los condene a todos... Te condene a tí... Esto demuestra que soy una basura para ser rey...

Ramón escucha una voz detrás de él

- Ramón - esta vez quien lo llamó fue Poppy

Ramón soltó una risa de amargura y ácida.

- tenías razón Poppy, siempre la tuviste... Debí escucharte...

Y pasó lo que nadie quería ver y mucho menos Poppy, Ramón estaba perdiendo sus colores.

Un profundo silencio lleno de asfixiante angustia y miedo llenó el lugar, frente a ellos estaba él príncipe, el troll que los cuidó y protegió derrotado.

Triste, resentido, quebrado,  roto y gris.

Todos al mismo tiempo perdieron sus colores. Dando a entender que aceptaban la derrota y su destino.

Poppy veía a todos con espantada, todos los trolls se volvían como ella, grises.

Y solo Poppy vió lo que solamente ella había presenciado muchas veces.

Ver los ojos de Ramón llenos de lágrimas.

Los trolls estaban perdidos.

Y nadie podía salvarlos de su destino.

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