Te Tengo #2
Espero que les guste~
Nota: Chucha, tengo que decir que es la primera vez que escribo tantos capítulos largos en tan pocos días
Nota-2: Puedo sentir los días de cerebro en blanco que me esperan para más adelante T-T
John Dory no tiene muy en claro cuanto tiempo se mantiene en esa posición, sentado en el duro suelo y la barra luminosa amarilla siendo su única fuente de iluminación, manteniendo un firme y protector agarre en su hermanito, quien había dejado de llorar en algún momento y ahora simplemente esta desplomado contra su pecho. Su mejilla esta aplastada contra su hombro y le preocupa su fiebre, porque la puede sentir incluso a través de su ropa, y eso era malo.
-¿Branch?- llama de manera tentativa y suave. -¿Quieres irte ahora?- tienen que irse de allí, volver con Rhonda y alejarse de Pueblo Berteno pero esta dispuesto a esperar si su hermano necesita unos minutos más para recuperarse.
-...no me siento muy bien...- gime, acurrucándose un poco más, un escalofrió recorriendo su pequeña espalda cubierta con ese chaleco de hojas que se nota que le queda grande y entonces, tose.
-Tampoco suenas muy bien- hace una mueca ante la toz que suena húmeda y el gemido que le sigue, la garganta del menor le debe estar ardiendo a estas alturas. -No te preocupes, ya estoy aquí y hare que todo sea mejor, ¿si?- pone toda la confianza que puede en su voz, incluso si se siente perdido y algo asustado, pero no lo va a demostrar. Su hermanito necesita a su hermano mayor más que nunca y no va a decepcionarlo, no otra vez. -Solo...debemos salir de aquí antes- Branch solo se queja y el mayor tiene la sensación de que no podrá caminar por el momento, así que acomoda su agarre y se endereza, armándose de valor antes de empezar a moverse.
Sale de los túneles y se desvía de su camino, yendo una vez más a la casa que era de su abuela, empacando todo lo que pueda llevar y servirle antes de salir. Recorre el mismo camino por el que entro, siendo más cuidadoso que antes, dejando escapar un suspiro tembloroso y de alivio puro cuando ver a Rhonda justo donde la deja, oculta por unos arbustos.
-Hey, cariño~- sonrío suavemente al verla animarse, riendo apenas cuando ella empuja su rostro contra su brazo y logra darle una ligera palmada, notando que mira con curiosidad al pequeño troll que ahora dormita en su hombro. -Es Branch, ¿recuerdas? Te hable de él- Rhonda luce triste de repente, soltando un sonido de angustia, sintiendo que algo no estaba del todo bien. -Estará bien, no te preocupes, me asegurare de eso- se sube rapidamente y arranca, alejándose de allí lo más rápido que ella puede, dejando una nueva tarea entre las manos del mayor.
JD esta bien entrando para cuidar de un hermano enfermo, tuvo mucha practica con lo demás y su abuela fue una gran maestra en su opinión, así que tiene un punto de partida para empezar. Consigue medicina, incluso prueba esas recetas caceras de su abuela que encontró en su libro, y para su absoluto alivio, funciona.
La fiebre tarda días en bajar pero al final desaparece por completo. Su tos es persistente hasta el punto en el que su voz se rompe pero logra calmar el ardor y el dolor, dejando que se recuperara.
Aunque, tiene otro problema. Hacerlo comer es todo un reto.
Los primeros días esta tan agotado y enfermo que John Dory simplemente lo deja dormir todo lo que puede, incitándole a comer pequeños bocados de fruta en cuanto despierta y empujando vasos de agua en sus manos que no parece poder terminar pero cuando todo eso pasa, apenas y puede convencerlo de comer. Lo intenta, puede verlo, aunque no siempre parece tener hambre y eso es preocupante.
Todo cambia con la mermelada.
Es una pura causalidad la verdad. Se hizo un sándwich para él y le dio la espalda por unos segundos, solo para encontrar su plato vacío cuando lo busca, viendo a su hermanito no muy lejos y con la boca llena, la evidencia manchando sus dedos y boca. Parece disfrutarla, blanca y fácil de digerir, sin ser demasiado dulce como para ser empalagosa pero con suficiente sabor para ser deliciosa.
Mantiene sus estantes llenos de todo tipo de mermelada a partir de allí. Cuando Branch se siente particularmente mal de animo, y su hambre parece estar desaparecida, los sándwiches con mermelada resultan ser una salvación.
Branch tiene pesadillas, lo que no es una sorpresa en realidad, pero John Dory esta devastado cuando se entera solo porque tiene el sueño algo liviano. Su hermanito llora en silencio, cubriendo su boca para ahogar sus sollozos, y solo se desmorona por completo cuando él se levanta para abrazarlo, sin soltar siquiera cuando cae dormido. No habla de su sueño, ni siquiera los menciona, y JD tampoco pregunta.
Su hermanito no dice mucho, suelta algunos comentarios de vez en cuando pero no parece tener ganas de hablar, así que John Dory se ocupa de llenar el silencio entre ambos y eso parece ayudar aunque sea un poco, porque puede verlo relajándose ligeramente cada vez que se permite divagar sobre tontearías al azar.
Un día despierta, sabiendo de alguna manera que es más temprano de lo usual, y se da la vuelta con toda la intención de disfrutar unos minutos más de sueño, solo para abrir los ojos con horror. Su hermanito no esta en su cama.
-¡Branch!- cae al suelo ante su apuro de levantarse y gime de dolor pero es rápido en ponerse de pie, abriendo la puerta, dispuesto a recorrer todo a su alrededor para buscar a su hermanito, aunque se detiene en seco apenas sale. Ahí esta Branch, arrodillado en el suelo no muy lejos de donde están, dándole la espalda. Abre la boca pero la cierra, notando que sus orejas se ven más caídas más usual y hay un cierto aire de derrota que rodea su pequeño cuerpo. -No puedes asustarme así, bebé- suspira de puro alivio, acercándose con pasos lentos.
-Solo quería algo de aire- tiene la mirada perdida en la nada, hundido en pensamientos o recuerdos quizás, sus manos aferradas a algo que esta sobre su regazo.
-¿Qué tienes ahí, Bitty B?- se sienta, notando que lo que el menor sostiene es una caja de uno de los tantos rompecabezas que había tomado de la casa de la abuela, con un bonito y muy colorido paisaje en la tapa, algo gastado por los bordes pero muy bien cuidado. JD lo reconoce, era uno de los favoritos de su abuela, algo que había guardado durante mucho tiempo y lo saco en cuanto él tuvo la edad suficiente. Nunca le intereso mucho pero se sentó con ella para armarlo muchas veces, adorando pasar tiempo juntos, disfrutando de la paz antes de que tuviera hermanos.
Rosiepuff había armado ese mismo rompecabezas con cada uno de ellos, aunque sea una vez, y duele saber que no podrán volver a hacerlo con ella.
-Lo siento- la disculpa toma al mayor por sorpresa y se voltea a ver al triste troll de color gris a su lado, manteniendo la boca cerrada, queriendo saber que cruza por la mente ajena. -Es mi culpa que ese berteno se comiera a la abuela- cierra los ojos con fuerza, abrazando la caja contra su pecho, acurrucándose a su alrededor como si intentara sentir alguna especie de consuelo de ese objeto. -Debí estar más atento, yo...sabía que no podía hacer demasiado ruido pero era un buen día y yo quería cantarle...- apretó los labios temblorosos, con lagrimas manchando sus mejillas. -...llame mucho la atención- sollozo. -Es mi culpa, es mi culpa- eso rompe el corazón ajeno.
-No lo es- se mueve para acomodarse y extiende su mano, acunando la mejilla de su hermanito, quien lo mira con los ojos irritados mientras se apoya en el toque, soltando la caja a favor de aferrarse a su muñeca como si no quisiera que él se alejara. -Eres un niño emocionado que solo quería cantar para su abuela, eso esta bien, los bertenos tienen la culpa...- seca las lagrimas con su pulgar en una suave y amable caricia, su mente corriendo. -...pero supongo que yo también soy un poco culpable- suspiro.
-Pero no estaba allí- lo miro con confusión, frotando ligeramente su mejilla contra la palma de la mano ajena, como si intentara consolarlo a pesar de aun estar llorando.
-Exacto- asintió. -Debí estar allí para cuidarlos pero me fui y ni siquiera intente comunicarme con ustedes- se arrepiente, en serio que si. -Debimos estar allí...- hay una realización repentina. -...no debí forzar la perfección en nuestros hermanos, no debí permitir que mi terquedad se interpusiera entre nosotros, no debía dejarlos ir- mira con tristeza a su hermanito gris, con sus ojos aun algo opacos e irritados, sintiendo su corazón estremecerse. -Lo siento, Branch. Pagaste las consecuencias de nuestras acciones- los labios del menor tiemblan y pronto, se esta lanzando contra el pecho ajeno, llorando.
Su hermanito deja salir todo su dolor entre sollozos y gritos que rompen el corazón ajeno pero él solo tararea suavemente, abrazándolo con fuerza, repitiendo que esta allí y no se volverá a ir.
Branch parece sentirse un poco mejor a partir de allí. Aun parece contento con escuchar y ser compañía pero suelta más comentarios y luce más activo, incluso con mejor apetito. JD cree que ese es el principio de un buen camino.
Unos días después, mientras esta organizando un poco su hogar móvil, encuentra algo que llama su atención. Una postal de una lugar vacacional, fue de parte de Spruce en sus primeros años antes de que no volvieran contactarse y no puede evitar tararear, pensativo.
-Oye, Branch- llama y se voltea a ver al mencionado, quien tiene la boca llena con un sándwich, sus mejillas y dedos con algo de mermelada aun. Sonrío ante la vista, bufando cuando los grandes ojos parpadean en su dirección. -¿Te gustaría ver a los demás?- eso parece tomarlo por sorpresa, el troll gris tragando su comida para poder contestar.
-No lo sé- agarra algo para poder limpiarse los dedos y el rostro, sintiéndose ansioso. -¿Qué pasa si están enojados conmigo por como arruine las cosas la última vez?- JD se pregunta si su hermanito se culpo a si mismo por su separación todo el tiempo. -¿O se enojan por la muerte de la abuela?- el mayor sabe que tiene que encontrar una manera en la que el menor entienda que nada de eso fue su culpa pero no sabe por donde empezar. -¿Y si...?- se tensa y mira sus pequeñas manos, haciendo una mueca mientras las acuna contra su pecho. -¿Y si no les gusta que sea gris?- el color de su piel se volvió un tono más oscuro ante su tristeza.
-Oh, cariño...- negó y dejo la postal a un lado para acercarse, sentándose a su lado, sonriendo con suavidad cuando lo sintió acurrucarse contra su costado. -...ninguna de esas dos cosas fueron tu culpa, lo repetiré tanto como lo necesites- lo rodeo con su brazo, sabiendo que él no le cree del todo pero apenas están empezando a trabajar en eso. -Además, tu color actual solo hará que te abracen hasta ahogarte y no quieran soltarte nunca más- conoce a sus hermanos, incluso después de tantos años. Todos habían aprovechado cada segundo posible para tener a Branch entre sus brazos, solo para perseguirlo cuanto este caminaba.
-Me gustan sus abrazos, hace mucho que no recibo uno- hay un nudo en la garganta de JD ante esa confesión y se mueve para abrazarlo con fuerza. -...los extraño...- el troll gris se atreve a decir contra el hombro ajeno y con eso, el mayor toma una decisión.
-Los volverás a ver- promete. Incluso si debe secuestrarlos, le dará la oportunidad de que su hermanito vuelva a ver a toso los demás y va a empezar con el que esta más cerca.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro