Espero que les guste~

Idea de: Little_Sunshine2902

Branch le gusta pensar que se esta adaptando bastante bien al tener amigos.

Cantar y bailar con Poppy ya es una especie de costumbre entre ambos, usualmente con ella empezando con alguna melodía y coreo que él no tarda mucho en entender, disfrutando de su tiempo juntos.

Tiene pequeños picnics casi semanales con Smidge, que siempre termina con él trenzando su pelo por alguna razón y escuchándole divagar sobre su enamorado Milton o sobre los ejercicios que hace pero no puede negar que le gustan disfruta de ese momentos.

Cooper lo visitaba en ciertos momentos, deseoso de una historia, luciendo entusiasmado por cualquiera de los libros que Branch pudiera leerle y proclamando que él era el mejor a la hora del cuento, riendo con encanto.

Guy Diamond se apresuraba a mantener su voz sin ese extraño tono que le salía cuando cantaba, amable y cuidadoso, sacando a relucir esos nuevos dones de padre que por alguna razón mostraba con él también en ciertos momentos.

Biggie lo invita a su casa a hornear cada vez que quiere compañía y aunque suelen terminar muy sucios, debido a una ligera guerra de harina que siempre alguno de los dos empezaba, estaban encantados con la cantidad de cosas que habían logrado hacer.

Satín y Chenille lo esperaban al menos una vez a la semana en su vaina para poder hacerle ropa a la medida, dispuestas y decididas a crearle todo un nuevo guardarropa, pero siempre asegurándose de que sea su estilo y fuera cómoda, un gesto que agradecía de ella. Hasta dejaban de pelear, hablando en tonos suaves y amables para él, siempre amables.

Diablos, incluso le gustaba pasar tiempo con Creek, quien ahora que no tenía esa mascara de santo y era mucho más directo cuando estaban a solas, era fácil de disfrutar su presencia. Tomaban té, compartían bocadillos, a veces jugaban juegos de mesa y simplemente se quejaban.

Incluso entonces, no puede negar que no se siente exactamente cómodo entre otros trolls del pop. Llevarse bien con los de las otras tribus es fácil por alguna razón, se siente bienvenido cada vez que visita a Delta o a Holly, quienes siempre están dispuestas a enseñarles algo nuevo de su cultura. Es divertido visitar a Synth, porque su gente siempre lo recibe con gran entusiasmo pero respetando por alguna razón sus limites y espacio personal. Ir al reino de los funk es muy entretenido, porque no se molestan por todas las preguntas que tiene y le enseñar todo lo que pueden. Le gusta ir a visitar a los clásicos, encantado con la tranquilidad que viene con el lugar y dispuesto a aprender a tocar cualquier instrumento de Dante estuviera dispuesto a enseñarle. Hasta puede decir que disfruta visitar a Val o Barb, porque su gente es brutalmente sincera y parecen aceptarlo abiertamente, como si fuera como ellos.

Los trolls del pop...es otra historia diferente. Aunque las músicas ya no le molestan tanto, no puede negar que ciertos volúmenes y ritmos hacen doler mucho su cabeza, además de no puede ignorar siempre la sensación de no ser bienvenido. La mayoría lo había aceptado en el pueblo luego de recuperar sus colores y haberlos salvado pero Branch no siempre puede olvidar el pasado. Muchos de ellos lo habían ignorado, otros tantos habían intentando "arreglarlo" y obligarlo a actuar como todos los demás, había escuchado sus murmullos llenos de insultos y molestia hacia su existencia cada vez que les había advertido sobre el ruido. Poppy siempre le repetía que debía darles una oportunidad, que debía ser abierto y permitir que los otros troll se acercaran pero era difícil, a veces aun lo hacían sentir como si no perteneciera allí, lo hacían sentir incomodo cada vez que lo ignoraban e invadían su espacio personal sin permiso, odiaba sentir que lo miraban fijamente. Es por eso que si no tenía a ninguno de sus amigos para salir, prefería quedarse en su bunker, armar un rompecabezas y planeando cosas con Gary, o hasta prefería explorar el bosque, colocando trampas y estudiar alguna de las plantas extrañas que allí había. No le gustaba ir al pueblo por su propia cuenta y eso era algo que sus amigos tenían en cuanta, algo que respetaban para su absoluto alivio.

Al mismo tiempo, Poppy creía firmemente que Branch solo estaba exagerando, que necesitaba un empujón fuera de su zona de confort para poder evolucionar un poco más en lo que respectaba amistad y agrandar aun más su grupo de amigos. Había todo un pueblo que no conocía lo genial que podía ser el sobreviviente, porque este se mantenía alejado a pesar de ser totalmente bienvenido, y ella quería que todos lo conocieran, que vieran al considerado troll que ella y su pequeño grupo disfrutaba tanto de conocer con cada día que pasaba.

Y tiene un plan para eso.

-¡Branch!- mostro una gran sonrisa cuando él se volteo a verla casi al instante, luciendo curioso mientras guardaba cuidadosamente a Gary en su cabello para mantenerlo seguro. -Necesito un enorme favor de tu parte-

-¿Oh?- se animo. -¿Qué necesitas?- y ella adoraba que él siempre estuviera dispuesto a ayudar, ignorando lo más que se siente abusar de eso en ese momento.

-Creek dará una clase de yoga bajo techo hoy, con velas aromáticas y no sé que más...- hace un gesto vago. -...pero parte de su piso se rompió- lo mira con expresión suplicante, asegurándose de usar esa misma mirada que ni siquiera su papá puede resistir. -¿Crees que puedes arreglarlo?- es una mentira y sabe que no se supone que lo haga pero tiene buenas intenciones, así que cree que no cuenta.

-Claro que puedo- no dudo en decir y ella ríe alegremente, felicitándose a si misma.

-¡Genial! Ya deje algunas herramientas para ti allí- esta tan emocionada que apenas puede contenerse, ya quiere ver los resultados de su plan. -Ve en media hora, ¿si?- se aleja en cuanto él asiente y apenas aguanta un chillido.

Branch se permite organizar un poco su hogar, guardando algunas herramientas de emergencia en su cabello por si las dudas, y empezando su camino hacia la clase de yoga en cuanto se siente preparado. utiliza su cabello para balancearse, poco dispuesto a caminar entre los trolls del pueblo, respirando profundo en cuanto llega a la vaina indicada y se arma de valor antes de entrar. En cuanto antes termine, más pronto podrá irse.

Apenas logra dan un paso antes de quedar tieso cuando se encuentra con un grupo de trolls que no tardan mucho en voltearse a verlo, los ojos grandes y curiosos, y aunque no están diciendo nada en voz alta, él se siente juzgado. Baja las orejas un poco más sin darse cuenta, su tono de piel y cabello haciéndose un par de tonos más oscuros mientras una repentina ola de ansiedad lo invade. Hay recuerdos que vuelven a su mente, de miradas llenas de asco y desprecio, de murmullos llenos de insultos y molestia. Siente que cae, que se hunde en un pozo de inseguridades y susurros del pasado, su corazón acelerándose al mismo tiempo que su respiración se hacia cada vez más corta.

-¡Branch!- regresa a la realidad a medias, parpadeando un par de veces antes de poder enfocarse en el rostro de la reina que le devuelve la mirada con un gran sonrisa, ignorante de su estado actual al parecer. -Me alegra mucho que vinieras pero, bueno, resulta ser que el piso ya fue reparado y acabo de enterarme- soltó de manera rápida y el sobreviviente solo puede asentir, sintiendo un nudo en su garganta que amenaza con ahogarlo, sin confiar en que su voz saldrá si lo intenta. Puede sentir que esta al borde de un ataque de pánico y no le gusta, debe salir de allí antes de que suceda y les de más material a los demás para que lo llamaran raro. -Aunque, ahora que estas aquí, puedes quedarte y participar- parece orgullosa de lo que dice y antes de que él pudiera retroceder, ella lo agarra del brazo y lo obliga a avanzar, básicamente arrastrándolo para que se parara sobre uno de los tantos tapetes. Branch quiere discutir pero la voz no le sale y solo puede quejarse cuando manos firmes se posan sobre sus hombros, ejerciendo presión para que se sentara. Cree que Poppy le esta hablando pero allí sentado, con sus manos aferradas a su pantalón con tanta fuerza que duele, siente que se aleja. Todos los sonidos a su alrededor suenan amortiguados, su estomago removiéndose con nauseas y amenazando con hacerlo vomitar en cualquier momento, los susurros llenos de insultos y criticas que había escuchado durante años resuenan en su cabeza.

-...soy un tonto...- piensa con angustia, cerrando los ojos con fuerza, sintiendo que se humedecían pero sin estar dispuesto a llorar en ese momento, mordiéndose la lengua en un intento de anclarse con el dolor. Se da cuenta con una punzada de ira que Poppy lo engaño y se reprende a si mismo por caer tan fácilmente, sin poder negar que se sentía traicionado. Ella le mintió, se aprovecho de su amabilidad, y eso lo enfurece.

Lucha por controlar su respiración pero no puede y se siente que el pánico lentamente lo invade. Esta al borde, a punto de caer, y teme lo que pueda suceder.