CAPÍTULO 3: Algo anda mal con Clara Nuñez.
Al llegar a la escuela, Clara y Jim dejaron sus bicicletas en el lugar correspondiente, y caminaron por el patio para dejar sus cosas cada uno en su respectivo casillero.
—¿Sabes, Jim?, aunque nos conozcamos hace poco, siento una sensación familiar al estar contigo, es...extraño, por primera vez, me siento en confianza con alguien— confesó Clara al cerrar su casillero.
Jim sonrió.
—Me alegra oír eso, tú también eres muy agradable— expresó cerrando su casillero.
—Lo dices por amabilidad— dijo la chica modestamente, acomodando su cabello detrás de su oreja.
—No, en serio, eres alguien a quien le compartiría todo— le afirmó tomándola suavemente por los hombros.
A Clara, por alguna razón, no le molestó el contacto físico por parte de Jim, al contrario, fué una sensación familiar y agradable, como si eso fuera lo más normal del mundo.
—Jim, yo...— Steve la interrumpió.
—¿Por qué le hablas a este renacuajo, Clara?— le preguntó con un tono burlón, dándole un empujón a Jim, el cual, puso los ojos en blanco.
—¿No tienes mejores cosas que hacer, Steve?— le inquirió, molesta.
—De hecho, sí, quería invitarte a cenar, hoy, ¿Que te parece?— preguntó besando su mano.
Clara puso una mueca de asco.
—Ni en un millón de años, Steve, yo no salgo con imbéciles como tú— respondió dando un tirón a su mano para zafarla del agarré de Steve, y limpiarla con su ropa.
Jim contuvo una risa cuando Clara lo confronto.
—¡Cómo quieras! Convive con los perdedores— replicó Steve, dejando la escena, furioso.
—Ibas...¿A decirme algo?— preguntó Jim algo desconfiado, luego de reírse por la expresión de Steve.
—Ah...si— dijo Clara —Ya que vamos a pasar mucho tiempo juntos quería saber si tú...
La jóven fué interrumpida nuevamente, ésta vez, por el timbre de clases.
—Bien, ¿Te parece si me lo dices después?. Llegaré tarde a álgebra. Adiós— saludó.
—Claro...adiós...— saludó Clara un poco frustrada.
En la clase de álgebra, Jim se encontró con Toby.
—¿Que querías decirme?— preguntó el joven susurrando.
—Las cosas, volvieron...— respondió Toby.
—Señor Lake, Señor Domzalski, ¿Hay algo que quieran compartir con la clase?— preguntó con un tono fuerte la Srta. Janette, sin dejar de anotar ecuaciones en el pizarrón.
—No Srta. Janette, lo lamentamos— respondió, el cual se había sobresaltado con la repentina voz de la profesora.
—No volverá a pasar— Agregó Toby, sobresaltado también.
—Eso espero, Señores— dijo molesta —No quiero tener que darles mas tarea...— agregó.
Al terminar la clase, ambos salieron al pasillo y comenzaron a hablar.
—¿Que te dijo? Blin...— se cortó a si mismo.
Toby se lo quedó mirando.
—Blin...blindado, ¡wow! ¿Sabías que existen los vasos blindados?— sonrió nervioso, intentando disimular.
Toby estaba distraído, así que no notó la mala actuación de su amigo.
—No lo sabía— respondió Toby, sin quitar su vista del frente, pensativo.
—¿Que te dijeron?— indagó el joven pelinegro.
—Dijeron que tenía una responsabilidad sagrada, que era el encargado de proteger el mundo Troll y el mundo humano. ¡Los troles existen, Jimbo!— replicó Toby, medio alterado.
—Wow, quien lo diría, ¿Eh?— respondió Jim fingiendo demencia.
—Ven a mi casa. Vendrán a buscarme para llevarme a un lugar, y no hay mejor persona para ir, que tú— sonrió Toby.
—Claro. Le avisaré a mi mamá— sonrió Jim.
Cuando estaban saliendo escucharon un grito.
—¡Jim!
Era Clara, estaba tras de ellos.
—Jim quería decirte algo, ¿Recuerdas?— preguntó la chica, llegando hasta donde estaban ellos.
—Claro, te escucho— sonrió Jim.
—Quería saber si querías venir a mi casa, ya sabes para...ensayar y...hablar un poco— ella parecía nerviosa.
Jim y Toby se miraron. El mencionado, tenía una expresión de estar en aprietos.
—Lo siento, Clara...— dijo gesticulando —Hoy iba a ir con Toby al...¡Dentista! Si, al dentista— excusó el joven.
La joven levantó una ceja.
—Bien, para la próxima será— dijo pasando por su lado, en dirección a la salida.
Jim soltó todo el aire.
Ella dió algunos pasos, y luego volvió a su lugar inicial.
—Hoy dijiste que era una persona a la que le contarías todo...veo que no es cierto— expresó decepcionada, y molesta en misma medida, alejándose un poco.
Toby no pudo soportar la idea de dejar a su amigo en ridículo en frente de la chica que le gustaba.
—¿Sabes, Clara?, puedo ir sin Jim— dijo mirando a la chica, que tenía los brazos en jarras cuando se volteó al ser mencionada.
—¿En serio?— preguntó Jim, susurrando a su amigo.
—En serio, ve, estaré bien, no es como que me llevarán a una ciudad bajo tierra— susurró riendo.
—No tienes idea— susurró, más para si mismo que para Toby, el joven de ojos azules —Está bien, iré— se resignó el jóven, pero estaba feliz, realmente feliz.
Ella sonrió.
Ambos partieron hacia la casa de Clara.
***
—Entra y ponte cómodo, vengo en un segundo— dijo yendo hacia la cocina.
—y...¿Tus papás?— preguntó Jim.
—Se fueron a un viaje de negocios, y mi hermano está con mi tía Susan— explicó la joven desde el pasillo —¿Te gustan las galletas?— preguntó cuando volvió.
—Claro, ¿A quien no?— sonrió.
La joven se sentó a su lado en el sofá.
—Que bueno, aquí tengo unas Crispy cookies— dijo abriendo el paquete.
—Genial...y, ¿De que querías hablarme?— Jim estaba visiblemente nervioso.
—Me han...estado pasando cosas extrañas últimamente— comenzó dejando el paquete en la mesa —Sueños locos, objetos voladores, LEVITAR. Y en los sueños siempre estás tú. Cubierto de una reluciente armadura brillante. Son extraños. Quiero que seas honesto...¿Sabes algo que yo no?— le preguntó enarcando una ceja.
Jim pensó en decirle la verdad, pero ni el entendía lo que estaba pasando. Así que optó por guardar el secreto, al menos, hasta estar seguro de queo pasaba.
—No...quizá...solo sea un sueño como los otros. ¿No íbamos a ensayar?— preguntó evadiendo el tema.
—Si, claro, voy por mi libreto— exclamó molesta, ignorando el hecho de que Jim evadiera el tema.
El joven estaba confundido, algo estaba pasando, pero el no sabía que. Y fuera lo que fuera, debía averiguarlo.
—Bien. Acto 1, escena 1 diálogo 1 en adelante. Empezaré— ella continuaba molesta —¡Niega a tu padre y rehúsa tu nombre!; O, si no quieres, jura tan sólo que me amas, ¡y dejaré de ser yo una Capuleto!
—¿Continuaré oyéndole, o le hablaré ahora?
—¡Solo tu nombre es mi enemigo! ¡Porque tú eres tú mismo, seas o no Montesco! ¿Qué es Montesco? No es ni mano, ni pie, ni brazo, ni rostro, ni parte alguna, que pertenezca a un hombre, ¡Oh, sea otro tu nombre! ¿Que hay en tu nombre? ¡Lo que llamamos rosa exhalaría el mismo grato perfume con cualquier otra denominación!...
Mientras ensayaban, Jim no estaba escuchando, estaba admirando a Clara. Recordaba aquellos momentos llenos de aventura que vivieron y recordó el cuánto la quería. Sus abrazos, esas supuestas noches de estudio persiguiendo troles, la parrillada y todas las emociones que sentía cuando la tenía cerca.
Jim continuó recitando.
—Te tomo la palabra. Llámame solo "amor mío" y seré nuevamente bautizado. ¡Desde ahora mismo dejaré de ser Romeo!
Ensayaron toda la tarde y cuando se hicieron las seis, Jim decidió irse.
—Adiós Clara— saludó estando ya en el porche.
—Adiós— le respondió secamente, dando un portazo cuando el joven salió.
Jim comprendía que Clara estuviera molesta, pero no podía decirle nada, al menos no hasta entender todo por completo.
Luego de irse de la casa de Clara, pedaleó hasta su calle y antes de entrar, fué a lo de Toby.
Cómo la anterior vez, Nana le abrió la puerta y lo dejó pasar.
—¡Jimbo! ¡No lo vas a creer!— exclamó Toby, estaba eufórico cuando lo vió entrar.
—¿Que pasa, Toby?— preguntó el joven, sabiendo ya la respuesta.
—¡Hay una ciudad de troles debajo de nosotros! Con comercio, restaurantes y todo eso! ¡También hay un lugar llamado, la forja del héroe! Ahí entrenan a los cazatroles. O sea yo. Es mi nuevo título— exclamó señalándose.
—¡Eso...es asombroso!— contestó Jim, el cual estuvo todo el día esperando esa conversación —¿Puedo ir?
—¡Caro!— afirmó Tobías —mañana debo ir otra vez. Te llevaré conmigo. ¿Cómo te fué con Clara? ¿No le dijiste, o si?— indagó Toby.
Si Tobías supiera con todo lo que cargaba Jim, estaría más preocupado por otras cosas que por eso.
—No le dije nada. Y ahora, cree que soy un idiota por mentirle— aclaró frustrado.
—Lo siento Jimbo, es algo secreto. Nadie puede saber— dijo poniendo su mano en el hombro de su amigo.
—Lo sé, y por eso no dije nada— explicó.
Mientras tanto, Clara estaba en su casa, sentada en el suelo de su habitación, refunfuñaba haciendo su tarea, pensando en la situación de esa tarde.
—¡Es un idiota!— gritó molesta, y luego tiró un lápiz que tenía en la mano. Ahí tuvo una idea...
—¿Y si?...— extendió una mano y trató de que el lápiz levitara.
El lápiz comenzó a levitar con un aura púrpura alrededor. Ella hizo un gesto para que el lápiz volviera y lo hizo.
Clara quedó en un estado de shock, claramente eso era nuevo, al menos, no recordaba haber podido hacer eso antes.
En ese momento llegaron recuerdos vagos de la batalla de la noche eterna. Ella no entendía que significaba, lo que si sabía era que Jim estaba involucrado.
—¿Que es lo que estás tramando, James Lake...?— preguntó para si misma, mirando el lápiz, que seguía en su mano —Voy a averiguarlo, de eso... no hay duda...
***
Todos los personajes aparecidos en este capitulos nos son de mi propiedad. Pertenecen a DreamWorks y Guillermo del Toro.
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