💕El gato y la ardilla💕
Es 14 de febrero y JongDae tiene preparada la mejor sorpresa de San Valentín: champagne, manteles blancos, velas rojas, una deliciosa cena (que él solo hizo después de recibir un curso intensivo de parte de KyungSoo y unas cuantas venditas), y música tranquila. Era simplemente perfecto.
Arreglo todo el departamento, lo que no fue mucho porque siempre se mantenía limpio o sino ya tendría una sesión intensiva de lo horribles que son los gérmenes y la suciedad. Prosiguió a asear su propia persona, no es que apestara, pero simplemente cuidaba cada detalle. Perfume, ropa nueva, y porque no, un poco de maquillaje para resaltar su divina belleza. Ahora solo faltaba algo: la ardilla por la que hacía todo eso. Hace ya tres años que estaban juntos y aún sentía el mismo cosquilleo cuando veía su sonrisa, por lo que siempre buscaba un motivo por lo que agradecerle que estuviera con él cuando nadie le tomaba en serio. Ser un ser inmortal ultra carismático tenía sus dificultades.
Ya casi siendo la hora para que su invitado llegue, acomodaba el mínimo detalle neuróticamente.
La manecilla más pequeña del reloj pasó las 9 pm, su invitado debió haber llegado hace dos horas.
Transcurrió una hora más y el timbre tampoco sonó.
Recordó la existencia de la tecnología llamada celular y decidió llamarlo. Al desbloquearlo, encontró un mensaje nuevo, al leerlo, algo en su mundo se volvió gris.
Le habían cancelado.
La pequeña ardilla tenía trabajo extra y no llegaría antes de las doce. Las disculpas en el mensaje no animaban su corazón.
Decidió dejar todo tal cual, fue a la recámara que compartían y se tiró en la cama. No le importo si la ropa nueva se arrugaba, si la comida caliente se enfriaba, las lágrimas que ahora nacían de sus ojos o llorar hasta quedar dormido. Ya no le importó nada.
~💕~
Se despertó por el cosquilleo que surgía en su piel y eso solo lo puede causar una persona. Sus ojos cada vez se adaptaban para distinguir sin luz y reconoció la silueta de su pequeña ardilla, que se encargaba de recorrer con besos todo su torso desnudo después de desabrochar la playera.
- Estas despierto. – Esa melodiosa voz erizó los cabellos de la nuca de JongDae. El interpelado le dio una sonrisa triste. – Perdón por no llegar antes, la cena se veía deliciosa.
- Se puede calentar luego – dijo amargamente JongDae mirando a otro lado, pero las manos de la ardilla en su pecho desnudo le hacía temblar ligeramente.
- Déjame compensártelo... Aún no acaba la noche y quisiera darte mi regalo – la ardilla sí que era linda, y por un momento el corazón de JongDae se puso feliz. La ardilla bajo de nuevo besando su pecho hasta uno de los pezones, mordiéndolo y saboreándolo cual cerezas erectas. JongDae soltaba ligeros gruñidos, sus pantalones comenzaban a molestar.
- No... – Logró decir JongDae con todo el autocontrol que encontró, aunque comenzó a dudar cuando una hilera de saliva salía por la boca hinchada y rosa – Primero yo te doy el mío. – se levantó de la cama y salió de aquel cuarto dejando a una ardilla perpleja y sonrojada. No tardo en regresar y traía consigo un bote marrón, entregándosela a la ardilla.
- ¿Chocolate? – pregunto el pequeño cachetón, abriendo sus ojos lindos y redondos.
- Tu regalo y tu castigo... Se ingenioso. – terminó JongDae con la típica sonrisa de gato y sus ojos brillaban como aquel felino. La ardilla al captar a dónde quería llegar su ahora cazador, sus mejillas se ruborizaron fuertemente, pero una sonrisa traviesa perfilo por su cara.
Dejando el bote descansando en la cama, la ardilla comenzó a cazar al gato seductoramente, atrapando sus labios y manteniendo sus manos en sus caderas, mientras que usaba las propias para deshacerse de las incómodas prendas inferiores de JongDae. Al fin en el piso y dejando ver aquel miembro palpitante, no perdió tiempo y baño toda la longitud con el espeso líquido frío, haciendo que JongDae suelte un gruñido por el impertinente contacto, pero manteniendo la vista en las acciones de la ardilla.
La pequeña juguetona se dejó caer de rodillas para quedar a la altura, engullendo hambriento del dulce sabor a chocolate. JongDae soltaba gruñidos extasiado, tanto por la magnífica labor, así como de la lujuriosa imagen que tenía mientras veía su miembro follarse aquella boquita de cereza. Pidiendo más velocidad, entrelaza los dedos en los sedosos cabellos de la ardilla, esta al sentir la ayuda, levanta la mirada al gato engreído, haciéndole sufrir mientras hace uso de dientes para recorrer la longitud y succionaba gustoso. JongDae no pudo aguantarlo más, pero la mirada seductora de aquella ardilla le hizo derramar su semilla en su boca. El pequeño, como buen niño, no desperdicio ninguna gota, relamiéndose los labios.
- Sabes que me gustan las malteadas – dijo cuándo todo rastro fue limpiado. El gato tomó de las mejillas a la ardilla y lo envolvió en un necesitado beso, probando su propio sabor combinado con chocolate, pero en la boca de aquella ardilla sabía a gloria.
El resto de las ropas se pierden en algún lugar del cuarto.
El sonido de las pieles chocando llenan el departamento y los gemidos de la traviesa ardilla salen sin pudor alguno de que los vecinos escuchen. El gato aún está molesto y se encarga de castigar a su pequeño cachetón cuando toma su miembro y le impide correrse. La ardilla se retuerce y ruega por dejarlo liberarse, ya que el gato se ha encargado de tocar ese punto dulce que le ha hecho ver miles de estrellas tantas veces. Intenta buscar fuerza al sujetarse de las sábanas, pero las manos le tiemblan por el éxtasis, quiere morder su labio inferior, pero sus gemidos impiden que se cierren. Si su orgasmo no sale podría reventar.
El gato nota el calvario de su dulce ardilla y decide ser bueno, de todas formas, su propio orgasmo está a punto de salir nuevamente.
Se corren al mismo tiempo y los pechos se juntan aún agitados, mientras son perlados por gotas saladas.
-Acepto tus disculpas, Minseokkie~ – dice un cansado gato adormilado.
- En ningún momento me disculpe... – la ardilla aún tiene conciencia suficiente para pelear.
- ¿Seguro? Me pareció haberlas escuchado... – un bostezo nació.
- Yo no... –
Un beso de buenas noches marca la hora de dormir y una manta limpia encontrada en el armario se encarga de cubrir sus cuerpos desnudos y manchados.
En definitiva, la comida calentada a la mañana siguiente sabe mejor.
××××
Afsgsgs esperé casi un año para esto
No sé si estuvo bueno, es que no sirvo para el setzo :B
El ChenMin es vidaaaa
🙈💕💕💕
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