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Capítulo 24

Nada más salir del apartamento de su hermano, Adán se dirige hacia un hotel donde se hospedaría durante unos días.
El haberse enterado como su hermano ama a Dania lo había enfurecido.
Esther, intenta hablar con Adán pidiéndole al menos una explicación de lo ocurrido. Por supuesto, Adán prefiere contar las cosas a su manera, echándole toda la culpas de lo sucedido a Jared.
Esther algo confundida, hace todo lo que le dice Adán aún pensando que algo está ocurriendo para que dos hermanos se peleen de esa manera.
Por ello, con la excusa de ir de compras, Esther quedó con Genesis para hablar sobre lo sucedido.

Alrededor del mediodía, Esther y Génesis conversan en una cafetería.

—Genésis, quiero saber exactamente lo que está sucediendo entre Jared y Adán. Anoche pude ser testigo del odio que se tienen. Y para ser sincera, no quiero que mi futuro marido se lleve mal con su hermano, yo me he criado en un hogar lleno de amor y cariño, por supuesto no quiero casarme con un hombre que desprecie a su hermano o viceversa. Soy consciente de que algo se me está ocultando y no soy tan estúpida como para no darme de cuenta de ello.

—Llevas razón Esther. Pienso que Adán no ha sido del todo sincero ocultándole cosas. Yo no voy a mentirte, es lógico que quieras saber la verdad.
Hace cuatro años, Adán contrajo matrimonio con Dania.
Sólo fue un matrimonio de conveniencia.
Un tiempo después de estar casados, Dania acabó con el matrimonio divorciándose de Adán y se vino a vivir y trabajar a New York.
Hace poco me enteré de que Dania conocía a Jared, y eso me preocupa, puesto que me da la sensación como está utilizando a Jared para vengarse de Adán, supuestamente porque según ella, mi hijo le quitó la empresa de su padre, cuando fue su mismo padre quien la dejó desheredada.
Es normal que cuando Adán se ha enterado de la relación que hay entre Dania y su hermano quiera defender a su hermano el cual está tan ciego por ella que no conseguimos que nos escuche. Temo que ese amor que siente Jared por Dania acabe destruyendo a mi familia.

—Sigo sin entender, como sabiendo todo esto le invitó a cenar. Usted debió de alejar a esa mujer.

—Yo no tengo nada en contra de Dania, fui testigo de todo lo que sucedió en su matrimonio y en un principio confié en su palabra respeto al amor que siento por Jared. Sin embargo, anoche pude darme cuenta como está desquitándose a través de mi hijo. Siento que mis hijos se están enfrentando innecesariamente. Ellos siempre se han llevado muy bien.

Pensativa, bebiendo de su café Esther asimila la conversación mantenida con Génesis.
Un pequeño brote de celos empieza a nacer dentro de ella. Sabe del peligro que supone tener a Dania cerca de Adán.
Al principio de su relación, Adán le contó que había estado enamorado de una mujer con unos ojos claros brillantes como dos estrellas y un cabello claro como el sol. Incluso se atrevió a pedirle que se quedara a su lado para ayudarle a olvidarla. Esther había sido paciente respeto al amor que siente con Adán. Ahora, al descubrir que esa mujer se trata de Dania, buscará una solución para alejarla de su novio.

Un día después, Esther fue a visitar a Dania al periódico después de haber averiguado donde trabaja.
Bajo un manto de perversidad y astucia, Esther con picardía habló con Dania invitándola a comer. Ella, sin saber la realidad de los hechos de Esther aceptó la invitación.

Una vez sentadas en el restaurante Esther comenzó hablar con Dania, quería dejarle claro que se aleje de su novio.

—No me voy andar con rodeos Dania. No te conozco de nada y tampoco deseo que mal interpretes mis palabras. Me caes bien, pero no voy a permitirte que te acerques a mi novio. Sé que tú fuiste su primera esposa, le causaste mucho dolor a mi novio, y si he tenido que pasar tres años siendo comprensiva soportando el tener que consolar Adán de tu rechazo, no te voy a consentir que te acerques a mi novio y mucho menos que se haga un enfrentamiento entre dos hermanos que se quieren demasiado por tú culpa.

—Me sorprendes Esther que esa sea la conclusión que has sacado de todo esto. Antes de nada, quiero darte un consejo.
No juzgues a nadie sin saber su historia y el porqué de todo.
Escúchame con atención querida.
Sí, yo me casé con Adán sin conocerlo porque así lo expuso mi padre cuando le quedaba poco tiempo de vida. Mi matrimonio con Adán fue un total desastre. Éramos dos extraños que vivían su vida sin respeto ni amor. Tú querido novio, me dejó claro antes de casarnos que él iba a seguir con su vida de libertinaje a pesar de estar casado conmigo, y por supuesto, nadie debía enterarse de nuestro matrimonio. Si eres inteligente habrás adivinado que Adán me puso muchos cuernos, tanto que ya se me iba la cabeza para un lado.
Nunca amé a tu novio y no tengo ningún tipo de interés en acercarme a él.

—Génesis mencionó algo sobre la empresa de tú papá.

—Eso fue el detonante de toda esta historia.
Adán dejándose llevar por su padre, el gran empresario Rogelio Zubillaga, avaro, mezquino y codicioso. Manipuló Adán para que éste aprovechando un documento que firmó con mi padre tratándose de que mientras durase el matrimonio, Adán se encargaría de dirigir  la empresa. Después del divorcio la empresa sería mía. Pero Adán, usando el poco cerebro que tiene, le llegó la capacidad para poner la empresa a su nombre y así cuando yo firmé los bienes gananciales, al renunciar  sobre el patrimonio de Adán, también estaría renunciando a la empresa de mi padre. Por ello nunca pude recuperarla. El mismo se encargó de engañarme para quitármela.

—Dios mío no puedo creérmelo que te hiciera algo así.

—Tranquila, lo superé. Me dolió mucho cuando me enteré de la verdad, pero...si le hace feliz quedarse con algo que no es suyo para enriquecerse más, pues ahí la tiene. Espero que cuando se case contigo no te haga lo mismo que a mí.

—Dania, yo no sé qué decirte. Me sentía celosa porque al principio de nuestra relación Adán me habló de lo mucho que estuvo enamorado de una mujer con ojos claros, cabello dorado. Es un alivio saber que tú no sientes lo mismo por él. Y ahora qué sé la verdad...Amo a Adán. Pero no sé si este matrimonio funcionará o no. Al fin de cuentas,  se unen dos vidas, también se une la fortuna de nuestras familias. Ahora que sé de lo que es capaz Adán y Rogelio, no estoy muy segura de querer casarme con él.

— Permíteme darte un consejo.
Si lo amas, y estás dispuesta a entregar tu vida a él, hazlo. También te aconsejo que no estés obligada hacer algo en contra de tú voluntad.

—Y...Sobre Jared. Sabes que anoche tuvo un enfrentamiento con su hermano, a punto estuvieron de golpearse.

—No puede ser. Lo venía venir, Jared y Adán no se llevan bien desde hace algunos años. Y ahora, si se ha enterado de nuestra relación le habrá sentando muy mal.
¡Qué lástima me da por Adán, si le hacen un arañazo en su carita! Te juro que si le hace algo a Jared, seré yo misma quien se enfrente a él.

—Dania, gracias por esta conversación me has abierto los ojos. De hecho, yo sabía otra versión. Seguiré tú consejo, y si quieres seguir el mío. Si amas a Jared, no lo dejes escapar. Un amor verdadero no tiene porqué ser destruido, los corazones son más fuertes que nosotros mismos.

Dania y Esther terminaron la comida más relajadas.
Esther comprendió que cada uno cuenta su historia a su manera y basándose en lo que ella vive, debe de darle la razón a Dania.
Esther sabe perfectamente que su matrimonio se basa más bien en agrandar las fortunas de las dos familiar antes de pensar en los sentimientos de los novios.
Ella ama con todo su corazón Adán, ha hecho lo posible para que él olvide a Dania y ahora descubrir todo aquello, la pone en dudas respeto a todo lo que gira respecto a su relación con Adán.

Después de despedirse de Esther, Dania camina de nuevo hacia su trabajo.
Durante el trayecto llama a Jared para saber exactamente lo sucedido con su hermano la noche anterior.
Jared, el cual se encuentra fuera de la ciudad por motivos de trabajo le hace un resumen de lo sucedido.

— Jared, prométeme que no llegarán las cosas a más entre vosotros.

— Dania mi amor , no te preocupes por nada. Las cosas con mi hermano vienen a mal desde hace años. Prométeme que te cuidarás y pasado mañana cuando regrese a la ciudad iremos a cenar. Te he comprado un regalo y ansío por entregártelo.

— Jared, no es necesario que me compres nada.

— Es un regalo y por lo cual debes de aceptarlo. — Sin poder evitarlo, Dania sonríe sonrojándose.

Pasadas las ocho de la noche, Dania llega a su apartamento.
Vanessa se encuentra arreglándose, esa noche tenía una cita.
Mientras termina de vestirse, Dania le cuenta las últimas noticias a su amiga.
La cual no tarda en preocuparse por ella.

— Escúchame Dania, ándate con mucho cuidado. Si Adán se ha enterado de lo vuestro no creo que se quede con los brazos cruzados.

— Tranquila, él no se va acercar a mí. Ahora ve y no  hagas esperar a tú príncipe azul.

— Pena que tenga que marcharme, aunque... aún estoy a punto de cancelar la cena. No me fío mucho de dejarte sola.

— Vanessa, no te preocupes más. Anda ve y pásatelo bien. — Quitándole importancia al asunto, Dania se despide de su amiga.

Al momento Dania de queda sola. Su estómago cruje y antes de darse una ducha prefiere preparar algo de cena.
De pronto el timbre de la puerta suena.
Sonriendo, imaginándose de nuevo Vanessa se haya olvidado de algo abre la puerta.
De pronto su sonrisa se congela al ver Adán parado con una sonrisa cínica.

— ¿Qué haces aquí en mi casa? — Rabiosa Dania le pregunta.

— He venido a verte y ha saber cómo te va con mi hermano. — Dania intenta cerrarle la puerta. Su habilidad y su fuerza hace que la puerta se abra más y Dania llegue a perder el equilibrio cayendo al suelo.

— Vete ahora mismo de mi casa.

— Me iré cuando hable contigo.

— No tengo nada que hablar contigo. Lárgate Adán. — Furioso, agarra a Dania de un brazo levantándola observando a su vez el miedo en sus ojos claros muy transparentes.
Titubeante, Dania trata de deshacerse del contacto de él.
A lo contrario de ella, Adán comienza a excitarse a tal punto que la besa en contra de su voluntad.

— Veo que solo te gusta los besos de Jared. — Celoso al no ser correspondido Adán la suelta dándole un empujón haciendo que caiga en el suelo.
Desde su posición, observando el cuerpo temblar de ella Adán comienza amenazarla.

— Vas a lamentar Dania el haber puesto los ojos en Jared.

— Vete a la mierda Adán. Eres despreciable, un ser mezquino que me quitó todo y también pretendes que me aleje de Jared. Nunca lo voy hacer, lo amo.

Riéndose a carcajadas, Adán volvió agarrarla por su brazo intentando nuevamente besarla.
Celoso, y muy poco suspicaz sujetándola por su nuca la obliga para responder a su beso.
Dania intenta quitárselo de encima, sus fuerzas no son lo suficientes para separarse.
Ante la negativa de ella, Adán la golpea tirándola al suelo.

La puerta se ha cerrado, su llanto no cesa, su cuerpo no para de temblar, sus ojos apenas pueden ver con claridad, su labio inferior temblequea debido al pánico que recorre por su cuerpo.

Vanessa llega feliz por contarle a su amiga lo bien que le ha ido su cita.
Al pasar a su habitación, Vanessa no tardó en alarmarse al verla en posición fetal mirando hacia un punto fijo temblando y sollozando.

— Dania, ¿Qué ha ocurrido, dime porqué estás así?

— Vanessa...— A penas podía articular palabra.

— Dania, amiga dime, por favor. —Al retirar ligeramente la manta, Vanessa se quedó impactada al ver  varios arañazos en su espalda y su rostro golpeado.
Preocupada, Vanessa intenta hablar con Dania, la cual sigue en estado de shock.

— Ven, vístete y vayamos a un hospital, a la policía. Debes de denunciar lo que te ha ocurrido. Ven.

— No puedo Vanessa, no puedo.

— Dania, ¿Quién te ha hecho esto?

— Adán. Vino después de irte tú, mantuvimos una discursion...Y ...

— Dania ese hombre te ha violado amiga. No tienes porqué callarte. Entiendo que estés mal. Debes ser valiente y confesarle todo a la policía. Qué pague por lo que te ha hecho.

— No puedo ir. Me ha amenazado.

— De acuerdo. Toma el teléfono y llama ahora mismo a Jared, él debe saber lo ocurrido.

— Por favor Vanessa. Te lo suplico, Jared no debe saber nada.

— ¡Estás loca! No quieres denunciarlo, ni tampoco piensas decírselo a Jared.

— Te juro Vanessa, que no quiero volverme a cruzar en mi vida a ningún miembro de la familia Zubillaga. Me han destrozado mi vida.

— Dania, no llores más. Entiendo que no quieras ver a ningún miembro de esa familia. ¿Pero qué culpa tiene Jared? Él te ama, tú lo amas. ¿Acaso no piensas luchar por vuestro amor?

— Me duele mucho tener que decirle a Jared que no quiero volver a verlo. Pero cómo voy a mirarlo a los ojos, fingiendo que no siento odio hacia su hermano.

— Ve a la policía por favor. Pon una denuncia y al menos que sea la justicia quien se encargue de él.
Dame tú mano, vístete.

Dania hizo caso a su amiga. Se vistió y fue a hacia una comisaría para poner la denuncia en contra de Adán.
Seguidamente fue guiada por una mujer policía hasta un hospital donde le harían algunas pruebas.

De madrugada, Dania salió del hospital afligida en compañía de su amiga.
La denuncia estaba puesta pero al parecer Adán ya no se encontraba en el país.
Nada se podía hacer, salvo esperar y dejar que sea la justicia quien se encargue del proceso.

Cabizbaja, Dania abrazada a su amiga, se dirigen hacia su apartamento.

— Ten fe de que ese mal nacido será arrestado y pagará por lo que te ha hecho.

— ¿Tú crees que la policía va hacer algo? Cuántas mujeres son violadas diariamente y la justicia cada vez es más lenta. No creo que conmigo vayan hacer una excepción.

— Has sido muy valiente Dania haciendo lo correcto.
Sigo pensando ¿Qué pasará entre tú y Jared?

— Ya he tomado una decisión. Hablaré con Irma para que me mande lejos a hacer cualquier reportaje y durante ese tiempo perderé el contacto con Jared tratando de olvidar los momentos que hemos pasado juntos.

— Muy fácil decirlo. ¿Serás capaz de hacerlo?

Dania guardó silencio, sabía que no podría alejarse tan fácilmente de Jared. Sin embargo, a pesar de amar con tanta intensidad a Jared, su hermano le había dejado marcada para el resto de su vida.
Vencida y triste por lo vivido se hizo un ovillo dejando caer mil gotas de sufrimiento.
Vanessa, llorando junto a su amiga, se tumba a su lado abrazándola, quería de algún modo demostrarle su amistad ayudándola para que supere ese mal trago.

Nada más llegar a su casa Adán llama por teléfono a su madre.

— Adán ¿Qué son estas fotos que me han llegado a mi teléfono donde se ve que Dania te besa? ¿Qué significa todo esto?

— Mamá, te lo suplico, no le cuentes nada de esto a Esther o Jared. Pero sé que soy un estúpido. Lo sé y me arrepiento de haberme dejado convencer por ella cayendo en su red.

— Adán, ¿Le has sido infiel a Esther? ¿Cómo has podido hacer algo así?
Inmediatamente tú padre será informado de esto. — Dada por finalizada la conversación Adán busca una botella de whisky. Se sirve varios vasos dejando recorrer despacio por su garganta el agrio sabor del licor.

En ese momento pasa Rogelio enfurecido, su mano golpea la cara  de su hijo.
Uno enfrente del otro, dos miradas tan iguales, dos hombres hechos a la misma medida se retan con la mirada.
Es tal el silencio que se puede respirar, que se puede cortar con el filo de una hoja afilada.
Irritado por lo sucedido. Rogelio le pide explicaciones a su hijo del porqué ha terminado en la cama con esa mujer.

— Simplemente lo he hecho para demostrarle a Jared quién es en verdad Dania Prato. La mujer que dice que lo ama profundamente y acaba en la cama conmigo.

— ¿Y Esther? Ella es tú prometida, la cual le debes respeto y fidelidad. Dime qué dirán de nosotros su familia cuando se enteren de lo sucedido.

— No van ha enterarse, mis abogados trabajan para quitar esas fotos de internet donde se me acusa. — No había ningunas fotos circulando, su plan estaba saliendo bien. Dania y Jared acabarían separados y su padre seguiría poniendo su confianza en él dejándole más de la mitad de la herencia. — Pensó para sus adentros contemplando la rabia fluir por cada poro de su padre.

— No quiero que esto se vuelva a repetir. Sabes que debes de casarte con Esther y olvídate de esa mujer, la cual solo nos ha traído problemas en esta casa.

— ¿Qué pasará con Dania? — Pregunta Adán observando a su padre, molesto y enfurecido por todos los problemas que le causa Adán.

— Hablaré con Jared. Él debe de entender las intenciones de esa mujer y por supuesto no quiero volver a verla.
Me siento muy orgulloso por tí hijo mío por haber defendido a tú hermano haciéndole ver lo equivocado que estaba al poner sus ojos en una mujer como ella.
Tú serás pronto el marido de Esther una mujer de nuestro círculo social, elegante y preparada para ser buena esposa.
Eso es lo que me importa hijo, tú felicidad.

Acto seguido, Rogelio abandona la habitación de su hijo para ir hasta el salón donde pasados unos minutos marca el número de Jared.

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