Capítulo 23
Después de haber estado visitando varias tiendas en compañía de su novia. Adán se fue al apartamento de su hermano.
Hacía años que no pisaba aquel lugar, exactamente desde aquel día de Abril, donde después de haber pasado cuatro meses desde su divorcio quería volver a ver a Dania.
Sabía dónde trabajaba y fue directo hacia el periódico, utilizando sus influencias pudo saber todo lo relativo sobre Dania.
Desde la distancia, montando en su auto de alquiler, pudo verla de nuevo.
Su aspecto representaba a una mujer cansada pero con ganas de luchar.
Por unos instantes, tuvo el impulso de salir del auto para ir en su busca. Decirle lo que por tanto tiempo se había callado. Poder mirarla a sus ojos y expresar lo mucho que la quería.
Tal vez le faltaba esa valentía, o más bien era porque no quería llevarle la contraria a su padre.
Las cosas entre ellos habían mejorado lo suficiente como para haberse convertido en su mano derecha.
Había obtenido el cariño y la atención de su padre, aquella por la que siempre había sentido envidia de su hermano.
Jared estaba lejos, y la balanza se había inclinado a su favor.
¿Porqué estropear las cosas, cuando tenía exactamente lo que siempre quiso?
Poder tener más parte en la fortuna de su familia que su hermano.
Durante todo este tiempo, Jared y él se habían distanciado.
La insistencia de su madre por querer que ambos hermanos se lleven mejor, había conseguido que en esos momentos estuviera abrazando a su madre y hermano.
— Mira Esther, él es mi hermano. Te he hablado mucho de él y ya es hora de que lo conozcas mejor.
— Mucho gusto Jared. — Esther sin hacer preguntas, ajena a todo lo que sucedía entre aquellos hermanos se mostró simpática saludando a su vez a Génesis.
Acto seguido, dirigiéndose hacia el salón donde seguirían conversando hasta la hora de la comida.
Génesis miraba con adoración a sus hijos, los cuales gastaban bromas y hablaban de su infancia.
Sin embargo, un pequeño escalofrío recorrió su espalada al pensar en Dania.
¿Qué sucederá cuando Adán se entere de la relación que hay entre Dania y Jared?
Sus dudas no se despejaron, hasta que llegó la noche.
Había estado con Esther de compras durante toda la tarde.
Esther era una muchacha cariñosa, obediente, algo ingenua y sin maldad.
Sin duda era la mujer adecuada para su hijo.
Pensó Génesis mientras llegaban al restaurante esperando la llegada de Dania.
Un rato después llegaba Dania apurada por haber tardado.
Génesis le quita importancia comprendiendo lo estresante de su trabajo.
La saludó con cariño presentándole a su vez a Esther.
— Mucho gusto en conocerte — Dania observó aquella mujer tan elegante y joven. Hizo un mohin pensando para sus adentros si ella vivirá la misma situación que años atrás vivió ella. Entonces si le daba pena, se veía muy inocente y confiada.
— Ven Dania, pasemos dentro nos esperan los muchachos.
— Muy bien, porque no sabe el hambre que tengo. — Con su comentario hizo reír a Génesis y Esther. La cual seguía hablando con Dania referente a su profesión.
Al llegar las tres mujeres a la mesa donde se encuentran ellos dos hablando animadamente, Génesis se adelanta saludando a sus hijos seguido lo hace Esther y por último Dania.
Al ver de nuevo a Adán después de tantos años, pudo darse cuenta como con el paso de los años sus facciones no eran las que ella recordaba.
Había cambiado demasiado, ahora lucia más hombre. Por supuesto conservando su atractivo.
— Disculparme, pero hoy ha venido a cenar con nosotros Dania, ella es la hija de un amigo y como vive aquí en New York, he querido invitarla a que nos acompañe a cenar. — Sintiendo la mirada negra de su hijo sobre ella, Génesis seguía hablando nerviosa temiendo lo peor.
Sin embargo, Dania hizo lo que mejor sabía. Ser educada y por respeto a Jared y Génesis tuvo que contenerse de no decirle cuatro cosas Adán. Por ejemplo, preguntarle cómo le va en la empresa de su padre, la cual le quitó. Aquel pensamiento, le golpeó de lleno.
Aún así, prefirió guardar silencio haciendo como si no se conocían.
— Hola Adán ¿Cómo está? — Extendiendo su mano, Dania le saludó mirándole fijamente.
— Buenas noches Dania, mucho gusto en conocerte, mi madre me ha hablado de su trabajo. — En ese momento verla pasados algunos años, Adán se sentía nervioso, a pesar de haber querido mostrarse frío y distante con ella delante de Esther y su hermano, sus ojos no podían dejar de admirar la belleza de ella.
— Buenas noches Jared, me alegro de volver a verlo. — En tono de burla sin dejar de observar aquel hombre que tanto quiere, reservando sus sentimientos de momento, Jared estrecha la mano de Dania devolviéndole una mirada sentimental con esa sonrisa tan dulce que tanto le gusta a ella.
Todos tomaron asiento. Adán disimulando ante Esther sus sentimientos despertados hacia Dania, no dejaba de hacerle mimos.
Dania, Génesis y Jared hablaban sin prestar demasiada atención a la pareja. Ella sólo tenía ojos para Jared.
Terminada la cena, Adán propuso de ir los cuatro a un local de copas.
Dania no estaba muy convencida de ir. La presencia de Adán le hacía recordar momentos amargos de su pasado, y a pesar de mantenerse fuerte, había superado la prueba de la cena. Pero... ¿Ir los cuatros solos?
— Ven Dania, por favor, sólo será un rato. Yo también estoy algo cansada. — Ante el ruego de Esther para que la acompañe, Dania no pudo negarse.
Todos se despiden de Génesis la cual se marcha para el apartamento de Jared.
Después de despedirse de su madre, Jared respiraba hondo varias veces enfadado por mantener las distancias con Dania.
Se sentía tan mal por tener que representar un papel que no iba con él.
Quería decirle cuatro cosas a su hermano y por intentar llevarse bien, tuvo que morderse en varias ocasiones la lengua.
Una vez que llegaron al pub, Adán queriendo salir por encima de su hermano, los dirigió hacia un grupo de conocidos en el mundo de los negocios.
Adán saludó aquellos hombres acompañados por sus parejas.
Por supuesto, también le presenta a Esther cómo su prometida, dándole un beso en la mejilla.
— Patético. ¿En verdad es tú hermano? — Desde una distancia prudencial Dania le observa.
— Dania, dime, ¿qué sientes en estos momentos? — Le pregunta Jared haciéndole entrega de una cerveza.
— Dolor Jared. Y también alivio y felicidad por mí.
Siento unas ganas terribles de corgerlo por el cuello, porque a mí siempre me mantuvo al margen, dándome la sensación que lo avergonzaba. Y míralo, como presume con su bella prometida. Más tonto no lo he visto.
En verdad, siento alivio porque siento pena por Esther, es demasiado buena para Adán. También siento mucha alegría de haber hecho lo correcto. Por que en estos momentos mi corazón te ama a tí.
— Dania, mi dulce Dania. ¿Qué me has hecho para que me tengas tan prendado de tí?
— Uhmm...Hacerte una entrevista.
— Has hecho mucho más que eso. — Dejándose llevar por lo que siente, Jared se acerca lentamente a Dania para besarla. Desafortunadamente, su hermano lo interrumpe.
Esa noche había vuelto a verla. A pesar de los años y el estar comprometido con otra mujer, Adán sigue sintiendo esas emociones hacia Dania.
Por supuesto, quería darle celos con Esther.
Jared, no tarda en percatarse de las intenciones de su hermano.
Todo lo que esa noche está haciendo es para mortificar a Dania.
Habla con sus amigos sin soltar a Esther de su cintura besándola sin apartar los ojos de Dania.
Aquello estaba demás.
— ¿Te apetece bailar? — Jared tira de Dania hacia la pista de baile intentando sacarla de esa situación.
— Cada vez pienso que tú hermano es más idiota. No entiendo por qué trata de darme celos.
— Es lógico Dania. Aún te quiere.
— Lo siento por él. Yo no siento ni gota de amor por él. Te quiero a tí y me da igual si se entera. He reflexionado sobre lo que me dijiste, y llevas razón. No estamos haciendo nada malo para tener que escondernos de nadie.
— Al fin has recapacitado. — Con tono de burla, Jared empieza a bailar con ella.
Ya no hay tensión entre ellos, el tema de su hermano ya no les afecta tanto, pero si les preocupa.
Sin embargo, Dania y Jared se aman, existe demasiada química entre ellos como para tener que distanciarse.
Los labios de él rozaron ligeramente los de ella. Rodeándola por su cintura, la atrajo más hasta él, pegando casi sus cuerpos encendiéndose la llama que los envuelve.
A pesar de estar distraído hablando, Adán buscó con la mirada a Dania.
Al verla besándose con su hermano, una flecha de aversión fue directa hacia su corazón.
Sorprendido por tener que presenciar aquella escena, agarró a Esther casi tirando de ella saliendo de aquel lugar a toda prisa.
Su pulso se acelera, por sus venas fluye la fobia de pensar como Dania se está desquitando con su hermano.
Un rato después, Jared llega a su apartamento después de haber dejado a Dania en su casa.
Pasa al salón encontrándose sentando con un vaso de whisky en la mano a su hermano mirando hacia la nada.
— ¿Aún despierto? —Pregunta Jared sirviéndose un whisky.
— ¿Desde cuando conoces a Dania?—Sin andarse con rodeos, Adán fue directo al grano.
— Desde hace poco. ¿Porqué?
— Me imagino que sabrás que Dania es mi ex mujer.
— Sí. Mamá me lo contó.
— Me imagino que solo será una distracción, cuando termine vuestra aventura la dejarás. — Adán clavó sus ojos en su hermano encrespado.
Enfurecido, Jared se dirige hacia su hermano dejándole claro sus sentimientos por Dania.
— No te permito que hables así de Dania. Ella es ahora mi novia, la mujer que amo, yo no soy como tú Adán.
— Eres idiota. No te das cuenta que solo quiere desquitarse conmigo a través de tí.
— Si no me lo dices no me hubiera percatado.
— Deja de decir estupideces. Tú no la conoces tan bien como yo.
¿Qué piensas, que aún se ha olvidado de la empresa de su padre? Estoy seguro que aún sigue diciendo que yo se la quité.
— Mira Adán, yo no sé qué fue exactamente lo que ocurrió porque no estaba allí para presenciarlo.
Llevas razón, a Dania no la conozco casi nada, pero a tí si. Y sé perfectamente que la empresa del padre de Dania no te pertenece. ¿Cómo pudiste hacer algo así?
— Yo no hice nada malo. Su padre fue quien me la dió a cambio de tenerme que casar con su hija.
— A cambio de nada Adán. He hecho mis propias averiguaciones y debo decirte que Pablo Prato no dejó desheredada a su hija, fuiste tú quien se la arrebató dejándola sin nada.
Aprovechaste el documento que firmaste con Pablo cómo que tú te harías cargo de empresa para hacerle firmar a Dania la renuncia de los bienes gananciales. Ese fue el motivo por el cual engañada, Dania renunció a la herencia de su padre. — agarrándole por el pecho, furioso Jared le reclama a su hermano el haberse quedado con la empresa de Dania.
— ¡Basta ya! — Grita Génesis separando a sus hijos. Mirando uno a uno Génesis comienza a preguntar qué ocurre.
Los dos hermanos siguen retándose en silencio.
— Adán mi amor, no pelees con tú hermano. — Esther ajena a lo que realmente está ocurriendo se pone al lado de su novio acariciando su brazo intentando calmarlo.
— Tranquila Esther estoy bien. Es solo que mi hermano está demasiado ciego y quiere culparme de algo que yo no he hecho. Cuando se dé cuenta de su error, será demasiado tarde.
Ve y vístete, nos vamos ahora mismo. No quiero permanecer un minuto más en este lugar.
— Te vas porque quieres. Yo no te estoy echando.
— Adán, hijo no hagas esto. Los dos sois hermanos y no podéis llevaros así de mal.
— Dile a Jared, que si sigue haciendo caso a esa mujer, nada tengo que hablar con él.
Génesis entre sollozos, habla con su hijo para que desista de su idea de irse.
Adán, comienza ha recoger sus cosas y se marcha con Esther.
Al irse Adán, Génesis mira a Jared el cual sigue apoyado en la barandilla de la terraza con su cabeza gacha queriendo dejar libre su rabia.
Génesis camina hacia su hijo aún con su llanto suave, habla con Jared.
— Jared, hijo por favor dime porqué habéis peleado tú y Adán.
— Por Dania. Al parecer no le ha prestado nada bien que esté con ella.
— Entiende Jared lo mal que estás actuando. Ella fue la mujer de tú hermano, Adán a pesar de casarse con Esther, Adán sigue queriéndola. Es lógico que se ponga así y más cuando tú has dudado de tu hermano acusándole de algo que no hizo.
Jared, quiero y deseo desde lo más profundo de mi corazón que mis dos hijos sean felices.
Ahora mírame, ¿Pretendes aléjarte de tú familia por Dania?
¿En verdad tú sacrificio merece la pena?
— Porqué me dices esto mamá. Yo estoy enamorado de Dania, ni siquiera sabía que ella fue la mujer que se casó con Adán. ¿Me pides que renuncie al amor de Dania?
— Simplemente te digo que recapacites y pienses en lo que estás haciendo.
— Pienso que no hago nada de malo. Por lo cual no voy distanciarme de Dania por el caprichoso de Adán. Si es cierto que la amó, debería haberle demostrado su amor y haberla buscado cuando ella se marchó.
No hizo nada mamá, no movió un dedo para luchar por ella. ¿Y ahora quiere que yo haga lo mismo?
Pues he pensado que va ser que no.
Si las cosas entre yo y Dania no funcionan, que sea una cosa entre nosotros.
— De acuerdo. Sólo espero que no destruyas el lazo de sangre que hay entre Adán y tú.
Acto seguido, Génesis se va hacia su habitación, donde nuevamente rompe a llorar ante el sufrimiento que padece por ver cómo sus hijos, los cuales aman a la misma mujer se están destruyendo.
La pelea de esa noche solo fue el comienzo de lo que puede que venga después.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro