Ahora su vida comenzaba a ser normal, incluso podía decir lo bien que se encontraba y con la mira puesta en su futuro.
Con el tiempo logrará superar ese mal trago, el cual le ha hecho de ser otra mujer.
Comenzaba hacer su maleta mirando la que fue su casa.
Aquellas cuatro paredes que la vieron nacer, crecer y sufrir de algún modo. Ahora, nada de todo aquello le pertenecía.
Tras firmar el divorcio con Adán, buscó unos compradores para su casa. No tardó en vender la casa y con el dinero viajaría hasta New York, donde comenzaría a trabajar como periodista empezando su vida desde cero.
Con lágrimas en los ojos, abraza fuerte a sus dos mejores amigos. Los cuales, siguiendo abrazados como una piña, dejaban mostrar la tristeza de tener que despedirse de su amiga.
Hasta que el avión no empezó a volar por entre las nubes, Dania no sé percató de todo lo que estaba dejando atrás.
Si no fuera por las circunstancias, quizás no se viera subida a un avión volando hacia otro país en busca de un futuro mejor.
Atrás, estaba dejando su vida llena de amor, desdichas, alegrías...
Lo que sí tenía claro, era lo que sentía en su interior.
A pesar de haber estado casada con un hombre atractivo físicamente, nunca llegó alcanzar su felicidad.
Pensó varias veces en el amor y si algún día llamaría a la puerta de su corazón.
Incluso podría llegar a imaginarse como sería su vida en New York, al menos podría empezar una nueva vida en una ciudad donde nadie la conoce y quizás poder encontrar al hombre que la haga sentir especial.
En el aeropuerto se encontraba Irma Damter, la que fue compañera y mejor amiga de su madre y ahora será su jefa.
Aquella señora de mediana edad, la recibió con alegría y con cariño llevándola hasta su casa.
Dónde Dania pudo charlar hasta bien entrada la noche sobre su madre y de su trabajo.
Al día siguiente, Irma le presenta a su hija menor. Vanessa. La muchacha se presenta encantada de haberla conocido después de que su madre le hubiera hablado de ella.
Dania y Vanessa no tardaron en simpatizar.
Vanessa, propuso a Dania de irse a vivir a su apartamento. De esa manera tendría más independencia.
— No te preocupes Dania, ve con Vanessa. La fin al cabo las dos tenéis la misma edad, estoy segura que váis a llevaros bien.
— Gracias Irma por todo. El lunes a primera hora estaré en tú oficina, estoy nerviosa de conocer el lugar donde voy a trabajar.
— De acuerdo, te esperaré deseosa para que comiences lo antes posible.
Si tú madre te viera, estoy segura que se sentiría muy orgullosa de ti. Estoy segura que también serás tan buena periodista como ella.
— Gracias por todo Irma. Haré todo lo posible para no defraudarte.
Dania se despide de Irma, agarra su maleta comenzando a caminar detrás de Vanessa.
Ella, es una chica alegre y zalamera.
El tiempo de duración del trayecto, Vanessa no deja de hablar resumiendo detalles de su vida.
Dania la escucha con atención riéndose de sus tonterías.
Después de estacionar su vehículo, Vanessa le muestra el gran edificio donde se aprecian bastantes apartamentos, incluso algunos se veían que eran bastantes caros.
— ¿Te gusta el apartamento?— Le dice Vanessa una vez abre la puerta y la invita a pasar.
— Es precioso. Me gusta.
— Me alegro mucho y más ahora que serás mi compañera de piso. Ya empezaba a sentirme sola en este gran apartamento.
Ahora ven, te enseño tu habitación y el apartamento.
Al pasar a la habitación, Dania miró fijamente una foto antigua donde se podía ver a Irma y su madre de jóvenes. De inmediato empezó a sentir nostalgia.
Vanessa habló con ella intentando que aliviase su dolor.
Las dos, tomaron asiento en la cama. Dania comenzó a contarle lo sucedido con su vida este último año y su fracasado matrimonio.
— Tranquila Dania. No debes sentirte arrepentida por no haber cumplido con la palabra que le hiciste a tu padre. Creo que no deberías arrepentirte tanto por esas cosas que has hecho mal, sino de las cosas que has hecho bien para las personas equivocadas.
— Puede ser que lleves razón y Adán no haya sido el amor de mi vida.
Tal vez deba dejar de pensar en él.
— Deberías hacerlo si deseas comenzar con tú vida. Atrás quedó tú pasado, ahora este es tú presente, tú día a día. Bienvenida a New York.
— Gracias Vanessa. — Dania sonrió aliviada de sentirse querida.
Nada más meterse en la cama, Dania pensó en cómo su vida había cambiado.
Hace pocas semanas, se encontraba casada con un hombre el cual no llegó ni a tocarla. La muerte de su padre transformó su vida y en esos momentos, estaba a miles de kilómetros de su país, puesto como nada la ataba allí salvo el lazo de amistad con Meri y Niko.
Sobre la familia Zubillaga no quería volver ni a cruzársela en su vida.
En especial a Rogelio.
Definitivamente, ella estaba dispuesta a comenzar una nueva vida cargada de ilusiones, esfuerzo y luchar por obtener sus sueños.
A primera hora del lunes, Dania tubo su primera entrevista con Irma, la cual le mostraba su lugar de trabajo presentándole a sus compañeros de equipo.
Acto seguido, Irma le encargó su primer reporte, algo sencillo hasta que fuera cogiendo experiencia.
Aún sintiéndose nerviosa, Dania tomó asiento en su puesto de trabajo.
Sin perder tiempo, comenzó con su labor.
— Hola tú debes ser la nueva. Soy Noa, mucho gusto. — Con algunas carpetas, aquella morena de ojos risueños se presentó.
— Soy Dania. Mucho gusto. Pienso que vamos a ser compañeras.
— Por lo que veo sí. Ya comenzaba a extrañar a una mujer, no es por nada, es que en los dos últimos años he trabajado con hombres. — Dania sonrió tímidamente, al parecer aquella ciudad tenía la llave de su felicidad.
Hasta ahora está siendo tratada con afecto y cariño por parte de sus compañeros y su amiga Vanessa, la encargada de mostrarle los lugares más bonitos de la ciudad, sin olvidar de presentarle algún hombre.
Dos años y medio después...
Preparándose un café hablando por videollamada con su amiga Meri, ésta le contaba todo lo referente a su trabajo.
En los dos años y medio transcurridos, Dania se había volcado en su profesión haciendo lo posible por ir ascendiendo.
Se había creado un blog, donde escribía referente a los problemas que le suceden diariamente a las mujeres.
Era como una especie de tertulia, donde las mujeres contaban sus problemas cotidianos, referente a sus matrimonios, sus problemas con el peso, los hijos...
En los tres últimos meses, su blog había aumentado las visitas.
A pesar del trabajo que tenía, el cual era algo arriesgado debido a las continuas entrevistas que debía hacer y eso suponía viajar, aún no se había sentido atraída por ningún hombre.
Vanessa le había presentado hombres interesantes manteniendo alguna cita con alguno. Citas de las cuales no pasaban de una cena, como mucho una copa.
— Dania amiga, no puedes seguir encerrada en ese caparazón eternamente. Estoy segura de que pronto conocerás al hombre que te robe el aliento.
— Meri, deja de leerme el tarot. De momento estoy bien así. Simplemente es que no me atrae ningún hombre como para irme a la cama y mucho menos sentirme flechada.
— Según mis cartas, vas a conocer muy pronto a tú príncipe.
— Dile a tus cartas que ya he besado a muchos sapos y ninguno se ha convertido en príncipe.
— Este príncipe no te va hacer falta besarlo, vas a caer rendida a él aunque quieras aléjarte, él te va perseguir, vuestro amor triunfará.
— ¿Cómo se llama esa serie?
— Dania hablo enserio. Mis cartas nunca mienten.
— No lo pongo en duda. Y ahora debo irme a trabajar, Irma me ha comentado que debía pasarme antes por su oficina para hablar conmigo.
— Mucha suerte. Ya me dirás si mis cartas mienten o no.
— Okey. Seguimos hablando.
Después de tomarse su desayuno, Dania se marchó directa hacia la oficina de Irma dónde nada más verla le informó lo que debía hacer hoy.
— Dania siento mucho informarte que debes cambiar hoy tu reportaje. Debes de sustituir a Noa, al parecer ella se encuentra enferma y no va poder hacer la entrevista al escritor Jared Arocha.
En estos momentos es uno de los escritores de éxito. Y va dar una rueda de prensa para hablar sobre su libro.
Pero antes, tenemos el privilegio de poder hacerle una entrevista a solas en la habitación de su hotel. Hasta ahora todo referente a su vida privada es un enigma. Y como sabrás, los lectores quien saber cómo es en realidad el autor con mayor éxito de libros de romance y misterio.
Dania, nos ha costado mucho poder conseguir esa entrevista. Si no fuera por lo importante que es, no estaría pidiéndote que asistas en el lugar de Noa.
— De acuerdo iré. — Irma le indicó las preguntas que debía hacerle, añadiendo la dirección donde se hospeda el escritor.
Después, sería ella quien escribiría la columna para una de las mejores revistas del país.
Una vez que pudo montar en un taxi, Dania consultaba las notas recibidas de Irma. Había leído los libros del autor, pero nunca hubiera pensado llegar a entrevistarlo. Hasta ese momento ella se dedicaba a las entrevistas de partidos políticos, o algún suceso importante.
Nada más dejarle el taxi el Hotel donde se hospeda el escritor. Dania pasó directa hacia recepción, donde habló con la recepcionista comunicándole quien era ella y debía de hacer una entrevista al señor Arocha.
— Por supuesto, el señor la espera.
— Dania tomó nota en la suite donde debía ir para hacer la entrevista.
Al salir del ascensor, buscó la puerta de la suite. Tocó dos veces, a su encuentro salió una mujer con carpeta en mano, presentándose como la asistente del señor Arocha.
Dania entró en silencio detrás de la asistente.
— Venga por favor, la entrevista se hará en la terraza.
Dania asintió con su cabeza siguiendo las indicaciones de la mujer.
Llegó a la terraza y tomó asiento.
Encima de la mesa había una botella de agua y varios vasos.
Mirando las vistas, escuchando el ruido de los coches, bebió varios sorbos de agua dejando sus cosas encima de la silla.
— Buenos días. Siento el retraso. — Aquella voz masculina la asustó. De pronto se atraganta con el agua tosiendo.
— Disculpe señorita, ¿Está bien?
— Creo que sí. Vaya tos un poco más y no lo cuento.
— Tome algo de agua, le ayudará para calmar su tos.
— Muy amable. — De pronto aquellos ojos azules como el mar la observan con dilección. Sus labios muestran una sonrisa encantadora dejando ver unos dientes blancos perfectos. Su cabello castaño claro revoltoso le da un toque de seducción llegando a verlo como a un ángel.
— Hola, soy Jared Arocha, mucho gusto en conocerte.
— Hola soy Dania Prato, mi compañera está enferma y por ello he debido de sustituirla.
— No pasa nada. Espero que se recupere pronto.
Cuando lo desee podemos comenzar.
Por un momento pensó en Noa, una amiga desde hace años. Y en su lugar estaba una muchacha vestida con unos jeans, suéter de lana con botas marrones altas. Su rostro no mostraba ni gota maquillaje.
Jared, tomó asiento tranquilo esperando que la entrevista diera comienzo.
Dania puso la grabadora encima de la mesa, sacó varias notas donde estaban escritas las preguntas que debía hacerle.
Acto seguido, haciéndole un gesto con la cabeza, Dania empezó con la entrevista.
Durante los cuarenta minutos que duró la entrevista, Dania le había hecho preguntas referente a su libro, como estaba llevando el éxito del libro y algunas preguntas de su vida privada.
Las cuales, Jared contestó sin ningún problema y lo que más nerviosa le ponía a Dania era esa sonrisa que parecía no desaparecer del bello rostro del escritor.
— ¿Tiene la información que desea? — Pregunta él terminando de llenar los vasos de refresco.
— Es todo. Muchas gracias.
— Ha sido un placer.
— Pero no termino de entender, si mañana dará una rueda de prensa para hablar sobre su libro. ¿Porqué ha accedido hacer esta entrevista?
— Tú misma lo acabas de decir. Simplemente voy hablar referente a mi libro, nada sobre mi vida privada. Usted, tiene información de mi vida privada. Algo, que no suelo contar a los medios de comunicación.
— Exacto. Entonces soy privilegiada al poder haber sabido algo más referente al escritor Jared Arocha. Uno de los escritores con más éxito, ganador de varios premios y su última novela se ha traducido a más de veinte idiomas.
— Lo es, usted es toda una profesional, se ve que le gusta su profesión y la disfruta. Yo solo me he limitado hablar de lo que firmé con su jefa. — Sin apartar los ojos de Dania, Jared sentía que los envolvía una magia, de hecho, notaba como había química entre ellos. Sin contar, como le agradaba la compañía de Dania.
Una mujer con unos hermosos ojos claros, sonrisa tímida, mejillas rosadas y labios color cereza.
Sus rasgos eran perfectos al igual que ella.
Por una extraña razón, Jared no quería que se marchara, incluso quería volver a verla.
El problema era que aquella mujer con su cabello dorado, alegre y hermosa no volvería a verla más.
En unos días debía de viajar California para seguir con la presentación de su libro.
Al tocar la mano de él, Dania percibe un pequeño, pero exagerada sacudida en mitad de su vientre haciendo que se alarme bajo el hechizo de la mirada añil del ángel.
Agarrando de nuevo sus cosas, volviendo a despedirse, Dania salió de la suite hacia el ascensor donde al fin pudo soltar el aire que la había empezado a sofocar.
Tocó sus mejillas, las cuales están ardiendo y una sonrisa boba se había dibujado en su rostro.
Jared no solo era un hombre hermoso, alto, cuerpo atlético, lo que más le había llamado la atención era lo tranquila que se sentía ante su presencia y más mirándola con esos luceros azules como el mar.
Sonrió tímidamente leyendo las notas que había escrito referente a su vida privada, a decir verdad poco se sabía de él, la poca información que tenía era referente a su trabajo.
Según él, no quería hablar sobre su vida privada.
Solamente le había hablado de sus estudios, sus aficiones y un par de relaciones con dos mujeres famosas que ya habían pasado a la historia.
De momento no había encontrado a ninguna mujer que lo haga sentirse especial.
Hasta ahora su corazón seguía buscando a esa mujer que se lo llene de amor y poder corresponderle de la misma manera.
¿Podía ser más romántico?
Pena que no volverá a verlo más. Pensó conforme camina por la calle buscando un taxi.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro