Tristán estaba en pánico, sus hijos mellizos comenzaron a llorar fuertemente.

Su esposa no estaba con ellos.

—¡Hiro no muerdas a tu hermana!—Habló Tristán algo asustado al ver a su hijo moder el cabello de su hija.

Hiro estaba masticando lentamente el cabello de su hermanita, Tristán lo alejó un poco.

Hannah vio la espada de su papá y fue por él para jugar.

—¡Hannah!—Se asustó Tristán—La espada no es un juguete hija.

Hannah lloró por no tener la espada, trista tenía que pensar en una idea para calmar a sus hijos.

A Tristán se le ocurrió una día idea, activo su modo diosa y enseñó una hermosa magia para que los mellizos lo vean.

Hannah se quedó sorprendida por el poder de su papá y comenzó a reírse.

Hiro estaba en la espalda se su papá mientras que veía la magia.

Tristán vio la sonrisa de su hija.

—Te pareces a tu mamá—Sonrió Tristán mientras que sacó a Hiro de su espalda y fue directo en dónde Hannah.

Los mellizos estaban en los brazos de su padres, Tristán estaba muy feliz de ser padre de unos hermosos mellizos.

Y tambié está muy feliz de formar una familia con la mujer que siempre soñó solo para él.

—Me alegro que ustedes sean mis hijos—Habló Feliz Tristán.—Les prometos que seré un buen padre para ustedes.

Los mellizos no entendían bien lo que decía su padre pero le gustaba que su padre estuviera feliz.