—Podemos esperar un momento si desea— observo a Hyuk, le regalo mi mejor sonrisa— el joven Kim la está esperando.

Taehyung tenía prácticas toda la tarde, era imposible que compartieramos más tiempo juntos aparte de la entrevista de hoy.

—Hablas de mi Kim, del Kim líder o del Kim mayor— realmente no fue pregunta— no importa, de todas formas quiero llegar ya a casa y Leo debe estar preguntándose si estoy bien.

Retomé el camino, dejándo a Hyuk llevar mis cosas debido a su insistencia, quise entretenerme revisando mi horario, el saber que estoy ocupada me alivia porque podré centrar mi cabeza en algo que no sea esto que acaba de pasar.

Para mi desgracia tengo libre hasta las cuatro de la mañana del día siguiente, tenemos un vuelo a Japón.

—Allí está el joven Kim— observo a Hyuk y luego pos si solos mis ojos buscan a Taehyung, encontrándolo junto a su preciada camioneta verde. Camina hacia nosotros— traeré el vehículo, esperen ambos aquí.

Guardo el teléfono en el bolsillo trasero de mis pantalones antes de tener a mi novio lo suficientemente cerca como para conversar, luce inexpresivo como es usual últimamente, sin embargo me analiza de pies a cabeza, buscando quién sabe que.

—Le dije a Leo que te llevaría más tarde a casa— arqueo ambas cejas— ¿Está todo bien?— Hyuk se estaciona a nuestro lado, subimos a los asientos traseros, vuelve a arrancar sin pronunciar palabra— tengo dos opciones para ti hoy.

—Hombre de negocios.

—Podemos ir a mi lugar personal, hablar,  comer, hacer algo y disfrutar de este increíble novio que tienes— río bajo, el sonríe perezoso— ó te llevo a casa en caso de que quieras estar sola, teniendo en cuenta que cancele mis pendientes de hoy para estar contigo espero que elijas la primera opción.

Sonrío para él y tomo su mano, dándole un beso en los nudillos y asintiendo.

—Vamos a ese lugar personal.

—Tan seca— suspira, soltandome— no eres nada romántica, soy el dulce de esta relación.

—¡Si soy romántica!

—No, no lo eres.

—Puedo ser tierna.

—Ja, si claro— le miro mal— nisiquiera puedes hacer aegyo.

—Está bien, pero si puedo ser otras cosas.

—Iluminame— suspira, vuelvo a mirarle mal— eres agresiva, tienes esos ojos que dan miedo, me golpeas siempre...

—Es para demostrarte que te quiero— vuelve a bufar, Hyuk dice que debe detenerse y bajar a comprar algunas cosas, sé que nadie reconoce este vehículo y Hyuk siempre se cubre perfectamente, por lo que mi preocupación se reduce a cero— bueno, pero si quieres puedo ser... no lo sé, a ti te salen mejor esas cosas.

—¿Hablas de los sentimientos?— pregunta divertido.

—Si, eso— subo mis piernas y las dejo caer en las suyas, arquea una ceja cuestionando mi repentino movimiento— me duelen mis piernitas~

—Yah, a mi también me duelen las piernas— sin embargo, no tarda en acariciar las mías en una especie de masaje— siento que disfrutas que te toque, todo el tiempo tengo mis manos sobre ti y no soy yo quien da el primer paso.

—No veo que estés quejándote— juego con él— anda, toca lo que quieras.

Se detiene.

—No me tientes— me señala, levanto las manos totalmente inocente— puedo tocarte en casa.

—¿Qué es lo que quieres tocar? Pervertido.

—Hace tres segundos lo pediste— Hyuk regresa, me salvé— aún no termino contigo, niña.

~~~

—¿Qué tenías?—después de ganar por quinta vez aquel tonto juego de cartas, tuve el valor de preguntar— antes del programa, estabas molesto.

—No estaba molesto, me sentía muy... aburrido, es todo.

No le creí, pero insistirle sólo lo haría peor. Taehyung tenía un departamento, aquel era su lugar privado, bonitos muebles color negro dónde nos ubicabamos justo ahora, según él, aún no había tenido tiempo para decorarlo a su gusto, así que por eso lucía tan simple.

Gatee llegando hasta su regazo dónde me senté queriendo jugar con su cabello hasta hacerlo dormir, pero detuvo mis manos.

—No quiero dormirme, quieta.

—Omo, hoy estás bastante mandón— masajee sus hombros viéndolo sonreír—   no entiendo porque me gustas.

—Le gusto a todo el mundo, soy irresistible— y egocéntrico— ¿Vas a contarme como salió todo con tu mamá?— ah, íbamos tan bien.

—Bueno, salió como esperaba que saliera; mal— fruncio ambas cejas— nisiquiera sabían sobre la muerte de papá, me enojé tanto, así que sólo me fuí.

—¿Y estás bien? ¿Te sientes bien?— hice una mueca.

—Sólo estoy algo triste, pero bien, pensé que sería peor.

Asiente, consolandome con caricias en la cintura, sus manos son bastante grandes, todo en él brinda calidez.

—Eres un mal novio— comento.

—¿Uh?

—Llevamos horas juntos y días sin vernos— reclamo— y ahora que estamos solos no me has besado ni una sola vez.

—Puedes besarme tú, también tienes boca e iniciativa ¿Sabías?— me ofendo, que hombre tan brusco.

—Olvidalo— y miro hacia otro lado— está bien, no necesito tus besos.

—Nooo, bebé~— vuelve a adoptar aquel tono meloso que usualmente lo caracteriza— mientes, mírame y repitelo.

Siento como abraza mi pequeña anatomía estrujandome contra la suya, su nariz se frota en mi mejilla y hace ruiditos quejándose y pidiendo mi atención.

—Te odio.

Taehyung es muy, muy meloso, es algo que le sale natural y es su forma de dar cariño y consentir, pero me he dado cuenta de que al igual que todo el mundo, tiene sus momentos dónde luce tan bajo de ánimo, se molesta y frustra fácilmente cuando las cosas no le salen muy bien, se queda viendo un punto fijo en la habitación y se queda en total silencio, pensando, preocupándome.

Es por eso que cuando tenemos estos momentos en los que podemos compartir juntos y querernos, intento desde la medida de lo posible, ser dulce, jugar con él, molestarlo, besarlo mucho, abrazarlo, hablar con él y todas esas cosas pequeñas que sé que Taehyung agradece y disfruta, porque le gusta sentirse querido... aveces siento que es lo que el más necesita; amor.

Beso su frente, viéndolo sonreír hermosamente y ahora que pienso en lo bonito de su rostro, alma y corazón, quiero reírme al recordar cuántas veces me dije que nunca podría gustarme alguien como él, pues siempre se alejó de mi tipo ideal.

—Debo ir al extranjero la próxima semana— comento para él— una entrevista radial, necesito que la escuches ¿Crees que puedas hacerlo?— frunce las cejas confundido, beso de nuevo el lugar.

—¿Qué está planeando esa cabeza tuya? ¿Eh?— aprieta mi cintura, lo golpeo— bien, estaré pendiente.

—No planeo nada muy malo, sólo un pequeño detalle para ti— exclama un "woah" lleno de sorpresa— ah, pero según tu soy una escoria sin una pizca de romance.

Pucherea.

—No hablaba enserio...

—Ahora dices eso, pero jamás olvidaré aquello.

Y aunque su sonrisa era brillante, aquellos ojos tristes arruinaban la armonía en su bello rostro, sea lo que sea que esté atormentandolo... trabajaré duro para que no perdure, porque me recuerda al Taehyung que conocí.

Lo conocí también con ojos tristes.

Falta poco