Vane

–Que milagro que llamas ¡Crei que nos habías olvidado!– digo al sujeto al otro lado de la línea.

Cristián. Nuestro mejor amigo que no nos a llamado desde que llegamos aquí.

Me acomodo mejor en la cama y acerco un poco mi plato con cacahuates.

–Yo jamas las olvidaria– responde nervioso

Yo me alertó al segundo. Si Cris esta nervioso es que algo malo pasa. ¡El nunca se pone nervioso!

–¿Dime en este mismo instante que pasa?– le pregunto alarmada

–N...nada–dudo un poco, algo pasa seguro

–Cris– digo como advertencia a lo que el solo suelta un suspiro, murmura un debí llamar a Vivi y comienza a hablar.

Dylan 

Ahora mismo me encuentro atrás de la puerta de Vane. Normalmente no lo hago pero se me fue imposible ignorar su conversación cuando prácticamente grito Cris.

Eso me alerto y no solo porque ese puede ser un nombre de hombre.

Eso ni lo piensen.

–¡¿Como que los bebes están aquí?!– grita Vane haciéndome sobresaltar

¡¿Bebés?! ¿Como que bebés?¿Acaso ella tendrá hijos?

–¡¿Donde los tienes?!

No puede ser. ¡Han secuestrado a sus hijos! ¡Tengo que hacer algo!

–¡Les voy a avisar a las chicas!¡Llego en una hora!– dice por ultimo y escucho sus pasos acercarse rápidamente a la puerta.

Entro en pánico y me cubro con una planta

¿Planta?¿Desde cuando hay plantas en la casa? Debo poner mas atención.

En fin... ahora ¿donde esta Vane?

Derek

–No te creo– le repito a mi hermano.

Vino a mi cuarto con una historia súper fantástica. Según el Vane tiene hijos y estos han sido secuestrados. Y no solo eso sino que va a ir junto con sus hermanas a traerlos.

¡Mi pobre hermano se volvió loco!

–Te digo que es cierto. Seguro esta ahora mismo dándoles la noticia a sus hermanas

Dice mientras sigue caminando hacia el cuarto de Vivi. Ya ahí los dos nos ponemos a escuchar a través de la puerta.

Lo único que escucho son pequeños sollozos. Y luego un grito desgarrador.

Vivi

–¡No! ¡Mi bebe! ¿Cómo pudo hacerlo ese monstruo?

Grito desesperada al leer esa parte del libro. No puedo creer que el autor se halla atrevido a matar a mi personaje favorito.

El sonido de una notificación me distrae de mi llanto y mi odio al autor.

Reviso el mensaje y es de Vane. Dice código 4, código 4. Rápidamente me levanto de la cama, tomo mi chaqueta y salgo de mi habitación para ir al cuarto deVal. Veo a Derek y Dylan bailando, pero los ignoro y sigo con mi camino.

Derek

–Okey, tienes razon. ¡Secuestraron a sus hijos!– digo horrorizado.

–Tenemos que hacer algo– afirma mi hermano.

Los dos bajamos hasta la sala de juegos, ahí es donde están todos los chicos. Menos Karen que hoy tiene clase de natación.

–Chicos, ¡Chicos!– grito desesperado

–¿Qué pasa?–pregunta alarmado Mike

–Tenemos una emergencia

–¿Ahora que hizo Dylan?– pregunta serio Daniel

–No es él, son las chicas– digo harto de la situación

–¿Que pasa con mis hermanas?

–Pues resulta que son madres y alguien secuestro a sus hijos

Al terminar esta frase todos empezaron a reír como locos.

–No es broma, ahorita mismo se van a reunir con el secuestrador– afirma Dylan

Eso causa mas risa de ellos y mas irritación en mi.

–Mis hermanas no van a salir hoy– asegura Sebas

–¡Chicos, nos vamos! ¡No nos esperen temprano!– se escucha que grita vane y luego el sonido de la puerta cerrarse

–Lo ven. Van a recuperar a sus hijos

–Eso no es cierto. Ellas nos habrían dicho

–Pues vamos a averiguarlo

–Vamos– contestan todos decididos.

Salimos rapido de la casa, no sin antes tomar cada uno su chaqueta. Subimos a la camioneta y seguimos al taxi que va adelante.

Val

–No puedo creer que están aquí. ¡Los extrañe mucho!

Es lo que viene diciendo vane desde que salimos de la casa. Digamos que ella es la que mas los ama.

Las tres estamos emocionadas, lo puedo ver por la sonrisa que todas tenemos. ¡Es increíble que los haya traído! Se supone que no se iba a poder. Ya me había resignado.

–Llegamos

Le pagamos en dinero el señor y bajamos del taxi. Las tres nos vemos y estamos apunto de entrar a esa bodega cuando un grito bastante conocido nos alerta.

–¡Mi manada!

–¡Cris!– gritamos las tres sorprendidas y prácticamente corremos para abrazarlo.

–¿Como están mis lobitas?– pregunta mientras abraza a vivi por la cintura.

Aunque es muy unido con todas. Lo es un poco mas con vivi, a ella la conoció primero y le tiene un poco de gratitud por haberlo sacado de algo malo.

–Muy bien, ya sabes, como siempre. Somos las niñas mas buenas del mundo– contesta Vane

–Si claro– dice sarcástico

El sabe perfectamente que no somos angelitos, de hecho venimos del infierno.

–¡Alejate de ellas!– ese grito nos sorprende a todos y nos hace voltear a ver que pasa.

Yo inmediatamente reconozco esa voz. Es la de Sebas ¿Qué hace aquí?

Corrección ¿Qué hacen aquí?

Al parecer no esta solo y vino con todos los chicos. Y no solo eso, sino que están armados con cucharas de madera

¿¡Cucharas de madera!?

Están mas locos de lo que creí

–¿Quienes son ustedes y que nesesitan?–pregunta amenazante Cris

Digamos que es como nuestro hermano, nunca permitiría que nos hicieran daño. Cuando ve que estamos en peligro saca su lado ostil y amenazante, pero si lo conoces bien te das cuenta de que es muy adorable y lindo.

Vivi

–Alejate de ellas– dice Derek amenazante

Siento como Cris me suelta y pone su mano es su espalda para buscar su arma.

Me alerto al instante y lo tomo de la mano para tranquilizarlo. Entrelazo lustros dedos y camino junto con el a donde están los chicos.

Mis hermanas van detrás de nosotras.

–Cris, ellos son Mateo y Sebas

–Tus hermanos– afirma interrumpiendome y relajándose notablemente

–Si, y ellos son Derek, Dylan, Daniel y Mike. Son amigos– los precento

–Un gusto– dicen los 6 y se dan la mano

–Y el es Cristián, nuestro mejor amigo

–Entonces ¿no es un secuestrador?– pregunta Mike

–¿Un secuestrador?– pregunta confundida Val

–Si, por cierto ¿Donde están mis sobrinos?– dice emocionado Mateo

–¿Sobrinos?– pregunto confundida

–Si, sus hijos. Dylan dijo que habían secuestrado a sus bebes– contesta Derek

–Nosotras no tenemos hijos

–Si tienen, yo escuche claramente cuando Vane dijo que sus bebes. Y luego cuando Vivi lloraba por su bebe

–No, no, yo hablaba de otra cosa. Ademas ¿tu porque escuchas detrás de mi puerta?

–Ese no es el punto. Diganos entonces ¿cuales son sus bebes?– interrumpe sebas

Val, Vane, Cris y yo nos damos una mirada cómplice y habríamos la bodega para que vean a nuestros bebes.

–¡No puede ser!¿Como los tienen?

–Regalo de cumpleaños– contesta Val

–Debi quedarme con papa– dice sorprendido Mateo

No sabe de lo que habla. No todo fue regalos y sonrisas.

Hubo demasiado dolor y miedo en nuestra vida.

Pero eso no lo deben saber ellos.

Este es Cristian