Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 18

Cuando desperté ya estaba en el hospital de la nueva Tierra. Tenía puesta una intravenosa y mis heridas habían sido curadas. Reconocí a Jordán sentado a mi lado, llevaba sus manos puestas en su cabeza, estaba preocupado.

—Jordán hermano —le llame.

Me moví lentamente y a mi favor debía reconocer que no me sentía tan débil. Me apoye en mis manos y me senté en la camilla. Mis heridas no eran tan graves; mi malestar se debió más a la debilidad por la falta de comida.

—¿Cómo te sientes? —me pregunto colocándose de pie, se acercó a mi cama y tomó mi mano—. Pensé que jamás volvería a verte.

—Estoy bien, sólo me siento un poco cansada —contesté—, ¿Y tú? ¿Cómo estás?

—Bien pero confundido. No debiste ocultarme algo tan grave, estuviste a punto de morir.

—Lo siento, no podía contarle a nadie lo que iba a hacer. Fue una orden, ¿Dónde está Lena?, espero que esto no la haya afectado.

—Lena no vino —respondió a secas Jordán.

—¿Porqué no vino contigo?

—Lena…

La expresión de su rostro empezó a preocuparme.

—Estoy en condiciones de saber cualquier cosa —agregue—, ¿Dime que pasa?

El sueño que tuve me tenía muy perturbada, y ahora la expresión de mi hermano, me alertó de que posiblemente estaba pasando algo grave.

—Lena tuvo un parto algo complicado. El niño se adelanto y nuestra hermana es muy joven, su cuerpo no estaba preparado para un evento de esta magnitud —hizo una pausa y no fue capaz de mirarme a los ojos, su voz se quebró—. Lena esta agonizando desde hace varias horas, lo más posible es que muera muy pronto. Aseguró que sólo te estaba esperando, para poder despedirse de ti.

—No...

Salté de la cama. Me quite con fuerza la intravenosa y me puse de pie. Debía estar con ella; yo se lo prometí. Le dije que siempre estaría cuando me necesitara, no quería perderla a ella también, era mi hermana, y aunque no lleváramos la misma sangre, la amaba con todo mi corazón.

—¡Tranquila! —exclamó Jordán intentando controlarme—. Tranquilízate no hay nada que podamos hacer, debes hacerte a la idea. Lena tenia una extraña enfermedad y el médico dijo que el hecho de quedar embarazada activo ese síndrome. Ella estaba condenada desde hace mucho tiempo.

Me abrace a Jordán mientras ambos lloramos amargamente. Cuando llegue a Rick Vaill pensé que todos mis problemas se habían acabado, que ya las pérdidas quedarían en el olvido.

Más el dolor nacía de nuevo en mi corazón, recordándome que siempre estaría presente en mi vida, y que la muerte seguiría llevándose a las personas que más amaba. Tal vez ese era mi castigo, por algo que ni siquiera yo sabía que había hecho.

Me cambie rápidamente con ayuda de Jordán, no podía estar un segundo más sin ver a mi hermana. El me tomó de la mano y empezó a ayudarme a caminar, Rick Vaill sólo contaba con un hospital, así que a pocos metros de donde yo estaba, yacía Lena en su lecho de muerte. Camine con fuerza, provocándome un dolor agudo en mi pierna, pero no me importaba, debía estar con Lena, ella me necesitaba.

Escuche voces que provenían del pasillo, parecían masculinas y por el tono supuse que estaban discutiendo. A medida que nos acercábamos logre reconocer la voz de Ofir y Cebrián.

Cuando abrimos la puerta me encontré con Ofir quien sostenía a Cebrián por el cuello, mientras le decía algo que no alcance a percibir. También estaba allí Jerjes, quien trataba inútilmente controlar a Ofir. Mi hermano no estaba amedrentado sin embargo no hacia nada para detener a Ofir.

—Cabo suélteme o se va a arrepentir toda su vida —le amenazó Cebrián pero Ofir no tenía intenciones de soltarlo.

—Quién se va a arrepentir es usted —le contestó Ofir, estaba tan molesto que no notó mi presencia—. Le voy a pedir por última vez que se aleje de ella.

—¿Qué sucede aquí? —cuestione mirando a Ofir.

Recordaba muy bien lo que le había dicho, como había confesado mi amor hacia el. Sus ojos se clavaron en los míos. El seguía mirándome como antes.

—Ofir, por favor suelta al Coronel.

Ofir lo soltó con rudeza, pero su mirada se endureció de nuevo. No me gustaba su actitud, estaba muy irritado pocas veces lo vi así.

—Osiris ¿Qué haces afuera de tu cama? —me regaño Cebrián mirándome con ternura, debía de estar muy preocupado por mi estado—. Debes descansar, estabas muy débil cuando llegaste aquí.

—Lo siento Coronel, pero debo ir con mi hermana; ella esta muy mal —contesté.

Ofir seguía mirando mal a Cebrián. Mi hermano era muy altanero y le gustaba hacer comentarios pesados sólo para ver la reacción de la gente. Debió decirle algo y por eso Ofir estaba enojado.

—Perdón, por interrumpirlos —intervino Jerjes por su rostro bajaban pequeñas lagrimitas—. Lena esta muy grave, y me envió a buscarte Isi, ella quiere verte de inmediato.

—Coronel por favor debo ver a mi hermana —farfulle.

Jordán seguía llorando y Jerjes había empezado a hacerlo. Aún guardaba la esperanza de que Lena se salvara.

—Está bien —concedió Cebrián, tomando mi mano—. Puedes estar tranquila, yo siempre estaré contigo. Voy a llevarte con tu hermana.

Cebrián me ayudó a caminar. Jordán seguía cerca junto a Ofir y Jerjes, no tuve que avanzar mucho. El hospital era pequeño, habían muy pocos médicos. Nuestro sistema de salud era deplorable.

—Cebrián ¿Qué sucedió con Ofir? —pregunté.

Desde que conocí a Cebrián el siempre fue muy abierto conmigo, no me ocultaba nada.

—El muchacho es un poco temperamental. No soporto un comentario que hice —respondió mi hermano—. Estaba tan celoso que no pudo contenerse.

Había aprendido a querer a Cebrián así como era, orgulloso y altanero. Le gustaba hacer bromas pesadas a sus subalternos para demostrar su superioridad y poder.

—¿Estás seguro que fue sólo eso?, no quiero que tengas problemas con el, o con el cabo Ian y el Sargento Reu. Ellos me demostraron que son totalmente leales al gobierno de nuestro padre, y —hice una pausa. Estábamos en la puerta de la habitación en la que se encontraba mi hermana, me sentía incapaz de entrar a verla
—Hay cosas que aún no saben y para las cuales no estamos listos. Dentro de poco se definirá si nuestro ciclo en la tierra ha terminado, será todo o nada. Por favor Cebrián permite que Ofir vea a mi hermana, también es su amiga y no hagas comentarios que puedan alterarlo. No me gusta que lo hagas enojar por tonterías.

—Tu sabes que te adoro —añadió mi hermano acariciando mi rostro.

Ofir se movió evidentemente molesto a de no ser por Jerjes que lo tomó del brazo y le obligó a mantener su posición, supongo que se le hubiese ido encima a Cebrián. Esa era la prueba de que aun me amaba, y de que como yo se moría de celos cuando una persona del sexo opuesto se nos acercaba de manera romántica.

—No haría nada que no fuera capaz de hacer por ti, hasta aceptar a ese niño en nuestras vidas —concedió Cebrián.

—El ya entró hace mucho tiempo en nuestras vidas y sabes que lo amo —replique mirándolo a los ojos—. Después tengo que hablar contigo de Indira, ella hizo algo terrible.

—Ya hablaremos luego, yo también quiero entrar contigo —me dijo Cebrián.

Yo no quería incomodar a Ofir, el siempre había sentido celos hacia Cebrián y lo peor era que el ni sospechaba que era mi hermano.

—Este es un momento muy doloroso para ti y para tu familia. Yo quiero estar a el lado de ustedes.

Solo pude asentir con la cabeza. Al abrir la puerta la imagen era tan impactante y fue como un dejavu. Así se veía mi madre el día en que murió. Lena a duras penas y respiraba, cuando me sintió abrió sus enormes ojos verdes y me miro, como pidiéndome algo. Su mirada era suplicante y tan llena de dolor, que el corazón se me sobrecogió.

El niño estaba cerca en una incubadora, el estaba en perfectas condiciones, y de ahora en adelante se convertiría en la perpetuación de la existencia de Lena, de mi hermana.

Tomé su mano y la apreté con la mía. La mascarilla del oxígeno no la dejaba hablar, aunque el médico estaba con ella, ya no había nada que pudiera hacer. Lena iba a morir.

—Lo siento —susurre y no pude hacer nada para evitar que se me salieran las lágrimas —, perdóname por no poder salvarte...

Jerjes se acercó a mi hermana. El muchacho estaba destrozado, al igual que Jordán. Poco a poco nos íbamos quedando solos.

—Isi —farfullo mi hermana quitándose por un momento la mascarilla—. Cuídalo por favor, solo en ti confío y no dejes solo a Jerjes.

—Tranquila voy a cuidarlos siempre —prometí acariciando su rostro. Estaba tan pálida y fría—. Yo te amo Lena y a pesar de todo yo siempre estaría dispuesta a dar mi vida por ti. No te vayas por favor, te necesito y yo…

“—No me has respondido, estarás conmigo.
—Hasta el día que me muera —respondí, tomando su mano.
—¿Y si antes muero yo? —replicó mi hermana.
Entonces, sostendré tú mano hasta el último aliento”.

Me quebré por completo, no estaba preparada para verla morir. Ofir corrió a mi lado e intento consolarme, pero no podía oírlo, sólo podia ver a Lena allí mientras se le iba la vida; mientras dejaba de existir frente a mis ojos.

Empecé a llorar inconsolablemente mientras su corazón se detenía. Me aferre a su cuerpo incapaz de dejarla ir, Ofir me tomó con cuidado y me abrazó.

El dolor era indescriptible, jamás podré describir con palabras lo que se siente perder a un ser querido, el corazón se rompe, se vuelve de cristal, incapaz de aceptar la perdida y el abandono que nos deja su partida. No eres capaz de aceptar que nunca volverás a ver el brillo de sus ojos, vislumbrar su sonrisa y escuchar su voz.

Si hay algo que jamás se supera es perder a un ser amado; sólo te acostumbras a estar sin su presencia, te acostumbras a ser feliz sin ella.
 
 
 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro