EPÍLOGO
Cada segundo sin el me dolía más que la peor enfermedad crónica.
En tan poco tiempo Ofir había logrado ingresar en mi corazón de una manera impensable.
Me había acostumbrado tanto a él que la soledad de no tenerlo hacia meya en mi alma provocando que el hueco de mi pecho se hiciera más profundo.
Aún podía sentir sus manos y sus labios sobre mi piel. Recordaba a la perfección su sonrisa y su voz mientras me decía lo bella que era; lo hermosa que me veía así no fuera verdad.
Una pequeña hoja llegó volando de muy lejos. Fue arrastrada por el viento y paso danzando frente a mi. La tome con cuidado en mis manos y caí en cuenta que no solo la ausencia de Ofir me hacía sufrir sino también la de mi familia.
La muerte de mi padre y Tobi, y la desaparición de mis hermanas. Todo eso se había represado en mi alma haciendo que una constante tristeza se asomara en mis ojos.
Allí en medio de desconocidos debía empezar mi nueva vida. Dejaría todo atrás para iniciar mi entrenamiento como una soldado más. Lejos estaba el amor de mi vida, mis hermanos de corazón y mi familia de sangre.
Como nunca lo estuve, al fin estaba sola.
Sola...
Debía sortear cada dificultad sin la ayuda de nadie. Madurar al fin y labrar mi destino por mi misma.
Quizá me había acostumbrado tanto a la monotonía de mi día a día que ahora la vida que estaba viviendo me parecía ajena. Creía que esa no era yo, y que lo que estaba pasándome solo era producto de alguna pesadilla duradera y constante que se había convertido en mi realidad.
Observé el horizonte y como el sol emergía de detrás de una de las colinas. Aquel astro rey ahora iluminaba un mundo de muerte y guerra. Uno en el cual yo debía vivir.
Cerré los ojos para que la tibieza de aquel contacto me iluminaran el entendimiento, y esclareciera mi mente de las dudas que la gobernaban.
Aspire el aire fresco dejando que mis pulmones se nutrieran de el para así empezar de cero. Comenzar con la firme convicción de que esta vez mi vida sería mejor. Pero, sin Ofir eso era imposible.
Ojalá y el pensará en mí, de la misma forma en la cual yo lo hacía.
Era triste la manera en la cual nos habían separado. Parecía que muchos habían confabulado en nuestra contra, incluyendo la vida misma.
Tomé la pluma entre mis dedos, y note que las manos me temblaban. Esa hoja en blanco se alzaba ante mis ojos como un reto. Uno muy difícil.
Trague saliva antes de plasmar la primera palabra.
" Ofir...
Llevo tres días en este lugar y la verdad es que quisiera salir corriendo a buscarte. Me haces falta a cada momento. Te extrañó y no me halló sin ti.
Me dijeron que te llevaron muy lejos, a muchos kilómetros de distancia, y lo peor es que no me dan permiso para ir a verte.
No quiero angustiarte, pero no la estoy pasando muy bien.
Los entrenamientos son extenuantes y nos hacen entrenar todo el día. Y para tu información estoy en medio de solo chicas, así que no tienes nada de que preocuparte. En estos momentos estas sonriendo, y yo daría lo que fuera por ver esa sonrisa de nuevo.
Por otro lado mañana empezamos las clases de tiro, la coronel dijo que es muy importante que aprendiéramos a disparar. Debemos prepararnos para la inminente guerra con los Shiyloper.
También comienzan los entrenamientos cuerpo a cuerpo. Sabes que soy pésima para la defensa personal, así que ya puedes suponer que me van a dar unas buenas golpizas.
Me reconforta saber que tu estarás mejor que yo, se que eres mucho más fuerte; tanto física como mentalmente, así que nadie te hará daño.
Eso me hace sentir muy bien.
Ofir...
Te necesito...
Te quiero...
Te amo...
No sabes cuanto te amo.
Me enamoré de ti sin siquiera darme cuenta. Te veía a lo lejos como un amigo y no sabia que te me estabas clavando tan hondo en el pecho.
No lo supe sino hasta ese día que pensé que te iba a perder. Ese día que sentí tanto miedo de que murieras y yo no pudiera hacer nada para salvarte.
Cuando te vi besándote con Indira sentí que me moría de miedo. Te imaginé ajeno y eso me dolió en el alma. Creí que no era suficiente para ti; que a pesar de lo que habíamos vivido juntos tu ibas a dejarme.
Fui una tonta al pensar así, y te agradezco por insistir tanto. También te agradezco por salvarme la vida y salvarme de él.
Siempre estaré en deuda contigo. Y haga lo que haga no se compara con todo lo que tu hiciste por mi.
Cuídate, y acuérdate que soy tu espectadora número uno. Aquella que es fanática a ti y a tus shows.
Nunca podré olvidar la magia de tu mirada azul y cada sentimiento que me provoca. Es como si tus ojos fueran hipnóticos y con ellos me hicieras olvidar todos los problemas que llevo encima.
Sé que quizá debí decirte esto cuando estuvimos frente a frente pero ya sabes que eso de expresar mis sentimientos a veces no se me da, se me dan mejor las letras. Por eso te escribiré a diario para contarte que ha sido de mi vida.
Espero que tu te acuerdes de mi y decidas enviarme un mensaje o una carta. Yo estaré ansiosa esperándote.
Por favor no te olvides de mi. Porqué yo nunca me olvidaré de ti.
Con todo mi amor que es solo tuyo...
Isi”.
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