A lo lejos se escucho un zumbido. Un rumor constante y sonoro.  Las voces se silenciaron, los pasos se aquietaron. Hasta el mismo viento dejo de removerse.

Las almas fueron cegadas y sólo podían escuchar aquel murmullo que los atraía.

"Ven"

Una voz como venida del cielo se escucho tan atractiva que los cuerpos inertes se movieron a un sólo ritmo. Los ojos perdieron su color tornándose todos de un negro petróleo aterrador.

Y avanzaron hasta ellos...

Y uno por uno fueron arrebatados, secuestrados, llevados.

Y nadie más volvió a verlos.

Los que no fueron atraídos y presenciaron aquellos hechos huyeron; se escondieron y lucharon dando origen a la verdadera guerra del mañana.