CAPÍTULO 13
Reconocí la decepción en cada uno de los gestos de Jordán. Mi hermano estaba furioso, no por el hecho de que Ian no fuera el padre del niño de mi hermana, sino por el hecho de que fuese a ser mamá tan joven. Ese era el meollo del problema.
Jordán tomo a Lena del brazo y se la llevó hasta su tienda. Los seguí rápidamente; temía la reacción de Jordán.
—¡No puedo creerlo! —exclamó mientras caminaba de lado a lado—. ¿Que tenías en la cabeza?, eres una irresponsable.
—Yo lo siento tanto. No medí las consecuencias de lo que hacía —se defendió mi hermana. Ahora estaba un poco más serena que antes. Logre tranquilizarla ya que estaba a punto de un colapso nervioso—. Me sentía tan sola y...
—Y ¿esta es tu excusa? —replicó mi hermano mirándola con enojo—. Acaso que crees que va a pasar ahora. No tenemos ni siquiera donde dormir y tu vas a traer un niño al mundo a sufrir.
—Lo siento.
—Jordán, por favor ya no hay nada que hacer —intervine e un intento por calmarlo—. Lo único que nos queda es apoyarla. Lena es nuestra hermana.
—¿Apoyarla en que? —repuso Jordán. Tomé sus manos para que ya dejará de dar vueltas y al fin se quedará quieto—. No ves la situación en la que estamos...
—Puedo hablar con ustedes —interrumpió Jerjes desde la puerta de la tienda. Mi hermano lo miro como si quisiera matarlo—. Quiero que sepan que me haré responsable de Lena y de mi hijo.
—¡Eso de que me sirve a mí! —grito mi hermano. Me puse frente a el y lo tome con fuerza pues pareciera que fuera a atacar a el muchacho—. ¿Que hago yo con eso?. Cada día perdemos miles en esta guerra. Esas cosas aumentan mientras nuestras fuerzas disminuyen. Y tu me dices que te vas a hacer responsable, ¿Acaso que vas a darle?: estabilidad, una casa, una familia. ¿Que carajos vas a ofrecerle?
—Mi vida, daría mí vida por ella —contestó el muchacho tomando la mano de mi hermana. Le dio un corto beso en el dorso de su muñeca. Luego de mirarla a ella nos miro a nosotros—. Lena y ese bebé es todo lo que me queda en este mundo. Haría cualquier cosa por ellos.
—¿Vas a criticarle eso? —replique dirigiéndome a Jordán—. Ellos no tienen la culpa de la situación en la que estamos. Cometieron un error, eso es cierto, pero están dispuestos a aceptar las consecuencias de sus actos. Déjalos tranquilos, en estos momentos todos debemos estar unidos. Además nuestro deber ahora es proteger a ese bebé.
Mi hermano no dijo nada más. Nos dio la espalda y se fue, estaba bastante enojado como para oír razones.
—Tranquilos a el se le pasará luego —agregue.
Ahora mas que nunca echaba de menos a papá. El hubiera sabido que decir y que hacer para calmar a Jordán. Si tan solo estuviera aquí las cosas serían más sencillas.
—De todos modos lo que hicieron no estuvo bien. No voy a regañarlos, ni nada más; ya tienen bastante con Jordán.
—Gracias —musito Jerjes sonriéndome—. Tu apoyo es muy importante para nosotros.
Sabía del interés de Jerjes hacia mi hermana. Pero lo que tenía entendido era que nunca le había hecho caso. Ian y Jerjes no se podían ver, eran enemigos acérrimos. Ni siquiera me di cuenta a que horas Lena le había puesto atención a Jerjes a tal punto de entregarse a él.
—Si, cuentan conmigo aún así no apruebo lo que hicieron. Aparte de ser irresponsables, engañaron a una persona y eso no esta bien. Se que les había dicho que no los iba a regañar. Pero tenía que decirles lo que pienso.
—Lo se —concedió el chico—. Hablaremos con Ian e intentaremos arreglar las cosas.
—No creo que tu puedas arreglar algo —añadí. Ian jamás iba a escucharlos, mucho menos a perdonarlos—. Eso le toca a Lena, ella fue quien lo engañó. Si quería algo contigo debió de terminar primero su relación con Ian.
—Lo haré. Hablaré con el, lo conozco y debo esperar a que se enfríen las cosas —comentó mi hermana—. El jamás va a perdonarme.
Una vez más tenía razón. Ian era demasiado orgulloso; no iba a perdonar un engaño de ese tipo.
Me acerque a Lena y la abrace. A pesar de todo la cuidaría con toda mi vida. No iba a permitir que le pasará algo malo como a Tobías.
—Preocúpate por mantenerte serena y procura no hacer sufrir a ese muchacho que tienes en frente; porque se ve que esta dispuesto a recibir un disparo por ti —musite para que Jerjes no me oyera—.No se a cual de los dos ames, sólo intenta no perderlos a ambos.
Me aleje del lugar para que Lena pudiera arreglar sus problemas con Jerjes. Poco después el grupo se puso en movimiento. Debíamos llegar a Rick Vaill lo más rápido posible.
Sin embargo para nadie era un secreto que las Sloper aparecerían en cualquier momento y que no estábamos listos para enfrentarlas.
Camine hacia donde Jordán, se que seguía furioso con Lena.
También sabia que parte de su enojo se debía porque no sabía como protegernos, y esa situación lo llenaba de temor.
Mi hermano empezó a recoger sus cosas. Pronto seguiríamos nuestro camino. Jerjes y Lena ya se habían ido de la tienda.
—Ten —me dijo pasándome un uniforme—. No estoy de acuerdo pero debo reconocer que te necesito a mi lado. Lo único que te pido es que no te hagas la valiente, y que procures hacer todo lo que este en tus manos para mantenerte alejada de los problemas.
—Lo haré —respondí recibiéndolo con agrado—. Gracias por confiar en mí.
—Espero que esto no sea un error —farfullo sin siquiera mirarme—. Cámbiate saldremos en cinco minutos.
—Si mi capitán —contesté con voz firme.
Mi hermano me dejo sola y pude cambiarme cómodamente. Su tienda era la mejor del campamento. El era el que estaba a cargo de todo.
Me sentía tan orgullosa de que tuviera una responsabilidad tan grande. Si tan sólo mi papá lo pudiera ver; se arrepentiría de haberlo juzgado tan mal, cuando se enteró de sus preferencias sexuales.
Mi madre y Tobi siempre creyeron en él. Por encima de cualquier cosa aprendimos a amarlo y a aceptarlo tal como era.
Ahora que sólo éramos tres debíamos aprender a sobrevivir juntos. Solo tenía a Lena y a Jordán ellos eran los únicos en los cuales podía confiar. Mi única familia y eran ellos quienes tenían ahora todo mi amor.
El día paso sin ningún contratiempo. Cada vez que daba un paso miraba a todos lados. Me parecía que en cualquier momento una Sloper haría presencia y acabaría con todos.
Tenía demasiado miedo, no me gustaba sentirme así. Cada segundo del día con temor. A veces pensaba que tal vez era mejor que una de esas cosas viniera y nos asesinara a todos. Darle termino a ese sufrimiento, pero también pensaba en el futuro. En que tal vez si todos nos rendíamos no nos quedaría nada.
Nuestro paso por este mundo seria borrado, y los niños que acaban de ver la luz; no tendrán la más mínima oportunidad de sobrevivir.
Sólo por ellos valía la pena luchar.
TRES DIAS DESPUÉS
No podía despegar la mirada del arma que Jordán sostenía en su mano. Me está indicando como quitar el seguro, y como disparar.
Jamás se me pasó por la cabeza que yo pudiera tener una pistola en mis manos y mucho menos que aprendería a dispararla. Antes no me sentía capaz ni de tocarlas, pero ahora la sed de venganza se había apoderado de mi.
Sólo quería que pagarán por todo el daño que nos habían hecho: Por haber dejado niños huérfanos, viudas, familias incompletas. Los haría pagar por haberme dejado sola.
—Entendiste, es sencillo todo es cuestión de que te concentres —me explicó, en sus manos todo se veía más fácil—. Cuando tengas enfocado el blanco: aprietas el gatillo y listo, eso es todo.
—Bueno, yo no lo veo tan sencillo —espete frunciendo el seño—. Pero se que con la práctica puedo lograrlo.
—Si estoy seguro de que lo lograrás. Además mañana llegaremos a inmediaciones de Rick Vaill. Esa zona es demasiado peligrosa hay mucha presencia de Sloper. Debemos tener mucho cuidado —añadió mi hermano—. Pedí refuerzos pero se me fueron denegados. Las tropas están llevando a el vicepresidente a la cuidad. Todos los esfuerzos están dirigidos a que el llegue con bien, nosotros estamos completamente solos.
—¿Cuántos somos? —inquirí. Me preocupaba la idea de que no tuviéramos apoyo de ningún tipo—. Tal vez si formas pequeños grupos pasemos desapercibidos. Sucedió lo mismo cuando salimos de Nait Manz, entre más pocos menos nos arriesgamos. Es mas fácil y disuadimos a las Sloper. Si caen unos al menos los otros tendremos más posibilidades de sobrevivir.
—Tienes razón, en total somos 47: voy a agruparlos en 4 o tal vez en 6 grupos —dijo mirando un mapa que tenía sobre una improvisada mesa—. Ustedes irán obviamente conmigo. Avísale a Lena para que este lista; porque si no logramos entrar a Rick Vaill, estaremos muertos. Es una de las pocas cosas que tengo claras.
—Te quiero pedir que seas un poco flexible con Lena. Ella ya tiene suficiente con lo de su embarazo. Por favor se un apoyo y no un problema más —agregue colocando mi mano sobre su hombro—. Intenta ser un poquito más comprensivo. Se que es difícil pero es nuestra hermana, y ese niño es nuestra familia. No importa quien sea el padre, ese bebé lleva nuestra sangre y necesita todo nuestro apoyo.
—Lo se. Solo que es muy difícil. Ella es apenas una niña, no esta lista para ser madre —susurró rascándose la sien—. Por otro lado jamás la abandonaría, ni a ella ni a ese niño. Lo que sucede es que todavía no se me pasa la rabia por todo lo que hizo.
Alguien entro a la tienda de mi hermano.
—Mi capitán, mandó a llamarme —se presentó Azur.
Desde la muerte de Tobías no había tenido la oportunidad de verlo, ni mucho menos de hablar con él. Lo consideraba un gran amigo, y se había mostrado siempre comprensivo y amable conmigo.
Pero Jordán estaba muy prevenido, así que redujo al mínimo mi contacto con el personal masculino. Según el todos los muchachos querían ligarme, y el no estaba preparado para tener otro sobrino.
La verdad es que me gustaba estar todo el tiempo con Jordán. Como cuando éramos niños; a su lado aprendía muchas cosas. Además me sentía mucho más segura y a salvo.
—Preséntese en el frente de ataque, quedará al mando del Sargento Fress —le Ordenó mi hermano—. Ahora retírese.
—Si mi capitán —contestó.
Azur me dedico un mirada rápida y salió de la tienda. Pareciera que quisiera decirme algo.
—Me agrada el muchacho —comentó mi hermano—. Me parece leal e inteligente, y vive muy al pendiente de ti.
—El me ayudó mucho cuando estábamos en la alcantarilla —añadí largando un suspiro—. Se puede decir que me salvó la vida en más de una ocasión por eso estoy muy agradecida con el.
—¿Sólo agradecida? —repuso mi hermano mirándome de reojo—. El muchacho es demasiado atractivo, como para sentir sólo gratitud por él.
—Es lindo, no lo niego. Pero en esta situación en lo único que pienso es en sobrevivir —respondí mientras guardaba mi arma—. Azur es mi amigo y nada más. Es lo único que puedo ofrecerle. Por ahora no estoy para amoríos.
—¿No te gusta?
—No —respondí de inmediato—. Azur no me gusta y no tengo, ni tendré nada con el.
—Está bien. ¿Y con el rubio de ojos azules? —pregunto enarcando una ceja.
—¿A quien te refieres? —inquirí haciéndome la extrañada.
En el campamento no había otro rubio de ojos azules, sólo…
—A el niño de cara bonita y sonrisa de Ángel —agregó mirándome con picardía—. No te hagas la sonsa; sabes muy bien a quien me refiero.
—Ofir… también es un amigo nada más —respondí aunque sentí cierto titubeo en mi voz—. Ya te dije que no tengo cabeza para nada más.
—Bueno lo que pasa es que con un hombre así; las excusas pasan a un segundo plano —musito Jordán.
Me quedé en silencio. Si que el desgraciado tenía razón. Toda la razón.
—Y más si ese hombre se siente atraído hacia ti…
—¡Basta! —exclame haciendo que Jordán soltara una carcajada—. Ya te lo dije no hay nada entre el y yo. Y no tengo tiempo para andar pensando en esas cosas.
—Ok, señorita mil oficios. Perdón por ser tan preguntón —susurro mi hermano con sarcasmo.
—jajaja —reí ante su apodo—. Lo has hecho desde que tengo memoria. Ya me acostumbre a tener un hermano chismoso.
—Lo hago porque me interesas —me dijo mientras me daba un beso en la frente—.Voy a arreglar unos asuntos y te veo luego.
Mi hermano salió de la tienda. Últimamente había adelgazado un poco. Tenía mucho trabajo, muchas responsabilidades, como siempre el quiso.
Sus palabras empezaron a taladrarme la cabeza. El tenia mucha razón respecto a Ofir. Era normal que el chico llamará la atención de todos; hasta de algunos hombres.
Aún así Ofir nunca había demostrado interés en mi. Así que lo mejor era no hacerme ilusiones.
Siempre solía interesarme en chicos que estaban muy lejos de mi.
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