Diez
Publicación 18 de diciembre 2024.
Louis miró el mensaje en su celular, y el nombre de la persona que estaba detrás del accidente de Troy lo golpeó como una bofetada. Su cuerpo reaccionó antes que su mente. La ira empezó a subir desde su pecho y a recorrer cada parte de su cuerpo. De verdad que no se lo creía, leyendo una y otra vez el nombre en la pantalla. La persona responsable de que su hermano estuviera en coma era alguien que trabajaba para su padre. El tipo de hombre que, en apariencia, se dedicaba a hacer negocios, pero que en realidad no era más que un cobarde.
Harry y William no sabían nada de esto. Ambos dormían profundamente, ajenos a lo que estaba a punto de suceder. Louis miró la cama donde ambos descansaban, el rostro de Harry tranquilo, con su barriga ya bastante pronunciada por los bebés.
—No puedo esperar...— murmuró para sí mismo, como si su cerebro quisiera que tomara una decisión antes de que el pensamiento lo alcanzara.
Él no podía quedarse allí, mirando, esperando que las cosas se solucionaran solas.
Sabía que tenía que hacer algo. Y algo rápido.
Sin pensarlo más, Louis se levantó de la cama, tratando de no hacer ruido. Sabía que si alguien se enteraba de lo que planeaba, sería demasiado tarde para detenerlo.
—Voy a acabar con esto ahora...—dijo en voz baja mientras tomaba las llaves de su coche y se dirigía hacia la puerta.
La mansión de Roderick no quedaba lejos, y Louis no necesitaba pensar en el peligro que implicaba entrar sin ser visto. El coche rugió en la oscuridad, con el motor al máximo, avanzando hacia la casa de quien había destrozado la vida de su hermano. corriendo por sus venas.
A medida que se acercaba, la madrugada parecía envolverlo todo, como si la oscuridad aprobara lo que estaba por suceder. Sabía lo que tenía que hacer, y no iba a detenerse hasta que Roderick pagara por lo que había hecho.
Al llegar a la mansión, Louis no perdió tiempo. Evadió a los guardias con facilidad, ya tenía todo calculado. Sabía por dónde entrar. Una vez dentro, caminó por los pasillos en silencio absoluto, como una sombra. La oficina de Roderick estaba más allá de las puertas cerradas, y Louis no vaciló en abrirlas, sabiendo que estaba a punto de enfrentarse cara a cara con el hombre responsable de su dolor.
Roderick levantó la vista sorprendido cuando Louis entró de golpe, pero no le dio tiempo a reaccionar. Con un rugido de furia, Louis se lanzó hacia él, golpeando su rostro una y otra vez.
—¡¿Cómo pudiste hacerle esto a Troy?! ¡¿A tu propio hijo?!
Louis gritaba, pero su voz se perdía entre los golpes. Roderick intentó defenderse, pero Louis lo estaba destrozando, y cada golpe que le daba era un grito mudo de venganza por su hermano.
Louis no se detuvo hasta que Roderick cayó al suelo, su rostro irreconocible, deformado por los golpes. El hombre ya no estaba en condiciones de defenderse, y Louis lo miró desde arriba, respirando pesadamente.
—Nunca debiste haber tocado a mi hermano.— Murmuró entre dientes, la furia aún burbujeando en su interior. —Nunca debiste haber jugado con nuestra familia.
Con esos pensamientos en la cabeza, Louis dio media vuelta y salió de la oficina, caminando con paso firme. No había nada más que hacer allí. Sabía que tenía que regresar antes de que Harry y William se despertaran. No quería preocuparlos, no quería que supieran lo que acababa de hacer.
Se subió al coche, con la respiración aún acelerada. La furia lo había consumido, pero ahora, al volver a la casa, Louis se sentía vacío, sabiendo que, por ahora, no había vuelta atrás.
୨ৎ
La luz del amanecer entraba suavemente por las cortinas del loft, acariciando el rostro de Harry. Parpadeó lentamente, despertando de un sueño profundo y reparador. Por primera vez en mucho tiempo, su cuerpo se sentía ligero, como si una carga invisible que había llevado siempre hubiera desaparecido. Inspiró profundamente, dejando que la paz de la mañana lo envolviera.
Pero, de repente, una ola de emociones ajenas lo atravesó. Fue como un torrente cálido que lo invadió, abriéndose paso por su mente y su corazón. Confusión. Ansiedad. Un amor profundo que le quitaba el aliento.
Se sentó rápidamente, llevando una mano a su pecho, intentando entender qué estaba sucediendo.
Antes de que pudiera articular una palabra, la respuesta llegó por sí sola. Esos sentimientos no eran suyos. Eran de ellos.
Louis y William.
La conexión que ahora compartían era mucho más intensa de lo que jamás había imaginado. No solo podía sentir sus emociones, sino que las experimentaba como si fueran propias. El amor de Louis era como un fuego intenso, una llama cálida que lo envolvía con fuerza, mientras que el de William era un río constante y sereno, profundo y protector.
–Harry.
La voz de William lo sacó de sus pensamientos. Él y Louis estaban de pie junto a la cama, ambos con el cabello alborotado y los ojos brillantes. Sus miradas estaban llenas de ternura, pero también de algo nuevo. Hay una conexión palpable que resonaba entre los tres.
Harry los miró, sus labios entreabiertos.
—Puedo sentirlos… Lo que sienten. Es tan… fuerte.
Louis se sentó a su lado, tomando una de sus manos.
—Lo mismo nos pasa a nosotros, amor. Puedo sentirte tan claramente… Esa mezcla de sorpresa, alegría y un poco de miedo.
William se inclinó, acariciando suavemente su cabello.
—Es el vínculo, Harry. Ahora estamos conectados en todos los sentidos. Tu felicidad es la nuestra, tu dolor también lo será. Es un regalo que no vamos a tomar a la ligera.
Harry cerró los ojos por un momento, dejando que las emociones lo envolvieran. Podía sentir el alivio de ambos al verlo bien, su devoción inquebrantable y, sobre todo, un amor tan inmenso que le hacía temblar.
Abrió los ojos nuevamente, sonriendo con lágrimas acumulándose en sus pestañas.
—Esto… esto es más hermoso de lo que pensé que sería. No sabía que podía sentirme tan completo.
Louis lo abrazó con fuerza, enterrando el rostro en su cuello, en el lugar exacto donde lo había marcado. William se unió al abrazo, rodeándolos a ambos con sus brazos fuertes.
–Eres nuestro todo, Harry. —Murmuró William. —Y ahora lo podemos sentir en cada parte de nosotros.
—Siempre te protegeremos. —Añadió Louis, con un susurro cargado de emoción.
Harry estaba aún en la cama, envuelto en el calor de la mañana y la seguridad que le brindaban los brazos de sus alfas. Todo parecía estar en calma, pero de pronto, una sensación de desesperación lo invadió con fuerza. Era como si un grito silencioso se abriera paso dentro de él, desgarrándolo desde adentro.
Se incorporó de golpe, llevando las manos al pecho, respirando agitadamente.
—¿Qué… qué está pasando?”
Louis, que estaba junto a él, sintió lo mismo al instante. Su rostro se tensó y se llevó una mano al corazón, como si el dolor también lo estuviera alcanzando. William, que había ido a preparar algo de desayuno, regresó apresurado al cuarto.
—¿Lo sienten?— Preguntó William, su voz grave y cargada de preocupación.
Harry asintió, las lágrimas amenazando con caer.
—Es… es desesperación, pero no es mía. No es de ustedes tampoco. Es…
Louis lo interrumpió, su tono firme y decidido.
–Es Troy.
Un silencio pesado cayó sobre ellos mientras los tres procesaban lo que estaba ocurriendo. El vínculo que los unía ahora parecía extenderse, tocando a Troy, quien aún permanecía en coma en el hospital. Su desesperación era tan intensa que los tres podían sentirla como si fuera propia.
Harry se llevó una mano al vientre, acariciándolo en un gesto instintivo.
—Está sufriendo. No sé cómo, pero lo siento tan claro. Él nos necesita.
William frunció el ceño, tomando asiento junto a Harry.
—Si Troy está consciente de alguna forma, aunque sea mínima, debe estar luchando por volver. Pero esta sensación… No es solo desesperación. Es miedo. Algo lo tiene aterrado.
Louis se levantó de la cama, comenzando a caminar de un lado a otro. Sus manos estaban apretadas en puños, como si contener la rabia fuera una tarea titánica.
–No puedo quedarme aquí mientras él siente esto. Tenemos que ir al hospital ahora.
Harry asintió con fuerza.
—Quiero verlo. No puedo dejarlo solo, no con lo que estamos sintiendo.
William puso una mano en la mano deHarry, obligándolo a mirarlo a los ojos.
–¿Estás seguro? No queremos que te esfuerces demasiado, amor. Aún tienes que cuidarte por los bebés.
Harry negó con la cabeza, su expresión decidida.
–Estoy bien. Ahora que estamos enlazados, me siento más fuerte. Además, él me necesita. No puedo ignorar esto.
Louis dejó de caminar y se giró hacia ellos.
–Entonces vamos. Pero primero debemos hablar con los médicos. Necesitamos entender qué está pasando con Troy. Esto no es normal, ni para alguien en su estado.
୨ৎ
Poco después, llegaron al hospital, donde fueron directamente a la habitación de Troy. Harry, apenas entrando, sintió que la sensación de desesperación se hacía aún más fuerte. Se acercó a la cama, tomando la mano de Troy entre las suyas.
—Troy...– susurró con suavidad. –Estamos aquí. No estás solo.
Louis y William permanecieron en silencio, pero sus emociones se mezclaban con las de Harry, formando un escudo invisible que parecía rodear a Troy.
William se inclinó hacia Harry, su voz un murmullo bajo.
–No sé cómo, pero debemos ayudarlo a calmarse. Este vínculo es más fuerte de lo que pensábamos.
Louis asintió, sus ojos clavados en Troy.
–Él nos siente, igual que nosotros a él. Si lo tranquilizamos con nuestra presencia, tal vez podamos darle la fuerza que necesita para seguir luchando.
La habitación del hospital estaba en completo silencio, salvo por el suave pitido de las máquinas que monitoreaban a Troy. Harry no podía apartar los ojos de él, su pecho subía y bajaba con esfuerzo, como si cada respiración fuera una batalla. A pesar de la sensación de desesperación que aún los rodeaba, Harry no pudo evitar acercarse más, conmovido por la conexión invisible que los mantenía unidos incluso en ese estado.
Con un suspiro tembloroso, se inclinó sobre Troy, sus manos temblando ligeramente al rozar las sábanas. Sin pensar demasiado, dejó un suave beso en sus labios, un gesto lleno de amor y esperanza. Sus ojos se cerraron por un instante mientras susurraba cerca de su boca.
—Por favor, sigue luchando. Te necesitamos. Te amo.
Louis y William, de pie al otro lado de la cama, lo observaban en silencio, sus corazones llenos de emociones encontradas. Amor, preocupación y la inquebrantable certeza de que no dejarían a Troy solo en esto.
Pero entonces algo sucedió. El doctor, que revisaba los monitores al otro lado de la habitación, se detuvo en seco, su mirada fija en la cama.
—¿Qué fue eso? —Preguntó, acercándose rápidamente.
Harry, confundido, levantó la vista hacia el médico.
–¿Qué pasó?
Antes de que el doctor pudiera responder, lo vieron: la mano de Troy se movió, apenas un leve gesto, como si estuviera intentando alcanzar algo, o alguien.
Harry, con los ojos abiertos de par en par, tomó su mano entre las suyas.
–¿Troy? ¿Puedes oírme?
El doctor se inclinó para observar de cerca, sus ojos llenos de asombro.
–Esto no es común… Es casi como si su cuerpo estuviera reaccionando a usted.
Louis dio un paso adelante, su mirada intensa.
–Por supuesto que reacciona. Estamos conectados. Él nos siente, igual que nosotros a él.
William, siempre el más calmado, puso una mano en el hombro de Harry con suavidad.
–Sigue hablando con él, amor. Tal vez esto sea una señal de que está intentando volver.
Harry apretó con más fuerza la mano de Troy, dejando que las lágrimas cayeran libremente.
–Estamos aquí, Troy. No estás solo. Por favor, sigue luchando. Te necesitamos aquí.
El doctor, todavía sorprendido, se apartó ligeramente.
—Nunca había visto algo así. Tal vez su vínculo con él sea más fuerte de lo que podemos entender. Si esto lo motiva a recuperarse, no lo detengan. Sigan así.
Louis y William intercambiaron una mirada decidida. Mientras Harry continuaba hablando con Troy, ellos sabían que harían todo lo necesario para protegerlos, a ambos. Porque aunque Troy aún estuviera atrapado entre la conciencia y el sueño, ese pequeño movimiento era la prueba de que no estaba listo para rendirse.
୨ৎ
En la profunda oscuridad donde Troy se encontraba atrapado, el tiempo parecía no existir. No había luz, ni sonido, solo un abismo interminable que lo envolvía como un manto pesado. Sin embargo, en medio de aquella soledad, algo comenzó a cambiar.
Primero fue un calor suave, un toque que atravesó la bruma como un rayo de luz débil pero persistente. No podía verlo, pero lo sentía. Era una sensación cálida, reconfortante, como si alguien estuviera extendiendo la mano hacia él desde un lugar lejano.
De pronto, un destello. No era visual, sino algo que resonaba dentro de él. Una emoción: amor. El amor de Harry. Lo sintió con tanta claridad que lo atravesó como un rayo, derritiendo un poco el frío que había envuelto su corazón en ese estado.
Luego, algo más tangible, como un eco lejano que se hacía cada vez más fuerte. El roce de unos labios en los suyos. Aunque su cuerpo físico no reaccionaba, en ese mundo de sombras sintió como si el beso de Harry lo hubiera alcanzado. Fue un toque delicado pero intenso, lleno de ternura y desesperación.
Troy intentó moverse, intentó responder, pero era como si un muro invisible lo mantuviera atrapado. Aun así, con todas sus fuerzas, dirigió su energía hacia una sola acción: mover su mano. En su mente, el esfuerzo era monumental, como empujar una montaña. Pero lo logró.
En ese instante, su corazón —o lo que fuera que sentía en ese estado— se llenó de alivio y de esperanza. Podía sentir los ecos de sus emociones, su miedo, su amor, su necesidad de que regresara. Y entonces, otra emoción lo invadió: desesperación, pero no era suya. Venía de ellos, especialmente de Harry.
“No puedo dejarlo solo. No puedo dejar a ninguno de ellos.”
Troy luchaba contra las sombras, cada vez más consciente de que esas emociones que lo inundaban eran una cuerda que lo ataba al mundo exterior. Podía sentir la conexión que los unía, la fuerza del vínculo que compartían. En ese instante, supo que no estaba solo. Y aunque el abismo todavía lo rodeaba, por primera vez desde que había caído en ese estado, comenzó a creer que había una salida.
୨ৎ
He abandonado esta novela 🤦♀️
Pero voy a continuar publicando.
Gracias a las personas que guardan la novela en sus bibliotecas y votan en cada capítulo ❤️ tienen un lugar en mi corazoncito de vieja
118k en la primer temporada, wowww
Muchas gracias.
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