Nueve
Publicación 17 de noviembre 2024.
Louis miró a Troy tendido en la cama del hospital, y un profundo sentimiento de ira y determinación comenzó a arder dentro de él.
No podía quedarse ahí esperando a que los médicos y la policía le dieran respuestas.
Sabía, con una certeza inquietante, que el accidente no había sido una coincidencia.
Algo en su interior le decía que alguien había buscado herir a su hermano, y no iba a descansar hasta descubrir la verdad.
Dejó a Harry junto a William en la habitación. Harry lo miró con preocupación mientras sostenía su vientre con ambas manos, las punzadas de ansiedad no le daban tregua.
—Louis, ¿a dónde vas? Por favor, quédate…— Pidió Harry, su voz temblorosa.
Louis se inclinó hacia él, colocando una mano firme en su espalda.
–Tengo que averiguar qué pasó realmente, Harry. Esto no fue un accidente. Lo sé. William estará contigo, no estás solo.
—Solo… vuelve pronto. Troy te necesita tanto como nosotros. —Insistió Harry, sus ojos llenos de lágrimas.
Louis le dio un leve asentimiento, dejó un suave beso en sus labios y salió del hospital, su mente fija en una sola cosa: la verdad. Con cada paso que daba hacia el lugar del accidente, la rabia crecía en su interior.
Al llegar, se detuvo y examinó el área con una mirada fría y calculadora. Fue entonces cuando vio el supermercado cercano, ubicado justo en la acera donde el impacto había ocurrido.
Entró con decisión, y el sonido de la campana en la puerta alertó al hombre detrás del mostrador, un hombre mayor que lo miró con curiosidad. Louis no perdió tiempo.
—¿Es usted el dueño de este lugar?—Preguntó Louis, sin molestarse en suavizar el tono de su voz.
—Sí, soy yo.— Respondió el hombre, entrecerrando los ojos ante la intensidad de Louis. —¿En qué puedo ayudarle?
—Mi hermano tuvo un accidente justo frente a su tienda. Está en el hospital ahora… en estado crítico. —Explicó Louis, las palabras saliendo apresuradas.–Necesito ver las grabaciones de sus cámaras de seguridad. Es importante.
El hombre lo miró con cautela.
—Las cámaras son solo para uso interno. No estoy seguro si puedo mostrarlas sin un permiso oficial…
Louis se acercó más, sus ojos ardiendo con determinación.
–Por favor, esto no puede esperar. Mi hermano fue embestido por un auto, y tengo razones para creer que fue intencional. Cada segundo cuenta.
Louis se deja ver exasperado.
—Le juro que no uso esto para otra cosa más que encontrar la verdad.
El dueño vaciló un momento, luego suspiró profundamente.
—Está bien, sígame. Pero si alguien pregunta, usted insistió. —Dijo mientras lo guiaba a una pequeña oficina en la parte trasera.
Louis se sentó frente a la pantalla mientras el hombre rebobinaba las imágenes. Su corazón latía con fuerza, su ansiedad aumentando con cada segundo que pasaba. Finalmente, el video mostró el momento del accidente.
–Ahí está.— Señaló el hombre. —Eso es lo que usted busca, ¿verdad?
Louis se inclinó hacia adelante, sus ojos clavados en la pantalla. La grabación mostraba a Troy avanzando en su moto, todo parecía normal hasta que un auto apareció en la escena. Al principio, el vehículo iba a una velocidad moderada, pero justo cuando la moto de Troy estaba por cruzar su camino, el conductor aceleró bruscamente. Ni siquiera intentó frenar.
—No… no fue un accidente. —Murmuró Louis, su voz cargada de furia.
Se puso de pie de golpe, señalando la pantalla.
–¡Mire eso! Lo aceleró justo antes de impactarlo. Esto fue deliberado.
El dueño del supermercado lo miró con una mezcla de sorpresa y preocupación.
—Es… es bastante claro, sí. ¿Qué piensa hacer ahora?
—Necesito una copia de este video. ¿Puede darme una? —Exigió Louis, todavía con la mirada fija en la pantalla. —Esto tiene que llegar a la policía, pero no puedo esperar a que ellos actúen. Voy a encontrar a quien hizo esto.
El hombre asintió lentamente.
–Haré una copia para usted. Solo… tenga cuidado. Si alguien hace algo así, probablemente no tenga miedo de volver a intentarlo.
Louis apretó los puños, su mandíbula tensándose.
—Si intentan algo más, van a desear no haberlo hecho.
Su voz era baja, peligrosa.
Sabía que Troy no podía defenderse en ese momento, pero él sí. Nadie iba a atacar a su familia y salirse con la suya.
Mientras el hombre preparaba la copia,
Louis seguía observando el video cuando algo llamó su atención. En una de las tomas, aunque no perfectamente nítida, se veía una parte de la placa del auto. Su mirada se agudizó y volvió hacia el dueño del supermercado.
–¿Puede hacer zoom en la placa del auto? —Pidió con cierta urgencia. —Quiero ver si se puede leer algo.
El hombre asintió, manipulando los controles del sistema de cámaras. Tras unos segundos, logró enfocar un fragmento más claro de la grabación. La placa, aunque ligeramente borrosa, era visible.
—Ahí está. —Señaló Louis, inclinándose hacia la pantalla.
Sacó su teléfono del bolsillo y anotó rápidamente el número de la matrícula. Cada dígito que escribía hacía que su determinación creciera más.
El dueño del supermercado lo observaba con cierta cautela.
—Sé que esto no es asunto mío, pero… conozco a alguien que puede ayudarte a rastrear al dueño de ese auto. Trabaja en la agencia de tránsito y tiene acceso a ese tipo de información.
Louis levantó la mirada, con una mezcla de sorpresa y gratitud.
—¿Puedes contactarlo? Necesito esa información lo antes posible.
El hombre dudó un momento, pero al ver la intensidad en los ojos de Louis, asintió.
—Puedo llamarlo ahora mismo, pero él no hace nada gratis… ya sabes.
Louis no lo pensó dos veces. Sacó un billete considerable de su billetera lo dejó sobre la mesa.
—Toma esto y dile que es urgente. Si necesita más, lo tendrá, pero quiero que esto se haga ahora.
El dueño tomó el dinero y lo guardó rápidamente.
—Está bien, déjame llamarlo.
Tomó el teléfono y marcó un número, hablando en voz baja con su contacto mientras Louis se cruzaba de brazos, caminando de un lado a otro en la pequeña oficina. La espera le estaba destrozando los nervios, pero sabía que tenía que mantener la calma, al menos por ahora.
Después de unos minutos, el hombre terminó la llamada y se giró hacia Louis.
—Mi amigo dice que puede hacerlo. Solo necesita un par de horas para verificar la información en el sistema y enviármela.
—Pasame tu número y te avisaré en cuanto la tenga.
Louis asintió, su mandíbula aún tensa.
No dudó en darle su número al hombre.
—Gracias.— Antes de irse, miró al hombre fijamente.— No le digas a nadie sobre esto, ¿entendido?
—No tienes que preocuparte, no diré nada— Aseguró el dueño. —Espero que encuentres lo que buscas.
Louis salió de la tienda con la copia del video y el número de la placa grabados en su mente.
Mientras conducía de regreso al hospital, su mente trabajaba a toda velocidad, trazando cada paso que debía seguir. Sabía que esto no era solo un accidente; alguien había querido lastimar a Troy, y él no descansaría hasta que lo pagaran.
୨ৎ
Louis llegó al hospital con el ceño fruncido y los ojos cargados de determinación. Mientras caminaba por los pasillos hacia la sala donde había dejado a William y Harry, repasaba mentalmente los detalles de lo que había descubierto. No podía permitirse perder tiempo, pero tampoco podía arriesgarse a preocupar a Harry, sabiendo que su embarazo estaba cerca de término.
Cuando entró a la sala, vio a Harry recostado en un sillón, con una mano sobre su vientre. Parecía agotado, pero mantenía una expresión serena, mientras William estaba de pie junto a él, atento a cualquier cosa que necesitara. Al ver entrar a Louis, William arqueó una ceja, notando de inmediato la tensión en su hermano.
—¿Qué averiguaste? —Preguntó William en un tono bajo, cuidando no alterar a Harry.
Louis miró a Harry, quien levantó la cabeza con curiosidad.
—Todo está bien.— Dijo Louis rápidamente, esforzándose por sonar tranquilo.
Caminó hacia él y le dio un dulce beso en los labios.
—Tú descansa, ¿bien? William y yo vamos a hablar un momento afuera.
Harry lo miró con cierta sospecha, pero asintió.
—Está bien… pero si pasa algo, dímelo, Louis. No me dejes sin saberlo.
—Lo sé, bebé. —Respondió Louis con una leve sonrisa, intentando calmarlo. —Confía en mí.
Louis hizo una seña a William, quien lo siguió al pasillo. Una vez que estuvieron fuera del alcance de los oídos de Harry, Louis se volvió hacia él con urgencia.
—Tengo pruebas de que el accidente no fue un accidente. —Dijo directamente, con la mandíbula apretada.
—Revisé las cámaras de un supermercado cerca del lugar. El auto que chocó a Troy aceleró intencionalmente justo cuando él pasaba. Esto fue a propósito.
William cerró los ojos un momento, dejando escapar un suspiro pesado mientras procesaba la información.
—¿Tienes la placa del auto?
Louis asintió.
—Sí, y ya hablé con alguien que puede rastrear al dueño. Debería tener esa información en unas horas o quizá unos pocos días, no lo sé.
William cruzó los brazos, mirando hacia la puerta detrás de la cual estaba Harry.
—Esto no puede llegar a sus oídos, Louis. Está demasiado cerca de dar a luz, y cualquier preocupación podría complicarlo todo.
—Por supuesto que no le voy a decir. —Dijo Louis con firmeza.
—Él ya está lidiando con suficiente. Lo último que necesita es esto.
William asintió de acuerdo, acomodando sus lentes y después tirando de las mangas de su suéter.
—Pero necesitamos resolverlo rápido, William. Esto no es solo sobre Troy. Alguien nos está atacando.
—¿Qué piensas hacer cuando tengas la información?
Louis lo miró fijamente, con una chispa peligrosa en sus ojos.
—Lo que sea necesario.
William lo sostuvo por el brazo, apretándolo ligeramente.
—No hagas nada estúpido, Louis. Recuerda que Troy nos necesita… y Harry también.
Louis apartó la mano de su hermano con cuidado pero con determinación.
—Lo sé, William. Pero si crees que voy a quedarme de brazos cruzados mientras alguien intenta destruir a mi familia, no me conoces en absoluto.
Con eso, Louis volvió a entrar en la sala, dirigiéndose hacia Harry, quien lo recibió con una mirada esperanzada.
—¿Todo bien?
—Todo bien. —Respondió Louis con una sonrisa forzada, colocando una mano en la cintura de Harry. —No tienes de qué preocuparte.
Aunque Harry asintió, algo en su expresión indicaba que no estaba completamente convencido.
Pero, por ahora, decidió confiar en Louis y concentrarse en mantenerse calmado por el bien de su bebé.
୨ৎ
Los días pasaban con una lentitud exasperante, y la situación de Troy seguía siendo crítica.
A pesar de ello, Harry encontraba fuerzas para visitarlo todos los días, sentado junto a su cama en el hospital, sus dedos acariciando con ternura la mano inerte de Troy. Pero no podía ignorar lo débil que se sentía. Cada movimiento parecía agotarlo, cada paso era un desafío.
Louis y William, preocupados, insistieron en que Harry fuera a ver a un obstetra. Aunque al principio dudó, aceptó cuando su debilidad comenzó a preocuparlo más que a él mismo.
En el consultorio, el médico, un alfa experimentado y comprensivo, lo revisó con detenimiento. Luego de varias preguntas y un examen exhaustivo, le dio una noticia que lo dejó pensativo.
—Harry — Comenzó el obstetra con un tono calmado. —Tu cuerpo está mostrando signos de agotamiento porque no estás enlazado con los padres de tus cachorros. Es algo común en omegas en tu situación. La conexión con los alfas no solo es emocional, sino biológica. El enlace ayuda a fortalecer tanto tu salud como la de los bebés. Es vital para que estos se desarrollen sanos y fuertes.
Harry parpadeó, sorprendido, sintiendo cómo su corazón daba un vuelco.
—¿Enlazarme? ¿Eso significa que si no lo hago… podrían enfermar?
El obstetra asintió, con un gesto grave.
—Es una posibilidad. Sin un enlace, el estrés físico y emocional puede afectar tu salud y la de los cachorros. Además, por lo que veo, ya estás en las últimas semanas de gestación. El enlace podría estabilizar tu estado y garantizar un parto más seguro.
Harry salió del consultorio con una mezcla de emociones. La idea de enlazarse con William y Louis no le desagradaba; al contrario, sabía que ambos lo querían y lo cuidaban.
Pero no podía evitar sentirse inseguro.
¿Era eso lo que realmente quería, o simplemente lo estaba haciendo por el bienestar de sus bebés?
Cuando llegó al loft, William y Louis lo recibieron con abrazos y palabras de ánimo, preocupados al verlo aún más agotado. Harry les contó lo que había dicho el obstetra, con voz temblorosa y mirada baja.
–¿Eso dijo? —Preguntó William, visiblemente preocupado, mientras acariciaba el cabello de Harry. —Entonces no hay más discusión. Nos enlazaremos, Harry, si eso significa que tú y los bebés estarán a salvo.
Louis asintió, su mirada decidida.
—No hay nada más importante que tú y los cachorros. Lo haremos cuando tú te sientas listo.
Harry los miró, con lágrimas en los ojos. Se sentía agradecido y al mismo tiempo abrumado. Sabía que estaba rodeado de alfas que harían cualquier cosa por él, pero ahora debía decidir si estaba preparado para dar ese paso.
୨ৎ
Semanas antes de lo sucedido:
La habitación estaba cargada de tensión.
La reunión, organizada en secreto, había reunido a tres figuras clave: Roderick, Edward y Bred.
Edward sabía que no era una reunión sobre algo de negocios porque allí estaba ese omega que él no conocía. Además, Roderick y él dejaron ser socios hace tiempo.
Roderick estaba sentado al final de la mesa, con una copa de whisky en la mano y una sonrisa calculadora en los labios.
—He decidido lo que haré con Troy. —Dijo finalmente, su tono lleno de frialdad. —Ese alfa me ha desafiado más de una vez, ha amenazado en matarme si me acercaba a Harry. Debo sacarlo del camino.
Edward, que hasta ese momento había permanecido en silencio, levantó la mirada con una furia contenida.
—¿De qué demonios estás hablando, Roderick?
Roderick lo observó con calma, como si su plan fuera algo tan cotidiano como respirar.
—Un accidente, Edward. Algo sencillo. Lo suficiente para que Troy se mantenga lejos de Harry... o desaparezca para siempre. Es lo mejor para todos. Harry necesita a alguien que sepa valorarlo. Y ese alguien soy yo.
–¿Tú?— Edward se levantó bruscamente, golpeando la mesa con los puños. –Eres un viejo ruco que no tiene derecho a siquiera mirarlo.
Escupió con rabia.
–¿Crees que Harry podría amarte? ¡Eres una maldita plaga!
Roderick sonrió, confiado.
—Tarde o temprano, lo entenderá. Tú deberías apoyarme en esto, Edward. Después de todo, somos familia.
Edward soltó una carcajada amarga.
—¿Familia? Ni en mil vidas me uniría a tu retorcido plan. Y no permitiré que le hagas daño a Troy para satisfacer tu ego enfermizo.
—Entonces eres parte del problema.—Respondió Roderick, su tono sombrío. —Si no estás conmigo, Edward, estás en mi contra. Y no querrás enfrentarte a mí.
Pero Edward no necesitó más advertencias. Con un rugido de rabia, se lanzó sobre Roderick, derribando la copa de whisky al suelo. Sus manos se aferraron al cuello del hombre mayor mientras sus colmillos se hundían en su carne. La sala se llenó de gritos mientras Edward desgarraba un pedazo de piel del cuello de Roderick, quien cayó al suelo jadeando, con la sangre manchando su camisa blanca.
Edward se inclinó sobre él, sus ojos brillando de furia.
—Escúchame bien, Roderick. —Dijo con una voz baja y amenazante. —Si vuelves a acercarte a Harry, si siquiera piensas en tocar a Troy, terminarás mucho peor que esto. Te juro que no vivirás para ver otro día.
Se levantó, escupió la sangre que le había quedado en la boca y se dirigió a la salida.
Antes de cruzar la puerta, se detuvo un momento.
–Eres un viejo patético y nunca tendrás a Harry.
La habitación quedó en silencio, excepto por los jadeos de Roderick, quien se llevó una mano al cuello herido.
Bred, que había permanecido quieto durante toda la escena, finalmente rompió el silencio.
—Roderick...—Dijo en voz baja. —¿Por qué nunca te fijaste en mí? Yo siempre he estado aquí...
Roderick levantó la mirada con desprecio, apenas logrando hablar.
—Porque eres un omega viejo... usado y desechable. No me interesas, ni me interesarás nunca.
Bred apretó los labios, sus ojos brillando con una mezcla de tristeza y rabia, pero no dijo nada más.
—Ahora llama a un maldito médico.
Mientras tanto, Edward salió de la casa, decidido a proteger a Harry y a enfrentar cualquier consecuencia que se avecinara.
୨ৎ
Presente.
La tarde estaba teñida de calma y ternura.
Louis y William habían preparado cada detalle con esmero, queriendo que este momento fuera perfecto para Harry.
La mesa del loft estaba repleta de los platillos que él amaba: dulces de miel, frutas frescas y jugosos cortes de carne perfectamente cocinados. Velas suaves iluminaban la habitación, mientras el aroma de su té favorito flotaba en el aire.
Harry, sentado entre ellos, no dejaba de sonreír.
Por primera vez en mucho tiempo, sentía un poco de paz. Su amor por los dos alfas llenaba cada rincón de su ser, disipando cualquier miedo o inseguridad que alguna vez lo había atado. Sabía que estaba listo para este momento, listo para ser de ellos en todos los sentidos.
Cuando la luna ascendió al cielo, bañando la habitación con su luz plateada, Louis y William lo guiaron hasta la sala principal. Ambos estaban con su mirada fija en Harry, sus ojos brillando con un amor intenso y un deseo contenido.
–¿Estás seguro?—Susurró William, tomando su mano con suavidad.
Harry asintió, sus rizos enmarcando su rostro sereno y angelical.
–Nunca había estado más seguro de algo. Los amo. Estoy listo para ser suyo, completamente.
Las palabras de Harry llenaron a ambos alfas de un orgullo indescriptible. Louis se adelantó, deslizando sus dedos por la mejilla de Harry con ternura.
–Entonces será bajo la luna, como debe ser. No hay nada más hermoso que sellar este vínculo con el cielo como testigo.
Se sentaron en un sofá amplio, Harry acomodándose entre ellos, su piel blanca y delicada expuesta al aire fresco de la noche al tener los ventanales abiertos.
Ambos alfas dejaron que sus instintos afloraran, sus colmillos extendiéndose lentamente, brillando bajo la luz de la luna.
William fue el primero en inclinarse hacia el cuello de Harry, su aliento cálido rozando la piel sensible. Harry cerró los ojos, un suspiro escapando de sus labios cuando sintió los colmillos perforar su carne con precisión. El dolor fue breve, reemplazado rápidamente por una calidez que lo envolvió por completo.
William gruñó bajo en su garganta mientras saboreaba la esencia de Harry, una mezcla de pureza y dulzura que lo embriagaba. La sensación de morder su carne suave era indescriptible, un placer primitivo que conectaba sus almas. Al retirar sus colmillos, pasó la lengua con cuidado sobre la herida, sellándola con su saliva, mientras su pecho se llenaba de un orgullo absoluto.
Louis tomó el otro lado del cuello de Harry, sus labios rozando la piel marcada por el aroma del omega. Su mordida fue igual de firme, profunda, como si estuviera reclamando a Harry en cuerpo y alma. Al sentir el calor de su sangre, Louis cerró los ojos, dejando que su instinto lo guiara. Lamer la herida después no fue solo un acto de sanación, sino de adoración, como si estuviera prometiendo protegerlo por siempre.
Harry tembló entre ellos, no por miedo, sino por la intensidad del momento. Sentía cada fibra de su ser conectada con los dos alfas, un vínculo que ahora era inquebrantable.
–Eres nuestro. –Murmuró Louis, su voz ronca contra el oído de Harry.
—Y siempre lo cuidaremos. —Añadió William, envolviéndolo en un abrazo protector.
Harry se relajó en sus brazos, sus labios curvándose en una sonrisa. Sabía que, pase lo que pase, ahora nunca estaría solo.
୨ৎ
Dentro de su inconsciencia, Troy flotaba en un espacio donde todo era un vacío silencioso y nebuloso. No había tiempo, ni dolor, solo una quietud que parecía infinita. Sin embargo, algo distinto comenzó a invadir aquel lugar estático.
Una chispa.
Primero, fue un leve cosquilleo, como un destello en la oscuridad. Luego, la sensación creció, expandiéndose dentro de él, como si un calor tibio estuviera intentando alcanzarlo. Troy no sabía qué era, pero lo reconoció como algo profundamente familiar, algo conectado a sus hermanos.
Esa emoción lo envolvió de golpe: una mezcla de amor, paz y una fuerza que parecía venir de ellos. Era como si William y Louis estuvieran tocando algo dentro de su alma, despertando un vínculo más profundo, más fuerte.
“¿Qué… es esto?"
Pensó Troy, aunque no pudo articular las palabras. No estaba solo. Sentía a sus hermanos, sentía algo que había cambiado en ellos, como si hubieran cruzado un umbral emocional y físico que los unía aún más.
La chispa se convirtió en un fuego tenue, que latía en sincronía con su propia esencia. Quiso moverse, quiso abrir los ojos y estar allí con ellos, compartir lo que acababan de experimentar. Sin embargo, su cuerpo no respondía.
“Debo despertar… necesito estar con ellos.”
Pero una fuerza invisible parecía mantenerlo atrapado. Cada intento de abrir los ojos o mover sus extremidades era en vano. Dentro de sí, Troy gritaba de frustración, pero la emoción cálida de sus hermanos seguía dándole fuerzas.
Aunque no podía despertar, no pudo evitar sentirse reconfortado. Sabía que estaban bien, que algo grande había sucedido. Una sonrisa invisible pareció formarse en su interior. Sus hermanos estaban completos, y aunque él no podía unirse todavía, esa chispa le dio esperanza.
“Esperen por mí" pensó.
"No me rendiré… volveré con ustedes.”
La calidez permaneció con él, una promesa de que, cuando el momento llegara, encontraría el camino de regreso.
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Espero que les haya gustado.
Gracias a las cariñosas que votan y comentan, las beso 💋
YA 2/3 MORDIERON A HARRY, AHHH
Troy tendrá su oportunidad de hacerlo también? 🤔Mhmm
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