Ocho
Louis se despierta, después de lo que parece ser una eternidad para él, se siente sediento y hambriento.
Cuando se está por levantar de la cama, puede ver que hay humedad en las sábanas, jadea de sorpresa cuando puede sentir un fuerte aroma a jazmín.
Se para de golpe, tocándose la frente, viendo que en suelo hay una braga, él la levanta y se la queda en su mano.
Ese aroma lo reconoce.
—¿Harry?
Se escuchan unos golpes fuertes en su puerta, él mira todo el desorden que hay, incluso hay un mueble tirado.
Sus celos siempre son un desastre, no sabe qué ha sucedido, está confundido.
—Adelante.
Sabe que es uno de sus gemelos, cuando la puerta se abre, puede ver a los dos.
—Tienes muchas cosas que explicarnos.
Troy lo señala con su dedo índice.
Él le voltea sus ojos, sintiéndose enfermo de repente.
—Pero primero debes comer.
William tiene una bandeja en sus manos, con lo que sería el desayuno para Louis
—Siéntate.
Louis le hace caso, se sienta en la cama, recibiendo la bandeja, su estómago emite sonido, debía comer lo antes posible. Le agradece a William.
—¿Qué sucedió?
Louis pregunta mirando entre sus dos gemelos, luego se lleva a la boca la tostada con queso, queriendo llorar de gusto.
—Pasaste tu celo con Harry, maldito. Debes decirme de dónde sacaste esa suerte.
Troy le da un leve golpe en su hombro,
él casi se atora al escuchar las palabras de su gemelo.
Mira a William para que se lo confirme.
Este asiente ante él.
Entonces la braga es de Harry...
—¿Lo obligué?
Él podría llegar a vomitar si le dicen que obligó al omega.
Por suerte ambos niegan ante su pregunta.
—Él se ofreció a hacerlo, le pregunté varias veces si estaba seguro, y él me dió la seguridad de que sí lo estaba.
Explica Troy robándole una uva que había el tazón, eran las preferidas de Louis, William lo sabía.
—¿Ustedes lo arreglaron? —Pregunta William, recibiendo la negativa por parte de Louis. —¿Entonces...?
—Él venía a comer, nada más.
—Vino a comer y terminó siendo él la comida.
—¡Troy!
William le reprocha, avergonzado, luego se dirige a Louis.
—¿Por qué quiso ayudarte?
—¿Qué importa?—Troy responde por Louis.
—El celo de Louis ha durado menos, eso quiere decir que el omega hizo bien las cosas.
—No sé la razón del querer ayudarme.
Louis está más que agradecido de que Harry lo haya querido ayudar, por esa razón es que su celo lo pasó a gusto.
De seguro él no debió siquiera dejarlo respirar por unos minutos, ya que él se despertó como un zombie, debió agotarle toda la energía al pobre omega.
—Él dijo que por experiencia propia sabe lo feo que es pasar un celo estando solo.
—¿Y por qué se fue?
Louis al preguntar eso siente frío en el pecho.
—No lo sabemos, se fué sin decirnos nada, supongo que se despertó y se fué sigilosamente.
Louis asiente, los tres se quedan en silencio,cada uno en sus pensamientos.
—Aún huele a él, tal como si aún estuviese aquí.
Troy les habla intentando guardarse para él ese aroma que lo está volviendo loco.
—No abriré la ventana por unos días, tampoco me ducharé.
Bromea Louis haciendo reír a Troy.
—Ugh, lo de la ventana lo acepto pero debes ducharte urgente.
Troy y Louis se ríen por la cara de asco de William.
—Oh vamos Will, dame un abrazo.
Louis está bromeando, molestando un poco a su gemelo.
Acercándose a él, pero William lo empuja, sonriendo antes de salir del cuarto.
—Iré a comprar las cosas para la comida.
Cuando William se va, solo quedan Troy y Louis.
Ambos sentados en la cama, Louis terminando su desayuno y Troy mirando la gran mancha de humedad que hay en la sabana. No dice nada, simplemente sonríe.
—Necesito verlo, agradecerle lo que hizo por mí, pero de seguro Edward está molesto por no haber llevado a Harry a su casa.
—Supongo que Edward es el padre del omega, si te sirve de algo, el hombre vino hasta aquí para decirnos que se iba de viaje con una socia.
—Entonces iré.
╭──────────────────♡
Harry ya ha desayunado, se ha duchado otra vez, ordenó su cuarto, y ahora está en el sofá del living viendo una película.
Su padre se tuvo que ir de viaje, para él fué una buena noticia ya que no quería lidiar con los reproches de su padre.
En su celular tiene un montón de llamadas perdidas de sus mejores amigos, pero él no quiere hablar con nadie.
Aún está perdido pensando en lo que sucedió con Louis.
Como quisiera que volviera a suceder, pero ambos estando conscientes, sin ser el alfa y el omega. Sólo Louis y Harry.
Se confunde cuando suena el timbre de la casa, camina hacia la entrada para abrirla, sin esperar que detrás de esa puerta estuviese Louis, tendiendo una caja negra hacia él.
—Lou...
—Es para agradecerte lo que hiciste por mí.
—Además, mis hermanos me han mencionado lo de tu lazo, casualmente desapareció, seguramente uno de ellos se lo quedó.
Louis le está hablando con una sonrisa radiante.
Harry puede ver que Louis parece un hombre nuevo. Sus hombros ya no están tensos y sus ojos ya no están apagados, ahora tienen cierto brillo.
El omega sonríe al escuchar la explicación de Louis, tomando la caja entre sus manos, luego mirando al alfa.
—¿Quieres pasar? Mi padre no se encuentra, yo estoy solo.
Le ofrece Harry con una tímida sonrisa
—Sí claro, seguro.
Cuando Harry se hace a un lado para dejarlo pasar, Louis se coloca frente al pequeño, inclinándose solo un poco para dejarle un beso en la frente.
—Estás precioso, omega.
Lo halaga antes de alejarse, dejando a Harry con los ojos cerrados y con ganas de chillar por la emoción.
Debe recomponerse, no quiere asustar al alfa.
—Si quieres puedes sentarte.
Le indica el omega, Louis lo hace y lo mira parado delante suyo.
—¿Quieres algo? —Le ofrece Harry. —Agua, té, café...
—No, gracias. William me ha llenado a comida y bebidas. En cualquier momento exploto.
—Está bien.
Sonríe Harry sentándose a su lado, con la caja apoyada en sus muslos, la abre porque tiene curiosidad.
Cuando lo hace, abre su boca sorprendido al ver los lazos negros.
—¿Te gustan?
El alfa de Louis se siente inseguro, ambos quieren complacer a Harry.
—Me encantan los tres.
Harry está admirando los lazos, tocando la tela, queriendo llorar al darse cuenta de que Louis pensó demasiado bien su regalo.
No le regaló cualquier cosa, le regaló lazos, lo que más le gusta.
–¿Me permites ponerlo?
Louis se ofrece, Harry asiente feliz, entregándole el lazo con forma de moño.
—Veamos.
Harry se pone de espaldas a él, aún sentados en el sofá, Louis se siente un alfa tonto cuando le tiemblan las manos al tocar los rulos largos de Harry, los cuales van más allá de sus hombros.
Muy precioso.
Harry quiere ronronear de gusto cuando Louis le toca el pelo, se siente como un gatito siendo mimado.
Louis se hace maña para poder colocarlo, cuando lo logra se siente un alfa competente, sería una pena de alfa si queda mal delante del omega.
Su madre, omega, siempre le enseñó que debe ser atento, que los omegas tienen tanto valor como los alfas.
Louis lo entendió al pie de la letra.
—Listo. Te queda muy bonito.
Harry se da la vuelta para quedar frente a frente otra vez, el omega no puede evitar inclinarse para dejarle un beso en la mejilla como muestra de agradecimiento.
—Gracias, Lou. Eres un alfa atento.
¿El alfa de Louis?
Rugiendo de felicidad al escuchar la aprobación del omega.
—Lo menos que pude hacer después de tu gran ayuda. Yo vine a disculparme, a jurar que yo no te llevé a mi casa con segundas intenciones, simplemente me sucedió. No quise obligarte.
—Shh...-Harry sonríe con paz y ternura.
Harry no podía dejar que Louis piense que no le gustó o lo obligó.
Simplemente no puede.
—Siente como me pones. —Harry toma la mano del alfa y la acerca hacia entre medio de sus piernas, Louis cierra sus ojos cuando puede sentir la humedad a través de la tela de la ropa interior.
—En tu cama fué mucho más, estoy seguro que dejé una gran mancha de humedad en la sábana, apuesto que no quisiste cambiarla...
¿Cómo lo supo?
—Ha-rry...
El pecho de Louis ya sube y baja a un ritmo más rápido, mira al omega con ganas de comérselo entero.
Se acerca más a Harry, sus labios rozan la piel caliente de una de las mejillas sonrojadas del pequeño.
Sus dedos van más allá, haciendo a un lado la tela cuando el omega abre más sus piernas para darle espacio.
Siente el líquido mojando completamente sus dedos, quiere llevárselos a la boca, pero no quiere dejar de meter los dedos dentro de ese sagrado interior.
Harry arquea su espalda y tira de su cabeza hacia atrás, Louis aprovecha eso para colocar sus labios en el blanquecino cuello.
Su lengua recorre hasta llegar al lóbulo de la oreja, mordisquea, jala con sus dientes y lame.
El omega está hecho un lío de gemidos, necesita aferrarse a algo cuando el alfa lo recuesta en el sofá, sin dejar de mover sus dedos, su omega llora cuando el alfa se aleja un poco para ayudarlo a bajarse la bragueta.
Harry le está pidiendo que se baje el cierre, él lo hace, calmando al omega con un beso en la frente cuando va entrando poco a poco en él después de que Harry prácticamente se lo suplique.
Los dos son uno, tal y como quería Harry que pasara desde que volvió a su casa.
—Mi primer alfa.
Harry se lo dice mirándolo a los ojos, cerrando los suyos cuando Louis lo mira de una manera indescriptible.
—¿Soy el primero en tenerte así?—A Louis le cuesta hablar por el constante movimiento de sus penetraciones. —Mírame y repite lo que dijiste.
A Harry le cuesta, pero lo hace, sus uñas van rasguñando la espalda del alfa.
Tiene un puchero tierno en sus labios, se le nubla la vista porque quiere llorar de placer.
—Fuiste el primer alfa en tenerme así.
Mierda.
Como le preguntó Troy, ¿de dónde sacó tanta suerte?
Sofía Nadal 🥀
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