Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

44. LA DECISIÓN DE KIRBY

CUARENTA Y CUATRO,
la decisión de kirby







INCLUSO CONVIVIENDO con Anna durante años, Diana nunca había estado en la casa Sinclair, era extraño estar allí ahora y se sentía nerviosa, pero sabía que necesitaba hacer esta visita.

Tan pronto como se abrió la puerta, Diana vio a Celine, todavía estaba en pijama a pesar de que eran casi las dos de la tarde. Celine sonrió cuando vio a Johnson.

-Diana -Dijo y abrió espacio para que pasara la chica-. Pasa, imagino que quieres hablar con mi madre.

-Sí, me gustaría hablar con ella -Dijo Diana entrando a la casa y Celine cerró la puerta-. ¿Está todo bien aquí? ¿Vine en mal momento?

-No sé si lo estamos pasando bien -ella suspiró-. Mi papá está trabajando, Gabe todavía no sale de la habitación pero mi mamá se levantó de la cama, por qué... Tenemos visitas.

Antes de que Diana pudiera preguntar sobre las visitas, una mujer bajó las escaleras y Diana no pudo evitar sonreír cuando la vio. Se veía diferente a la última vez que la había visto, se veía más saludable, menos delgada, aunque todavía se veía cansada.

Cuando la mujer vio a Diana, dio un grito emocionado, se acercó a Johnson y le dio un abrazo, un abrazo torpe, ella era torpe, exagerada y como diría Sirius Black: irritantemente linda.

-¡Maldición! -exclamó Diana-. Estás aquí, ¿cuándo volviste?

-Hace unos días -Dijo ella alejándose-. Kirby me necesitaba, me gustaría estar de vuelta en mejores circunstancias pero la guerra nunca es justa, voy a cambiar el tema si no voy a empezar a llorar.

Diana vio a la mujer pasar sus manos sobre sus ojos que ya estaban llorosos, supo que ciertamente no estaba siendo fácil para ella, que había visto crecer a Anna, a pesar de todo, Johnson todavía no podía creer que Freya estuviera allí, en carne y hueso delante de ella.

-¡Oh! -exclamó ella pareciendo recordar algo-. Celine me dijo que estás comprometida, felicidades, felicidades de verdad, se lo merecen, incluso te volveré a abrazar.

Freya se acercó emocionada y tan pronto como la abrazó, se alejó rápidamente y abrió los ojos como platos.

-Por Merlín, no te gustan los abrazos, lo olvidé, lo siento -Ella dijo.

-Está bien, todavía no puedo creer que estés aquí -Dijo Diana y la otra sonrió-. ¿Cómo estuvo allá?

-Esclarecedor, yo diría -Dijo después de unos segundos buscando palabras-. Pero me perdí tanto, todavía no he tenido tiempo de visitar a todos.

-Freya, voy a golpear a Christa, llega veinte minutos tarde, ¡voy a matar a Andrew también! -Kirby exclamó, bajando las escaleras y mirando a Diana con sorpresa-. Hola Diana.

-Vine a hablar contigo -Ella dijo-. Pero no sabía que tenías visitas.

-No son visitas, son familia, ni les hagas caso -sonrió ella y Freya puso su mano en su hombro-. Y podemos hablar, sí, vamos a la sala.

Johnson siguió a Kirby a la sala de estar, mirando a su alrededor notó que la casa era enorme, la casa era muy luminosa debido a la cantidad de ventanas, las paredes estaban pintadas en colores pastel y toda la decoración simple pero elegante hacía que el ambiente fuera muy hermoso.

-Es un alivio que estés bien, pensé que tú también... Ya sabes -dijo la pelirroja, se veía que estaba luchando por mantenerse fuerte.

-Lamento todo lo que pasó, mi más sentido pésame -Dijo Diana-. Vine aquí para decir que cualquier cosa que necesiten, haré lo que necesite para ayudar, es lo menos que puedo hacer después de lo que Anna hizo por mí.

-Tenía un corazón enorme, siempre lo tuvo y siempre fue tan dulce, a veces dudé que fuera mi hija -sonrió ella-. Siempre he estado muy orgullosa de ella, el Ministerio está buscando a alguien a quien culpar pero sinceramente no me importa demasiado, no traerá de vuelta a mi hija.

-Sé a quién se debe culpar, intenté hablar con el Ministerio pero lo ignoraron por completo.

Diana comenzó a contarle a Kirby toda la historia, lo que habían hecho los Scorgman, la pelirroja lloró un par de veces, era extraño ver a Kirby - que cada vez que Diana la veía era dura o graciosa - estaba tan conmocionada y destruida.

-Estuvieron aquí, después de su muerte, estuvieron aquí para rendir homenaje -Dijo Kirby-. Malditos Scorgmans.

-Sé que ya se fueron al mundo muggle pero aún debe haber una forma de culparlos por este crimen -Dijo Diana.

-Puedo informar al Ministerio pero ese lugar está podrido hasta el cuello y tratar de tomar la justicia por su propia mano sería peor -Ella dijo-. Aunque apretar el cuello de Bill Scorgman suena divertido.

-Tuve una visión hace un tiempo, Bill y Stella muertos en charcos de sangre, un niño, creo que era su hijo, sostenía el cuerpo de Stella, lo acababa de encontrar -Dijo Diana.

Esperaba tranquilizar a Kirby de alguna manera, sabiendo que los asesinos de su hija tenían un futuro terrible, Diana se sentía terrible por desear que esto sucediera pronto pero sentía tanta ira, tanto odio dentro de ella, era un sentimiento oscuro y aterrador.

La expresión de Kirby era bastante diferente a la que Diana había imaginado, pasó de muy molesta a horrorizada.

-¡Por Merlín, eso es horrible! -Ella exclamó-. ¿Hay alguna manera de evitar eso?

-No lo sé pero no importa, mataron a Anna -dijo Johnson.

-Ya es la Segunda Guerra que vivo, Diana y yo he sentido tanto odio por tanta gente y descubrí de la peor manera que eso solo me haría daño a mí misma -Ella dijo-. Puede que odie a los Scorgman en este momento, pero su muerte no traerá de vuelta a mi hija ni hará que todo el dolor desaparezca, las cosas suceden y la gente cambia, Freya solía decirme que desear lo mejor para aquellos a quienes odias es la mejor manera para curar a todos, sabes que ella es tan amable que a veces tengo ganas de pegarle pero tiene razón.

Sinclair hizo una pausa y respiró hondo antes de continuar hablando.

-Los Scorgman me quitaron a mi hija y duele muchísimo y apuesto a que perder a sus padres le dolerá muchísimo a su hijo, yo perdí a mis padres y fue horrible, no puedo imaginar como eso va a afectar al chico entonces vamos a hacer de todo para evitar eso -Dijo Kirby-. Lo reportaré al Ministerio, pero por favor no le cuentes a nadie más lo que hicieron los Scorgman, no lo diré, nadie se enterará y tal vez evitemos a alguien que intente hacer justicia por su cuenta y terminemos dejando al niño huérfano.

-¿Qué? No, deberíamos buscar justicia para Anna -dijo ella nerviosa-. ¿Entonces dejamos que su muerte pase así? ¿No habrá valido nada?

-Ella te salvó, eso valió mucho -Dijo Kirby-. Anna querría que hiciéramos lo correcto y, aunque la venganza suena bien, no, no es lo correcto.

-Mire señora Sinclair, no estoy de acuerdo, no puedo estar de acuerdo con eso, ¡los Scorgman tienen que pagar!

-¿Y quién eres tú para definir si deben pagar o no? Si algo tiene que suceder, sucederá de forma natural -Dijo Kirby-. Diana, sé lo que estoy haciendo y si no llegamos a un acuerdo terminaré quitándome el zapato y tirándotelo.

Diana suspiró, sintió que le hervía la sangre, pero Kirby parecía muy convencida de su decisión y no tenía sentido discutir con ella.

-Está bien, no se lo diré a nadie -Dijo Diana.

-Excelente -Ella suspiró-. Me siento tan bien, creo que incluso perdonaré a Christa por llegar tarde.

La pelirroja se levantó del sillón en el que estaba sentada y caminó hacia la puerta, luego se volvió para mirar a Diana.

-Sé que no lo entiendes y si fuera yo a tu edad tampoco lo entendería, probablemente golpearía a alguien pero he pasado por mucho, créeme y apuesto a que uno de mis amigos tendría una frase motivacional para el momento -Ella dijo-. Ellos son los que crean, yo solo copio.

Por un momento, Diana pensó en Kirby, Freya, Christa, Andrew, Sirius y Remus, que se conocían desde Hogwarts, habían tenido vidas complicadas pero todavía estaban juntos, esperando que eso le pasara a ella, los gemelos, Lee y Angelina.

-Gracias por visitarnos, fue un gusto verte, Diana.

-Igualmente -sonrió ella.

Puede que no esté de acuerdo con la decisión de Kirby, pero la respetará.

. . .

-Tarde -Dijo Diana en cuanto vio acercarse a Fred-. ¿Me dirás adónde vamos?

-Sorpresa -Dijo mostrando una sonrisa traviesa.

-¿Mencioné que odio las sorpresas?

-Al menos un millón de veces -Comentó él de buen humor y tomó la mano de su novia.

Los dos habían acordado encontrarse frente a las Tres Escobas a las cuatro de la tarde y Fred llegaba diez minutos tarde, Diana, que odiaba las sorpresas, estaba al borde de un ataque de ansiedad.

-Y lo siento, llegué tarde, tuve que esperar a que George volviera, no iba a dejar a Noah solo en la tienda, el chico tiene 16 años, terminarían acusándonos de ser unos jefes terribles -Dijo Fred, Diana sabía que los gemelos le tenían mucho cariño a Noah, lo llamó "genio de las bromas" y supo que veían un poquito de ellos en el adolescente.

-¿Y eso es mentira?

-¡Calumnia! -Exclamó el pelirrojo-. Incluso le liberaré la semana, apuesto a que ahora debe estar ansioso por estar con su familia o tal vez se pase la semana arreglando su cabello, todos los que entran a la tienda elogian el cabello de ese chico.

-Me gusta su cabello -Diana rio-. Muy bien, vayamos a esta sorpresa.

-¿A qué viene la prisa? Estaba planeando esperar unas horas más -bromeó Fred.

-Frederick Weasley.

-¿Me matarás? -Le preguntó.

-Por supuesto -Ella dijo.

-Está bien, pero déjame besarte primero.

El pelirrojo se acercó y tuvo que agacharse un poco por la diferencia de altura y luego besó a Diana.

Cuando los dos se alejaron, él tomó sus dos manos y sonrió.

-Aquí vamos.

Fred se apareció, llevándose a Diana con él, en cuestión de segundos ya no estaban en Hogsmeade sino en una calle de Merlin Street.

-Todavía no entiendo la sorpresa -Ella dijo.

-¿Por qué no llegamos de prisa? -Weasley se rio y tiró de Diana de la mano.

Diana dejó que Fred la guiara a una casa, tenía dos pisos y la casa era nueva allí, después de todo, cada vez que Diana había estado en Merlin Street, nunca había visto esa casa.

Fred entró a la casa y ella lo siguió, apenas entraron, la primera habitación de la casa era una habitación relativamente grande, Diana no estaba segura si era realmente grande o si era el hecho de que estaba completamente vacía.

-No compré ningún mueble y como la boda ya es la semana que viene, creo que cuando vengamos a vivir aquí todavía no tendremos todos los muebles, pero podemos hacerlo poco a poco -dijo él y Diana lo miró sorprendida.

-¿Compraste una casa?

-De hecho, la hice construir -Dijo y sonrió-. Las construcciones empezaron el año pasado, creo que en el fondo siempre supe que me casaría contigo, iba a empezar a amueblar pero cuando me negaste la propuesta de matrimonio, lo dejé pasar.

-Fred, maldita sea, este lugar es perfecto -dijo impresionada mirando a su alrededor.

-¿Estás segura? Creciste en una mansión y esta casa ni siquiera se acerca a una mansión -Él dice-. ¿Y es perfecta incluso sin muebles?

-Incluso sin muebles -Ella sonrió-. Solía ​​vivir en una mansión pero nunca me sentí como en casa allí, este lugar es genial, es un hogar perfecto porque será nuestro hogar.

Diana caminó hacia el centro de la habitación y luego se sentó en el suelo, Fred se rio e hizo lo mismo, tomando asiento a su lado.

-No puedo creerlo -Ella dijo-. Realmente nos vamos a casar, realmente vamos a tener una casa juntos, es una locura, es demasiado.

-¿Ya estás pensando en dejarlo?

-No, tú y yo estamos juntos en esto -Ella dijo-. Pero tal vez tú estás pensando en dejarlo.

-En realidad no, ya me estoy imaginando a nuestros niños pelirrojos corriendo por la casa -dijo sonriendo.

-No, sería una madre terrible, ni siquiera me gustan los niños -Ella dijo-. Tendríamos como máximo un hijo.

-Creo que tendré mucho tiempo para hacerte cambiar de opinión -Él se rio-. ¿Por qué Trewlaney dijo "niños ridículamente pelirrojos", niños, en plural?

Ella sonrió mirando la habitación, se sentía realmente bien, ni siquiera podía expresar con palabras lo que estaba sintiendo.

-¿Y compraste una casa aun sin saber si me iba a casar contigo? -Ella preguntó-. ¿Por qué no me lo dijiste antes?

-Porque sabía que de una forma u otra terminaríamos juntos -Él sonrió-. Estás enamorada de mí, acéptalo.

Dijo en broma y Diana pensó en decir algo como "Tú lo estás", pero simplemente apoyó la cabeza en el hombro de Fred.

-Sí, tal vez estoy enamorada de ti.

Y los dos se quedaron allí, sentados juntos en el medio de la habitación y aunque la habitación estaba vacía, los dos no necesitaban nada, porque se sentían completos juntos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro