Dormimos demasiado, ya estaba oscuro cuando desperté. Moviendo a Gorrión para que despertara pero sin resultados, le puse los dos cobertores porque estaba helando y salí del pequeño hueco donde nos refugiamos para descansar. No se escuchaba nada, ni los grillos y demás insectos nocturnos. Demonios ¿Qué tan de noche era? Caminando muy sigiloso para no llamar la atención de lo que haya afuera y la furia de Gorrión que se pone peor que un mapache rabioso cuando se le despierta con ruidos molestos. Voces a lo lejos se escuchan y luz a lo lejos, investigo la procedencia de las voces y me acerco hacia el ruido. Unos jóvenes con vestimentas parecidas a los que llegaron con el señor en aquella noche lluviosa, me regreso con Gorrión y ésta vez la sacudo para despertarla, suelta un golpe al aire con su puño cerrado y me atina en la quijada. Maldiciendo por lo bajo al interrumpir su sueño, se talla los párpados para después darme un golpe con los nudillos en mi cabeza. Le cubrí la boca con mi mano derecha y con la izquierda le hago una señal de silencio, le dije que descubrí y que tenemos que recoger todo para ir a con ellos y presentarnos.

Antes de todo había que ir de nuevo a verlos y saber si no es una trampa. Le asentí y la llevé a donde estaban los jóvenes aquellos, los jóvenes hacían movimientos raros con sus manos y vimos que manipulaban el fuego. Tal sorpresa nos llevamos que casi gritamos de la emoción, regresamos por las cosas y antes de todo ensayamos el saludo, así no entrarían en pánico y huyeran de nosotros. Después de unos intentos logramos hacerlo y tomando las cosas fuimos con ellos. Caminando sin titubear y tampoco haciendo movimientos bruscos nos acercamos a su pequeño campamento, llamándoles diciendo hola y con las manos en alto para que vieran que no éramos nadie peligroso. Preguntan quienes somos, amagando a atacarnos con su pequeño arco y dagas los ocho jóvenes aquéllos, bajamos una mano Gorrión y yo para con la otra darles el saludo del rayo. Las cinco chicas que eran las mas jóvenes sonríen y bajan sus armas y responden el saludo con su elemento, FUEGO. despues de presentarnos les preguntamos de dónde venían y responde el mayor de ellos que vienen del oeste, mas allá de la cordillera. Los guardianes de su tribu los enviaron por sobrevivientes de una tribu que fue atacada en los lagos ya que unos jóvenes llegaron muy heridos pidiendo ayuda. Un grupo grande con tres guardianes y veinte jóvenes van por el otro extremo de la cordillera buscando personas ya que la aldea aquella fue totalmente destruida.

Le dijimos que nosotros encontramos unos jóvenes hace días, que nos dirigiamos al norte donde esperamos encontrar a la tribu del Hielo ya que les perseguían y nosotros no eramos los suficientes para defenderlos. Nos separamos y somos el señuelo para alejar a esos seres que ya casi se acercaban al grupo mas vulnerable y que estamos separados de nuestro guardián que fue al extremo sur de la cordillera y que después nos uniríamos más tarde. Ellos quedan tristes de saber que no hay mas personas con vida más los que llegaron a con los suyos y el señor Oso, entonces hay que salir de aquí si es que aun los siguen, dijo el mayor de ellos. Apagando la fogata y tomando sus cosas les seguimos de regreso por donde llegaron y comenzamos el andar. Durante el camino nos dijeron que su tribu esta casi intacta, solo algunos guardianes cayeron en la batalla defendiendo su aldea. Después de aquel enfrentamiento se dirigieron a su lugar de entrenamiento para los guardianes, ahí se encontraron con otra tribu elemental, ésta es la del aire, sus jóvenes y algunos guardianes así su viejo sabio como la dama curandera fueron los pocos que lograron escapar de su aldea. Ellos no eran tan numerosos con los del fuego, cincuenta personas de esa tribu se salvaron y las demás se desconoce si cayeron en batalla o los tomaron como esclavos. Entonces caímos en la idea que aquellos seres eran tan numerosos y que conocían las ubicaciones de nuestras aldeas, también que todas fueron atacadas simultáneamente.

Al sur de la cordillera en la choza aquella están el señor y los muchachos, después de descansar ya están preparados para salir de inmediato. Haciendo una fogata abundante para dejar otro rastro que seguir a los perseguidores tomando un poco de tiempo en hacerlo. A lo lejos rumbo el oeste se escuchan pasos, ramas quebradas y hojas de los árboles que caen de su follaje por el otoño. El señor Oso está temeroso de que sea el enemigo y que los rodearon, tomando su arco y con un dedo sobre la punta de flecha, una chispa azul brota de su dedo haciendo un ruido chirriante. Era tanto el ruido de su dedo sacando su poder del rayo chocando con la punta de la flecha que aturdía, las luces que emanaban a lo lejos se disiparon una a una solo quedando una tenue. Una voz resuena a lo lejos diciendo VENIMOS EN PAZ, el señor Oso baja su arco y les pide que se acerquen. Un viejo conocido, un amigo que ya hace mas de diecisiete años no veía. No hizo falta el saludo de los elementos, se sonríen y se funden en un abrazo fraternal, sin mas le dice que tienen que salir de inmediato. Los de la tribu del Fuego sin pensar hacen caso y parten de ahí junto con los nuestros, durante el camino se ponen al tanto de la situación y comparten información del peligro y sus misiones.

El señor Oso le dice que por el lado norte van dos jóvenes que tuvieron que separarse para distraer a los perseguidores, su amigo igual le comentó que hicieron lo mismo pero para buscar sobrevivientes de una tribu que fue atacada. Ambos ya al tanto de todo van rumbo al oeste donde se encuentra la gran tribu Fuego, ahí es donde nosotros dos vamos junto con los jóvenes. Tardáremos mas de lo que ya habíamos pensado en reunirnos con los nuestros al norte, de menos estarán a salvo si logran llegar con la tribu del Hielo, ya después veremos la forma de comunicarnos con ellos para que sepan que estamos bien.

En ese momento donde el viejo sabio esta con su grupo va tranquilo, entrenando durante el camino el uso del poder lo mas posible y llevando un paso lento pero constante. El viejo no está para viajes largos pero da lo mejor de él para no parar a cada rato, los acompañantes cazan y recolectan lo que pueden, al hacer campamento sabiendo que están fuera de peligro pueden encender fogata en la noche o día para tener alimentos calientes ya que a cada paso que dan al norte se pone mas y mas frío el clima. Bebiendo infusiones de raíces de plantas y hojas de pinos endulzado con miel cosa que es tan agradable para las noches frías, pensando en la dama Águila y sus acompañantes si estarán bien.

En el camino directo al norte, Puma conversa con la dama. Hablan de los sucesos y si es seguro seguir en busca de la tribu del Hielo, no saben si siguen ahí o si les darán una buena recepción. La dama Águila aun piensa en el sabio guardián del Agua que cayó por manos de esos seres oscuros, un amable hombre que tantas veces visitó la tribu desde joven. Aun no puede creer que haya muerto, el guardián mas amable y bondadoso de todas las tribus, un ángel de sonrisa sin igual. Recordando la vez que lo besó cuando eran unos adolescentes, su primer y único amor ha muerto. El nombre de aquel guardián lo lleva en su corazón, en cada pensamiento, la tristeza le embarga y solo repite en su cabeza GUIANOS DESDE LAS ESTRELLAS AMOR, LLEVA NUESTRA MISIÓN A BUEN TERMINO... ESPERO CUIDAR DE TUS PEQUEÑOS Y SER DIGNA GUIA ESPIRITUAL. TE AMO MI QUERIDO ALDEMAR.