Al ir de noche podemos ver desde lo lejos las fogatas de aquellos seres que perseguían a los jóvenes de la tribu del Agua. Por desgracia notamos desde lo alto de un monte, que estaban en dirección de la dama Águila y su grupo. El señor Oso ve con pavor tal escenario que actuó rápido y comenzó a recoger leña y así encender fuego. Todos corrimos por leña para que fuera grande y llamativa, no podíamos separarnos por estar en territorio donde reinan las jaurías de lobos y osos. Una vez tomadas todas las precauciones para que no sucediera un incendio forestal y terminar calcinados. Aunque estábamos lejos, tal vez a mas de cincuenta kilómetros de ese campamento, tan grande era la iluminación que de inmediato supimos que al menos eran mas de diez mil hombres en aquel lugar, se enciende la fogata y era tan grande que pudieran velo ellos.

Caminamos al oeste, desviando el camino para que nos sigan. Ya nuestra meta no era ya ir al norte donde nos encontraríamos con los de nuestra tribu, ya era el llevarlos lo mas lejos posible. El sueñor Oso mira al cielo estrellado y pide a los dioses que viven en ellas que cuide a todos si no volvemos a con ellos. Sabíamos desde el principio que nuestro grupo era la carnada, al carajo, casi corriendo avanzamos para encender otra fogata inmensa para atraerlos. No importa nuestro bienestar, lo importante es salvar a aquellos que llevan lo ultimo de dos tribus, los conocimientos de sus elementos están en nuestras manos. Un peso enorme sobre unos jóvenes de la tribu del Agua, se tiene que salvaguardar tan preciado conocimiento y a nuestros guardianes que llevan a los últimos jóvenes de la tribu. Diez o quince kilómetros después de la segunda fogata, caímos rendidos, buscamos un claro pequeño entre los altos árboles de la parte baja del monte y al estar ahí dormimos un poco, claro está montamos guardia.

Al norte de nuestra apenas recién abandonada aldea, la dama y Puma ya llevan en ocho días mas de tres cuartos del recorrido. Ellos al ir lo mas rápido posible no voltean atrás, su objetivo ya estaba cerca que olvidan a veces la persecución. Cada noche en el andar hablaba la dama curandera con los jóvenes Agua, quería ver la pureza de sus espíritus ya que para el plan que han elaborado por tantos años ella y el viejo sabio es...

El viejo sabio lleva buen paso y llegaran antes de lo previsto, sin ningún inconveniente en su camino parando de vez en cuando para seguir con las enseñanzas de la manipulación del rayo. El saludo lo dominaron rápidamente, el viejo hace movimientos sencillos para expulsar un poco de su energía, los jóvenes que van con él miran atentos y ven una pequeña demostración del gran pode de sabio guardián. Con fascinación ven como sale de sus dedos un gran rayo y parte una gran roca que estaba a unos pasos de él, uno de los muchachos le pregunta si ese el el poder al que quiere que alcancen todos, el viejo le contesta que no, apenas es un pequeño ápice de lo que pueden lograr a hacer. La energía que utilizó fue controlada por y guiada por su brazo para ser expulsada como un soplido que se hace para apagar las velas. El primer ejercicio que les puso fue el con trolar la respiración, al exhalar el aire lo harán lento y esa es la cantidad de energía que deben expulsar, ligera y constante.

Con nosotros todo iba de mal en peor, un hilo luminoso se desprende de aquella gran luz que se veía a lo lejos en camino a alcanzar a la dama Águila y su grupo. Viendo que de a poco aquel campamento su luz se desvanece al ir la serpiente de fuego alargarse camino a la primer fuego que iniciamos. Valiendo de nuestra ventaja de ser menos podemos escondernos mas fácilmente, en el tiempo que estuvimos esperando a ver que mordieran la carnada, el señor Oso planeó el siguiente paso. Tejón junto con el y las gemelas irán por es suroeste de la cordillera, mientras que Gorrión y yo por el noroeste. Ellos haciendo fuego por las noches y nosotros haciendo trampas y señalando en el mapa donde están para que al regresar después que volvamos a juntarnos días después volver a nuestro objetivo, ir al norte donde esperamos encontrarnos con la tribu del Hielo.

Cuando nos dividimos no pensé que sería un error ya que de hacerlo también pudieran ellos pensar en hacerlo igual. Gorrión no dudo en hacerlo, de menos iré con la mejor en agilidad y facilidad en encontrar escondites pequeños. Al amanecer y casi sin descansar partimos, solo habíamos tomado un respiro de lo que pasamos anoche para desviar la atención hacia nosotros. Al menos llevamos una gran ventaja de al menos treinta kilómetros.

Cuando partimos nos hicimos la promesa de encontrarnos mas tarde en la gran caída en unos días. Los seres oscuros estarán lejos de nuestros seres amados y aunque lleguemos a caer ante ellos, los demás estarán a salvo de todo peligro. El señor Oso parte primero para que nosotros hagamos una trampa para que les sigan a ellos. Sería sencilla, solo otros señuelo mas para alejar cada vez mas a esa armada del norte. Cerca a noroeste a unos dos kilómetros estaremos en un escondite, unas ruinas antiguas de una civilización anterior a las tribus.

El tiempo que han estado ahí se desconoce por completo, nuestra cultura solo ha sido el cuidar nuestros conocimientos y a los nuestros por supuesto. Nadie ha querido investigar ni siquiera superficialmente aquellas ruinas que se encuentran por todo el territorio conocido. Estas a donde vamos Gorrión y yo son mas parte del territorio de la tribu de la Tierra, en donde ellos solían entrenar a sus guardianes recién entrada la madurez. Muchos de los relatos del viejo sabio que nos contaba cuando era un niño las tantas ocasiones en que visitó junto a su padre estas ruinas con los sabios guardianes de cada tribu. Ceremonias en clama y agradecimiento a los dioses, tantas cosas han pasado desde entonces y ahora está casi extinta toda nuestra cultura. Ritos y ceremonias que penden de un hilo si estos seres malignos llegan a con el viejo y la dama.

El andar a ese lugar yaves tambaleante, cansados de correr toda la noche y el recolectar leña para las fogatas y demás material para la trampa que dejamos al inicio de separnos del señor y los tres chicos. Hambre, hambre y sed nos tiene a punto del desmayo. Pasando una alborada al pie de la montaña entramos a un claro enorme que circunda aquellas ruinas, medio día y el sol es inclemente, nuestros pies ya están clamando descanso, cuando estuvimos al pie de unos obeliscos casi caemos, nuestro cuerpo ya pedía a gritos un momento de calma. Si así estamos nosotros no imaginamos lo que estarán pasando las gemelas con el señor que es mas pesado seguir su andar.

Al fin, un árbol frutal, comida y el jugo de estos nos da el vital líquido que necesitamos. Buscamos un refugio para descansar, uno que tan solo estuviera seco y pequeño para nosotros dos. Cuanto nos hacía falta recostarnos, solo nos acomodamos y caímos dormidos abrazados, queriendo soñar con un futuro de paz que se nos fue arrebatados por personas ajenas a todos nosotros. El señor junto a los tres chicos encuentran una pequeña choza abandonada y ahí descansarán unas horas para seguir su camino por la noche y atraer al extraño enemigo lejos, muy lejos de su mujer y el resto de sus seres queridos y amados. Dormir, solo dormir para después seguir y pensar en encontrarnos mas tarde con todos y ver esto como lo es... Solo un mal sueño. Abrazándome a Gorrión muy fuerte, el frío es muy intenso a la altura y la cercanía de las montañas nevadas hacía que el no poder tener fuego por los perseguidores solo quedaba eso, estar muy juntos uno del otro.