Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2

Con una copa de champaña en la mano, su pierna derecha cruzada sobre la otra, se encontraba Park Sungwoon, el hermano mayor de Jimin por parte de padre. Era su cumpleaños y como se encontraba en sus vacaciones de inviernos, había decidido viajar a Corea del Sur para estar con su hermano y que así este no se sintiera solo después de tantos años sin visitar su tierra natal. Su vista viajaba de la mesa de la sala donde se encontraba toda la comida preparada al reloj y de este a la puerta del elevador que quedaba justo al frente.

No estaba molesto pero sí algo disgustado y frustrado puesto que le había informado con tiempo de sobra que estaría allí, desde hacía dos días que lo habían hablado pero como siempre este parecía no prestarle mucha atención a las cosas que le decía. Bebió un trago luego de exhalar agotado pero su semblante cambió cuando el sonido del elevador le indicó que su hermano había llegado. Se apresuró para colocar la copa en la mesa y levantarse para saludarlo pero el espectáculo que se mostró ante él cuando la puerta del ascensor se abrió, lo dejó ligeramente petrificado.

Jimin junto a un hombre que él no conocía de nada, se encontraban literalmente golpeándose con cada parte del elevador mientras se besaban y quitaban sus camisas desenfrenadamente. Entraron trastabillando sin notar la presencia del mayor, dejando que los chasquidos de sus besos y uno que otro sonido obsceno impregnaran el lugar.

— Te los voy a quitar. — Mencionó el desconocido descendiendo los pantalones de Jimin.

Sungwoon no dijo absolutamente nada, se limitó a volverse a sentar mientras pinchaba un pedazo de carne con el tenedor, canalizando en esa acción todo lo que estaba pasando por su cabeza. Realizó una mueca, mordió el interior de sus mejillas y se comió el trozo de carne.

— Huele a comida... — Atinó a decir el hombre que el mayor no conocía.

— Olía muchísimo mejor a las seis de la tarde cuando se suponía que era la hora de la comida. — Expresó con ironía Sungwoon sorprendiendo a los recién llegados que soltaron un ligero grito.

— ¡S-Sungwoon! — Exclamó Jimin empujando a su acompañante para poder subirse sus pantalones, viendo como este también imitaba su acción. — Creí que estarías de fiesta.

Los dos se recompusieron rápidamente bajo la atenta mirada del mayor de los Park, quien no se movía de su sitio y rodaba los ojos frente a la actitud de su hermanito.

— Sí, eso pensaba, estar de fiesta pero con mi hermano. Como es mi cumpleaños pensé que cumpliría con su palabra de llegar a casa a las seis como habíamos acordado previamente.

— No me llamaste antes de venir, pensé que te habías arrepentido o que surgió algo. Siempre nos avisamos antes de tomar un avión y luego de aterrizar también. ¿Por qué no lo hiciste? — Le recriminó.

— Pues porque no lo creí necesario, además que me comentaste que hoy irías a la empresa a presentarte y estarías atareado. No quise molestarte para que pudieras terminar temprano y venir a casa. — Habló con calma pero se notaba en su tono de voz que estaba molesto. Señaló con el tenedor al chico que lo acompañaba y lo miró. — ¿Él es tu... novio?

— Él es... Timoteo. — Lo miró algo confundido pues no estaba bien seguro si ese era su nombre. — Timoteo, él es mi hermano.

— ¡Hola! — Saludó efusivo tambaleándose un poco a causa de las bebidas consumidas anteriormente y el nerviosismo que lo estaba atacando en ese momento pues el sujeto que le estaban presentando como hermano de su ligue era algo intimidante.

— ¡Qué maravilla! — Sonrió. Pues sabiendo como era su hermano le agradaba que tuviera a alguien que lo estuviera ayudando a adaptarse nuevamente a la ciudad y que no estuviese sumido en la depresión. — ¿Cuánto tiempo llevan juntos?

Sabía que no podía ser más de tres meses que era lo que Jimin llevaba en Corea del Sur aunque también cabía la posibilidad de que se hubiesen conocido anteriormente y que él desconociera este hecho. Después de todo su hermano en ocaciones era algo hermético con su vida privada, pocas veces discutían de esto y casi siempre sucedía cuando el alcohol lo golpeaba fuertemente.

— Un tiempo. — Se apresuró a decir rodeando la cintura de Timoteo. No estaba con deseos de escuchar un sermón de su hermano por llevar a un desconocido al apartamento. — Salimos relativamente desde hace cuatro meses aunque realmente se puede decir que formalizamos hace tres, cuando llegué aquí.

Timoteo no entendía muy bien lo que ocurría pero le agradaba saber que ese hombre lo presentara como su pareja y no como el chico que recogió hacía unas horas. Le gustaba y pensaba que sería realmente genial si realmente pudiesen intentar tener una relación.

— Eso me alegra mucho. — Se levantó aún incómodo por la escena presenciada pero sonriente para estrechar la mano de su cuñado. — Pasen, traeré otro plato para ti.

Jimin sonrió viendo a su hermano caminar hacia la cocina, vio a su acompañante también sonreír, alejando un poco su rostro por reflejo cuanto este se acercó para besarlo.

— Woonie, no creo que sea necesario. — Se apresuró a seguirlo hacia la cocina.

— Gracias, señor Park.

Puede que no lo conociera personalmente pero sí sabía bastante de Jimin y su familia puesto que desde hacía ya algún tiempo se había informado sobre él cuando coincidieron en un evento al que fue invitado por casualidad y lo vio escondiéndose de la multitud como si no quisiese ser visto por nadie.

— No tenías que decirle señor Park. — Habló entre dientes al escucharlo.

— Gr- Gracias... — Miró a Jimin y luego a su hermano algo confundido sin saber qué exactamente debía decir. — Cuñado.

Jimin se quedó con la boca abierta haciendo una mueca que no pasó desapercibida por su hermano. No le era difícil adivinar que por alguna razón le estaba mintiendo con algo. Fingió una sonrisa e invitó a Timoteo al comedor donde verdaderamente estaba servida toda la comida, sintiéndolo exclamar al ver todo.

— ¿Y a qué te dedicas, Timoteo? — Le interrogó sosteniendo su copa mientras le observaba comer, ya sentados en la mesa.

Con dificultad Timoteo tragó su comida, pues lo menos que se esperaba era que comenzara un interrogatorio a esa hora de la madrugada. Estiró un poco e cuello de su camisa como si esto le facilitara digerir su comida antes de posar su mirada en el otro rubio. No podía negar que ambos se parecían muchísimo físicamente aunque el cuerpo de Jimin fue mucho más atractivo para él.

— Estoy estudiando. — Se sinceró tomando otro trozo de carne.

— ¡Ah! — Exclamó moviendo ligeramente su copa en dirección de su hermano. — ¿Te dijo Jimin que asistió a la Universidad de Seúl antes de mudarse a los Estados Unidos y que allí hizo su máster en la Universidad de Columbia?

El menor rodó sus ojos ante la pregunta, eso era algo que siempre odiaba de Sungwoon, apenas era un año mayor que él pero se comportaba como si fuese su madre.

— No, no me dijo pero eso es increíble. — El mencionado bebió toda su copa, asintiendo con una falsa sonrisa. — Pues yo quizás me tome un año sabático antes de la universidad pero definitivamente me gustaría aplicar y ser admitido en la Universidad de Seúl.

El mayor tosió casi escupiendo la bebida de su boca y Jimin le siguió, al escuchar lo que el chico acababa de decir sufrió un pequeño colapso mental.

— Entonces eso quiere decir que tú... Es decir, ¿todavía estás en la secundaria?

— ¡Estabas en un bar! — Intervino precipitadamente Jimin sin poder creer las declaraciones del sujeto. Ellos se habían encontrado en un bar tarde en la noche, la seguridad de esos lugares era buena y no pensó que algo así pudiese ocurrir.

— Tengo dieciocho. — Respondió con tranquilidad, nunca le había mentido sobre su edad, no entendía por qué había asumido algo diferente.

— Bueno, puedo decir que no lo pareces. — Espetó Sungwoon volteándose para regañar a su hermano con la mirada.

— Bueno, lo cumplo en un mes. — Jimin se atragantó nuevamente con la bebida, sus ojos lagrimeaban y su tos parecía no querer desaparecer.

— O sea, tienes diecisiete años.

Jimin miró a Timoteo y luego a su hermano negando con las manos. ¿En qué lío se había metido? Si se filtraba que el nuevo CEO de SIA se había visto envuelto con un menor de edad eso iba a ser una maldita bomba mediática, incluso podría terminar preso porque nadie iba a creer que no lo sabía. Jamás pasó por su cabeza que ese pelirrojo de metro ochenta y gran aspecto físico que se encontraba bebiendo en la barra del bar que frecuentó, fuera un menor de edad.

— Nunca dijiste que tenías diecisiete. — Reclamó.

— Llevan cuatro meses saliendo pero tú no sabes su edad.

El tono de Sungwoon cada vez se ensombrecía más, sus cejas estaban elevadas y la presión que ejercía en la copa podría hacerle quebrar en cualquier momento. Era claro que su hermano le estaba mintiendo y no entendía por qué tenía la necesidad de hacerlo. Su mirada estaba llena de reproche y Jimin pudo notarlo.

— Me obligaste a mentir. No me recrimines con la mirada, por favor.

— Yo no te obligo absolutamente a nada. — Negó con sus manos luego de colocar la copa en la mesa.

—Recién lo conocí. Él estaba con otros amigos en el bar bebiendo, cruzamos miradas varias veces, yo estaba a punto de venir para la casa cuando se me acercó. Terminé pagando su cuenta y vinimos juntos a terminar de pasar la noche.

— Yo no vine aquí porque me hayas pagado la cuenta. — No sabía por qué pero las palabras que Jimin estaba diciendo lo hacían sentir mal. — Me pediste que fuera el nuevo modelo de la revista que lanzaría tu empresa este año.

— Eso fue porque me dijiste que eras modelo.

Se defendió con rapidez, se sentía en un maldito juicio donde su hermano era fiscal, juez y verdugo mientras que quien había sido su acompañante era el testigo que con su testimonio lo condenaba. No podía creer todo ese enreda en el que se vio metido en cuestión de horas.

— Lo soy. Yo solía modelar ropa de niños hasta los doce años.

— Oh mira que bien... — Ironizó Sungwoon — ¿Y eso fue hasta cuándo precisamente? ¿El año pasado? — Ladeó su cabeza dejando de ver al chico para volver a mirar a su hermano.

— De acuerdo, fue suficiente. — Se levantó Jimin de la mesa molesto. — Creo que ya es hora de que te vayas. Deberías irte Timoteo.

Caminó hasta la puerta sin mirar atrás, ignorando los reproches que su hermano le hacía con la mirada y las expresiones de Timoteo que actuaba como si estuviese ofendido. Quizás lo estaba pero en ese momento no podía importarle menos.

— Al menos encárgate de llamarle un taxi al menor. — Dijo molesto. — Que se encargue de que llegue sano y salvo a su casa, apunta también las placas por si le sucede algo no vengan a buscarte a ti.

— ¿Sabes? Me parece una buena idea. ¿Te consigo un taxi a ti también, Sungwoon? — Respondió molesto, quería que ambos se fueran y lo dejaran solo y tranquilo.

— Un gusto conocerte, señor Park. — Se despidió Timoteo del mayor.

— Buenas noches, Timoteo. — Vio al chico alejarse lentamente hacia la puerta. — ¡Por cierto, Feliz cumpleaños! — Gritó. — El mes que viene.

Fue lo ultimo que susurró viendo como entraban ambos al elevador ye este se abalanzaba a su hermano que rápidamente se alejó. Miró lo que quedaba de la bebida, se sirvió el fondo de la botella y sin mas lo bebió todo. Se puso en pie y mientras esperaba a que su hermano regresara se dedicó a ir recogiendo todo para llevarlo hacia la cocina. Jimin regresó aún molesto peinándose continuamente su cabello con los dedos.

Arrastraba sus pantuflas por todo el apartamento encaminándose a la cocina para servirse un poco de agua. Bebió su vaso y cuando se volteó, se encontró a su hermano detrás de él como i fuese un custodio.

— Ya fue suficiente por hoy, por favor vete a tu hotel y déjame en paz, ¿sí?

— ¿Dónde demonios tienes la cabeza Jimin? ¿Sabes lo que significa enredarte con un menor de edad? No mides las consecuencias. Para empezar... ¿Qué demonios hacía en ese maldito bar si tú y yo quedamos en vernos aquí a las seis de la tarde cuando salieras de la empresa? Sé que mi cumpleaños te importa una mierda pero al menos si me ibas a dejar plantado pudiste pasarme un mensaje que nada te costaba, mandarme un audio, qué se yo, cualquier cosa. Sin embargo para ti es más fácil mentirme y tratarme como un maldito idiota. ¿Por qué? ¡Solamente dime el porqué!

— ¡Porque lo vi maldita sea! — Gritó colocando con fuerza su vaso en el fregadero. — Lo vi hoy y mi mundo se desplomó a pesar de que creí haberlo superado. — Exclamaba dejándose caer en el sofá secando sus lágrimas. — Lo vi...

Sungwoon guardó silencio al ver la reacción de su hermano sin lograr entender realmente a quién había visto o lo sucedido. Debía haberse dado cuenta desde que lo vio llegar de que su hermano no estaba del todo bien y que quizás estaba en ese bar para desahogar sus penas. Estaba enojado y egoístamente estuvo pensando solamente en él.

— ¿A quién viste? Si no me explicas no puedo entenderte Jiminie.

— Jungkook. Vi a Jeon Jungkook hoy en la empresa. — Ahí estaba, lo había dicho, había pronunciado su nombre después de mantenerlo tantos años como el innombrable. — Estaba entre los directivos.

— Bueno, ya deberías haber sabido que te encontrarías con él aquí. Tú tuviste que revisar los expedientes de todos los directivos con anterioridad. Ahí está la información de todos, incluso sus fotografías.

— No lo creí, pensé que había algún tipo de error.

— No sé por qué no creo eso. — Se rió abrazándolo. — Tanto no lo creías que viniste corriendo a Corea del Sur después de haber rechazado ser el presidente de la compañía por tanto tiempo. Ahora entiendo todo, el por qué incluso adelantaste tu vuelo y viniste hace tres meses cuando se suponía que tenías que venir esta semana.

— Quería verlo pero no pude, una vez que llegué a Corea no tuve la fuerza para volverlo a ver. Hace tanto tiempo que perdimos todo contacto, incluso cambió su número. La última vez que nos vimos en la universidad también estaba en una relación. Sabes que me fui antes de tiempo porque no soportaba verlo junto a su pareja y porque mi madre falleció. No tuve la fortaleza suficiente para siquiera despedirme, menos la tuve para irlo a buscar. No sé qué ha sido de su vida, lo único que sé de él es lo que leí en el expediente de la empresa. Me sorprendí mucho cuando vi que incluso había logrado alcanzar el puesto de subdirector tan pronto.

Sonrió recordándolo, siempre había sido muy inteligente, no sabía porqué le tomó de sorpresa. Se apoyó en el pecho de su hermano subiendo las piernas al sofá y este lo abrazó, besó su cabeza y permanecieron así durante varios minutos.

— ¿Crees que esté soltero? Pienso que es un hecho que no esté aún con el chico con el que solía salir en la universidad pero eso no quita que pueda estar ahora en una relación. No quiero sufrir por gusto, tampoco voy a meterme en el medio si está con alguien pero si no... Creo que me gustaría intentar algo con él. ¿Qué opinas?

— No tengo forma de saberlo Jiminie.

+++

— Si no las vengo a buscar te quedas con mis luces. — Se quejaba entre risas Taehyung mientras terminaba de prepararse para irse a su casa.

Como solamente quedaban cuatro días para navidad, Taehyung decidió ir a buscar personalmente las guirnaldas a casa de su mejor amigo. Necesitaba relajarse un poco y conversar de cualquier tontería y para eso no había nadie mejor que Hoseok. Él siempre estaba ahí para ello, no importaba el día o la hora, sabía que siempre podía contar con él.

— Esas luces baratas que casi hacen que mi casa tenga un corto circuito. Ni las quiero fíjate, toma esta basura y vete de mi casa pero antes págame por la bebida.

— Que bien se ve que ya no te hacen falta, lo voy anotar en la lista. ¡Cicatero! — Pateó su trasero y ambo estallaron en carcajadas mientras Hoseok le entregaba la bolsa con las luces.

— Por cierto, no te pregunté antes... ¿Ya hablaste con Kook respecto a lo que quieres? — Taehyung disimuló la pérdida de su sonrisa bebiendo un sorbo de la bebida en su vaso. — Tae... — Negó con la cabeza.

— No, no he vuelto a tocar el tema porque ya sé la respuesta. Lo hemos hablado incontables veces y siempre me dice lo mismo. — Mordió sus labios y peinó su cabello utilizando su mando.

Aún cabizbajo podía adivinar las expresiones de su amigo. Pudo ver sus pies delante de él, escuchó como el nailon de la bolsa hacía ruido dejándole saber que la había colocado arriba de la mesa. Las tibias manos de Hoseok se posaron en sus mejillas obligándolo a levantar la mirada.

— ¿Por qué bajas tu cabeza como si hubieses hecho algo malo? Taehyung sabes que yo no me meto en su relación, Kook es un excelente hombre y como amigo sé que puede no existir nadie mejor que él para ti pero no puedes simplemente acatar siempre lo que él dice sin expresar tu opinión.

— Sabes que no es así Hobi, es solamente con ese tema que él parece no razonar.

— Bueno, tienes razón. Pero da igual, tienes que sentarte a conversar con él porque eso no tiene nada de malo. Es cierto que él gana suficiente como para mantenerlos a ambos y tus ganancias como influencer también son muy buenas pero eso no es todo lo que te gusta hacer. Estudiaste negocios al igual que él, se graduaron juntos. ¿Por qué tu no puedes trabajar y él sí? Diría que es una actitud un tanto machista incluso entre ustedes dos. Mínimo podía permitirte trabajar en su empresa aunque sea en media jornada.

— No sé, siempre hablamos de lo mismo pero no quiere que trabaje. Dice que con uno que se esfuerce es suficiente pero yo me siento cohibido y preso. No soy de porcelana, ambos somos jóvenes y puedo trabajar tanto como lo hace él aunque yo no me haya graduado con honores. Estoy cansado de hablarle sobre el mismo tema, ahora incluso es peor porque casi no nos vemos y cuando se lo dije hace dos meses se molestó por tocar el tema nuevamente.

— Pues que se moleste, sígueselo tocando sutilmente. Tienen que conversar y llegar a un acuerdo Tae. Usa tus dotes de seducción, no lo sé, inventa. Prepárale una sorpresa y cuando lo tengas sedadito dile sobre ello calmado.

— Esa es tu solución para todo. — Se rieron juntos. — ¿Todo se resuelve en la cama? No me parece.

— Claro que no pero entre parejas que se aman al menos el noventa por ciento de ese tipo de problemas se resuelven así. — Tae negó con su cabeza ocultando su sonrisa detrás del vaso que bebía. — ¿Y sobre lo otro?

— ¿Qué otro?

— Ya sabes... Eso... — Hizo una mueca y Taehyung comprendió a lo que se refería.

— Ah... Eso. — Rió rodando sus ojos y terminando de beber todo se levanto. — Pues sobre eso también está en el mismo plano, en negativa total, ya sabes. Pero da igual ya a este punto. Lo único que espero es que realmente podamos pasar un poco más de tiempo juntos. — Tomó la bolsa y se giró para despedirse de su amigo. — Mañana es el aniversario de mis padres, espero que al menos pueda llegar como me dijo.

— Ya verás que llega. A pesar de todo si algo tiene Kook es que te consiente en demasía y trata siempre de que ambos estén bien. No creo que quiera verte molesto. Por eso es que te digo que seas inteligente y utilices un poquito eso. No tienen grandes problemas y eso lo pueden solucionar hablando. — Agitó su cabello como de costumbre y le abrió la puerta de la cocina. — Vamos que te acompaño a la salida.

Así lo hizo, Hoseok incluso descendió con del hasta la entrada de su edificio y no subió hasta que este no se subió en un taxi y se fue. Agradecía eternamente por tener un amigo como él. En todo el trayecto a su casa se mantuvo pensando en sus palabras, quizás podía intentarlo una vez más. Tal vez si ponía en práctica el loco consejo de su amigo funcionaría. Aunque si era sincero lo dudaba un poco porque si una cosa tenían ellos era la exquisita intimidad que compartían. Debía buscar y preparar una sorpresa tan especial que sirviera como droga para conseguir su cometido. Apoyó su cabeza al espaldar del asiento y rió negando nuevamente con su cabeza por estar pensando cosas tan absurdas. Veinte minutos después había llegado finalmente a su casa, le pagó al taxista y descendió aún pensando en su conversación son Hoseok. Sin embargo, al divisar el automóvil de ellos aparcado con las luces prendidas se acercó con una gran sonrisa, olvidando todo lo que rondaba por su cabeza. Ese era siempre uno de los mejores momentos de su día, cuando Jungkook finalmente llegaba a casa. Caminó lentamente hasta el vehículo e iba a tocarle la ventanilla por el lado del acompañante, mas al verlo se detuvo. Su pareja tenía la cabeza apoyada en el volante como si algo malo le hubiese ocurrido. Preocupado y sin pensarlo dos veces abrió la puerta que no tenía seguro y entró sorprendiéndolo.

— ¡Amor! — Exclamó sorprendido. — Dios me asustaste... — Sonrió acercándose para besarlo, lo había extrañado como cada día y verlo era esa dosis de tranquilidad y hogar que tanto necesitaba.

— ¿Estás bien? — El pelinegro asintió acariciando su mejilla. — ¿Por qué estás aquí así?

— Porque estoy agotado, acabé de llegar y estaba cogiendo fuerzas para subir. Pensé que ya estabas dormido pero viendo que no es así creo que puedo bailar de felicidad porque eres todo lo que necesito ahora. — Tae sonrió sobre sus labios, sintiendo los tiernos besos que su pareja le daba. — ¿Qué te parece si no apresuramos a subir y tomamos un baño de tina juntos?

— ¿Solo un baño? — Levantó sus cejas sugestivamente y Kook no pudo evitar reír.

— Eso y algo más. — Se acercó a él lentamente para besarlo esta vez con mucha más intensidad pero sin apuro. Estaba en casa, estaba con la persona que amaba y no había nada ni nadie que pudiese arrebatarle eso. Le pertenecía a Taehyung en cuerpo y alma, lo amaba como jamás amó a nadie. — Vamos. — Terminó de pronunciar separándose, dejando entre ambos un hilo de saliva que Tae se apresuró a limpiar con su lengua antes de depositar un último beso en sus labios.

— Vamos.

💜💙💜

https://youtu.be/eJWzNULN5C0

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro